La Villana Revierte el Reloj de Arena – Extra II: Celos (3)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—Entonces, su majestad Homukiden Franz, el primer emperador, unificó el mundo y estableció un imperio, creó la ley del país y logró la unidad de la nobleza, y el segundo emperador…

Aun así, como no tenía la intención de darse por vencida, memorizó lentamente los nombres de la familia real, haciendo preguntas de vez en cuando. Realmente parecía incomprensible por qué tales rumores habían circulado en el pasado.

El aristócrata que le estaba enseñando debió de pensar lo mismo, porque la estaba mirando con ternura a pesar de que ella avanzaba más lento que otros nobles a los que había instruido.

Se veía totalmente diferente a él, quien había huido todos los días mientras peleaba con su tutor en su infancia, a pesar de que era él quien se había convertido en un verdadero noble.

—Sí, lo hiciste muy bien.

—¿No voy lenta? Soy un poco torpe para memorizar…

—Bueno, es cierto, pero recuerdas lo que aprendes.

Aria sonrió aliviada ante el comentario. Luego de otros treinta minutos de clase de historia, dejó el libro en sus manos solo después de terminar la cantidad establecida.

—¿Su alteza te envió a mí de nuevo? —le preguntó a Lane, quien observaba la clase desde la distancia.

Dudó en responder porque era una figura tan consciente, pero pronto recuperó la compostura, pensando que no tendría otra posibilidad.

—Su alteza Asterope ha prohibido la entrada a forasteros para que su alteza la princesa heredera pueda concentrarse en sus estudios. Ahora solo necesita relajarse.

♦ ♦ ♦

Esa noche, Aria entró al comedor con el ceño fruncido.

—Buenas noches. —Como de costumbre, Asher, que había llegado primero y recibió con una sonrisa feliz al poder verla por fin.

—Viniste rápido.

—No puedo hacer esperar a mi princesa —le dijo, dándole un beso en la mejilla y sacándole la silla. A pesar de ser el trabajo de los sirvientes, como siempre lo hacía,  a nadie le parecía extraño. Tan pronto como Aria se sentó, Asher volvió a su asiento. Era el comienzo de la cena.

—Escuché que prohibiste las visitas —le preguntó tan pronto como los sirvientes sirvieron las bebidas. Lane había estado hablando durante mucho tiempo, así que no había nada que ocultar.

—Sí. Escuché que la princesa se está concentrando mucho en aprender, y no puedo permitir que los visitantes inútiles interrumpan tu atención —contestó Asher, tal y como Lane le había dicho.

—No mucho. No es necesario prohibirlos a todos.

—Eres la princesa heredera, así que no tienes que ganarte el favor de los nobles. Puedes decir que estás bien ahora, pero estoy seguro de que te molestará más tarde.

¿Asher realmente piensa que me falta tanto conocimiento? Quizás por eso prohibió las visitas hasta que yo domine todos mis deberes de princesa. De repente, el consejo de Lane vino a su mente. ¿Realmente se siente avergonzado de mí por no perfeccionar aún los modales…?

Frunció el ceño, porque sabía que no era el caso. Otros podrían decirle eso, pero Asher nunca lo haría. Podía saberlo con una sola mirada.

—Su alteza debe estar ocupado… ¿por qué se preocupa por algo tan nimio?

—No es nimio. Si está relacionado con la princesa heredera, no es poco importante.

Podía saber por la expresión de su rostro que estaba siendo sincero.

¿Cómo puede un Asher tan dulce y bondadoso pensar una idea tan profana? Entonces, ¿realmente los prohibió por intenciones puras? ¿De verdad hizo eso para ayudarme a estudiar?

Al llegar a esa conclusión, ya no pudo refutar lo que había hecho. Simplemente se le ocurrió que debería estudiar más duro que ahora y pagarle a su corazón.

—Gracias, Asher.

—No, por favor no te excedas. Eres la más importante del mundo para mí.

Así que Asher deseaba que no exagerase, no estudiase mucho, no se mezcle con otras personas y no reciba su amor. Sin embargo, al contrario de sus deseos y por la pequeña broma de Lane, Aria se dedicó a estudiar día y noche.

—¿Ya… has memorizado todo esto? ¿Has estado despierta toda la noche?

—Oh, Dios mío, ¿cómo aprendiste la etiqueta de la familia imperial tan rápido…?

—¿Vas a estudiar un idioma extranjero? ¿Ahora…?

Los nobles que la enseñaban se quedaron sorprendidos.

—¿Escuchaste que su alteza la princesa heredera está absorta en sus estudios?

—¡Sí! ¡Escuché eso! Ella ya ha aprendido lo suficiente, pero ha estado estudiando día y noche, diciendo que quiere ayudar a su alteza.

—¡Así es! ¡Incluso empezó a aprender un idioma extranjero porque quería saber más sobre países lejanos!

—¡Qué asombroso…!

—No me había dado cuenta por los rumores, pero ahora que la sirvo veo que es mejor de lo que se dice.

—¡Estoy de acuerdo! Su alteza la princesa heredera debe estar teniendo dificultades para estudiar, ¡así que tendré que traerle un postre dulce!

—¿De qué estás hablando? Yo soy el que está a cargo.

Los sirvientes que la seguían estaban asombrados.

—La princesa ni siquiera durmió anoche —suspiró Asher, dejando la pluma. Se veía realmente triste y miserable. Parecía estudiar día y noche, como decían los sirvientes.

Al verlo de esta manera, Lane tuvo que tragarse la risa a punto de estallar.

—¿No te estás preocupando demasiado si es solo eso?

—Por supuesto. No se trata solo de eso… Aria no me mira de noche.

Todavía estaban en la etapa de luna de miel, pero ella ni siquiera lo miraba por la noche. El príncipe no ahondó en detalles, pero sus lamentos fueron suficientes para entender lo que en verdad quería decir.

—No entiendo por qué está trabajando tan duro.

—¿Le ha preguntado?

—Bueno, cada vez que lo hago, ella solo dice que quiere cumplir con su deber como princesa heredera lo antes posible.

¿Cómo puede ser tan divertido? Lane apretó el puño hacia dos personas que estaban más dispuestas de lo que pensaba, por lo que quería bailar de alegría. ¿Debo decir la verdad ahora? No, sería mejor resolver la situación, ya que seguramente me meteré en problemas más adelante.

Si lo pensaba, no estaría tan mal que el príncipe heredero se sintiera ansioso por unos días más. De repente sintió una mirada extraña y recobró el sentido, y se encontró con la mirada de Asher.

—¿Qué te preocupa tanto?

—¿Sí? Ah… estaba pensando en cómo manejar esto.

—¿En serio? ¿Se te ocurrió alguna solución?

—Oh, no, todavía no… ¿Voy a ver a la princesa heredera?

Ante la pregunta, los ojos de Asher se entrecerraron de nuevo. Debido a su experiencia e instinto, Lane reconoció lo que pensaba. Era evidente que Asher tenía dudas. Era peligroso.

—Bien. Puedo escuchar las noticias de la princesa aunque estoy ocupado. Ve.

Las advertencias que resonaron en su mente desaparecieron cuando Asher se relajó y le mostró su confianza.

¿Con qué melodía tengo que bailar?

Por supuesto, era una situación peligrosa porque era cierto que se sospechaba de él. Necesitaba resolverlo rápidamente, así que dejó la oficina de Asher para visitar a Aria, que estaba estudiando mucho.

—Estás aquí hoy de nuevo.

Quizás la clase había terminado, porque cuando la encontró, solo tenía un libro en su mano. Ahora que sus visitas eran naturales, Aria lo saludó sin sorprenderse.

—Tengo algo que decirle.

—Por favor, hazlo.

El noble que le había enseñado a Aria ya se había retirado. Al no haber encontrado a nadie a excepción de unas pocas sirvientas que veían, Lane le insistió en que debería dejar de concentrarse en estudiar y descuidar a Asher.

—¿Qué quieres decir? ¿No dijiste que Asher quería que confirmar si tenía algún problema y si estaba bien? ¿Que por eso me revisabas cada hora para informarle?

—Es verdad. Sin embargo, creo que ahora todo estará bien.

—¿Qué quieres decir con que está bien ahora?

Porque Asher ha tenido bastantes problemas hasta ahora y creo que me atraparán.

No había nada peor que ser atrapado. Necesitaba ocultarse bajo el pretexto de haber arreglado la relación entre ambos.

—Quiero decir, te has convertido en una gran dama de la que su alteza Asterope no se preocupará. Así que es suficiente…

—Fuiste tú.

Lane escuchó la voz de un enviado de la muerte. Su espalda se puso rígida.

—¿Señor Asher? Debes estar ocupado. ¿Qué te trae por aquí…?

Cuando Aria confirmó su nombre, la cara de Lane se puso pálida. Fue solo una broma menor, pero ya sabía que el precio fuera comparable al castigo extremo.

—Fuiste tú quien jugó entre Aria y yo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Aria con los ojos bien abiertos. Como tenía la cara de no saber nada, él miró a Lane enojado para que confesase sus pecados.

—¿Disfrutaste mi nerviosismo?

—¡No es eso…!

Era eso. Fue muy divertido ver a Asher entrar en pánico. Si pudiera, habría guardado la imagen en su dormitorio y para verla siempre que estuviera deprimido.

Sin embargo, si lo decía, existía la posibilidad de que muriera por desprecio a la familia real asi que tenía que inventar una excusa a toda prisa para no morir, y no alienarlos.

Mientras su mente daba vueltas desesperadas, de repente tuvo una buena idea. Tenía que huir.

—Bueno, ¡solo estaba tratando de encontrar una manera porque su alteza Asterope estaba celoso de todas las personas en contacto con la princesa heredera! ¿No sintió celos de las damas nobles que la visitaban para conversar?

Confesó que Asher había tomado medidas extremas para impedir el acceso a los visitantes para que Aria viera este lado obsesivo.

—¿Qué? ¡Tú…! —frunció el ceño Asher al ser culpado, pero Lane se apresuró a interrumpirlo porque sabía que le preguntaría si quería morir.

—Su alteza abandonó su trabajo entonces y sólo pensó en la princesa heredera… y yo quería ayudarla, ¡pero no salió bien…! —explicó, dándole a Aria una mirada suplicante, pareciendo decir que no tuvo otra opción que actuar así porque Asher actuaba como los celos encarnados.

Ella parpadeó varias veces con sorpresa, pero pronto se recuperó y sonrió.

—¿Qué estabas haciendo mientras ignorabas tu trabajo, Asher?

A ella pareció gustarle que Asher estuviera celoso de las damas nobles que habían visitado el Castillo Imperial.

Asher estaba listo para gritarle a Lane de inmediato, pero se calló.

Aprovechando esto, Lane comenzó a retroceder lenta y silenciosamente. Era una oportunidad de oro para escapar.

—¿Qué tipo de celos tuviste hacia las damas nobles? No son importantes para mí, en comparación contigo… solo hablé con ellas durante una o dos horas, y todo era por ti —dijo Aria burlona. Con esto, la mirada enfadada dejó a Asher, cuyos oídos se sonrojaron por la vergüenza—. Dijiste que estás ocupado, pero ahora estás fuera de tu oficina… ¿qué vas a hacer?

Aria miró las orejas rojizas de Asher; se veía muy lindo. Debido a que Lane dejó la bomba inesperada y huyó, Asher todavía no podía responder y evitaba sus ojos.

Era una vergüenza que hubiera estado celoso incluso de las damas nobles y hubiera impedido que los visitantes entraran al Castillo Imperial.

—Si tan solo me hubieras dicho que me echabas de menos, que lo habías hecho por celos… habría estado más cerca de ti todo el día.

Los ojos de Asher destellaron en las palabras que siguieron justo detrás.

—¿De qué estás hablando…?

—No estoy feliz de estar lejos de ti. Si pudiera, me gustaría cambiar de puesto y convertirme en una asistente que esté cerca de ti todo el día —le contó, tocando los oídos de Asher, que se había teñido de rojo. Incluso los besó de puntillas, diciendo—: Sería tan lindo y encantador verte en cualquier momento.

—Mi princesa…

Como si no pudiera soportarlo, abrazó la cintura de Aria con fuerza. Luego le besó el pelo. No sería extraño que terminase tirándola sobre la mesa de inmediato. Ninguno estaba pensando en la broma de Lane en este momento.

—Tengo un favor que pedirte, Asher —dijo Aria de repente luego de que estuvieran abrazados por mucho tiempo.

—Solo di lo que sea. Te lo traeré, aunque tuviera que vender el imperio.

—No puedo esperar algo tan grandioso. Es muy pequeño.

No importa lo ciego que estuviera para una mujer, los sirvientes que esperaban quedaron atónitos al escucharlo.

—Como te llamo por tu nombre, Asher… quiero que me llames por mi nombre. Ser llamada princesa heredera no es malo, pero… Comparado con cunado me llamabas señorita Aria, siento una extraña pared.

¿No es una petición muy linda?

Como si realmente no pudiera controlar su amor por Aria, se mordió el labio inferior y puso más fuerza en la mano que envolvió su cintura.

Estaba a punto de dejar todas sus reuniones para moverlos a la villa en el bosque, cuando ella le pidió su favor.

—Cualquier cosa. Haré lo que quieras.

—Debes castigar al pecador que escapó.

—Ah… sí. No te preocupes. Haré que Lane sea castigado lo suficiente.

Aunque resolvieron todo este malentendido, Lane los había molestado a ambos durante días. No podían dejarlo pasar.

—Por supuesto que lo haré —dijo Asher y le preguntó a Aria en voz baja, mientras la besaba en la mejilla—. Me ocuparé bien de eso, así que ¿por qué no vamos a la cabaña? Si no te veo allí ahora, me voy a volver loco.

Lo mismo sucedía con Aria. Debido al plan de Lane, había pasado todo su tiempo estudiando, así que asintió en silencio. Al instante, Asher hizo que los sirvientes se retirasen.

Tan pronto como los sirvientes sonrojados desaparecieron, Asher y Aria desparecieron.

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