La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 138: Epílogo (5)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


La distancia no era una que se pudiera cubrir cuando recibió la carta de ella, incluso si se viajaba en carruaje sin descanso.

Aria parpadeó sin decir una palabra, incapaz de creer que él había venido. No apartó la mirada durante mucho tiempo, pensando que estaba alucinando.

Si hubiera partido después de que llegara la carta, no podría llegar incluso si hubiera corrido a caballo día y noche. Él no se habría ido con anticipación pensando que ella no regresaría, así que solo quedaba un camino.

Uso su poder para moverse al espacio desde el imperio a Croa.

Aria solo pudo pensar en eso, viendo que solo había traído un gran pero simple ramo de flores, y cuando se dio cuenta, se apresuró a ver si él estaba bien, incapaz de controlar cómo sus ojos se abrieron de asombro.

—Oh, Dios mío, ¿estás, estás bien?

¿Por qué eres tan imprudente?

Asher, consciente del significado oculto de la expresión de Aria, sonrió suavemente.

—Por supuesto, estoy bien… por ahora.

—¡Oh, Dios mío…!

¿Por ahora? ¿Y luego no estará bien después?

No sabía cómo reaccionar por lo que no pudo más que tapar su boca.

Mientras tanto, Asher le entregó a Annie el ramo de flores en sus brazos, y luego se acercó a ella, quien aún se preguntaba cómo reaccionar.

—Estaba queriendo verte desde hace mucho tiempo, me pondré triste si me tratas tan mal. He recorrido un largo camino.

—No es el momento de decir eso…

—Y como ya estoy aquí, ya no hay nada que hacer. ¿Debo volver? Desafortunadamente, no tengo fuerzas para hacer eso. ¿Qué debo hacer?

—Eres realmente un descarado… ¿Y qué tipo de mujer puede seguir criticando cuando tienes una sonrisa en tu rostro, diciendo que no puedes deshacerlo, sabiendo que me preocuparé? —frunció el ceño Aria, tomando su mano con fuerza. Su expresión parecía decirle que más tarde le preguntaría el precio que había pagado, pero Asher solo la sintió decir que nunca lo dejaría ir.

—¿Te gusto tanto, que sostienes mi mano con tanta fuerza? —le preguntó con una sonrisa divertida.

—Lo he estado sintiendo últimamente, pero has cambiado mucho en comparación con la primera vez que te conocí. Nunca pensé que serías así.

—Solo te hago eso a ti. ¿No te gusta?

Ella no podría haber odiado a un amante tan dulce y amable.

Cuando Aria no respondió, la sonrisa de Asher se hizo más intensa. Era una sonrisa espantosa pero hermosa.

Por otro lado, Asher tenía toda la atención de la gente reunida, y Aria, que ya no podía soportar esta faceta suya, tomó su mano y se acercó a Violet.

—Te la presentaré. No la has visto antes. Esta es mi abuela, Violet.

—Es un placer conocerla, señora Piast.

Asher eliminó su sonrisa juguetona y la saludó de una manera muy educada. Aunque su posición era mucho más alta, no la trató con deferencia porque se trataba de la abuela de Aria.

—Ha… sido un largo viaje para llegar hasta aquí. Por favor, siéntese como en casa —lo saludó Violet con un sonrojo, ya que sabía que él conocía de los rumores que la rodeaban, pero en lugar de preocuparse por ellos, mantuvo su actitud de enamorado de su nieta.

—Gracias, señora, pero no sé si me atreveré a descansar en una casa tan hermosa. Me llevaría días verla por completo.

Y eso fue suficiente para derretir el corazón enfadado de Aria. ¿Cómo no podría sentirse mejor cuando él trataba a su familia con un corazón sincero?

Después de eso, Asher saludó al marqués de Piast, Carin y Chloe, y construyó una relación favorable con la familia de Aria. No tenía necesidad de hacerlo, pero hizo todo lo posible para comunicarse con sus familiares y entablar una amistad con ellos.

La gente que asistía a la fiesta comenzaba a reunirse alrededor de Asher, con su manera amable y gentil, porque no tendrían otra posibilidad de ver al príncipe heredero del imperio.

—Es increíble que hayas limpiado esa gran fuerza rebelde.

—Todo fue gracias a la ayuda de Aria. Fue algo que no podría haber hecho sin su ayuda.

—Oh, escuché que los poderes emergentes de la señorita Piast llenaron los asientos vacantes del imperio.

—Sí. Todo estuvo en sus manos de principio a fin.

—Como era de esperar, es una gran mujer como dicen los rumores. ¿Cómo puedo explicar la alegría de que sea croata? —dijo el noble feliz, y los otros aristócratas que escucharon la conversación a su alrededor no pudieron ocultar su alegría.

Pero desaprobando las reacciones que lo rodeaban, Asher, que había tenido una actitud tranquila hasta ahora, se puso rígido.

—Lo siento, pero eso no sucederá, porque pronto volverá a ser una mujer del imperio.

—Ah…

El aristócrata estaba nervioso y sudando por el repentino cambio de tono, al igual que aquellos que los escuchaban. La atmósfera comenzó a enfriarse como si hubiera soplado una ventisca.

Te pones serio en un momento extraño, suspiró Aria al verlo desde un costado.

—Asher, nunca antes había bebido, así que tengo la cara caliente y me siento débil, ¿puedes llevarme a la terraza? —le susurró mientras se apoyaba de su brazo para revivir la atmósfera en ruinas. Con sus pestañas revoloteando, instó al príncipe a moverse a un lugar privado. Era la forma más rápida y obvia de deshacerse del instigador principal.

¿Dónde en el mundo está un hombre que pueda negarse?

En lugar de responder, Asher se apresuró a salir del abarrotado salón con una mano en su cintura. Sus pasos eran tan impacientes que los ojos de la gente lo siguieron de nuevo, y Aria luchó por tragarse la risa.

—¿Estás bien? —le preguntó en cuanto cerró la puerta de la terraza. Preocupado, le acarició gentilmente la mejilla, ya que pensó que estaba tan borracha que necesitaba un apoyo.

De hecho, en realidad era una gran bebedora, y no había bebido mucho, por lo que estaba sobria, pero como a Aria le gustaba su rostro y su sonrisa insidiosa, cerró los ojos con suavidad y apoyó la mejilla contra su pecho.

—No lo sé. Tomé un poco de más porque bebía mucho en el pasado, pero creo que me equivoqué.

Recibiendo una respuesta inesperada, Asher la miró durante mucho tiempo en silencio.

—¿Asher?

—Tienes… que sentarte —suspiró Asher a pesar de su conflicto interno, y la ayudó a sentarse. Le sería imposible actuar precipitadamente porque era la mansión donde estaba toda su familia. Sin embargo, Aria no soltó su mano cuando él la sentó y quiso sentarse al otro lado. Sus ojos sorprendidos se volvieron hacia ella.

—¿Te vas a sentar del otro lado, dejándome sola y borracha? Si pierdo el equilibrio y me caigo de una silla… ¿qué haré? Tengo huesos delgados, y me rompo fácilmente con un pequeño golpe.

Aunque se tratase de las palabra de alguien borracho, no tenía motivos para dudar de ella. No, aunque no hubiera tomado, se hubiera dejado tentar de todas maneras.

¿Cómo no puedo sentir la tentación cuando mi hermosa amante me tienta abiertamente? 

Y ahora Aria era una adulta, por lo que no tenía razones para vacilar.

—¿Por qué no respondes, Asher? No me digas que no te importa si me lastimo, ¿verdad?

La respuesta ya estaba establecida. Cuando Aria tiró débilmente de su mano, con el tipo de fuerza de la que cualquiera podría defenderse, él se dejó arrastrar.

En un movimiento rápido, cambiaron sus posiciones. Como por arte d magia, Asher se sentó en el sofá y ella, con movimientos naturales y rápidos, se sentó sobre él.

—No era mi intención sentarme en tu regazo, pero eres tan inescrupuloso —rió Aria.

—¿Quién fue la que me sedujo y me hizo hacer algo sin escrúpulos? —A diferencia de la risa feliz de Aria, Asher no sonrió—. ¿Odias esto? —le preguntó cepillándole el cabello de manera distraída.

A diferencia de su toque usual, este contenía intención, por lo que la sonrisa de Aria cambió de significado. Sus risas juguetonas desaparecieron y su expresión pasó a ser digna de la mujer adulta en la que se había convertido.

—Bueno… todavía no sé lo poco escrupuloso que eres, así que no puedo emitir un juicio —le dijo con un tono tan reservado y sigiloso como para justificar el comportamiento de su amante. Tan pronto como la escuchó, su mano, que había estado cepillando su cabello, se volvió hacia su mejilla.

La suave piel estaba fría por el viento invernal, pero mientras la miraba fijamente, comenzaron a calentarse lentamente.

—Tus mejillas están calientes.

—Supongo que estoy borracha.

Nadie que la viera pensaría esto, pero al final, tampoco importaba.

—Escuché que se puede compartir la mitad del dolor… ¿Sucederá lo mismo si estamos borrachos? —preguntó Aria, poniendo su mano sobre la de Asher mientras rozaba su mejilla. Era una pregunta tonta, pero más importante y seductora para él que cualquier otra cosa.

—Bueno… ¿lo intentarás?

No tuvo que preguntar cómo, porque sus dedos, que habían estado rozando sus mejillas, tocaron suavemente sus labios.

Aria cerró los ojos lentamente, sin responder a su denso toque. Asher ya no esperó, e inclinó la cabeza. Nadie pensó que un acto tan secreto se vería en el jardín debajo de la terraza.

No era que no la hubiera visto en mucho tiempo. El movimiento de los labios superpuestos se llenó de nostalgia porque ella había estado lejos. También tenía una súplica y un deseo de no moverse a ningún lado. Y cuando él la abrazó con fuerza y ​​la besó profundamente para no dejarla ir, ella también envolvió sus manos alrededor de su cuello y se aferró a él, diciendo que haría lo mismo.

Sus besos continuaron hasta que la gente que estaba más allá de la terraza no pudo vencer su curiosidad y salió corriendo al jardín.

♦ ♦ ♦

Debido a que se trasladó del imperio a Croa a la vez, Asher no se levantó de la cama en todo el día, como cuando Aria usaba el reloj de arena.

A diferencia de ella, que nunca se había despertado por estímulos externos en este punto, Asher se levantó en el momento en que ella lo sacudió con violencia.

—No vuelvas a ser tan imprudente —dijo Aria le mientras le daba el agua fría a Asher, que había pasado todo el día en cama. Se sentía incómoda al pensar que era solo por su cumpleaños, no por ningún otro asunto importante.

—No haré nada por lo que te preocupes —respondió él casual. En lugar de aceptar, sus palabras vagas mostraban que podría volver a hacerlo

¡No puedo creer que digas algo así cuando te ves de ea manera!

—¡Eres demasiado imprudente! ¿Qué pasa si el príncipe heredero se lastima por este tipo de actitud? —frunció el ceño Aria.

—No te preocupes por eso. No haría algo tan imprudente a menos que no esté relacionado contigo —le respondió, tomando su mano. Al escucharlo, no pudo mantener su enojo.

—¿Cómo puedes decir eso ahora…? Entiendo que esto sea lo que pienses. Entonces, cada vez que pase algo así, te encerraré en un cuarto y no te visitaré. Tampoco te ofreceré agua.

Al final, quien saldría perdiendo sería Asher, porque ella declaró que no lo vería aunque usara su habilidad para visitarla. En este punto, no importa qué dijera terminaría enojándola.

—No estás respondiendo. ¿Puedo tomar eso como que aceptas?

Y Asher suspiró.

No sé si realmente puedo aceptarlo, pero es importante animar a Aria ahora.

♦ ♦ ♦

—Oh, Dios mío, ¿qué has hecho tanto en un día que te has vuelto tan demacrado? —le preguntó Violet, sorprendida al ver su aspecto demacrado cuando bajó a desayunar. Aria sonrió suavemente y respondió en su lugar.

—Su alteza es el príncipe heredero. No sé los detalles, pero hace un gran trabajo acorde con su estatus.

A pesar de que le dijo que dejaría pasar el uso de su habilidad esta vez, su respuesta todavía tenía un tono enojado, así que no pudo decir nada. En su lugar, asintió en silencio. Era mejor abstenerse de decir cosas innecesarias.

—¿Vas a volver hoy?

—Sí, me iré justo después de la comida.

—Ya veo… Vas a regresar de inmediato. Nos has estado visitando durante mucho tiempo y me siento incómoda por nuestra mala hospitalidad.

—No, su hospitalidad ha sido buena, y la he pasado bien. Hay algunos errores que cometí en mi visita repentina, así que no se preocupe.

—Me siento aliviada de escuchar eso. —La expresión de Violet se suavizó un poco como si realmente le importara.

—Aria, ¿cuándo planeas volver? ¿No pensabas marcharte ayer por la mañana?

—Sí, eso pensé, pero tuve una visita inesperada. En lugar de irnos por separado, pero me iré con él después del desayuno —asintió Aria al escuchar a su madre.

La respuesta oscureció el rostro de Violet de nuevo. Parecía sentir que nunca la volvería a ver a pesar de vivir cerca de la frontera, y poder atravesarla cuando quisiera.

—Ya veo, ¿estás lista? El carruaje parece estar esperando.

—Sí, no tengo mucho equipaje que llevar, así que no tengo nada para lo que prepararme.

—Ten cuidado y vuelve. Me tomaré el tiempo y pasaré por allí pronto.

—Sí, madre.

Carin, Chloe y el marqués de Piast se despidieron de Aria con cuidado, ya que realmente tenía poco tiempo para irse, a excepción de Violet, que todavía se veía oscura. Aunque era bastante predecible, no pronunció una sola palabra hasta que terminó la comida, la cual masticaba con lentitud y tristeza por el dolor.

Esta situación continuó hasta finalizado el desayuno, cuando Asher y Aria se dirigieron a la puerta principal para partir hacia el imperio. La mujer con la que había pasado los últimos días no parecía estar en ninguna parte, y Violet permaneció en silencio, como si se hubiera quedado sin habla.

—Tengo que irme ahora. Por favor, mantente saludable —se despidió Aria por última vez frente al carruaje. El silencio de Violet continuó hasta entonces, por lo que Aria tomó sus manos—. No te preocupes. No vamos a separarnos para siempre. Visita el imperio con mi madre. No es tan hermosa como la mansión de la familia del marqués, pero mi casa también es bonita.

—Aria…

En ese momento perdió el control sobre las lágrimas que había estado reteniendo, y Violet estalló en llanto.

—Por favor… por favor mantente saludable. No dudes en ponerte en contacto conmigo si ocurre algo. Seré valiente y visitaré el imperio pronto —le dijo con lágrimas en los ojos. Parecía realmente reacia a dejar ir a Aria.

Hay tantas cosas que aún no he hecho por ti.

Sus sentimientos de pena y tristeza pasaron por sus manos conectadas y se entregaron a Aria. Incluso su madre, Carin, la miraba con tranquilidad, por lo que era la primera vez que Aria se enfrentaba a tales emociones.

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