Katarina – Volumen 11 – Capítulo 5: Padre e hija, divididos (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Yo, Susanna Randall, conocida como Lahna Smith, acababa de terminar de informar al Ministerio y de ayudar a la familia de mi subordinado Dewey Percy con la mudanza a un nuevo hogar.

Me dirigí a los aposentos de Jeffrey Stuart, mi prometido y principal apoyo y colaborador.

Llamé a la puerta y me dijo que entrara con su habitual tono despreocupado.

—Soy yo —grité al entrar, encontrándolo detrás de su escritorio cara a cara con pilas de papeles. Al contrario de lo que se podría pensar por su actitud despreocupada y su aparente falta de motivación, era un trabajador rápido y eficaz.

Había mucha gente que pensaba que era el candidato más adecuado para suceder al rey, pero él no tenía ningún interés en hacerse con la corona.

—He terminado mi informe sobre el asunto del que te hablé antes —le expliqué, entregándole el documento.

—Hmmm —comentó una vez que lo había hojeado rápidamente—, esto parece ser más o menos lo que me dijiste antes. Aun así, lo siento por Lady Katarina. Se ve envuelta en los peores incidentes con tal regularidad que se podría pensar que está maldita.

—Así es. No es que ella parezca darse cuenta, o importarle.

Katarina seguía siendo feliz e intrépida a pesar del tremendo número de desgracias que sufría, incluyendo, por ejemplo, el reciente encuentro con la Magia Oscura cerca del orfanato. No pude evitar preocuparme por ella, e imaginé que sus numerosos y cariñosos amigos estaban al menos igual de preocupados.

—Por el momento, le di una herramienta mágica para que me pidiera ayuda. También le indiqué que se apoyara en su Familiar Oscuro, pero que lo siga depende de ella —continué, refiriéndome a la bestia que vivía en su sombra. Podía transformarse en un lobo gigante, por lo que era un aliado muy poderoso. Por desgracia, había llegado a ver a esta criatura de la oscuridad como una linda mascota, por lo que se había olvidado de su utilidad en la batalla. Era un terrible desperdicio, aunque no es de extrañar teniendo en cuenta su personalidad.

—Deberíamos buscar a alguien que la vigile desde las sombras entonces. Sin embargo, sería mejor consultar primero con el duque Claes, ya que es posible que ya haya contratado a alguien para ello —respondió Jeffrey, devolviéndome el informe—. Debo decir… Parece que esta vez no has tenido la cabeza tan fría como de costumbre —añadió. Un rastro de preocupación apareció en su rostro.

—Sí, soy plenamente consciente de ello. —Sabía muy bien que usar la magia con un civil no era algo que se hiciera a la ligera. Sin embargo, al tener al padre de Dewey delante, no pude evitarlo—. La forma en que ese hombre trató a sus hijos como herramientas se me metió en la piel.

Solo dos cosas eran capaces de provocar respuestas emocionales en mí: los misterios de la magia y los padres que usaban y abusaban de sus hijos. Esto último se debía probablemente a mi propia educación.

Mi padre, el marqués Randall, era un hombre interesado exclusivamente en su ascenso social. Las esposas y los hijos no eran más que herramientas destinadas a obtener beneficios y ayudar a la consecución de sus propios objetivos. El amor no formaba parte de la ecuación.

Había elegido a mi difunta madre como esposa por su elevada posición social, o eso había oído, y en cuanto la enfermedad se apoderó de su débil cuerpo, fue relegada a una casa de huéspedes, donde falleció sin volver a ver a su marido.

De niña, mi notable inteligencia me permitió cumplir los deseos de mi padre, hasta el punto de ser elegida finalmente como prometida del príncipe. Sin embargo, una vez que mi madre murió, me di cuenta de que no quería seguir viviendo como una marioneta en manos del marqués, y empecé a desafiar sus órdenes. Esto hizo que me odiara tan profundamente que quiso deshacerse de mí, algo que no podía hacer debido a mi compromiso con Jeffrey.

Incluso ahora, en su constante búsqueda por deshacerse de mí, el marqués seguía sugiriendo al príncipe que se casara con una de las otras hijas Randall en su lugar. Al haber sido criada por un hombre así, no toleraba a los padres que se comportan de forma similar, y me costaba mucho no matarlos en el acto.

—No puedo culparte por eso —respondió Jeffrey, quien estaba al tanto de mi situación, encogiéndose de hombros.

—Justo después de eso, no hizo falta indagar mucho para descubrir lo terribles que eran esos “padres” —expliqué.

La madre de Dewey era igual de despreciable: daba a luz a un hijo tras otro, los dejaba al cuidado de sus hermanos mayores y disfrutaba de su vida sin una sola preocupación. Mientras que los medios de entretenimiento de su marido parecían ser el juego y la bebida, su principal pasatiempo era el que disfrutaba tumbada en una cama; no estaba segura de cuántos de esos niños pertenecían realmente al hombre al que llamaban padre.

—Los niños vivían los unos para los otros, dedicándose a ayudar a sus hermanos —continué, recordando el intento de Ronnie de proteger a sus hermanos menores—. A diferencia de mí.

Yo tenía unos cuantos hermanastros nacidos de otra madre, pero apenas sabía nada de ellos. Todo lo que podía deducir sobre ellos era que eran tratados aún peor que yo, ya que nacer de una concubina seguramente los hacía menos valiosos a los ojos de nuestro padre.

Debido en gran parte a la colaboración de Jeffrey, había ampliado considerablemente mi poder en los últimos años, pero aún no había llegado al punto de poder oponerme abiertamente al marqués. Como tal, sentí que no podía hacer nada para ayudar a mis hermanos.

—No puedo hacer nada —murmuré, mirando mis manos.

El sonido de mi hermanastra menor llorando cómo quería vivir por sus propios medios resonó en mi memoria. Sentí pena, algo a lo que no estaba acostumbrada. En ese momento, Jeffrey tiró suavemente de mi cabeza hacia él y contra su pecho.

—Puede que ahora no puedas, pero solo tienes que hacerte más poderosa. ¿No es para eso para lo que nos esforzamos? —dijo suavemente, abrazándome.

El calor y el olor de su gran pecho curaron mi abatido corazón.

—Tienes razón. Gracias —respondí, y empezó a acariciar mi pelo. Me quedé quieta, disfrutando de su abrazo un rato más.

♦ ♦ ♦

—Bienvenida, Sarah.

Cuando volví, todavía disgustada por lo de Katarina Claes, mi maestro me saludó. Le respondí con una reverencia, pero no pude evitar mantener la mirada en el hombre que estaba a su lado.

—Ha pasado mucho tiempo, ¿eh? —comentó el segundo hombre con una sonrisa, al notar mi mirada—. ¿Ahora incluso sales sola? Eso es inusual. Me gustaría saber a qué se debe este cambio.

Aparté la mirada de él. Odiaba la forma en que me miraba desde la oscuridad, como si fuera un animal con el que estuviera dispuesto a experimentar.

—No ha habido ningún cambio, y no tengo nada que decirte —respondí escuetamente.

—No se preocupe, no tardará tanto —dijo, ignorando mi rechazo.

—Me gustaría escuchar primero su informe —intervino mi maestro le dijo al hombre—. Y tú, Sarah, puedes irte. Después de todo, es tu día libre.

Aliviada, salí rápidamente de la habitación. Sabía que debería haber informado sobre la búsqueda de Katarina, pero estaba demasiado agotada para hacerlo. Me acosté en mi cama, me acurruqué y pronto me quedé dormida.

♦ ♦ ♦

Después de un día de descanso muy agitado, era hora de volver al trabajo. Cuando bajé de mi carruaje y pasé por delante de las puertas del Ministerio de Magia, me fijé en que Dewey y Sora caminaban juntos. Era normal que los recién llegados vinieran a trabajar temprano, pero nunca había visto a los dos juntos de esa manera, así que me acerqué a ellos con curiosidad.

—Buenos días, Sora, Dewey.

—Buenos días —contestó Sora con normalidad.

—Buenos días —respondió Dewey con una enorme sonrisa. Estaba feliz de verlo sonreír después de todo lo que había pasado el día anterior—. Muchas gracias por lo de ayer —me dijo entonces, bajando la cabeza.

—De nada. No hice nada —objeté, pero él negó con la cabeza.

—Las cosas que sucedieron solo lo hicieron gracias a tu ayuda. Mis hermanos y yo te lo agradecemos.

Que me diera las gracias tan abiertamente había hecho que me sonrojara, y Sora, al notarlo, se burló de mí en silencio.

—Es raro que los dos vayan juntos al trabajo —observé, tratando de cambiar de tema.

—Sora me ayudó ayer con la mudanza, y hoy he ido a su habitación a darle las gracias, así que hemos decidido venir juntos al trabajo —explicó Dewey.

—¿Ya te has mudado?

Dewey ya me había dicho que acabaría mudándose con el resto de sus hermanos, ahora vivían en un apartamento en condiciones, pero no esperaba que dejara la residencia del Ministerio tan pronto.

—Todavía no. Solo me estaba preparando. Sora se dio cuenta de que tenía problemas para empaquetar todas mis cosas yo solo, y se ofreció a ayudar.

—Me di cuenta de que no estabas acostumbrado a ese tipo de cosas. No es que haya hecho algo enorme. Sin embargo, eres muy educado al desvivirte por agradecerme algo así —comentó Sora.

—Oh, te lo debía.

Sora, aunque podía sonar duro a veces, era en realidad un tipo muy amable, y Dewey parecía haberle tomado rápidamente el gusto.

—Así que pronto te mudarás con el resto de tu familia. ¿Has visto ya su nueva casa? —le pregunté a Dewey.

—Sí. Es una casa limpia y bonita, y todos los vecinos son también del Ministerio, lo que la hace extremadamente segura. No puedo agradecer lo suficiente a la señorita Lahna —respondió con entusiasmo.

Es un gran paso adelante respecto a la choza en la que vivían… Me alegro mucho por ellos.

—¡Buenos días a todos! —nos saludó una linda voz desde atrás.

—¡Oh, María! Buenos días —respondí, y Dewey y Sora me siguieron rápidamente.

Siempre estaba tan guapa como cabía esperar de la protagonista de un juego, pero hoy estaba especialmente radiante, posiblemente por cómo habían ido las cosas con su padre el día anterior.

—Me alegro de poder veros a todos tan temprano. —Su sonrisa era tan adorable que si yo fuera un hombre ya estaría arrodillado pidiéndole que se casara conmigo.

La cara roja de Dewey daba a entender que probablemente estaba pensando lo mismo. En cuanto a Sora, no podía decirlo realmente. Tenía el mismo aspecto de siempre, pero eso no demostraba nada, ya que era muy bueno ocultando lo que sentía.

Mientras miraba a mis dos amigos varones, me di cuenta de que Sora le daba a Dewey una ligera palmada en el hombro.

¿Hm? ¿A qué venía eso?

—M-Maria, muchas gracias por lo de ayer —empezó a hablar Dewey—. Mis hermanos y yo estamos muy agradecidos.

Me dijo exactamente las mismas palabras, pero esta vez se sentía… diferente. Sus ojos parecen el doble de grandes… y también algo húmedos. Eso no es propio de él en absoluto…

Luego pasó a decir algo que definitivamente no me había dicho a mí.

—Me gustaría llevarte a comer como forma de agradecimiento cuando tengas tiempo.

¡¿Qué es esto?! ¡¿La está invitando a salir?! ¡¿Quién eres y qué hiciste con Dewey?!

Sora, al notar cómo miraba a Dewey con la boca abierta, me susurró algo al oído:

—También le enseñé a invitar a salir a las chicas mayores ayer.

—¡Cómo te atreves a manchar así al puro, dulce e inocente Dewey! —le susurré.

—Solo le di un consejo. Me dijo que está enamorado de una chica mayor.

—¡Pero él nunca actuaría así por su cuenta!

—Lo sé, así que le dije que el hecho de parecer guapo e indefenso funciona de maravilla con las chicas mayores. Tiene esa cara dulce, pero no supo usarla bien.

Eso es como un puñetazo directo al instinto maternal de una chica… Tal vez Sora sea una mala influencia para él… Aunque ahora me pregunto si funcionará con María. Ella parece sorprendida…

—¡Sí! Me encantaría.

¡¿Ha dicho que sí?! ¡¿Van a tener una cita?! ¿María va a tener una cita SOLA CON UN CHICO?

Me alegré de ver a María por fin envuelta en un romance, pero al mismo tiempo no pude quitarme de encima una cierta soledad.

—Entonces decidiremos la fecha continuó con una sonrisa.

—¿Cuándo está libre, Lady Katarina?

Tardé un momento en procesar esas palabras.

—¿Eh?

—Oh, ¿no lo has oído? Dewey se ofreció a llevarnos a comer. ¿Cuándo estarías disponible?

—Yo, um… Tendré que revisar mi agenda. ¿Te importa si me pongo en contacto contigo más tarde?

—Por supuesto. Podríamos discutirlo más a fondo durante la hora del almuerzo, —respondió.

No pude encontrar el valor para decirle que Dewey la estaba invitando solo a ella a comer, en singular. El pobre chico incomprendido estaba visiblemente entristecido, mientras que Sora se reía sin ningún tipo de contención ni respeto.

Lo siento, Dewey…

Seguimos caminando todos juntos y, al llegar a su departamento, nos separamos de María y Dewey, prometiendo volver a encontrarnos a la hora de comer. Dewey todavía parecía bastante triste.

—Esa chica también puede ser bastante densa, eh… —Sora se rió para sí mismo.

Espera… ¿También? ¿Quién más se supone que es densa?

Al quedarme con ese misterio, decidí advertir a Sora que no diera más consejos cuestionables a Dewey.

Hoy hace muy buen tiempo. Muy bien. ¡Adelante con el trabajo!

♦ ♦ ♦

Epílogo

Hola a todos, aquí Satoru Yamaguchi. Apenas puedo creer que hayamos llegado al undécimo volumen. Por supuesto, todo esto es gracias a ustedes, los lectores.

Creo que, para cuando se publique este volumen en Japón, la segunda temporada del anime habrá llegado a su segunda mitad. Estoy muy agradecido al equipo que está detrás del anime por haber creado otra temporada maravillosa. Para ser sincero, ¡nunca imaginé que se haría una segunda temporada! Una vez más, esto es gracias al gran apoyo mostrado por los fans. ¡Muchas gracias!

La primera temporada del anime cubrió los acontecimientos de los dos primeros volúmenes de la novela, lo que significa que muchos personajes no aparecen antes de la segunda temporada. Me alegra mucho verlos moverse y hablar. Cada semana, me emociono por la emisión del nuevo episodio, y espero que ustedes puedan disfrutar del anime de la misma manera.

Ahora, hablemos de lo que ocurre en este volumen.

En primer lugar, está la convocatoria del rey. Katarina, cuya principal preocupación era descifrar el Pacto Oscuro, está temblando de miedo, preguntándose qué error suyo podría justificar que la llamaran al castillo. Irá allí con María, quien también fue convocada.

Más tarde, Dewey recibe una carta de su familia en la que se le comunica que su hermana pequeña está enferma y que debe volver inmediatamente. Katarina, María y Lahna, quienes por casualidad estaban allí mientras él leía la carta, se unen a él mientras regresa a su ciudad natal… Todos ellos se encuentran con un montón de sorpresas.

Esta es la esencia de la historia.

Este volumen, en Japón, saldrá a la venta alrededor de agosto, un mes peligrosamente caluroso. Tengan cuidado con la insolación.

Por cierto, agosto es el mes en que terminan las vacaciones de verano para los estudiantes japoneses. Recuerdo cuando estaba en la escuela primaria y esperaba hasta los últimos tres días de las vacaciones de verano para empezar a hacer los deberes. La última noche, tenía que quedarme despierto hasta casi la mañana para terminar todo a tiempo. Como resultado, siempre estaba algo comatoso el primer día de clase. La reprimenda de mis padres por ello no fue suficiente para evitar que repitiera el mismo error al año siguiente.

Intenta no ponerte en una situación así, ¿vale? Y si ya lo estás, te deseo buena suerte. Mamá y papá me decían que tenía que ser más responsable para ser un adulto, pero de todos modos me las arreglé para serlo, así que obviamente no tienes nada de qué preocuparte.

Por último, quiero dar las gracias a Hidaka Nami por las hermosas ilustraciones, así como a los editores y a todas las demás personas sin las que este libro no podría haberse realizado.

Gracias de todo corazón.

Satoru Yamaguchi


Shisai
¡Es el final de otro volumen! ¿Escucharon que va a salir una película de Bakarina? También está el juego, ¿lo han probado?

6 respuestas a “Katarina – Volumen 11 – Capítulo 5: Padre e hija, divididos (2)”

    1. Si consigo editor disponible, el mes que viene empezamos a publicar caps del vol siguiente.
      Puedo recomendarte “El Sentido Común de la Hija del Duque” si aun no la has leído aunque tenemos un montón en Kovel para leer de este estilo. ¿Qué tal “¡Juro que no volveré a acosarte!” o “¡Obviamente te cobraré el dinero de consolación!”?

  1. Muchas gracias por la traducción del capitulo, xomo me gusta la pareja que hace Maria con Bakarina, ojala y terminen juntas.

    Disfruten su descanso

  2. Que lindo es el autor y gracias por el capítulo. No me enteré de la película y no he jugado el juego, pero cuando pueda lo haré 💞

    1. Gracias por el capitulo, 🤔 tengo que decir que fue un muy buen volumen, ademas de que por algun motivo el harem de siempre esta comensando a molestarme en como se meten y la persiguen

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