La poseída hija del Duque – Capítulo 61

Traducido por Ichigo

Editado por Tanuki


Esta vez asentí con firmeza, y el príncipe asintió satisfecho, como si estuviera de acuerdo conmigo.

—Alteza. ¿Puedo hablar con usted?

—¿Hmm? ¿Qué pasa?

Se detuvo y volvió a mirarme.

—Puedes mantener tu actitud hacia mí, pero, por favor, abstente de hacerlo delante de Tina. Está empezando a odiarte.

La expresión del príncipe se congeló. Miró a Lilia como diciendo: “¿Por qué?”. Pero Lilia no tenía intención de dar más explicaciones. Más bien, le daba un poco de vergüenza expresarlo ella misma con palabras.

[S] Lilia es linda.

[L] Eres una pesada.

Mientras nos mirábamos en silencio, Ray nos echó una mano.

—Creo que a cualquiera le molestaría que alguien dijera algo malo de un buen amigo suyo.

—¿Un buen amigo de…? Ya veo. Hablando de eso, Tina dijo que Liliane la ha estado tratando bien este último tiempo…

Asintió con la cabeza como si estuviera satisfecho.

Observé en silencio, y por fin el príncipe exhaló una voz muy tensa.

—No puedo evitarlo… Se lo explicaré a Tina…

Dada la personalidad de Tina, ella no estaría satisfecha con eso. El príncipe lo sabía, y por eso estaba tan angustiado. No se puede evitar, Lilia suspiró.

—Fui yo quien empezó. Se lo explicaré. Su Alteza puede continuar como antes.

—¿De verdad? Gracias por tu ayuda…

Los ojos de Lilia se entrecerraron un poco mientras el príncipe parecía aliviado. De verdad debe gustarle Tina. Sin embargo, no es fácil para ellos casarse dado el estatus de Tina.

En ese caso, puede que no sea mala idea ayudarla un poco.

[S] ¿Qué piensas de verdad?

[L] Será útil más tarde si Su Alteza me debe un favor. De todas maneras.

[S] Tienes razón, Lilia. Tienes un corazón negro.

[L] ¿Disculpa?

Tras intercambiar tan ligeras palabras, Lilia volvió a dirigir su mirada al príncipe.

—Alteza. Si le parece bien, le ayudaré.

—¿Ayudarme con qué?

—Quieres conocer mejor a Tina, ¿verdad?

Cuando Lilia dijo esto con una sonrisa, los ojos del príncipe se abrieron de par en par. A continuación, miró a Lilia con suspicacia. Aunque le pareció descortés, Lilia fingió no darse cuenta y continuó.

—Pregúntale por sus cosas favoritas. También me gustaría saber adónde le gustaría ir si saliera con alguien. Si hay algo más en lo que pueda ayudarte, lo haré.

—¿Qué quieres?

—No, nada.

El príncipe se llevó un momento los dedos a la barbilla y se quedó pensativo. Ella esperó con paciencia, sin intentar meterle prisa.

Por fin, el príncipe hizo un pequeño gesto con la cabeza y le dijo a Lilia.

—¿Puedes hacerlo?

—Sí. Estoy a su servicio.

Lilia se inclinó con cortesía y el príncipe asintió, un poco sorprendido.

Dejé a los príncipes y me dirigí a mi habitación. Los alumnos con los que me cruzaba por el camino me miraban con aún más asombro que antes. Supongo que la  historia de mi interacción con esos cinco ya se ha extendido.

Sin embargo, hubo excepciones. Por alguna razón, algunos de los alumnos me miraban de una forma que ni era ni respetuosa ni admirativa. Incapaz de encontrarle sentido, me alejé rápido por el pasillo.

[S] Tenía miedo de lo que pudiera pasar, pero resultó tanto para bien como para mal.

[L] ¿Qué quieres decir?

[S] Cada vez hay más chicas que apoyan a Lilia. La gente que solo ha oído hablar de ti parece pensar que das miedo, pero supongo que los que te han visto en persona se han hecho una idea. Intentabas ayudar a Ray.

Lilia ladeó la cabeza y miró hacia la dirección donde sentía la mirada. Había tres alumnos de primer curso, dos con el rostro pálido y uno que miraba a Lilia con ojos brillantes.

Hablando de eso, lo recordaba. Esta chica era una de las estudiantes que vinieron con el príncipe, creo. No era compañera de clase de Lilia.

La muchacha debió de darse cuenta de que la observaba, porque de inmediato esbozó una sonrisa de felicidad y corrió hacia ella. Las otras dos extendieron la mano para detenerla, pero llegó justo delante de Lilia.

—¡Senior Aldis!

Era una alumna con pecas en la cara. Los ojos de Lilia se abrieron un poco ante lo que dijo la chica, y luego desvió la mirada.

[S] Oh, qué vergüenza.

[L] Cállate.

[S] Nunca nadie te había llamado senior. Ajá.

[L] Cállate.

[S] ¡No creo que te hayan admirado antes! ¡Senior Aldis…! ¡Lo siento, lo siento, no pienses en pimientos, no te los comas, por favor!

La voz de Sakura empezó a entrar en pánico, y Lilia bajó la mirada. Volvió a mirar a la alumna, que seguía mirándola con los mismos ojos chispeantes que parecían sentarle bien.

—¿Te conozco?

Cuando Lilia preguntó, la estudiante pareció un poco triste, pero rápido volvió a sonreír.

—Estaba con Su Alteza hace un momento, Ray estaba siendo acosado, así que fui a buscar a su profesor. Cuando lo hice, me encontré por casualidad con Su Alteza. Me preguntó qué pasaba, así que le expliqué la situación y vino conmigo.

Me pareció demasiado oportuna la aparición del príncipe, pero supongo que fue a pedir ayuda. Dado que Sakura había dicho que él estaba bien, tal vez había sabido que esto pasaría, pensó Lilia.

[S] No, no es cierto.

La propia Sakura lo ha negado.

Una respuesta en “La poseída hija del Duque – Capítulo 61”

  1. Gracias x el capítulo. La relación entre Lilia y Sakura es muy natural, muy buen dúo. Lo único raro es que Lilia ayude al príncipe. Hasta yo dudaría de sus intenciones.

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