Harem Imperial – Capítulo 73: El patio Shu Chuan (1)

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


—¿Señora?

Qing Feng se giró, sin abrir los ojos, cuando escuchó una voz suave. Pertenecía a Fu Ling. Estos días, Ru Yi era quien la despertaba ya que cuidaba de su dieta, por lo que si su sirvienta personal la estaba esperando tan temprano, algo debió de haber sucedido.

Como su abdomen crecía cada vez más, Qing Feng tuvo que levantarse lentamente de la cama. Al escuchar el movimiento, Fu Ling abrió la cortina y se acercó para ayudarla.

—¿Por qué tan temprano? —le preguntó Qing Feng.

—Ya no es temprano —rió Fu Ling luego de mirar afuera. Casi era Sishi [1]. El feto ya estaba en su séptimo mes, por lo que su Señora ya no sufría náuseas matutinas, y su dieta también era normal. Sin embargo, cada día se estaba volviendo cada vez más perezosa.

Qing Feng miró por la ventana y se dio cuenta que tenía razón. El sol invernal brillaba por el marco, iluminando todo en su camino. En efecto, era raro ver un clima tan bueno en esta temporada, lo que había causado su somnolencia.

—¿Sucedió algo del lado de Chen Zhen? —preguntó luego de estirarse perezosamente. Fu Ling vaciló antes de asentir.

—Cuando me dirigía allí anoche, tuve el sentimiento de que alguien me estaba siguiendo…

—¿Te siguieron? —Qing Feng abrió los ojos de inmediato, despertando del todo—. ¿Sabes quién fue?

—No vi quién era, pero no se preocupe —respondió Fu Ling se apresuró a mojar una toalla de algodón y pasársela a Qing Feng para que limpie su rostro. Sabía que no era correcto basarse en sentimientos para decir que fue seguida, así que para escapar de la mirada aguda de Qing Feng, le dio algo con lo que distraerse, esperando que su maestra no fuera a cuestionarla. En cuanto a por qué no mencionaba a Ming Ze, ella misma no tenía una respuesta.

Obviamente, Qing Feng no estaba satisfecha con su respuesta. ¿Desde cuándo Fu Ling actuaba basada en sentimientos?

—En el futuro, tendrás que dejar de ir personalmente. Encuentra a alguna anciana de confianza que haga esas tareas —le dijo mientras se limpiaba el rostro.

—Sí. —Fu Ling dejó escapar un suspiro de alivio, y sonrió mientras juntaba el cepillo de madera para estilizar el cabello de su maestra.

¿Qué es esa expresión de alivio? Fu Ling me está ocultando algo…

El buen humor de Qing Feng desapareció en un instante. Quería preguntarle, pero sentía que sería inapropiado. Por la reacción de la sirvienta en la mañana, debería estar relacionado con los sucesos de la noche anterior. ¿Podría ser que supiera quién la había seguido pero no quería decirle? ¿O había algo más que estaba ocultando deliberadamente?

Su corazón comenzó a sospechar, pero su expresión no reveló nada.

—¿Esas personas siguen obedeciendo? —preguntó en tono casual cuando Fu Ling terminó de cepillar su cabello.

—No se preocupe Señora, como esperaba, estaban preocupados por su futuro desde que la Concubina Imperial Hui fue enviada al Palacio Frío, y la mayoría agradece la oportunidad que usted les presentó.

En efecto, la Concubina Imperial Hui era confiable. Ni siquiera había pasado un día luego del parto antes de que les entregara la lista con el personal que seguía en su control. Cuando se acercó a esas personas, supo que habían recibido las instrucciones de Chen Zhen hace rato, y que estaban dispuestos a trabajar para su maestra.

La mayoría… Eso quiere decir que todavía hay algunos que no están dispuestos.

—Aquellos que no nos siguen, haz que Chen Zhen les escriba una carta para informarles con claridad de la importancia de su lealtad. Si aun así no me siguen… Observa con cuidado sus siguientes movimientos antes de decidir qué hacer. Y una cosa más, ve a investigar sobre Shui Xin —le susurró.

—Sí. —Antes de que su Señora se lo hubiera instruido, desde la última vez que la Concubina Imperial Hui lo había mencionado, ella ya había comenzado su investigación sobre la mujer, pero los resultados eran muy decepcionantes.

—Señora, el ayudante Xiao pide una audiencia —sonó la voz suave de Ru Yi desde afuera.

¿Xiao Yu? ¿Qué podría necesitar?, pensó Qing Feng.

—Invitala dentro.

Cuando Xiao Yu entró, Qing Feng salió de detrás de la cortina, pero no se acercó.

—Esta sirvienta saluda a la Concubina Imperial Qing —saludó Xiao Yu. Qing Feng levantó una mano para indicarle que podía terminar con la formalidad.

—¿Estás aquí por algo en particular? —le preguntó. Qing Feng sentía un gusto inexplicable hacia la oficial femenina, una amante del té que sabía todo sobre la bebida y poseía un carisma atractivo.

—Le leeré un decreto —respondió Xiao Yu, y Qing Feng frunció el ceño. La oficial no la mantuvo en suspenso, y leyó el decreto de inmediato—. El emperador ha decretado que la Señora sea recibida en el patio Shu Chuan antes de Weishi [2].

—¿El patio Shu Chuan?

¿Qué clase de lugar es ese?

—Es un patio imperial que está ubicado al este de la capital, y que el emperador usa para descansar y relajarse —le susurró Fu Ling.

¿Esto significa que dejaré el Palacio?

La última vez, había logrado encontrarse con sus hermanas. Esta vez Yan Hong Tian la estaba llevando afuera, ¿qué otra situación interesante le estaría esperando? Después de estar ocultándose en esta pequeña casa por tanto tiempo, estaba comenzando a odiarla. Dejar el Palacio para poder evitar el espionaje no era una mala idea.

—¿Ahora mismo? —rió Qing Feng, comenzando a emocionarse.

—Sí. —Como estaba embarazada, para poder llegar al Palacio a la hora dictada, debería irse de inmediato.

—Entonces muestra el camino. —Qing Feng se puso de pie con la ayuda de Fu Ling. Sin embargo, cuando salieron, se detuvo y dijo—: Quédate aquí. Que Ru Yi me acompañe.

Las pisadas de Fu Ling se detuvieron, y Ru Yi tomó su lugar sin un momento de espera. Viendo su figura delgada pasar a su lado sin mirarla, Fu Ling comenzó a sentirse perdida. No era porque los sirvientes estuvieran mirando, sino porque de repente comprendió que la posición a su lado no le pertenecía.

—Fu Ling —habló su señora una vez más, sacándola de sus pensamientos. La sirvienta permaneció desconcertada unos momentos más, antes de reanudar su paso detrás de Qing Feng, no a su lado.

Qing Feng suspiró y se giró para ver a Fu Ling seguirla en silencio sin hacer ruido, y tomó una de sus manos.

—Sólo estaré tranquila si tú estás en el Palacio —dijo con voz clara para que todos aquellos en el patio pudieran escucharla con claridad.

Había querido castigarla porque estaba enojada de que le estuviera ocultando cosas, pero una vez que vio su mirada desolada, se arrepintió. Había dicho antes que la confianza que podía entregar no era mucha, pero ya había elegido a Fu Ling como alguien en quien contar, ¿por qué debería lastimarla sólo por un pequeño error? Se trataba de alguien a quien había elegido. Si Fu Ling le daba la espalda… ¡Tendría que resignarse a ello!

El agarre de Qing Feng era tan fuerte que comenzó a doler, pero el corazón de Fu Ling se calmó y sonrió.

—Sí.

Ru Yi estaba cerca, por lo que vio con claridad a su Señora tomando la mano de su sirvienta. Hace unos momentos, cuando anunció que podría acompañarla fuera del Palacio, se había sentido extasiada con alegría y orgullo. En todo el Salón Qing Feng, sólo Fu Ling llamaba a la Concubina en un tono amigable, y la Señora sólo hablaba sin honoríficos frente a Fu Ling. Sabía esto en su corazón.

—No se preocupe, hermana Fu Ling. Esta sirvienta definitivamente cuidará a la Señora —dijo luego de retirarse unos pasos e inclinarse ante Fu Ling.

Xiao Yu observó el intercambio en silencio, y sus labios se curvaron levemente, como si quisiera sonreír. Sólo un pequeño camino y algunas palabras le dejaron claro a todos los presentes sus propias posiciones.

♦ ♦ ♦

Después del almuerzo, era tiempo para que la Señora tomara su siesta, de forma que los sirvientes pudieran tomar un descanso, pero la única que se atrevía a descansar despreocupadamente en el suave sofá para leer era Shui Xin.

—Hoy después de Sishi, Xiao Yu fue al Salón Qing Feng para llevar a la Concubina Imperial Qing fuera del Palacio, y Ming Ze lideró a los Guardias Imperiales para protegerla —dijo un hombre vestido de gris detrás de la mujer. Por su vestidura, uno podía inferir que no se trataba de un eunuco, pero frente a esta persona, siempre actuaba con humildad.

—¿A dónde fueron? —preguntó Shui Xin, sin desviar la vista de su libro.

—El patio Shu Chuan.

—¿Fue allí junto al emperador?

—Cuando este sirviente regresó, el emperador no se encontraba en el Patio Shu Chuan. Les pregunté su ubicación al personal del Palacio Zheng Yang, y descubrí que el emperador no estaba allí.

Shui Xin asintió, y con un movimiento de su mano, el hombre se retiró de inmediato. Después de que se alejó, ella bajó su libro lentamente. En sus ojos brillantes había una pizca de pereza.

Qing Feng, ¿finalmente estás dispuesta a salir?

♦ ♦ ♦

Bajo el gran árbol, había una simple mesa de madera y, sobre ella, un tablero de ajedrez junto con dos tazas de té. A excepción del sonido que producía el viento soplando a través de las hojas, uno solo podía escuchar las piezas del juego siendo colocadas. El aire estaba llena con la esencia del bosque húmedo, algo extraño para estar a principios de invierno.

Dos mujeres estaban sentadas una frente a la otra. Cuando la pieza blanca fue ubicada sin vacilación y con elegancia, quien tenía la pieza negra se detuvo a pensar antes de hacer su jugada lentamente, como si el resultado fuera obvio.

—La habilidad en el ajedrez de la Señora es excelente, debo reconocer mi derrota.

Weishi había pasado hace tiempo, pero no había visto ni siquiera la sombra de Yan Hong Tian. Aun así, a Qing Feng en verdad le gustaba la Residencia Imperial fuera de la ciudad. De acuerdo a sus observaciones realizadas durante la tarde, el patio era grande y tenía diferentes tipos de flora y fauna. Algunas partes necesitaban un recorte ya que las plantas habían estado creciendo en libertad, y no eran del tipo lujoso que podían encontrarse en el Palacio. También había algunas cabañas de madera simples, sin posesiones imperiales.

—Uno no puede simplemente tirar la toalla —dijo Qing Feng con una sonrisa relajada mientras tomaba su taza.

¿No podía rendirse? ¿Entonces qué es lo que quería que hiciera?

—Quiero tener Ji Pin Liu Yue [3] —sonrió traviesa mientras revolvía el té marrón en su taza.

El rostro de Xiao Yu se congeló.

—Si la Señora quiere Liu Yue, infórmecelo a los sirvientes, y esta Xiao Yu definitivamente se lo servirá.

—No es eso. Lo que quiero es Ji Pin Liu Yue —corrigió mientras movía su dedo, enunciando cada palabra con cuidado.

Liu Yue era ardiente como su nombre indicaba. Después de hervir y enjuagar el té, la fragancia elegante enriquecía de inmediato, como si hubiera entrado al corazón a través de la nariz y ocupado el resto de los sentidos. No debería ser un té para saborear, en realidad. De hecho, Liu Yue no se consideraba el té más caro ni raro, sino que se podía conseguir con un poco de esfuerzo.

Pero el Ji Pin Liu Yue era más raro que cien tablas de oro. Para ser calificado como tal, el tallo de las hoja del té debían dejarse en una tierra fértil con mucha luz solar, y sólo se debía cosechar durante Guyu [4]. Y esa no era la parte más difícil. 

Generalmente, para el resto del té, las hojas nuevas eran más caras que las maduras, pero con el Liu Yue la situación era la contraria. Necesitaban envejecer seis años, y la humedad y el nivel de la lluvia necesitaba ser el correcto. Si no se cumplía con alguno de los factores, no se consideraría Ji Pin.

Lo había buscado por muchos años, y sólo se las había arreglado para conseguir un poco, no podía soportar la idea de tomarlo. Esta Concubina Imperial era mucho más astuta que el emperador.

—¿Mm? ¿Te das por vencida, entonces? Si lo haces, tendrás que aceptar la apuesta —sonrió Qing Feng, viendo cómo a Xiao Yu parecía dolerle el corazón y ocultando una sonrisa.

Los ojos de la sirvienta se agrandaron. ¿Cómo que tendría que aceptar la apuesta? Lo que le estaba pidiendo era cavar el hoyo y saltar dentro. Qing Feng dijo que la persona que perdía tendría que aceptar una petición pequeña de la otra parte, y no dijo a qué se refería, por lo que ella no sabía que su Ji Pin Liu Yue estaba en juego. Si lo hubiera sabido, nunca la hubiera acompañado en este juego.

Sin embargo, ya era demasiado tarde, y aunque no quería, sólo tenía una respuesta.

—Envíeme a alguien cuando regresemos. Era raro ver a Xiao Yu tener una apariencia tan derrotada, y una sonrisa ligera apareció en los labios de Ming Jian mientras esperaba fuera del patio. Hablando de eso, Xiao Yu sí que había caído en la trampa de Qing Feng.

Cuando había llegado, al no estar presente el emperador, tuvo que acompañar a la Concubina a disfrutar el escenario y apreciar el té. En ese momento, los ojos de Qing Feng se habían iluminado. Debió ser en ese momento que ideó el plan. Sin embargo, según su experiencia, para recibir un té tan superior de Xiao Yu uno debía poner algo de esfuerzo.

—Parece ser que ganar un juego de ajedrez iguala a conseguir una petición. Voy a intentarlo también —sonó una voz masculina.

Además de Ming Jian, las otras dos personas en el pabellón se congelaron.


[1] Sishi: 9 a 11 am.

[2] Weishi: 1 a 3 pm.

[3] Jin Pin Liu Yue: El té se llama Liu Yue. Jin Pin es una designación que para indicar unas hierbas de Liu Yue de mayor calidad que las normales.

[4] Guyo: Entre 4 de abril y el 20 de Marzo

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