—¿Del templo?
—Sí, señor. Originalmente, se esperaba su llegada antes de la comida, pero las ruedas del carruaje se rompieron y se retrasó un poco. Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 30”
—¿Del templo?
—Sí, señor. Originalmente, se esperaba su llegada antes de la comida, pero las ruedas del carruaje se rompieron y se retrasó un poco. Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 30”
De camino a casa desde la Gran Librería, Cordelia compró algunos recuerdos en la confitería.
Compró algunos para dárselos a Emina y a Lara como agradecimiento por haberla ayudado a vestirse hoy, pero se veían tan deliciosos, que también compró algunos para Ronnie y para ella misma. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (3)”
—¿Qué? ¿Quién se cree para decir eso?
—Dijo que la señorita Artisea es la dueña del marquesado Rosan, así que le informaría a ella.
—¿Qué Tia es la dueña? ¿Y tú simplemente te quedaste allí escuchándolo? Seguí leyendo “La villana vive dos veces – Capítulo 18”
—¡Norwen!
—¡Que…!
La princesa y yo corrimos hacia el caído Norwen.
Sin embargo, no hubo respuesta cuando llamamos su nombre.
—¡Norwen, reacciona! —gritamos. Seguí leyendo “La propuesta del Héroe – Volumen 3 – Capítulo 15: El colapso de la barrera. Y…”
Al enterarse de que Fabian había venido a la residencia, Lucía salió rápidamente de su habitación. Su rostro estaba lleno de preocupaciones y se había desgastado en el lapso de unos pocos días. Fabian y Lucía se sentaron uno frente al otro en la sala de recepción y Lucía preguntó con urgencia.
—¿Has visto a Sir Krotin? ¿Está a salvo? Seguí leyendo “Lucía – Capítulo 103: Negociación (1)”
La vida parecía haberse calmado y estabilizado. Lu Tian Chen seguía sin aparecer; era como si se hubiera esfumado por completo, sin darle a Tang Feng ni un solo vistazo, ni siquiera una llamada o un mensaje de texto. De vez en cuando, el actor le preguntaba a Xiao Yu dónde había ido. Ella respondía que no lo sabía, que se había ido al extranjero por negocios. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 10: Viaje”
Por ejemplo, Pollyanna no podía renunciar a Lucius I. Ella tampoco podía renunciar al poder ni a su espada.
Pollyanna pensó detenidamente. Lo que no podía renunciar incluso si eso significaba que terminaría en la parte más profunda del infierno… Por esto, estaba dispuesta a dejar ir el honor de ser caballero o incluso su orgullo como humana. Quizás esto era incluso más importante para ella que la sonrisa del emperador. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 353”
Garrow y Yulysion, que estaban ocupados con los cadáveres del medio dragón, corrieron urgentemente a su lado. Un caballero que estaba recuperando parte de la cadena de las piernas caídas del monstruo, chasqueó audiblemente la lengua.
—¿Has perdido la cabeza? Hay monstruos con las fauces abiertas mirándonos desde arriba y ustedes dos, que se suponía escoltarían a la dama, tienen su atención en otra parte… Seguí leyendo “Bajo el roble – Capítulo 99”
La campana que anunciaba la pausa del almuerzo sonó. Azuza tomó su comida y subió las escaleras que conducían a la azotea, donde Sukiharu y Youta solían esperarla. Seguí leyendo “Contrato con un vampiro – Capítulo 56: La última invitación”
—No puedo expresar cuánto me duele escuchar tales palabras del Duque Alpheus. Sin embargo, como dijo, todo esto se debe a mi falta de moral.
—N-no lo dije en serio en ese sentido —murmuró el Duque Alpheus, sorprendido por mis palabras hirientes, mientras inventaba una excusa. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 26”
Saboreé el regusto a fruta que persistía en mi boca, rememorando aquella comida gloriosa. Luego, suspiré y bajé la vista hacia el juguete que habían puesto en mi mano. Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 11”
Marianne se encogió de hombros, parpadeando con naturalidad sus ojos claros.
—Me encantan las flores y las joyas; a la señorita Rane y a sus amigos les gustan las espadas y los caballos; y a Beatrice le fascinan los libros, ¿verdad? ¿Es extraño sumergirse en lo que a uno le gusta y disfruta? Es importante vivir haciendo lo que quieres hacer. Hay muchas veces en las que tienes que hacer algo que no deseas realmente… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 126”
De hecho, ese día había pocas personas en la mansión que comprendieran la situación en detalle tanto como él. Y no muchos podían chismorrear al respecto sin su permiso. Por lo tanto, no fueron ni Roxanne, ni Marianne quienes difundieron esos rumores. Al final, fue el propio Ober, o algún sirviente o sirvienta, quien los propagó con su consentimiento tácito.
¡Maldito! ¡Tú inventaste todos estos rumores! Si te veo, seguramente intentarás consolarme, diciéndome que no me preocupe… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 125”
—Disculpe, Alteza, pero mi hermana es muy tímida y reservada. Me temo que le resultaría difícil ser su compañera de conversación.
Tras la sorprendente declaración de Dice, el salón de banquetes se convirtió en un hervidero de murmullos. Y era normal, pues era la primera vez que el Príncipe Heredero invitaba personalmente a alguien al palacio para ser su confidente. Seguí leyendo “¡Cuidado con esos hermanos! – Capítulo 20: Vientos de Cambio”
—¡Señorita Serira, es increíble! ¿Cómo se atrevió a decir eso frente al Emperador? —Elene comenzó a elogiar a Serira en cuanto regresamos a mi habitación. Yo también me uní, aplaudiendo junto con ellas.
Fuiste extraordinaria, Serira. ¿Decirle al Emperador en su propia cara que tenía el pelo sucio? Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 10”