Apaga las Luces – Extra 7

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


El set estaba tan silencioso que se podría escuchar el sonido de una aguja al caer. El rostro de Vick lucía sumamente serio, y el personal estaba igual de absorto que él.

Entonces, Mason le ordenó a Chase con expresión indiferente:

—Dispárame.

Chase, quien tenía un arma en sus manos, tembló. En su rostro, el agotamiento era palpable, sus labios estaban fruncidos y sus ojos acuosos parecían incapaces de seguir conteniendo sus lágrimas.

Mirando primero el arma y luego a Chase, Mason dijo:

—Aquí. —señaló su frente con su dedo índice—. Dispárame aquí. Dispara y acaba con este mundo.

A medida que él susurraba, Chase elevó el arma lentamente. En algún punto, la mano que sostenía el arma dejó de temblar y Mason sonrió como si estuviese viendo a un niño que daba sus primeros pasos. Y… Y…

—¡Corte! ¡¡Muy bien!! —gritó Vick, levantándose de su asiento.

El personal que observaba la escena estalló en aplausos. La última de la escena de la filmación había llegado a su fin. Mason suspiró profundamente y miró a su alrededor en cuanto escuchó el sonido de la pizarra; mientras que Chase, vestido de manera desorganizada, se acercó a él con rostro emocionado y le extendió la mano.

—Buen trabajo, Haley.

—Debo haber vuelto un desastre tu agenda. Muchas gracias por todo —le respondió Mason con una sonrisa.

—Cada día estás más apuesto —comentó Chase sonriendo y un leve rubor en sus mejillas.

En ese momento, Vick se acercó corriendo y preguntó:

—¿Cuánto tiempo van a agarrarse de las manos? ¿Eh?

—¿Por qué? ¿Acaso estás ocupado? —replicó Mason y pensó en su interior: La filmación ya terminó de todos modos, ¿qué problema hay en que perdamos algo de tiempo tomados de las manos?

—Quiero hablarte de la siguiente película. ¿Viste la sinopsis que te envié?

La película había terminado y Mason arrugó con levedad la frente ante las palabras de Vick.

—¿A dónde la enviaste? —preguntó.

—A tu casa, ¿no la has visto?

—Estos días… me he estado quedando en casa de Noah Raycarlton —contestó Mason, su expresión algo avergonzada.

—Entonces, ¿debería enviártelo a casa del Sr. Raycarlton? —preguntó Vick, desconcertado—. No creo que llegue a tus manos si te lo envío a su casa… Me odia, ¿verdad?

Mason no lo negó y se rio.

La aversión de Noah hacia Vick alcanzó su clímax durante la filmación, la cual se volvió más estricta a causa de todos los retrasos.

Al inicio, Mason lo había encontrado molesto, pero estaba demasiado ocupado como para pensar mucho en ello. Salía temprano en la mañana y regresaba tarde al amanecer, a veces ni siquiera regresando, dificultando que Noah y él pudieran verse. A medida que se volvió algo recurrente, Noah finalmente dijo a modo de broma, aunque con mirada sincera: «Quiero dispararle».

—Pero debes estar ocupado con la edición de la película, ¿no es demasiado pronto para una nueva sinopsis? —preguntó Chase, dubitativo.

—¿De qué hablas? Tan pronto como salgas de aquí, ¡un idiota te secuestrará! Haley, no hay manera de que ya hayas escogido tu siguiente película, ¿verdad? —Entre tanto hablaba, instó a Haley a que firmara un contrato con él antes de que se fuera.

Mason agitó la mano mientras retrocedía para evitar los avances urgentes del otro.

—¿De qué hablas? Voy a descansar un rato. Pienso abrir un café.

—¿Descansar? ¿Café? —repitió Vick, incrédulo.

—¿Qué cosas dices? —preguntó Chase a su vez.

Sin embargo, Mason sonrió y mantuvo la boca cerrada. Había un buen lugar para un café no muy lejos de la mansión de Noah, y aunque había otros mejores, ese era el que más le gustaba.

Al verlo continuar sonriendo satisfecho en lugar de retroceder y decir que era solo una broma, los otros dos continuaron bombardeándolo con preguntas:

—¿De verdad piensas abrir un café? ¿Un lugar donde firmarás autógrafos y podrán comprar tus fotografías? ¿Cosas así?

Shiro
Con las fotografías se refieren en particular a una categoría de portarretratos comerciales de geishas, cantantes, actores (del escenario y el filme) y deportistas que se hicieron y surgieron en Japón. Luego, pasaron a ser una forma de medir la popularidad de los ídolos y hasta hoy día son populares.

—¿Te tomarás un descanso? ¿No es más bien momento de trabajar? ¿Quién gestionará el café? ¿Ya contrataste a alguien?

Ante sus preguntas, Mason arrugó la frente. Estaban metiéndose con el sueño de toda su vida.

—No, pienso que he hecho suficiente dinero, pero me pregunto si debería seguir actuando. ¿Por qué vendería mis fotografías? No soy narcisista. Por supuesto que lo gestionaré yo. Sé hacer café; es algo que he estudiado por mucho tiempo.

Al escuchar sus sinceras respuestas, ambos hombres se miraron y luego se enfocaron en Mason de nuevo.

—¿Crees que funcione?

—¿El Sr. Raycarlton está al tanto de esto?

Preguntaron los dos, dubitativos.

—¿Por qué necesito el permiso de Noah para abrir un café? —les respondió con otra pregunta.

Por supuesto, cuando Mason le contó acerca del café, Noah se rio durante mucho tiempo y, al final, le dijo dulcemente: «Te enviaré flores el día de la inauguración».

—Es que… ¿Cómo parafrasearlo? Su opinión podría considerarse como el consejo de un empresario. Temo que esto no funcione tan bien como crees… —admitió Chase.

—Dime la verdad, ¿acaso piensas vender café a los paparazzi? Eso será rudo, ¿no lo crees? —Vick asintió como si fuese algo difícil, aunque muy fresco.

Mason se encogió de hombros ante la preocupación de ambos hombres.

—Será ruidoso por un tiempo, pero luego se calmará. Las estrellas se elevan y se extinguen con rapidez.

Así como olvidaron a Haley, Mason pensaba que también lo olvidarán a él.

En ese momento, el mundo se encontraba conmocionado porque rescató a Noah, pero, dado que la filmación había terminado, en uno o dos meses todo habría vuelto a la normalidad.

—Pensé que eras una persona perspicaz, pero… ¿Será que estás diciendo estas tonterías porque estás agotado a causa de la filmación? —comentó Vick con indiferencia.

—Estoy de acuerdo contigo… No, quiero decir… Te apoyaré sin importar lo que hagas —dijo Chase mientras asentía con la cabeza, y comenzó a estrechar las manos del personal.

—Al principio, pensé que el director había enloquecido cuando te quiso en su película, pero, en realidad, fue un genio al atraparte. Fue muy grato trabajar contigo —dijo Gloria, sonriendo con afecto.

Estaba encantada de haber tenido éxito en su tan anhelada dieta debido a los reporteros y paparazzi que tan ocupada la habían mantenido.

—Haley, ¿de verdad eres gay? No consigo olvidar ese beso. —La actriz, Lizzy, quien filmó la escena de un beso con Mason, se rio de su propio chiste algo subido de tono.

Mason extendió su mano hacia el director de cámara, el director de iluminación, el ayudante del director e… incluso a Ashton, quien mantenía la mirada baja.

—Gracias por tu esfuerzo —dijo Mason, sonriendo levemente.

El otro contorsionó el rostro y desvió la mirada en cuanto se percató del ademán de Mason, quien, al ver su comportamiento, se preguntó cuál sería el momento ideal para retractar su mano estirada, de modo que resultara lo menos incómodo para ambos, pero Ashton, sin darle tiempo, bajó la mirada y dijo:

—Francamente, tenía celos de lo bien que te estaba yendo… Además, también eres bueno actuando… —dijo y comenzó a murmurar de manera ininteligible—: Después, te tuve tanto miedo que hasta pesadillas tuve. Lo siento. —Culminó su discurso y agarró con suavidad las puntas de los dedos de Mason y las soltó.

Mason solo entendió la última parte y, con una sonrisa, le dijo:

—Te deseo lo mejor en el futuro.

—Ya me encargaré yo de que tengas un futuro brillante —murmuró Vick observando todo desde atrás y añadió—: Muy atentamente.

Chase dejó escapar un suspiro, pensando en lo cool y varonil que Vick lucía en ese momento.

Mason continuó despidiéndose del personal y, luego de deshacerse de los hombres que no se habían separado siquiera un instante de él mientras lo urgían a que los acompañara a la fiesta de despedida, comenzó a buscar a Tony.

—¿Has visto a Tony? —preguntó a alguien del personal que pasaba junto a él, quien sacudió la cabeza a modo de respuesta.

No lo he visto en todo el día, ¿a dónde demonios se fue?, se preguntó mientras miraba a su alrededor.

—Oh, lo siento. ¿Puedes ayudarme un segundo? —le dijo a la persona a quien antes le había preguntado acerca de Tony cuando estaba a punto de marcharse.

—¿Perdón?

—Necesito llevar estas cosas hasta mi auto, pero no veo a mi agente. —Le sonrió, algo avergonzado.

—N-No hay problema —contestó el hombre asintiendo con la cabeza y pestañeando repetidas veces.

Entonces, le entregó los bolsos y las prendas de ropa de las que Tony solía encargarse y, tal y como un actor convencional, se dirigió al auto que había dejado aparcado en el estacionamiento detrás del set de filmación con solo móvil en mano.

—¿Es… este un regalo del Sr. Raycarlton? —inquirió el hombre.

—¿Y bien? ¿No te parece increíble? —Sonrió, presumiendo el Enzo Ferrari rojo—. Me parece que es un poco llamativo, pero… no me gustan los sedanes.

—Oh… claro —respondió mientras succionaba las mejillas al respirar con fuerza y asentía con la cabeza.

—A decir verdad, los autos deportivos no son cómodos —continuó alardeando Mason, como si fuera una perra descerebrada—. Se sacuden mucho, especialmente en vías con baches; siento como si estuviera teniendo sexo, ¿sabes a lo que me refiero? —preguntó al tiempo que se lamía los labios, haciendo que el hombre se ruborizara.

Acto seguido, Mason sonrió, se dio la vuelta y abrió el maletero delantero.

—¿Este es más de tu gusto? —le preguntó mientras metía sus cosas.

—¿Perdón?

—Es lo que te gusta, ¿no? Acostarte con cualquiera.

—¿De qué estás hablando?

Mason miró hacia atrás para ver al hombre a la cara.

Cabello castaño, cuerpo delgado, estatura baja y esas zapatillas sucias. Definitivamente este es el tipo.

Aquel día de lluvia ligera, Noah evitó que le viera el rostro al acosador, pero claramente vio las zapatillas que llevaba puestas. El lodo las salpicaba a medida que caminaba por el tranquilo callejón, y ahora esas manchas estaban secas. Mason miró primero las zapatillas, luego el rostro y sonrió hasta que se hicieron ligeramente visibles las arrugas en las comisuras de sus ojos.

—¿Te rendirás por voluntad propia o tendré que hacerlo a la fuerza?

El hombre tembló ante la pregunta de Mason.

—¿A qué te refieres?

Encogiéndose de hombros, Mason se volvió y abrió de nuevo el maletero, que no cerraba bien, y dijo mientras organizaba el contenido:

—En el pasado, cuando escribiste con pintura en el auto, lo hiciste con las manos ¿no es así? Tengo todas tus huellas. Por supuesto, también te captaron las cámaras del circuito cerrado de televisión. También me fijé que has formado parte del personal en todas las películas y dramas en los que he participado.

»Dime, ¿qué te gusta de mí? —le preguntó mientras arreglaba las perchas que sobresalían del maletero.

»Para serte honesto, a mi novio no le gusta que me encargue de esto, por esa razón te estoy dando una oportunidad. De haber sido por mí, no me habría importado en lo absoluto. El mensaje pintado, las fotografías obscenas, nada me habría importado, pero lastimaste a Noah… En fin… —Hizo una pausa y se concentró en organizar las cosas que le oponían resistencia en el maletero hasta que consiguió cerrarlo—. Como te decía, siempre y cuando me prometas no volver a hacerlo, como soy demasiado perezoso… —Mientras hablaba, se giró, y la visión con la que se encontró lo hizo abrir los ojos desmesuradamente.

—Si piensas que voy a detenerme solo porque me lo pidas, estás equivocado… Te dije que te mataría si no rompías con él, ¿no es así? —preguntó con expresión retorcida y rio mientras apuñalaba el vientre de Mason con una navaja—. Ahora me desprecias, ¿no es así? Has cambiado. Bueno, si no quieres volver conmigo, es mejor que mueras. —El acosador inclinó la cabeza y abrió los ojos emocionado, esperando con antelación que sus manos se mojaran; sin embargo, un suspiro se escuchó arriba de su cabeza. En cuanto levantó la mirada, se encontró con que la expresión de Haley no había cambiado en lo absoluto, ni se diga de sudar frío a causa del dolor.

—Mírate nada más… Y Noah preocupado de que lidiara con alguien como tú… —murmuró Mason con suavidad, le agarró la mano y retiró la navaja del bolso que había estado sosteniendo.

Bueno, sin experiencia práctica no había manera de que notara la diferencia entre apuñalar a una persona o un bolso, pero como se la pasa mirando fotografías todo el día no podía haber otro resultado…

—¿Sabes? Esta es una navaja —dijo, manipulando con facilidad al hombre que tenía agarrado por las muñecas y torciéndole el brazo con el que sostenía el arma. Acto seguido, un sonido horrendo se escuchó cuando se fracturó, seguido por el grito de dolor del acosador—. Es un arma muy peligrosa —continuó—. Se dobla por la mitad, por lo que es fácil lastimarse —dijo, golpeando la espalda del hombre contra el auto, tras lo que comenzó a acercar la navaja hacia la misma mano con la que el hombre aún la sostenía.

—¡Uf, uf! ¡No lo hagas!

Mason presionó la hoja de la navaja sobre uno de sus dedos y dijo:

—Estoy seguro de que te encargaste de afilarla bien, ¿no es así? Ya verás lo rápido que terminamos.

—¡A-A-Ayuda! ¡Qué alguien me salve!

Después de estrellarlo de nuevo contra el auto, elevó su mano sangrante hasta la altura de sus ojos, hizo una leve presión con la navaja y le susurró al oído:

—¿Recuerdas la herida en el dedo de Noah?

—¡P-Pero fue una herida pequeña! Solo fue una cortada con una hojilla… ¡Aaahhh!

Sangre comenzó a gotear hasta el suelo a medida que Mason fue aplicando mayor presión con la navaja.

—Bueno, ahora deberías entender lo que sucede cuando lastimas a Noah, ¿cierto? Un dedo a cambio de una cortada pequeña en un dedo. Saca las cuentas. —Mason esbozó una sonrisa que rebosaba de intención asesina.

El acosador, que temblaba de miedo al pensar que Haley le cortaría el dedo y tenía el rostro hecho un desastre a causa de las lágrimas y mocos que le bajaban debido al dolor tan abrumador que sentía, se encontró con la mirada de Mason y su boca se crispó.

Por su parte, Mason se sintió complacido al ver la cruel expresión de su rostro reflejada en los ojos del hombre.

—¡¡Oh, dios mío!! —Jadeó, y sus piernas temblaron, como si estuvieran a punto de ceder—. ¡Oh, dios mío! ¡Sálvenme! ¡Ayuda! ¡¡Qué alguien me salve!! —comenzó a gritar como si lo hubiese golpeado un rayo.

Mason lo soltó y lo dejó rodar por el suelo, tras lo que se sentó y se orinó.

—¡¿Qué sucede?! —gritó alguien.

Momentos después, una multitud de gente, que había escuchado los gritos del acosador, llegó y vio a Mason jadeando, con rostro pálido y recostado contra el maletero del auto.

—¡Haley!

—¿Estás bien, Haley? ¿Qué está pasando?

La gente miraba al hombre que sangraba con una navaja en la mano y Haley, cuyo rostro estaba pálido.

—¿Qué está sucediendo? —preguntó Gloria con urgencia.

Mason se frotó la frente, fingiendo estar sudoroso, y dijo:

—Llama a la policía. Creo que atrapé al acosador.

Ante las palabras de Mason, la gente primero lo miró boquiabierto, y luego se apresuró a llamar a la policía. En el proceso, el acosador intentó huir, así que lo sometieron y, además, aprovecharon de llamar a los reporteros para darles la maravillosa noticia.

Entre tanto la gente estaba ocupada, Mason, como si la situación no tuviera nada que ver con él, se encargó de limpiar la sangre del auto cuando nadie prestaba atención, sonriendo con alivio. Finalmente se había deshecho de la espina en su costado que tanto lo agobiaba. Dado que la filmación terminaba en su totalidad el día de hoy, la posibilidad de no atrapar al acosador estaba enloqueciendo a Mason la noche anterior.

A lo largo de la filmación, el esfuerzo mental que había tenido que hacer para dar con el paradero del hombre y pensar la mejor manera de lidiar con la situación para que Noah no se preocupara tanto cuando le contara más tarde, había sido tan grande que hasta le sudaron las plantas de los pies.

—¿De verdad piensas retirarte y abrir un café? —preguntó Vick de pronto, quien se había acercado sin que él lo notara.

—Sí. Mañana pienso firmar un contrato con un diseñador de interiores —respondió con una sonrisa.

—¿En serio? —preguntó y comenzó a murmurar para sí—: Es un genio actuando, por no mencionar su apariencia, su encanto y su capacidad para llamar la atención…

—¿Qué? ¿Perdón? —preguntó Mason al no entender los murmullos del otro. Su atención estaba centrada en el arañazo del auto.

Vick sacudió la cabeza como si no tuviera importancia.

—Pero, después de todo, ¿por qué no firmamos un contrato y salimos a celebrar? Para la siguiente película, te daré una garantía de ejecución de diez millones de dólares, ¿qué dices?

Shiro
La garantía de ejecución es un incentivo que reciben las estrellas cuando una película alcanza en ganancias el punto de equilibrio.

—¿Cuánto? ¿Cuánto vas a pagarme? —Mason le dirigió una mirada inquisitiva.

Rodeándole los hombros con el brazo, Vick comenzó a explicarle de manera efusiva y apasionada su sinopsis perdida.

Fuera del set, el sonido de las sirenas de los autos de policías y la gran multitud de paparazzi que se congregaron, provocó un alboroto que se prolongó durante bastante tiempo.

Era una calurosa noche, típica de Hollywood.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido