El fuerte caballero negro – Capítulo 40: Los preparativos y la víspera de la partida (Parte 2)

Traducido por Lucy

Editado por Nemone


Frente a la Puerta de la Ciudad.

Por fin, es el día de la partida del “Viaje de Peregrinación” de Su Alteza.

En lugar de mi capa roja habitual, llevo una capa verde intenso con una capucha que oculta todo mi cuerpo.

Nos rodean soldados, entre ellos Su Majestad, la princesa, el primer ministro y Conrad, que han venido a despedirnos, así como varios nobles y curiosos del distrito comercial.

En medio de todo esto, Conrad dice:

—Capitán, lo he dicho muchas veces, pero por favor, déjenos los asuntos del castillo a nosotros. Capitán, usted tiene el deber de custodiar a Su Alteza, pero en cierto sentido, estas son también sus vacaciones. Por favor, descanse. Por eso Alice y Claude también están aquí.

—Vacaciones… ¿Lo dices de forma tan atrevida? Es mi deber custodiar a Su Alteza, ¿sabes?

Conrad me dijo que no me preocupara y que disfrutara de mis vacaciones al máximo. Sin embargo, aunque es un deber de guardia, creo que es un poco exagerado tratarlo como unas vacaciones.

—No, no puedo permitirlo. Trabajas demasiado a diario. Sabes que he intentado muchas veces darte vacaciones como capitán, pero he fracasado. Además, Su Majestad también dijo que estas son unas vacaciones.

—Su Majestad…

Incluso Su Majestad dijo tal cosa.

Bueno, no tiene sentido que diga nada más.

Conrad es del tipo que, una vez que decide algo, lo llevará a cabo sin importar lo que yo diga. Por eso cualquier cosa que diga desde el principio es inútil.

Pero ese también es uno de los encantos de Conrad, así que no me importa.

—Entendido, entendido. Sin duda disfrutaré de mis vacaciones. Pero recuerda, ¡proteger a Su Alteza es la máxima prioridad! Lo entiendes, ¿verdad?

—Por supuesto, lo entiendo muy bien. Pero también está bien relajarse y estirar las alas.

Conrad entiende mi trabajo y a mí.

Es una declaración reflexiva, así que puedo aceptar sus palabras con sinceridad.

Eso es lo que me hace pensar que es mayor, en cierto modo.

Por qué una chica joven como yo se ha convertido en capitán, sigo sin entenderlo después de dos años de estar juntos.

Creo que Conrad es capaz de ser el capitán, pero él mismo dice que no está capacitado para ello, así que he decidido no mencionar este asunto.

—Bueno, entonces aceptaré tu oferta.

Aunque esta vez sea una misión, ¿nos olvidamos de nuestros deberes en el castillo durante el viaje?

En respuesta a mis palabras, una suave voz contestó: “Sí”.

♦ ♦ ♦

[POV de Claud.]

—Ese chico, siempre escucha lo que dice Conrad.

Mientras cargaba el equipaje en el caballo, escuchaba la conversación entre Chie y Conrad.

—Mi hermano nunca ha vacilado una vez que decide algo. El Caballero Negro también lo entiende, así que asiente a las palabras de mi hermano.

Alice, que estaba trabajando a mi lado, respondió.

Ya veo, así que es así.

Intenté varias cosas para darle un respiro a Chie de alguna manera, pero fracasé cada vez. Por fin, aunque se trate de una misión, ha sido liberada de su intensa carga de trabajo.

Para Conrad, que se aferra a sus decisiones pase lo que pase, hay cosas en las que no puede transigir en absoluto.

—Por cierto, Alice, pareces más feliz que de costumbre.

Alice, con una sonrisa en la cara, respondió:

—Sí, mi hermano por fin se ha decidido. Como su hermana y como alguien que sirve a nuestro respetado señor, no hay nada más alegre que esto.

Comprendí y estuve de acuerdo con las palabras de Alice.

Conrad, que decidió confesarse a Chie cuando estuviera de regreso.

Mientras estamos en nuestro viaje, él pensará en las palabras y el lugar para hacer su declaración.

—Ahora, depende de Claude averiguar lo que ella siente por Conrad.

—Ahí, hermano mío, tienes que darlo todo. Aunque signifique sacrificarte debes mostrar resistencia para cortejarla y conquistarla con perseverancia. De lo contrario, no serás un verdadero hombre.

Dice cosas despiadadas, sea su hermana o no.

Sin embargo, ese aspecto de fuerza de voluntad es también una de las cosas que admiro de Conrad.

Pero cortejar a alguien…

—Le he visto cortejando a Conrad —dijo Claude de un tirón.

A menudo veo a Conrad sonrojarse en respuesta a las palabras de Chie.

—No, no es solo “como” cortejándole, lo está haciendo de verdad. Aunque el Caballero Negro no es consciente —dijo Alice, sonriendo con expresión preocupada.

No pude evitar una sensación de resignación, pensando: Como sospechaba.

Chie tiene una manera de decir cosas increíbles a Conrad.

—Incluso el otro día dijo cosas como “Eres genial”, “La gente de por aquí no tiene gusto” y “Nunca he visto a un hombre tan maravilloso como Conrad”. Le dijo esas cosas a mi hermano —continuó Alice.

—Vaya, puede decir eso sin sentirse avergonzada delante de él.

Me imagino a Conrad sonrojándose.

La propia Chie cree que está diciendo la verdad y no lo considera un cortejo.

—En retrospectiva, el segundo día que nos conocimos, le dijo a mi hermano: “Decir “yo” en vez de “me” me gusta más”. Desde entonces, ella ha seguido cortéjandolo, y mi hermano se enamoró —añadió Alice.

Eso no se le dice a alguien que acabas de conocer hace dos días.

Una vez más, me quedé atónito ante las palabras y los actos de mi mejor amiga.

Incluso con alguien a quien conoces desde hace años, sería demasiado vergonzoso decir esas cosas.

¿Y no suelen ser los hombres los que cortejan y las mujeres las cortejadas?

—¿Soy el único que piensa que es lo contrario cuando veo a esos dos…?

—No, señor Claude, tiene toda la razón. Es lo contrario —contestó Alice, sujetándose también la cabeza con las manos.

¿Puede Conrad confesarse como es debido?

Empiezo a preocuparme por lo que nos espera.

♦ ♦ ♦

—Entonces, me despido.

Su Alteza habló a Su Majestad y a la Reina mientras estaba de pie junto a su caballo.

Su Alteza está adornado con una magnífica cota de malla plateada y lleva una espada bastarda en la cintura. Al igual que yo, también viste una capa verde oscura con una capucha que oculta todo su cuerpo.

En cuanto a la capa, todos los que le acompañamos llevamos la misma.

Claude lleva su atuendo habitual de combate, mientras que Alice lleva su traje habitual de sirvienta junto con guanteletes y botas metálicas.

—Muy bien, tengan cuidado.

—Asegúrate de escuchar lo que dicen los Caballeros Negros.

Las palabras de Su Alteza fueron respondidas por Su Majestad y la Reina.

Mirando sus caras, parece que están muy preocupados.

Es comprensible. Lo normal sería estar acompañado por un mayor número de guardias, pero esta vez solo hay tres escoltas.

No hay problema en términos de fuerza militar, pero es natural que los padres se preocupen.

—¡Hermano! Cuando vuelvas, por favor, ¡cuéntanos muchas historias!

En medio de eso, la princesa le dijo a Su Alteza con voz alegre.

A lo que Su Alteza respondió con una sonrisa radiante, diciendo:

—¡Oh, prepararé muchas historias que no se pueden contar en un día o dos!

—¡Eso es algo que hay que esperar! Padre, madre, ¡escuchemos juntos en familia! —dijo la princesa a Su Majestad y a la Reina.

Parecía haber soltado parte de su tensión, mostrando una expresión aliviada.

Ya veo, comprendo.

—¡Caballero Negro!

—¡Princesa, eso es impropio!

Gritó la doncella principal mientras corría hacia mí, llamando a la princesa.

A pesar de haber cumplido quince años y haber alcanzado la edad adulta este año, la princesa sigue siendo tan marimacho como siempre.

—Princesa, es peligroso correr.

Después de todo, llevo zapatos de tacón alto. Podría torcerse el tobillo si no tiene cuidado.

—No pasa nada. Correr es más fácil que bailar, ¿sabes?

No se trata de eso.

Me reí entre dientes ante el comentario un tanto fuera de lugar de la princesa.

—De todos modos, por favor, cuida de mi hermano. Yo vigilaré a padre y madre.

—Ah, como esperaba.

Asentí a las palabras de la princesa y ella me guiñó un ojo.

Las acciones de la princesa de antes no eran más que una conversación familiar casual, pero era su forma de mostrar preocupación.

—Es usted increíble, princesa.

—No es para tanto. Si lo dejamos como está, padre y madre se preocuparán demasiado y se cansarán.

Lo dijo como si nada, pero en realidad es bastante difícil aligerar el ambiente.

La princesa lo consigue fácil.

Puede que sea marimacho, pero se ha convertido en una princesa espléndida, y estoy orgulloso de tener una persona tan capaz.

Si tuviera que expresar mis deseos, me gustaría que destacara no solo en el tiro con arco, que ha empezado a practicar, sino también en el baile y el estudio.

—¡Caballero Negro! Partamos pronto.

Parece que los saludos previos a la partida terminaron, y su Alteza me llamó.

—¡Entendido! —respondí a Su Alteza y me volví hacia la princesa.

—Bien entonces, nos despediremos.

—Sí, tengan cuidado en el viaje.

Mientras me ponía la mano derecha en el pecho y hacía una reverencia, la princesa levantó su falda y me devolvió la reverencia.

Admiré como la princesa se había vuelto bastante elegante en sus modales y hablé con Conrad, que estaba cerca.

—Conrad, te lo dejo todo a ti en mi ausencia.

—¡Sí! Déjamelo a mí. Cuídese, capitán.

Asentí en respuesta a la afirmación de Conrad y me acerqué a Su Majestad y a la Reina.

—Vamos a partir. Por favor, confíenme la protección de Su Alteza en el viaje.

—Te lo confío a ti, Caballero Negro.

—Y tú, ten cuidado y no te fuerces.

—Agradezco tu preocupación.

Después de intercambiar saludos e inclinaciones, monté a Hayate.

Confirmando que los tres estábamos montados en nuestros caballos.

—¡Ahora, vamos!

A la señal de Su Alteza, impulsamos a Hayate y a los otros caballos hacia adelante.

Por detrás, varias personas gritaban: “¡Cuidado!”, y nosotros saludamos mientras avanzábamos.

El “Viaje de Peregrinación” de Su Alteza ha comenzado en este mismo momento.

♦ ♦ ♦

En cierto camino. 

Partimos de la capital hacia el mediodía. Varias horas han pasado desde entonces.

—Ya es hora de que aseguremos un lugar para acampar.

—¿Eh? ¿Ya? —preguntó Su Alteza, aún sorprendido por la luz del día.

Sí, eso pensaba.G

—Es porque aún hay luz. Tenemos que asegurar un lugar y recoger leña antes de que oscurezca. En la oscuridad se vuelve más peligroso. Tenemos que prepararnos antes de que eso ocurra.

Su Alteza comprendió mientras le explico.

—Ya veo. Entonces busquemos un lugar antes de que se ponga el sol.

Diciendo esto, Su Alteza comienza a buscar con entusiasmo un lugar.

—Parece muy ansioso, capitán.

Claude se acerca a mí y entabla conversación.

—En realidad, Su Alteza parecía tener ganas de acampar. Parecía inquieto desde hace unos días.

Informo a Claude sobre Su Alteza.

Para Su Alteza, este viaje está lleno de primeras experiencias e incógnitas.Aunque parece elegante, el Príncipe Heredero es bastante curioso y se interesa por varias cosas. Lo mantiene bajo control, pero parece que no tiene intención de reprimir esa curiosidad en esta ocasión.

Así es el hermano mayor de la princesa.

Los hermanos se parecen bastante.

Durante un rato, los tres observamos a Su Alteza buscando con entusiasmo un lugar con sonrisas en nuestros rostros.

—Pues bien, Alteza, Claude y yo iremos a recoger leña. Su Alteza, por favor tome un descanso. Alice, te dejo la protección de Su Alteza a ti.

—Entiendo.

—¿Te parece bien? Yo también ayudaré.

Su Alteza parece resistirse a tomar un descanso y se ofrece a ayudar.

Pero bueno…

—Su Alteza, aprecio su intención… pero sus piernas se tambalean, ¿sabe? No hay necesidad de ocultar su fatiga.

Su Alteza no pareció darse cuenta, hasta que desmontó, de que había estado agotando su resistencia a través de largas horas de cabalgata. Me doy cuenta solo con mirarle.

Nosotros estamos acostumbrados a tareas exigentes, así que aún tenemos mucha energía, pero Su Alteza, que no está acostumbrado al esfuerzo físico, es diferente.

Aunque aumente su resistencia mediante el entrenamiento con la espada, su resistencia sigue estando a un nivel medio para una persona normal.

La habilidad con la espada y la resistencia física son dos cosas diferentes.

A partir de mañana, tomemos descansos regulares.

—Lo siento…

Su Alteza se retiró, como era de esperar.

Su expresión estaba abatida.

Lo siento, había varias cosas que quería hacer durante el campamento.

A partir de mañana, Su Alteza también podrá participar, así que por favor anímese.

—E-Entonces, ¿nos vamos, Claude?

—S-Sí.

Con un extraño sentimiento de culpa, Claude y yo nos dirigimos a recoger leña.

—¿Qué tal por ahí, Claude?

—Está bien. No hay escondites de bandidos y el agua bendita mantiene alejados a los monstruos.

Mientras recogíamos leña, Claude y yo buscamos posibles peligros en los alrededores.

Parece seguro por ahora.

—Entonces regresemos pronto.

—Sí, con esta cantidad de leña, debería durarnos toda la noche.

Habiendo reunido suficiente leña, decidimos volver al campamento.

Al volver al campamento, veo a Su Majestad y a Alice sentados y charlando.

—Bienvenidos de nuevo. Voy a preparar la cena ahora mismo.

Diciendo esto, Alice se levanta y enciende los pocos troncos de leña que recogimos.

Parece que ella terminó los preparativos mientras Claude y yo recogíamos leña.

Ahora, ya que hemos confirmado que no hay nada alrededor, ya es hora.

—Su Alteza, hay un asunto importante que necesito discutir.

—¿Hmm? ¿Qué es? Hable.

Cuando me dirijo a Su Alteza con tono formal, ladea la cabeza y me mira.

Claude, sentado a su lado, tensa su expresión.

—Hace tiempo que lo vengo considerando, y me parece apropiado hablar de ello con Su Alteza durante este viaje. Tiene que ver con los secretos del Imperio, y se los explicaré.

—¿Los secretos del Imperio?

Las arrugas se forman en la frente de Su Alteza.

Es comprensible que ponga esa expresión cuando oye hablar de los secretos del Imperio.

—Sí, en realidad hay una existencia solitaria dentro del Ejército Imperial llamada “Agente Secreto Imperial”. Este individuo se infiltra en un escenario donde las investigaciones no pueden llevarse a cabo y recopila información en el más absoluto secreto. Los únicos que conocemos a esta persona somos yo mismo, Conrad, Alice y Su Majestad.

—¡Un momento! ¡Si solo esos cuatro lo saben, entonces esta persona es Claude…!

Parece que Su Alteza ha comprendido la situación a partir de mi explicación.

—Sí, así es. Este hombre de aquí es el único: “Agente Secreto Imperial” del Imperio, Claude Orgren. Es un auténtico soldado perteneciente al Ejército Imperial. En esencia, es mi subordinado directo.

Su Alteza se sorprende, abriendo y cerrando la boca.

Frente a la atónita Su Alteza, Claude se arrodilla.

—Encantado de conocerle de nuevo. Soy el “Agente Secreto Imperial” Claude Orgren. Pido disculpas por el retraso en la presentación formal debido al secreto de mi existencia.

—¡No! Puesto que es un secreto, no puedo culparte. Al contrario, debería estarte agradecido a ti, que has apoyado en silencio al Imperio.

Mientras se agita, Su Alteza pone su mano en el hombro de Claude.

—Has trabajado para el Imperio con tanta diligencia, incluso sin mi conocimiento. A partir de ahora también confío en ti.

Al decir esto, Su Alteza sonríe.

—Es un honor abrumador.

Al escuchar las palabras de Su Alteza, Claude jura una vez más trabajar para el Imperio.

Con esto, podrán continuar su viaje y actuar sin secretos, incluso después de que Su Alteza ascienda al trono.

Uno de los objetivos de este viaje se ha cumplido.

—Bien entonces, tengamos una charla para profundizar nuestra amistad. Asistiré a Alice.

Diciendo esto, Su Alteza se levanta y se dirige hacia Alice.

—Parece que la presentación de Claude está completa.

—Bueno, no queda nada más que ellos dos profundicen su amistad.

—¿Así que los dejas solos?

—Sí.

Alice y yo observamos a los dos desde la distancia.

Parece que disfrutan de su conversación y que se llevan bien.

Después de terminar la comida, discutimos los planes futuros y nos dedicamos a charlar sin dejar de estar atentos a los que nos rodea.

Pasé un rato muy tranquilo.

—Bueno, vamos a descansar pronto. Por favor, asegúrate de descansar bien hoy.

—¿Eh? ¿No deberíamos turnanos para vigilar?

—Es demasiado pedirle eso a Su Alteza el día de hoy. Debe estar cansado de la larga cabalgata. Tomaremos descansos regulares mañana. Por favor, encárgate de la guardia nocturna a partir de mañana.

—Lo siento.

Su Alteza aceptó.

Sin embargo, no tenemos intención de hacer que Su Alteza haga la guardia nocturna.

Queremos que se quede despierto con Alice.

Dejárselo a un principiante en acampada salvaje sería lo más peligroso.

Pido disculpas a Su Alteza, pero por favor, tenga paciencia con nosotros, pensando que está de guardia.

Su Alteza se quita la armadura, se mete en el saco de dormir y se duerme con suaves ronquidos al cabo de unos minutos.

—Debía estar agotado de hacer algo desconocido. —dice Alice mientras mira la cara dormida de Su Alteza.

Acaricio a Hayate, que se ha acercado, y observó la cara dormida de Su Alteza.

Como dijo Alice, parece bastante cansado.

Planeamos acampar una noche más hasta el próximo pueblo. Es muy posible que nos encontremos con monstruos o bandidos hasta entonces. El reto actual es continuar el viaje sin cansar demasiado a Su Alteza.

—Ustedes dos, por favor, descansen también. Después de tres horas, Claude, te harás cargo, ¿verdad?

—Así es. Claude, despiértame y toma el relevo cuando sea la hora.

Confirmando el orden predeterminado.

Por el bien de nuestro futuro, hemos asignado un total de seis horas para dormir.

Si nos enfermamos durante el servicio de escolta de Su Alteza, sería contraproducente.

—Si ocurre algo, despiértame de inmediato.

Claude le dice a Alice con expresión preocupada.

Alice afloja las mejillas ante sus palabras y responde: “Sí”.

Es difícil distinguirlo a la tenue luz del fuego, pero sus mejillas deben de estar sonrojadas.

Date prisa y vete.

Mientras medito sobre tales pensamientos, abrazo a Sakuya y me siento con las piernas cruzadas.

Hayate dobla las rodillas detrás de mí y se acurruca a mi lado en posición de dormir.

Claude, como yo, se sienta con las piernas cruzadas y se envuelve en una capa, apoyándose en un árbol cercano.

No podemos permitirnos dormir indefensos.

Solo Su Alteza y Alice duermen dentro de sacos de dormir, mientras que Claude y yo dormimos sentados.

Dependiendo de las circunstancias, ya sea en una ciudad o en un pueblo, dormiremos en esta posición.

Estamos acostumbrados a ello debido a nuestro trabajo, así que no hay ningún problema.

—El viaje de peregrinación no ha hecho más que empezar.

Cuando tengamos la oportunidad de dormir, asegurémonos de descansar bien.


Nemoné
Bueno, lamentablemente eso es todo. El autor desapareció y no hay más capítulos por traducir y editar. Esperemos que en algún momento del futuro se anime a retomar esta historia y aparezca. Gracias a todos por leer la historia. Hasta una próxima.
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