Juego otome yandere – Vol 4 – Capítulo 6

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Me dirigí hacia donde se encontraba Miria, después de que terminara el ensayo, con unas tartas.

Ya que Frandert tenía observaciones de los cambios en los diálogos, ahora se encontraba en medio de una discusión con el gerente del teatro. En cuanto a mí, me apresuré al vestuario esperando platicar un rato a solas con Miria.

Cuando estaba cerca de llegar, noté que la puerta estaba entreabierta.

¿Está con alguien?

Rápidamente descubrí que una de las personas que estaba hablando dentro de la habitación era Miria. Su voz estaba más nerviosa de lo usual y, aun así, sonaba de alguna manera, alegre. La otra persona parecía ser un hombre, pero por lo bajo que estaba hablando era difícil de decir.

Esto es…

¿Podría ser… amor? La voz que estaba conversando con Miria ahora… Este sujeto que puede hacerla hablar con ese tono, es la persona de la cual está enamorada, ¿no es así?

Pero… ¿no es Miria una muñeca?

No, algo como eso no es importante. Estaba completamente consciente que incluso ella tiene cosas que le gustan y cosas que no, en ese caso, podría ser bastante probable que haya cosas que ame.

¿Entonces de quién se trata?

Por un rato he estado alegremente escondida en las sombras, por alguna razón. Fue entonces que la figura de una persona, que salió del vestuario, entró en mi línea de visión.

Su pelo descuidado, al cual parecía que no le había puesto mucha atención, no era completamente negro, más bien, era de un color ceniza. Sería difícil decir que tiene una impresión refrescante, pero no es como si estuviera sucio. Su barba estaba arreglada apropiadamente y sus ropas… no, mirándolo de cerca, el borde de sus pantalones está sucio.

Quizás equiparar a los misántropos con Hikikomoris[1] que no salen al exterior sería demasiado irresponsable, pero, aun así, si estuviera un poco más arreglado, mi impresión de él sería totalmente diferente. En contraste, cuando vi sus rasgos de cerca por primera vez, pensé de inmediato que era de buen ver. Pero el pliegue en sus cejas era tan profundo que casi parecía neurótico.

El… dramaturgo.

Tenía fuertes sentimientos encontrados al respecto.

Después de eso, entré al vestuario fingiendo ignorancia, pero Miria era la misma de siempre. Sin embargo…

—Estoy bastante segura de que el caballero que pasó hace un momento era el dramaturgo…

Cuando comencé el tema, sus mejillas rápidamente se tiñeron de rojo. Ahora estoy segura de que es amor.

—Sí. Estoy segura de que era el señor Elius.

—¿Señor… Elius? —Viendo la mirada inquisitiva que le estaba lanzando, Miria añadió —Él es… un dramaturgo maravilloso, así que lo admiro.

—Y también es la persona que te gusta, ¿cierto?

Cuando hablé con esperanzas de que dijera todo, Miria miró con sorpresa mientras palidecía. ¿Qué ocurre con esa reacción? Fue lo que pensé mientras ella bajaba la cabeza y me encaraba.

—Lo siento… Eso está muy por encima de mis capacidades…

—¡No hay forma de que eso sea cierto! El amor no es un monopolio de los humanos, ¿sabes?

—¿Monopolio?

—En otras palabras, lo que quiero decir es que el amor no está limitado a los humanos.

Miria no solo parecía escéptica, sino que lo negó completamente.

—Yo creo que el amor sí es un monopolio de los humanos.

Ya que la forma en que lo dijo parecía poner final a la conversación, estaba sin palabras.

—Amar a alguien no es algo que pueda hacer una muñeca. Incluso si parece que si pueden, solo es algo falso. Al observar a las personas, lo único que las muñecas pueden hacer es replicar el aspecto exterior.

Miria declaró con autodesprecio, pero de manera firme. Las palabras se dijeron como para afirmar que no necesitaba mi respuesta.

—Oh, cierto, hay algo que me gustaría preguntarte. Eres hábil en muchas cosas, incluyendo la magia, después de todo.

Asentí con cierto malestar en mí

—Escucharé lo que tengas que decir más no te aseguro que sea capaz de responder.

Miria hizo una reverencia educadamente, expresando su gratitud. Después con una luz inequívocamente vivida en sus ojos, preguntó

—¿Sabes de alguna forma para convertir una muñeca en humana?


[1] Hikikomoris: Solitarios que se retiran de todo contacto social y, a menudo, no abandonan su casa en años.

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