La pregunta de Heinley me dejó la mente hecha un lío.
¿Cuándo lo aceptaré como mi amado esposo? Ya es encantador, ¿no?
No creo que se refiera a eso.
¿Quiere que le dé amor? Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 105: Camino al Imperio del Este”
El enviado regresó al palacio imperial mientras Sovieshu leía informes en su despacho.
Al verlo de regreso, el funcionario, que el Vizconde Roteschu había sobornado, se apresuró a ir a su mansión.
En cuanto el enviado entró al despacho, Sovieshu lo interrogó antes de que pudiera acercarse al escritorio. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 104: El shock de Sovieshu”
—Ya veo… eso está bien, —murmuró Christa con una sonrisa amarga al enterarse de que uno de los comandantes de los Caballeros Supranacionales había venido a servir a Navier. Incluso decía que ella era su salvadora.
Siendo la Reina del Reino Occidental, también pensó que era algo bueno para su país. Sin embargo, ella estaba definitivamente amargada por no ser esa persona. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 103: El sufrimiento de Kapmen”
Delise salió de la habitación de Rashta con los platos sucios. Por el camino, se encontró con Arian, la otra criada de Rashta.
A diferencia de Delise, que trabajaba como criada por primera vez, Arian tenía mucha experiencia. Siempre estaba dispuesta a ayudar a Delise, que tenía muchos defectos y cometía errores con frecuencia. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 102: Compensar la bondad de Navier”
No era mi intención estar en una posición tan dominante.
Cuando retiré mi mano, avergonzada, la expresión de bochorno de Heinley se disolvió rápidamente, y susurró con ojos risueños: —Mi corazón latía con intensidad hace un momento, Reina.
—¿Estás bromeando en una situación como ésta? Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 101: Punto de quiebre”
Incluso después de que el Vizconde Roteschu se marchara, su mente agitada no se calmó fácilmente. Rashta se paseó por su habitación mientras miraba el reloj. Sovieshu no iba a volver hasta más tarde.
Rashta salió nerviosa al pasillo, miró a su alrededor y se dirigió al Palacio del Oeste. Tras la partida de la Emperatriz, el Palacio del Oeste permaneció tranquilo y silencioso.
Todas las bulliciosas damas de compañía del Palacio Oeste volvieron a sus casas, mientras que el número de criadas y sirvientes se redujo considerablemente. Sólo venían una vez al día a limpiar los pasillos, pero Rashta sabía que aún no era hora de que las criadas vinieran a limpiar. Entró rápidamente en el Palacio Oeste. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 100: Continúa consintiéndome”
McKenna enarcó las cejas: —¿Se ha enterado?
Heinley negó con la cabeza: —No lo sé.
Pero no era difícil de adivinar. Sobre todo, cuando le preguntó por la identidad de Queen después de preguntar por la de McKenna. Navier debió pensar que Queen era un subordinado de Heinley. Pero él estaba tan sorprendido en ese momento que reaccionó de forma extraña. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 98: Descubriendo la verdad”
Traducido por Adara
Editado por Sakuya
—Evito mi conciencia.
—¿Qué?
Heinley no parecía entender mis palabras. De hecho, yo tampoco entendía mis palabras.
Pero, honestamente, no podía decirle que estaba evitando su parte inferior. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 97: Vestido de novia”
Traducido por Adara
Editado por Sakuya
Aunque no podía oír la conversación, ambos tenían una expresión seria.
¿De qué están hablando?
Rashta observó la escena en silencio.
Quería acercarse para espiar, pero el suelo era de hierba, así que obviamente haría ruido si intentaba acercarse.
Rashta entrecerró los ojos. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 96: Siguió siendo incómodo”
Traducido por Adara
Editado por Sakuya
Me quedé inmóvil al contemplar su cuerpo desnudo. Estaba sumergido en la fuente hasta los muslos, dejando todo lo de arriba al descubierto. Era musculoso, como había supuesto en el pasado cuando me acompañaba.
Su aspecto era muy diferente al de cuando llevaba ropa. Su abdomen, muslos, clavícula y su amplia espalda lo hacían parecer una estatua en un templo.
Su hermosa piel mojada tenía un aspecto sensual, y su apuesto rostro era completamente visible con el pelo echado hacia atrás. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 95: Emotivo”
—Ahora que lo pienso, desde que apareció la reina se ha vuelto más difícil de encontrar. Quizás… ¿La Reina está escondiendo a Lord Koshar?
—¡Qué grosero!
Ante la exclamación de Rose, Aprin se arrodilló de nuevo y se disculpó en voz alta. Parecía cada vez más extraño, despertando mi curiosidad sin darme cuenta. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 94: El hombre en la fuente”
Heinley estaba perplejo.
—Este no es el momento, ¿verdad?
Su hermosa sonrisa se desvaneció, luego bajó la cabeza visiblemente sombría. De modo que retiré la mano, le devolví su pañuelo y regresé a mi asiento. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 93: Sospecha de Navier”
—Bien. Es un asunto serio… No lo tomes a la ligera.
—Está bien. ¿Quieres que sea amigable con todos los periodistas? Eso es todo, ¿verdad?
—Realmente, no.
Rahsta no entendió sus palabras. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 92: Lo que quería hacer Heinley”
Aunque podría rechazar la orden del rey de convertirse en dama de honor, al hacerlo, el rey la marcaría.
Además, era un gran honor convertirse en la dama de honor de la Reina, y prácticamente nadie se negaría, a menos que fuera una circunstancia muy especial.
Rose miró la orden del rey con una expresión seria antes de reír. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 91: Misma estrategia”