Prometida peligrosa – Capítulo 126

Marianne se encogió de hombros, parpadeando con naturalidad sus ojos claros.

—Me encantan las flores y las joyas; a la señorita Rane y a sus amigos les gustan las espadas y los caballos; y a Beatrice le fascinan los libros, ¿verdad? ¿Es extraño sumergirse en lo que a uno le gusta y disfruta? Es importante vivir haciendo lo que quieres hacer. Hay muchas veces en las que tienes que hacer algo que no deseas realmente… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 126”

Prometida peligrosa – Capítulo 125

De hecho, ese día había pocas personas en la mansión que comprendieran la situación en detalle tanto como él. Y no muchos podían chismorrear al respecto sin su permiso. Por lo tanto, no fueron ni Roxanne, ni Marianne quienes difundieron esos rumores. Al final, fue el propio Ober, o algún sirviente o sirvienta, quien los propagó con su consentimiento tácito.

¡Maldito! ¡Tú inventaste todos estos rumores! Si te veo, seguramente intentarás consolarme, diciéndome que no me preocupe… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 125”

Prometida peligrosa – Capítulo 123

Roxanne naturalmente buscaba su reconocimiento. Ya que no podía juzgar si el amor de su padre estaba mal o no.

Desde el día en que regresó de su baile de debut, recorrió los círculos sociales en la capital y socializó con ellos. Se sometía voluntariamente a los fuertes, pero era arrogante con los débiles. A veces quería dejar de intentarlo y rendirse, pero lo soportaba.

Tenía que soportarlo por Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 123”

Prometida peligrosa – Capítulo 122

—Pero no tienes que matar al emperador, ¿verdad?

—No, debo matarlo. La mayoría de los nobles no creen que sea adecuado para ser emperador, pero algunos de sus partidarios harán lo que él quiera porque ya se han convertido en sus perros falderos.

—No obstante… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 122”

Prometida peligrosa – Capítulo 121

Cordelli era una mujer que no era buena mintiendo, y que tampoco podía ocultar bien sus sentimientos.

Simplemente se calló porque sabía que no estaba en posición de intervenir entre Marianne y Ober. Pero no era tan estúpida como para quedarse como una espectadora ociosa cuando Ober estaba actuando groseramente con la prometida del emperador.

Ober consideraba Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 121”

Prometida peligrosa – Capítulo 120

Como si se sintiera un poco mejor después de beber un buen vino, bajó la voz suavemente.

—Por ejemplo… tu esposa, Margaret, que es la sirvienta de la esposa de Elias, o tu hermano Liu, que trabaja en los establos de esta casa…

Pero la naturaleza salvaje de su lenguaje era más profunda que antes.

El hombre, que palideció al escuchar a Ober mencionar a los miembros de su familia, escupió saliva y extendió su brazo tembloroso.

—¡Marqués, por favor no toque a mi familia…! Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 120”

Prometida peligrosa – Capítulo 119

El dolor de las heridas en su espalda hacía que todo su cuerpo le doliera, pero en lugar de caer en la desesperación, anhelaba algo más.

Recordó la voz de reproche del doctor, que no era demasiado insistente, la temperatura de su cuerpo cuando lo levantaron, y cómo el hombre le abrochó y anudó su ropa.

—Por favor, dime que no quieres escucharme. Eso es mejor que tus sofismas —refunfuñó Ostashu, sin conocer la situación de Eckart. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 119”

Prometida peligrosa – Capítulo 118

Si la señora Chester era una serpiente con cola de escorpión, Hubble era un león con garras de oso.

No importaba lo afilada que fuera la espada, era menos letal que una simple espada de madera si el objetivo y el camino eran inciertos. Su ataque explícito y urgente no pudo penetrar su piel gruesa. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 118”

Prometida peligrosa – Capítulo 117

—Bueno, hace aproximadamente un mes. Por eso vine a Milán; quería ayudar al emperador.

—¿La razón por la que decidió ayudar al emperador fue porque se dió cuenta de que el marqués Chester la consideraba una muñeca cara, como dijo? Por cierto, lamento usar esa expresión.

—Sí. Tiene la intención de matarme a mí y a mi padre después de haber utilizado nuestros recursos. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 117”

Prometida peligrosa – Capítulo 116

Marianne seguía balbuceando lo que quería decir como una idiota torpe y, en esas ocasiones, la condesa reaccionaba secamente, mostrándole claramente que ahora respondía contra su voluntad.

Pasó más de una hora así.

Aparentemente agotada, Marianne dejó de hablar y siguió bebiendo té en silencio. La doncella principal de la condesa, vacilante con una tetera vacía, salió y dijo que traería más té. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 116”

Prometida peligrosa – Capítulo 115

—Yo tomé todas las decisiones. Fue mi decisión no abandonar a Lennox y, nuevamente, fue mi decisión rechazar la oferta de trabajo de Su Majestad.

En realidad, no debería haber preguntado nada. Además, ¡no sé si quiero escuchar lo que va decir a continuación!

—Marie, lo único que quería era que estuvieras a salvo y feliz durante mucho tiempo. Nunca quise nada más. Lo digo en serio. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 115”

Prometida peligrosa – Capítulo 114

—Oh, ¿has visto el nuevo jardín que he empezado a decorar? No lo has visto, ¿verdad?

—Creo que escuché que estabas construyendo un nuevo invernadero.

—¿En serio? ¿Quién te lo ha contado? Ah, no tiene importancia. ¿Te gustaría verlo ahora que has llegado hasta aquí? Aún no está terminado, pero quién sabe cuándo podremos volver a caminar así… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 114”

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