Apaga las Luces – Extra 2 (II)

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


—¡C-C-Creo que fue un loco bastardo! —respondió Tony con voz agitada.

Chase, quien estaba vigilando no muy lejos, miró hacia atrás.

—¿Sangre en el carro?

Sin embargo, a diferencia de las conmocionadas aseveraciones de Tony, acerca de un loco bastardo salpicando el auto con sangre, el líquido resultó ser pintura roja. Esta parecía sangre porque el vehículo era de color negro. Sin duda, esto era más efectivo que usar sangre.

Mason frotó la pintura con los dedos, confirmó que aún no se había secado por completo y notó un bote de pintura rodar por el suelo. No parecía que el culpable hubiese derramado la pintura por accidente porque estaba escrito en el costado: «Mi corazón arde». Parecía que era el mismo tipo que dejó la carta amenazadora en el guión.

—¿Tienes a alguien en mente? —preguntó Chase con expresión seria.

—Quién sabe —contestó Mason mirando el interior del auto. El culpable parecía no haber entrado, pero se sentía incómodo. Abrió el capó del vehículo y le preguntó a Tony—: ¿Cuándo fue la última vez que abriste esto?

Su asistente tuvo que pensar por un rato.

—Por tu expresión, no debe haber sido en las últimas semanas. Entonces, es mejor no usar este auto.

Una vez abierto el capó, vio que una parte había sido intervenida. Tenía que estudiar con mayor detalle para saber qué exactamente había tocado la persona, pero había muchos rastros en el sistema de frenos. Viendo el bote y los rastros de pintura roja bajo el capó, podía inferir que no era un tipo cuidadoso.

—¿E-Es así? Entonces, ¿qué deberíamos hacer?

—Mm.

Mason se preguntó si debería sacar el móvil de su bolsillo o no y frunció el ceño. Como no había un helipuerto decente cerca, cuando los reporteros bajaron la guardia, llegó al set de filmación en el auto de Tony. Alquilar un vehículo tampoco era buena idea porque los reporteros seguramente se pondrían hostiles, y escapar por su cuenta con muletas era imposible. Pensó que pedirle un auto prestado a Noah era una buena idea, quién no estaba al tanto de la cantidad de vehículos que tenía, pero, si lo llamaba, podría querer venir él mismo, y no quería eso. Si el hombre llegara en una situación como esta, no podría regresar a su casa.

—¿Qué tal si te llevo en mi auto a casa?

—¿No se convertiría en un escándalo que tú lo llevases a casa? —Cuando Chase hizo la propuesta que tanto había estado esperando, una voz cercana lo interrumpió—. Incluso si no sucede al inicio, estoy seguro de que tarde o temprano así será.

El hombre caminó alrededor del auto de Tony lleno de pintura como si lo encontrara interesante. Mason recordaba haberlo visto en la película desempeñando un rol pequeño. Su nombre era…

—Soy Tim Daniel —dijo luego de darse la vuelta y encontrarse con la mirada de todos los presentes—. Haley, qué pena. Era un buen auto.

Saludó a a Chase y a Tony y este último habló con amargura:

—-E-Está bien. Llegado este punto, puedo pintarlo de rojo.

—¿No puedes pedirle un auto al Sr. Raycarlton? Escuché que tiene docenas. Incluso escuché que tiene un Ferrari 250 GTO, ¿es eso cierto?

—Quién sabe. ¿Los tiene?

Cuando Mason le preguntó de vuelta, Tim sonrió.

—Solo he escuchado rumores. Él es muy misterioso. —Y continuó proponiendo—: Pienso que es mejor que yo te lleve. Si te agachas un poco dentro de mi auto deberíamos poder salir de aquí fácilmente. Los reporteros no están interesados en mí. Incluso si salgo y bailo frente a ellos, no me tomarán fotos, por lo que no debes preocuparte por llamar su atención. Aunque quién sabe, si me desnudo… —dijo mirando la nota «Mi corazón arde» en la maletera.

—No, mi carro también sirve… Si usas la maletera… —murmuró Chase y añadió con tristeza—: No. Estarás incómodo en la maletera con tu pierna lastimada.

Mason le dio unas palmadas en el hombro para reconfortarlo y le preguntó a Tim:

—Entonces, ¿puedo estar en deuda contigo?

El aludido se encogió de hombros y abrió con la llave la puerta de su auto, el cual estaba estacionado junto al de ellos. Sostuvo la puerta abierta de buena manera y le gesticuló para que entrara rápido.

—C-Cuídate. Te contacto mañana después de que tenga en mano tu horario —dijo Tony, nerviosismo aún palpable en su rostro.

—Nos vemos mañana —se despidió Chase.

Sonriendo, Mason guardó las muletas en la parte trasera y se subió al asiento del pasajero.

—Toma esto. Cúbrete un poco. —Puso la ropa sobre su hombro.

—Ah… ¿N-No tienes que reportar esto a la policía? —preguntó Tony apresuradamente.

—Sí, esto parece bastante peligroso —convino Chase.

—No realmente. Si reporta ahora mismo, la pequeña cantidad de reporteros que aún no están aquí, también se le pegarán a Haley. En ese momento, la filmación se verá de verdad obstaculizada. —El tono con el que Tim habló hizo sentir a los otros dos hombres inocentes y con poca visión—. Si consideras que lo mejor es reportarlo, entonces hazlo… Pero unos pocos acosadores son como accesorios para una celebridad popular. ¿Chase no los tiene también? Como enviar fotos de desnudos y cosas así.

El rostro de Chase se tornó sombrío ante la pregunta, parecía que malos recuerdos estaban resurgiendo.

—Como no es algo dañino aún, dejémoslo así por ahora —dijo Mason mirando el horrible auto de Tony.

Cuando se recostó en el cómodo asiento, su pierna comenzó a palpitar, y estaba tan cansado que lo que quería era regresar a casa pronto y acostarse en su cama luego de una ducha rápida. Con el débil cuerpo de Haley, sumado a esto una pierna lastimada y una sesión de sexo larga e intensa… Honestamente, no sería extraño si se desmayara.

Al ver su agotado rostro, Tony y Chase agitaron sus manos, indicándole que regresara rápido a casa. El auto no vaciló y abandonó el estacionamiento de inmediato.

—Estos días, esta clase de cosas sucede a menudo… —murmuró Tony como si no estuviera acostumbrado.

Chase, quien miraba el auto con pesar, preguntó con tono curioso:

—¿Hubo otro incidente recientemente?

—No. No fue como esto. Fue una pequeña broma. Liz… Haley no era una celebridad con muchos fans, por lo que no estoy acostumbrado.

Aunque todos lo reconocían, la mayoría de ellos eran anti-fanáticos o personas que disfrutaban de sus rumores. En ese entonces, Haley era un niño actor con muy pocas personas mayores como fanáticos, por lo que todo era nuevo para Tony. Incidentes donde cartas de fanáticos obsesionados llegaban sin parar, objetos personales desaparecían o enviaban fotos editadas del joven en un auto fueron cosas cotidianas. Esto no era extraño, tomando en cuenta que, inmediatamente después de su debut, su popularidad se disparó por las nubes, pero entre esos fanáticos también había pervertidos.

—Todavía no puedo creer que llegaría el día en que tendría que preocuparme por la popularidad de Haley —admitió Tony con emoción.

El momento con el que había soñado cuando conoció a Haley se estaba acercando. Se estaba convirtiendo en un hombre que no capturaba la atención de las personas al causar problemas, sino en un hombre que sacaba a relucir la emoción de la gente y la controlaba. Cuando se paraba frente a la cámara, una luz extraña lo envolvía de vez en cuando. Esta era visible para Vick y Tony, quienes observaban detrás de la cámara. No era el destello de las estrellas que ya eran sobresalientes y brillaban a cada minuto como Chase, pero…

Quizás…, pensó Tony.

Si sus ojos no se equivocaban, Haley podría convertirse en una estrella más grande que  Chase. Una estrella que incluso el propio gerente no podrá ver con claridad; una estrella increíble que nunca antes ha existido en el mundo… Ahora mismo, ese resplandor estaba sellado firmemente, pero, frente a la cámara, estaba comenzando a revelarse. Una luz tan grande que resultaba imposible de manipular.

—¿Tony…? ¿En qué piensas? —Chase, quien tenía el rostro sonrojado como si algo emocionante estuviera sucediendo, le habló a Tony, el cual ensimismado, continuaba mirando el lugar donde Haley había desaparecido.

—Ah… No, pensaba que desde que Haley se volvió popular, estas cosas han seguido sucediendo, y me siento inquieto. —Sacudió la cabeza.

Por supuesto, esa luz podría nunca revelarse. Haley, cuando lo conoció, era deslumbrante, pero tuvieron que pasar dieciséis años para apenas llegar a eso.

Sí, podría estar a punto de estallar, como podría no estarlo. No debería hacerme muchas expectativas. Sin importar cómo sucedió el milagro de la amnesia, una bendición como esa podría no presentarse de nuevo. Si termino esperando demasiado y Haley recupera la memoria, sería una gran decepción.

Tony tembló ante el repentino pensamiento que cruzó por su mente y se giró hacia Chase.

—Pero ¿por qué tienes esa cara?

Algo parecía incomodar al actor.

—Creo que vi algo en el auto de Tim…

—¿Eh? —preguntó Tony desconcertado, parpadeando repetidamente.

—Creo que vi una marca roja… —arrastró las palabras con cautela, buscando con la mirada que Tony le dijera que estaba equivocado.

¿Una marca roja?

Tony lo miró perplejo, como si no entendiera lo que estaba diciendo.

En ese momento, Gloria llegó agitando los brazos.

—¡Tony! ¿Haley ya se fue? —Llevaba en sus manos los horarios, cuando, de pronto, vio la pintura que derramaron sobre el auto de Tony y gritó—: ¡Oh, dios! —Y se tapó la boca con la mano. —Oh, dios… ¿Qué clase de maníaco haría esto…? Tienes una dashcam, ¿cierto? Nosotros tenemos una cámara de vigilancia por ahí…

—No tenemos una dashcam —murmuró Tony.

Antes de que Haley perdiera la memoria, no sabía cuándo, dónde y con quién tendría sexo; por lo que no podían tener cámaras en el auto.

Gloria agrandó mucho los ojos ante la respuesta de Tony y pronto asintió con la cabeza.

—Mm… Está bien, revisemos primero el sistema de vigilancia. Pero ¿Haley regresó? Tengo su horario para mañana…

A continuación, les preguntó cómo había hecho para escapar entre todo el caos que había y Chase respondió:

—Haley acaba de irse en el auto de Tim. ¿No puedes informarle el horario por teléfono?

—¿Tim? ¿Tim Daniel? —preguntó Gloria desconcertada—. Pero Tim no tiene tomas hoy.

Chase y Tony se quedaron mirándola, perplejos.

♦ ♦ ♦

Gotas brillantes de sangre cayeron sobre la mesa y los documentos que estaban sobre ella quedaron empapados.

—Ah, no —dijo Noah frunciendo el ceño ligeramente.

—¿Está bien? —Phil le entregó un pañuelo con rapidez.

—Lo siento —se disculpó mientras presionaba su herida con el pañuelo—. ¿Puedes traerme copias de los documentos que se arruinaron?

Phil agarró el teléfono.

—Llama a Stewart —le dijo a su secretaria, Sophie, quien esperaba afuera.

Noah le quitó el teléfono.

—No lo llames, tráeme algunas vendas —le dijo a Sophie por teléfono—. Sí. Eso será suficiente. —Después de colgar, notó que Phil lo observaba perplejo—. ¿Qué? Los documentos, ¿no los traerás? —Le dio una mirada interrogante.

—Pienso que ha estado descuidando su salud, recientemente —dijo finalmente. Parecía que llevaba tiempo queriendo decir eso.

—¿Tengo que escuchar eso solo porque decidí no ver al doctor por una cortada de papel? —Hizo una pausa—. Eso es inesperado —añadió ladeando la cabeza.

—No me refiero a eso —dijo Phil negando con la cabeza—. Debía descansar al menos por dos meses debido a la herida en su brazo y no debió salir de alta del hospital de este modo. ¿No ha estado masajeando su brazo todo el día porque le duele? Si se está volcando en el trabajo para olvidar los horrores de la muerte de Mason o el secuestro, entonces tendré que limpiar la agenda para que Robert… —Phil sonaba como si hubiera estado preocupado durante mucho tiempo.

—Ah, Robert —dijo Noah, como si hubiera recordado algo de pronto—. Creo que podemos despedirlo.

Robert era el psiquiatra que ha tratado a Noah todo este tiempo.

—Constrúyele un hospital —dijo alegre y con los ojos cerrados, los cuales asemejaban medias lunas.

—¿Perdón…? —preguntó Phil de vuelta—. ¿Quiere cambiar de doctor? ¿No cree que alguien familiar sea mejor para su salud mental?

—No, porque ya no necesito medicación. Ah, por supuesto, tampoco las consultas. Nunca me gustaron las consultas, de igual forma —las descartó como si nada. Sophie trajo un ungüento y vendas y, con su ayuda, Noah envolvió la punta de su dedo, notando que se manchó con un poco de sangre en el proceso—. No estoy intentando suicidarme, así que no te preocupes.

—Entonces, ¿por qué está haciendo esto? —preguntó Phil asustado.

Noah se sentó de nuevo en la silla.

—Porque estoy en una relación. Tú estás al tanto de ello, ¿cierto? —Sonrió radiante.

Phil se quedó mirándolo sin poder contestarle.

—Hm… —dijo Noah mirando las vendas.

¿Se preocupará Mason?

No consideraba que fuera una gran herida, pero, aun así, ¿no le dará al menos una mirada de preocupación? A continuación, recordó cómo la noche anterior Mason dudó ante el vendaje envuelto alrededor de su brazo y sintió dulzura en la punta de su lengua.

—Y la razón por la que mi brazo está así es porque ayer… Mm… Es porque fui muy persistente, así que no te preocupes.

Era verdad que su herida no había sanado por completo, pero no había necesidad de preocuparse por secuelas o su completa recuperación. Como cargó con el peso de Mason dormido mientras lo penetraba, la herida se había abierto ligeramente. De no ser por eso, la recuperación iba tan bien que hasta el doctor estaba sorprendido.

Phil no podía comprender a Noah y frunció el ceño.

—Aún me siento inquieto.

¿Debería beber una taza de café?, se preguntó, por un momento preocupado. Aunque prefiero sentirme un poco más relajado en lugar de estar tan alerta.

—¿Qué haces? ¿Debería imprimir yo los documentos? —inquirió arqueando las cejas, y comenzó a revisarlos de nuevo.

—No —contestó Phil.

Quería decir más pero, en ese momento, llamaron a la puerta.

—Pase.

Cuando Noah dio el permiso, Sophie, quien se había ido, entró de nuevo.

—El Sr. Haley Lusk parece haberle enviado un ramo de flores. —Revisó la tarjeta y le mostró el ramo de rosas.

—¿Lo hizo?

¿Mason?

Noah ladeó la cabeza con mirada interrogante, tras lo que se levantó de su asiento y caminó para recibir de Sophie las flores. Un fuerte olor a rosas permeó el lugar.

—Esto venía con el ramo. —Le entregó un pequeño sobre manila.

—Mm… —contestó Noah, recibiendo el sobre, perplejo.

Le pareció que algo andaba mal. Acto seguido, abrió el sobre con indiferencia, solo para sentir un dolor agudo y repentino.

—¡Oh, dios! —gritó Sophie sorprendida.

Sangre cayó al suelo, mucha más en comparación a la de la cortada de papel. El sobre en su mano también cayó boca abajo, sus contenidos derramándose, y cuatro pequeñas hojillas y fotos de Haley salieron a la luz. Noah frunció el ceño ligeramente, se agachó y tomó una de las fotos. En la imagen empapada de sangre, aún podía verse a Haley sonriéndole a alguien.

♦ ♦ ♦

Mason, quien, como la persona enferma que era en ese momento, se quedó dormido después de subirse al auto, se despertó en cuanto sintió que se detuvieron. A continuación, miró a su alrededor perplejo mientras se preguntaba en dónde estaba. La compresión le fue llegando con lentitud; era una calle más abajo de Beverly Hills, donde se encontraba su café favorito. El problema era que esta vía no conducía a la casa de Noah.

—Creo que te equivocaste de camino —dijo conteniendo un bostezo.

Esto iba en dirección contraria, y abandonarían Beverly Hills y llegarían a West Hollywood si continuaban.

Tim lo miró como si no comprendiera sus palabras.

—No… Voy a la mansión Raycarlton en la calle 12, ¿no te dije? Pensé que te lo había dicho antes de salir… —dijo considerando que quizás se había equivocado al darle la dirección debido a que se encontraba soñoliento, pero, en ese momento, algo llamó su atención.

Al final de su visión, en la parte delantera del asiento del pasajero y entre sus piernas, había una marca de pintura roja.


Shiro
¿Será Tim el culpable de todo? ¿Ustedes qué piensan?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido