El dragón volvió a arrebatar a una princesa – Capítulo 10: Ella no me gusta

Traducido por Shisai

Editado por Meli


—Entonces… Tammy… Tú… —El ratón gris habló con cierta dificultad— ¿Mataste a alguien?

Tammy limpió con cuidado la sangre en el cuerpo de Shiloh.

—Bueno… Ese tipo de persona merece ser asesinada —dijo.

Eliza miró desconcertada al inconsciente Shiloh en el suelo.

—Entonces él .. ¿Por qué no se casó con la princesa? —Ella preguntó.

—No lo sé… —Tammy negó con la cabeza.

Miró a Shiloh con el rostro pacífico y dormido, y sus pensamientos habituales pasaron a primer plano.

—Quizás… —Tammy parpadeó y habló con mucha seriedad—: Quizás… Le agrado.

¡El ratón gris roció el agua en su boca!

—Tammy… ¿Volvió a entrar agua en tu cerebro?

—Entonces él… entonces, ¿por qué no se casó con la princesa? Y… ¡¿y por qué es tan bueno conmigo?! —reflexionó mientras le daba un golpecito en la mejilla.

—Quizás no se casó con la princesa solo porque no le agradaba. Te trata bien… ¡¡¡Es evidente que es por culpa!!!

Tammy tenía la boca obstinada en una línea plana y no habló.

¡No era solo culpa!

Había recuperado sus recuerdos, pero recordaba que cuando acababa de convertirse en dragón, su conciencia estaba algo borrosa, pero podía sentir con claridad que un hombre se inclinó y lo besó con suavidad.

Solo sabía que había sido Shiloh.

Sí… Shiloh, quien acababa de convertirse en hombre.

Eliza suspiró con tristeza.

¿Cómo podía su hermano mayor seguir siendo tan tonto como siempre?

En un inicio, la furia lo hizo ir a buscar a Shiloh para ajustar cuentas, pero su corazón se ablandó de inmediato tan pronto como vio que Shiloh había sido golpeado. Después, se enteraró de que se había negado a casarse con la princesa del Reino de Xilan, y volvió a pensar que todo sobre Shiloh era bueno. Era como si hubiera descartado el hecho de que lo había engañado y luego lo hubiera convertido en un dragón.

El ratón gris quería poner algo de sentido en este gran y tonto dragón con un puñetazo.

Dime, ¿cómo podría haber alguien en este mundo que tuviera un corazón tan grande, hasta el punto de ser incapaz de soportar ningún rencor?

En realidad hizo que la gente se sintiera exasperada.

Cuando Shiloh se despertó, lo primero que vio fue un par de ojos oscuros mirándolo sin pestañear.

Un rostro familiar que no había visto en mucho tiempo, el joven príncipe.

—¿Tammy? —Shiloh se quedó atónito por un momento.

Tammy vio que Shiloh se había despertado y una sonrisa floreció de inmediato en su rostro.

—Por fin estás despierto —Se puso de pie, luego sonrió feliz y dijo—: Si no despertabas, estaba pensando en besarte, eh… como la legendaria Bella Durmiente.

Shiloh notó la pierna de pollo asada junto a él y también a Eliza, quien lo miraba de vez en cuando.

La presencia de esta chica aquí significaba… Sus ojos brillaron por un segundo antes de quedarse callados de nuevo.

—Tú lo sabes todo —habló con debilidad y bajó la mirada.

—¿Saber qué? ¿Saber que tú eras un dragón? ¿O saber que fuiste tú quien me convirtió en dragón?

Shiloh no habló. Sus dedos entumecidos se cerraron en un puño, pero no había rastro de expresión en su rostro.

—Quiero preguntarte. —Tammy se agachó en el suelo, apoyó la cabeza en su mano y preguntó con seriedad—: ¿Por qué te negaste a casarte con la princesa del Reino de Xilan?

—No me gusta —dijo después de un breve silencio.

El corazón de Tammy saltó hacia su garganta.

—Entonces, ¿hay alguien que te guste? —No parpadeó en absoluto cuando lo preguntó.

El aire estaba quieto y silencioso en ese momento.

Shiloh miró los rasgos claros de este joven de cabello oscuro y ojos negros frente a él, y su corazón entró en trance.

Este joven.

No parecía haber cambiado en absoluto.

Siempre fue así, se dejó engañar durante mucho tiempo. Parecía que Tammy también le había mirado así en ese entonces, creyendo incondicionalmente en él.

—Mientras dibuje ese símbolo con sangre, Shiloh, ¿te convertirás en una persona? —confirmó antes de estirar la muñeca.

¿Qué pasó por su mente ese entonces mientras permanecía en silencio por un momento antes de asentir?

Era claro que había sentido un vago arrepentimiento, pero aún así continuó por el camino equivocado.

Desde el momento en que Tammy se convirtió en dragón, las emociones que habían estado en el fondo de su corazón se revelaron poco a poco, centímetro a centímetro. Cuando logró su objetivo inicial, fue como si la venda de los ojos se hubiera caído mientras apartaba la niebla para revelar la cantidad interminable de cuidado, preocupación y cosas por el estilo que había descuidado en lo más profundo de su corazón.

Sin embargo, ya estaba condenado a soportar el peso de su crimen para siempre.

Entonces, ¿qué calificaciones tenía ahora… para gustar de él?

Por lo tanto, Shiloh contestó con firmeza:

—No.

No le agradaba nadie.

No estaba calificado para… gustar de él.

Una respuesta en “El dragón volvió a arrebatar a una princesa – Capítulo 10: Ella no me gusta”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido