Mi hermana, la heroína – Capítulo 82

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


Vamos a respetarlo.

Ya sea una ejecución, suicidio o exilio, cualquiera que sea la conclusión de la vida de Christina Noir, vamos a respetarla.

Ella siempre siguió ese camino. Al sacrificarse, le dio felicidad a Mishuli.

Ese es el camino que seguiré.

Todo está decidido.

Queda un mes hasta la Ceremonia de entrada de la Academia. Tengo muchas cosas que hacer hasta entonces. Como voy a cambiar la dirección en mi vida, necesito cambiar cada aspecto de la vida que viví hasta ahora.

—…

Sentada en mi cuarto, giré un par de tijeras en mi mano.

Estas oscuras y simples tijeras son largas y tienen un gran filo. Esta pesada arma en mis manos es algo que robé de los cuartos de las sirvientas. Las traje aquí porque son necesarias para lo que estoy por hacer.

Ya que decidí seguir los escenarios de “Laberinto del Destino”, hay algo que debo hacer primero.

Es una parte crucial. Mejor dicho, es lo que dirige toda la historia, mi relación con Mishuli. Así que debo regresarla a como era originalmente.

En el juego, Mishuli y Christina ya eran enemigas para el momento en que Christina entra a la Academia. Aunque la descripción decía que Mishuli adoraba a su hermana, la villana la tiranizó y la miraba con disgusto.

Nunca dijeron con claridad por qué. Por las palabras y acciones de la Christina original, parecía que ella pensaba que Mishuli era la hija secreta de su padre y la odiaba por ello.

Pero probablemente no era así.

Esa Christina era yo.

Por eso tengo que recrear de inmediato lo que sucedió.

—…

Sin moverme, observé a mi reflejo en la hoja.

El pecado que estoy por cometer, me atrevo a decir que padre no me castigará.

Lastimar a Mishuli y alejarla. Él pensará que es mi rebeldía contra su declaración de que ella está “engañándome”. Estoy por hacerle algo terrible a Mishuli.

“Nunca fui engañada por Mishuli, así que no la envíes a un Monasterio”.

Lo que estoy por hacer le hará pensar esto seguramente.

Por eso padre no dirá nada y pretenderá que nada sucedió. Sólo lo pasará por alto como una rabieta infantil contra él.

—Una excusa tan conveniente… Qué molesto.

Siento que voy a vomitar. Mis manos sosteniendo las tijeras están temblando. Lo que estoy por hacer, aunque no vayan a castigarme por ello, ya las odio.

Debe ser por el estrés. Mientras mi cabeza comenzaba a latir, escuché un golpe en la puerta.

—Hermana, voy a entrar.

—… Ah.

Mishuli entró a mi cuarto, sin ninguna idea de lo que estaba por suceder. Se acercó con una sonrisa feliz.

Hoy es el día en que Charles vendrá de visita. Ella siempre visita mi cuarto antes de que él llegue, por eso debo hacerlo hoy.

Debo terminar esto antes de que Charles llegue.

—Ehehe, hasta que Charles llegue, ¿por qué no-? ¿Eh? Hermana, ¿qué sucede? ¿Te sientes mal?

Lo que está por suceder, mi determinación ahora mismo… Mishuli, que no sabe nada, intentó leer mi expresión.

Mi rostro ahora está blanco como una sábana. Lo sé por lo que vi desde las tijeras.

Mirándome, no sé qué es lo que Mishuli siente.

—… Mantente lejos de mí.

—¿Eh?

En lugar de herida, parece sorprendida al escuchar las palabras que nunca dije antes.

Su rostro preocupado es atacado por la confusión. La parte débil de mi corazón está gritando que no es demasiado tarde para detenerme.

Aplasté esa voz.

—¿Q-Qué sucede, hermana? ¿Estás tan enferma? ¿Llamo al doctor? T-Todo saldrá bien. Aunque sea contagioso, no importa cuál es la enfermedad, ya que eres tú, ¡me mantendré a tu lado!

Parece haber llegado a la conclusión de que todo es culpa de una enfermedad.

Mi autodesprecio está saliendo. Por supuesto, hasta ahora, habría accedido a sus palabras.

Pero soy la villana. Tengo un alma corrupta. Dejaré ir a mi amada hermana menor. Esto no es nada más que el principio de lo que sucederá en “Laberinto del Destino”. Para convertir a Mishuli en la verdadera heroína, necesita que una villana como yo la guíe.

Por ello no puedo elegir palabras que ella pueda malentender.

—… Mishuli, ¿sabes tu origen?

—Umm… ¿soy tu hermana menor?

—Equivocada.

Mientras mi amada hermana decía palabras para hacerme feliz, puse mis brazos alrededor de Mishuli. Sin siquiera resistirse, ella me devolvió el abrazo.

—¿Qué sucede, hermana? Pareces diferente.

—¿Diferente…? Huh. Es cierto.

Mishuli me está mirando confundida, pero esta vez no la abrazo para mostrarle mi amor.

Elevé unos mechones que cayeron en mis brazos, y con un breve movimiento, giré mi mano. De esta forma puedo tomar un montón de cabello sin necesidad de jalar demasiado. Es mucho más sencillo porque su cabello es muy suave.

—Mishuli. Alguien como tú no tiene derecho al nombre de la Familia Noir.

—¿Oh, en serio?

—Sí. En realidad ni siquiera tienes sangre noble.

—Oh. Bien.

Porque en realidad es de la Realeza.

Pero tengo que ocultar eso por ahora, y en su lugar hice una expresión de disgusto. Incluso después de escuchar esta nueva información, Mishuli no luce nada sorprendida. Seguramente es porque confía en nuestro vínculo incondicionalmente.

Sin preocuparse por su linaje, tiene completa confianza en que nuestro vínculo es el más fuerte.

Eso es correcto, pero también equivocado.

Amo a Mishuli. Pero aun así, a partir de ahora, pisotearé su amor por mí en el suelo.

—Como no pareces entenderlo…

Mi voz está temblando. “Porque estás fingiendo”, dice una voz en mi cabeza. Esto sólo puede describirse como un abrupto acto de violencia sobre una inocente.

Lenta y cuidadosamente, reuní el cabello de Mishuli en mi mano para no perder ni un mechón.

La parte superior está atada con un listón, pero el resto fluye por su espalda. Mientras acentúa las ondas en su pelo dorado, el listón sobresale hermosamente.

Teniendo tanto las partes sueltas como las atadas en mi mano, usé las tijeras.

El corte resonó con finalidad. En orden de cortar a través de la atmósfera, sostuve el cabello en mi mano.

Su cabello fue cortado con facilidad.

—¿Huh?

El pelo quedó en mi mano, y el listón rojo cayó al suelo.

El rostro de Mishuli comenzó a mostrar confusión. Ciertamente, sintió su cabeza volverse ligera de repente. Su cabello ahora cuelga despeinado sobre sus hombros, y sus manos tocaron el lugar donde antes caía, sin poder creérselo.

El mechón de cabello dorado sigue en mi mano.

Mishuli parpadeó sin expresión.

—Um, ¿hermana?

—Mishuli. Tú. No eres. Mi hermana.

—… ¿Eh?

Seguramente no tiene idea de lo que acabo de decir, de lo que acabo de hacerle.

Después de llegar tan lejos, miré la confusión infantil en el rostro de Mishuli, y la culpa que surgió desde el fondo nunca desaparecerá.

En mi pecho, sentí mi corazón aplastarse. Sentí como si alguien extirpará mi estómago, como si todos mis órganos estuvieran intentando salir por mi boca.

En esta sociedad aristocrática, la dignidad y la importancia del cabello de una mujer es algo de lo que estoy muy conciente. Entiendo que en esta sociedad serás mirado de mala forma sólo por tener cabello corto.

Estas emociones son tan fuertes, que siento que están destrozando mi cuerpo. Sólo pude apretar los dientes e intentar contenerme.

A partir de ahora, me sentiré de esta forma por el resto de mi vida.

—Soy una noble. Tú no. Así que escucha.

—¿H-Hermana?

Mi corazón murió al escuchar su voz. Mirando a su rostro que no parece comprender, entendí que logré engañar a mi hermanita. No creo que haya podido descubrirme.

Aun así no debo flanquear.

—Tú, no eres mi hermana.

Lo lamento Mishuli.

Te arrastraré egoístamente a este tipo de vida, lo lamento.

Aunque sea por el bien de tu felicidad en el futuro, es algo que decidí por mi cuenta. Sin preguntarle a Mishuli primero, es algo que fui e hice yo sola.

Para mostrar el final de nuestra separación, tiré el cabello de Mishuli al suelo.

—Aquí termina nuestra relación.

Pensando en la molestia que puse sobre Mishuli al alejarla egoístamente, lo supe.

Mishuli es… Una niña lamentable.

—… Ah.

Cuando finalmente comprendió lo que sucedía, la luz desapareció de los ojos de Mishuli.

Ahora que estoy segura, me giré. Dejando a la destrozada Mishuli atrás, dejé el cuarto.

No me llamó para que volviera.

—…

Caminé por el corredor yo sola. Quiero golpear algo tan fuerte como pueda. Quiero gritar. Quiero distraerme de estos sentimientos.

Sin embargo, no quiero un castigo tan ligero. Por la felicidad de Mishuli, no necesito ser perdonada, o una felicidad que no deseo. Esta es mi elección.

Por esto, un día pagaré enormemente.

Ya sea con la muerte, el exilio o el suicidio.

En mi futuro sólo hay estas tres opciones. No importa cuál elija, sufriré al final. Pensando en ello, mi corazón se calmó un poco.

No lo sabía.

Sola, murmurando por lo bajo, caminé por los pasillos de la mansión.

No sabía que me sentiría tan bien sabiendo que un día recibiré mi castigo.


Tanuki
A veces me sorprende lo emocional que me puede poner esta novela, no se si es algo general o tiene que ver porque me siento involucrado con la novela al trabajar en ella, si me disculpan iré a llorar en una esquina

5 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 82”

  1. Con está novela me enterneci con las confesiones de amor, me reí con las ocurrencias de Cris y ahora lloro con este capítulo.. estoy yendo en una montaña rusa de emociones y todavía falta más para que termine

  2. Gracias por los capitulos!! Wooo ese le duele mas a Cris! 🙁 el amor a su hermana hizo que cambiará el rumbo de las cosas y ahora paga por eso :”( sólo espero no aleje a Charles!

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