Dama Caballero – Capítulo 68: No huyas

Traducido por Kiara

Editado por Nemoné


El empleo de Kuhn en la mansión Blaise había comenzado. Solía ​​colarse dentro de la mansión para proteger el lado de Elena, pero ahora podía caminar al aire libre.

Las ventajas y desventajas eran obvias. No tenía que preocuparse por las miradas de otras personas, pero era difícil moverse en secreto porque los residentes conocían su rostro. Actualmente, Kuhn informó su estado a uno de los hombres de Carlisle, que se había disfrazado de cartero.

—Dígale al general que la infiltración fue exitosa.

— ¡Sí señor!

Kuhn podía haber informado a Carlisle en persona, pero a partir de ahora tenía que comunicarse a través de cartas o por boca de otras personas. Lo mejor era comunicarse a través de los hombres de Carlisle lo más directamente posible, ya que usar un mensajero o una carta podría arriesgarse a exponerse al mundo exterior.

Afortunadamente, no tenía que preocuparse mucho por eso. Tiendas de comestibles, jardineros, decoradores de interiores, había cientos de visitantes por día en la mansión Blaise, muchos de los cuales ya estaban llenos de la gente de Carlisle. De lo contrario, hasta ahora, no habría sido fácil para él darse cuenta cada vez que Elena colgaba un pañuelo rojo en su ventana.

Pensé que la seguridad ya sería suficiente antes de la boda…

Pero cuando apareció de repente un intruso misterioso, su lado no tuvo más remedio que ponerse en alerta máxima. Había una debilidad en su defensa, a pesar de sus mejores esfuerzos para asegurar la casa.

—Al final, resultó así.

Estaban claramente limitados cuando solo vigilaban la mansión desde el exterior, pero la razón por la que no se infiltraron en la mansión antes era porque esta era la residencia de Blaise. La casa a menudo era visitada por caballeros altamente entrenados, y con la formidable red de información de los Blaise, había un alto riesgo de ser atrapados. Sobre todo, no se podía descartar la posibilidad de que Elena no lo dejara pasar. Si bien puede saber que ya estaba bajo vigilancia hasta cierto punto, también era diferente de infiltrarse en la mansión y conocer cada movimiento. Cada familia tenía secretos que querían mantener ocultos.

— ¿Fue realmente fácil entrar por la señorita?

Después de que Kuhn pasó varios días construyendo una identidad y un currículum falsos, Mirabelle le permitió trabajar sin una entrevista. También parecía que Mirabelle había influido mucho en Elena para convencerla de que lo dejara quedarse. Era una gran ventaja, por supuesto, pero eso significaba que Kuhn había estado tratando de evitar a Mirabelle en todo momento.

Fue cuando Kuhn estaba mirando al cartero corriendo de regreso para entregar el mensaje a Carlisle. Se oyeron pasos, y alguien apareció de repente al lado de Kuhn.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

Mirabelle lo miró con sus brillantes ojos verdes. No había permitido que Kuhn descansara por un momento desde que comenzó a trabajar, y sintió que él era el que estaba bajo estricta vigilancia.

—Solo estaba de pie en este lugar. ¿Qué hace usted aquí?

—Es casi la hora del almuerzo, así que fui a buscarte.

Kuhn no entendía por qué ella iría a buscarlo a la hora de comer. Más importante aún, el tono de Mirabelle era demasiado educado para dirigirse a un sirviente.

La cara de Kuhn permaneció inexpresiva mientras hablaba en voz baja.

—No hay necesidad de que te preocupes por mi bien. Dirígete a mí como cualquier otro sirviente.

— ¿Cómo debería llamarte?

—Solo llámame Kuhn.

— ¿De verdad? ¿Realmente puedo?

Parecía como si Kuhn le hubiera dado un regalo increíble. Encontró su reacción un poco vergonzosa. Era natural que la dueña de la casa llamara a los criados por su nombre. Kuhn simplemente dio su permiso, y de alguna manera Mirabelle parecía muy contenta de haberle dado su nombre, no el apellido, a pesar de que no tenía ningún significado especial.

Mirabelle probó cuidadosamente el nombre en su boca.

 — ¿Kuhn?

—Sí.

Kuhn respondió con una mirada sombría, pero Mirabelle se echó a reír alegremente. Luego se inclinó y le susurró a Kuhn con una voz suave como la brisa de primavera.

—Llámame Mirabelle cuando estemos solos.

—Eso no es lo que quise decir al permitirte usar mi nombre. ¿Cómo podría un sirviente llamar a su amo por su primer nombre?

—Esta bien. Lo permitiré.

A veces Kuhn sentía que estaba hablando con una pared. Mirabelle fue la primera persona en unirse a la vida de Kuhn, a pesar de sus signos externos de aversión. No fue intencional, pero nadie se acercó a Kuhn debido a su pálida piel y la atmósfera fría a su alrededor. Pensó que era más cómodo de esa manera, pero ahora Mirabelle parecía estar tocando constantemente su puerta.

Kuhn respondió, su voz más fría de lo habitual.

—Debo declinar. No es cortés para mí llamar a una joven por su primer nombre.

—Bien. Piénsalo más tarde.

A pesar de su negativa rotunda, Mirabelle no parecía estar dispuesta a ceder, y gentilmente trataba de alentarlo. Kuhn no dijo nada más, ya que sintió que era inútil responder.

Mirabelle continuó, tirando de su manga.

—Comamos juntos.

—Entonces haré los preparativos —Indicó Kuhn.

—Ya he preparado algo para ti, así que por favor ven. Primero dijiste que no podías llamarme por mi nombre porque soy la señora, ¿y ahora estás tratando de ignorarme?

No importa cuán gentil pareciera Mirabelle, ella era infinitamente persistente. Kuhn se vio obligado en silencio a responder.

—Entiendo.

♦ ♦ ♦

Mirabelle y Kuhn llegaron al comedor donde comía la familia. Afortunadamente, no había nadie adentro, pero la expresión de Kuhn permaneció rígida. Era extraño pensar en un sirviente comiendo junto a su amo. Aún más, Kuhn no quería llamar más la atención, ya que cada vez más personas lo conocían debido al favoritismo de Mirabelle.

—Toma asiento.

Mirabelle se sentó primero y señaló la silla opuesta. Sin embargo, Kuhn permaneció de pie.

—Jovencita, no es una buena idea tratar a un sirviente así.

—Soy la señora, entonces decidiré qué está bien o qué está mal. Kuhn se sentará allí y comerá la comida que he preparado.

Nunca había servido a alguien tan terco. Contuvo un suspiro y se sentó. Kuhn no pudo rechazar su pedido, por absurdo que fuera. Poco después de que ambos se sentaron, se les colocaron cuencos de estofado de pollo, ginseng, azufaifa y otros ingredientes nutritivos. Los otros sirvientes que llevaban la comida miraban sospechosamente a Kuhn, pero nadie se atrevió a abrir la boca frente a Mirabelle.

—Por favor come. Lo tenía preparado especialmente para ti porque estaba preocupada por tu lesión.

Kuhn miró el cuenco que tenía delante. Nunca antes había comido una comida lujosa como esta. Incluso cuando Carlisle le dio algunos ingredientes medicinales para cuidar de sí mismo, Kuhn solo los había ingerido crudos y nunca los había cocinado de esta manera.

—Es uno de mis platos favoritos. He tenido un cuerpo débil desde que nací, así que como mucha comida saludable. Este es mi favorito de todos ellos.

Kuhn simplemente asintió mientras miraba a Mirabelle hablar tímidamente. La diferencia en su estado era clara. Nunca había probado la comida que ella disfrutaba. Aunque su estado no era tan bajo ahora que trabajaba para Carlisle, no cambió el origen humilde de Kuhn.

Kuhn sin palabras tomo una cucharada del estofado. El olor fragante de hierbas y pollo tierno hizo que sus sentidos salivaran. Kuhn se movió incómodo al notar que Mirabelle lo miraba con ojos brillantes.

— ¿Te gusta eso? ¿Se adapta a tu gusto?

—Cualquier cosa me sabe bien.

Él simplemente respondió involuntariamente “sí”, y en secreto hizo una mueca porque se sentía infantil. Mirabelle respondió con una mirada inocente.

—Eso es un alivio. Le dije al chef que preparara mucho, así que por favor, disfrútalo.

Mirabelle aceptó su respuesta sin dudarlo. Ella era la hija de un conde que había crecido en un ambiente amoroso, y Kuhn a veces estaba desconcertado sobre cómo tratarla, ya que ella era muy diferente de él.

Pero estos días no durarán mucho.

Solo estaba aquí para capturar al intruso misterioso. Solo necesita ser paciente antes de que finalmente vuelva a su rutina normal. No había razón para ser cauteloso. Eso era lo que Kuhn pensaba cómodamente para sí mismo.

Desde entonces, Mirabelle siguió los pasos de Kuhn constantemente. Actualmente, él descansaba a la sombra después de rastrillar el jardín, recoger ramas y cortar leña. Había sido un trabajo agotador. Notó que Mirabelle se acercaba a él y se alejó para evitarla. Él podría perderla si realmente quisiera, ya que ella no era una buena corredora.

—Kuhn~, Kuuhn~.

Mirabelle estaba sobre él otra vez como una niña que corre tras su madre. Sin previo aviso se tropezó con una piedra y cayó al suelo.

— ¡Ah!

Mirabelle miró la figura de Kuhn antes de revisar su rodilla. Su mirada sobre él se sintió tan desesperada que Kuhn dejó de caminar sin siquiera darse cuenta. Luego se dio la vuelta y se dirigió hacia donde había caído Mirabelle.

— ¿Huh?

Levantó la vista sorprendida cuando notó que Kuhn estaba de repente frente a ella. Kuhn no ocultó su velocidad, pero Mirabelle pensó que debía haber parpadeado. Kuhn extendió su mano y habló en un tono monótono.

— ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

Mirabelle tomó su mano y Kuhn la levantó. La falda de su vestido tenía una mancha de sangre. Quizás se había herido la rodilla.

— ¿Por qué sigues viniendo detrás de mí?

Mirabelle respondió con una expresión brillante.

— ¿Regresaste porque me caí?

Kuhn dudó en responder. Mirabelle era la ama, y Kuhn era el sirviente. Sería un motín decir que no. Sin embargo, ella habló antes de que él pudiera responder.

—Gracias a Dios. Aún me estabas prestando atención. Tenía miedo de ser una molestia.

Nemoné
Algo...

Kuhn se sintió momentáneamente frustrado por el comentario de Mirabelle. Por supuesto que era una molestia. Era una tonta si no podía captar sus señales, pero continuó, sin cesar.

—La próxima vez que camines rápido, me caeré. Me di cuenta de que no puedo alcanzarte a mi propio ritmo —Indicó Mariabelle.

— ¿Por qué quieres atraparme?

—Quiero hablar contigo como ahora, y comer contigo… —Expresó ella.

—Hazlo con los otros sirvientes —respondió él.

—Quiero hacerlo con Kuhn.

—Otros dirían que es favoritismo —advirtió Kuhn.

—No me importa.

Los ojos de Mirabelle estaban fijos. En contraste con su apariencia delicada, ella era extraordinariamente terca.

Kuhn miró la rodilla lesionada de Mirabelle y luego habló:

— ¿No hay un vestido de novia en el que tengas que trabajar?

Fue la única vez que Kuhn estuvo libre. Mirabelle también estaba muy ocupada y tuvo que darse prisa para completar el vestido antes de que llegara la fecha de la boda.

—Tengo que regresar en un rato. Solo es un pequeño descanso.

—Solo descansa y no te obligues a salir. ¿Por qué vendrías aquí cuando estás débil?

—Si estás preocupado por mí, entonces no huyas —Expresó ella.

—Haaaa —Kuhn suspiró. No tenía otras palabras para decir.

De repente, mientras caminaban, Mirabelle hizo una mueca cuando el dolor le subió por la rodilla.

—Ay.

Kuhn miró a Mirabelle, que se habia quejado.

—Llamaré a la sirvienta.

—Oh no. Me sentiré mejor después de sentarme un rato. Un lugar para sentarse… ¡Ah! Hay un banco por allá.

Mirabelle señaló hacia un banco de piedra sólida. Era ornamental, no estaba hecho para sentarse, pero funcionaría en esta situación.

Mirabelle dio un paso hacia él, cuando Kuhn la detuvo.

—Por favor espera.

— ¿Qué?

Pronto entendió lo que quería decir. Kuhn caminó hacia el banco y lo levantó fácilmente, luego regresó y lo depositó frente a Mirabelle.

—Vaya.

La boca de Mirabelle cayó. Sabía lo pesado que era, pero Kuhn, aunque tenía una figura delgada, lo había movido sin ninguna dificultad.

—Eres increíble.

A pesar de los elogios de Mirabelle, no hubo un destello de reconocimiento en el rostro de Kuhn.

—Siéntate y descansa.

Mirabelle se recostó en la silla. La piedra era dura contra sus piernas, pero extrañamente, se sentía más cálida que cualquier otra silla. Ella miró a Kuhn.

—Eres muy amable.

Kuhn la miró incrédulo.

— ¿Qué? No… ¿Te refieres a mí?

— ¿Hay alguien más aquí?

Mirabelle sonrió. Kuhn podría intentar huir de su alcance, pero al final siempre sería atrapado por ella. Y así siguió persiguiendo más.

¿Conoces mis sentimientos? Pensó Mariabelle.

Ella levantó la vista, el claro cielo azul apareció detrás de él. La primavera llegaba pronto. El clima encantador sería un momento perfecto para un picnic.

— ¿Por qué no vamos de picnic después de la boda?

Kuhn, a diferencia de la dulce Mirabelle, prometió capturar a la misteriosa persona en la mansión Blaise lo antes posible.

♦ ♦ ♦

El tiempo pasó rápidamente, hasta que llegó el día antes de la boda de Elena y Carlisle. Elena se despertó temprano en la mañana y se levantó de la cama.

Ya es mañana, pensó.

Solo un día más, y la tan esperada boda estaría aquí.

4 respuestas a “Dama Caballero – Capítulo 68: No huyas”

  1. Muchas gracias por el capítulo, si Carlisle es sobreprotector para Elena, Mirabelle es de insistente para con Kuhn, Dios, mi Kokoro sufre!!!
    Saludos

  2. Mirabelle me mata de ternura. Quiero ver qué carajo van a decir los sirvientes, incluso Elena cuando se entere. La imagen de este cap está preciosa *-*

  3. Gracias por los capítulos!!!!
    La verdad es que Mirabelle es bastante pesada pero no lo hace con mala intención 😅😅😅😅😅
    Necesito saber que va a pasar en la boda!

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