Mi prometido ama a mi hermana – Arco 6 – Capítulo 1

Traducido por Kavaalin

Editado por Sharon


Lo esencial cuando despertaba por las mañanas era no levantarme hasta no estar completamente consciente. Incluso cuando una doncella se me acercaba, hasta que no pudiera percibir claramente que yo era yo, mantenía mis ojos cerrados y calmaba mi respiración. Después de inhalar profundamente y llamar mi nombre varias veces, finalmente me preparaba para abrir los ojos. Al decirme que todo estaba bien, saludaba al sol de la mañana mientras rezaba para que esa hora aún no hubiera llegado. Todos los días necesitaba de la resolución adecuada para sobrevivir hasta la hora de dormir.

Después de esa fiesta de té, numerosas muertes fueron grabadas dentro de mí. Además de darme cuenta de que todo había comenzado otra vez, despiadados finales fueron incrustados en mi ser. Por eso tuve que tomar medidas para salvarme.

No dejar morir a Silvia, no ser abandonada por Soleil, continuar a su lado como su prometida, como su esposa.

Estas eran, en otras palabras, decisiones para protegerme a mí misma, elecciones para salvar este amor.

Sin embargo, ¿realmente fueron las elecciones correctas?

—Señorita, una carta sellada ha llegado de la Casa del Marqués.

La sirvienta me entregó una carta grabada con el sello de la Familia Marquesina cuando finalmente me levanté de la cama. Era bastante inusual recibir una.

Cuando corté el sello de inmediato, las familiares y rígidas palabras me informaron brevemente del asunto en cuestión. La leí dos, tres veces, revisando el contenido. Un suspiro escapó de mi boca inconscientemente.

— ¿Señorita…?

—Me gustaría que hicieras los preparativos para el almuerzo, el joven Soleil vendrá de visita.

—Entendido.

—Además… Sobre la condición de Silvia, ¿cómo se siente ella hoy?

—¿La señorita Silvia…?

—Sí. Si la salud de esa niña es estable, me gustaría que prepararas el almuerzo para tres personas —solicité mientras mojaba mis manos en el recipiente de agua, preparado para lavarme la cara.

—Entendido —respondió la sirvienta.

Aunque era demasiado repentino, asumiendo que la carta llegara con precisión el día y hora correctos, todavía contaba como una petición de visita. Cuando se hacía tan imprevistamente, se volvía imposible declinarla. Lucía como si Soleil estuviera pidiendo permiso para venir de visita, pero en realidad, era un comportamiento autoritario originado de su alto estatus como marqués. Al final de la carta estaba escrito que, por todos los medios posibles, se invitara a mi hermanita, así que no podía simplemente pasarlo por alto.

Parecía que Soleil estaba profundizando su relación con Silvia, ahora que ella comenzó a asistir a la academia. Para que Soleil, que pertenecía a la división de caballeros, pudiera reunirse con Silvia, que pertenecía a la división de estudios generales, tenían que agendar la hora y lugar con anticipación. Los establecimientos estaban separados y, por sobre todo, la distribución de las clases para los caballeros y los estudiantes normales eran completamente diferentes.

Debido a la diferencia horaria del entrenamiento de caballero, el cual contenía entrenamiento físico, si no se ponían de acuerdo por adelantado, sería muy difícil que pudieran juntarse a la hora del almuerzo.

Por eso que ambos almorzaran juntos en la cafetería llamaba mucho la atención. Porque a pesar de que su prometida también asistía a la misma academia, la dejaba sola y prefería pasar el rato con su hermana menor.

Sin embargo, era altamente probable que Silvia no se haya dado cuenta de todo esto. Probablemente, sin entender bien la organización de la academia en sí, la niña que asistía a la escuela por primera vez en su vida no tenga a nadie a quien pudiera llamar una amiga. Por eso, nadie le dio a conocer lo que pasaba. Tal vez en ese momento era mi papel como su hermana mayor guiarla, pero sabía que sería una molestia si llegara a interrumpir su conversación innecesariamente.

Debido a mis previos actos tontos, cuando amenazaba a todas las mujeres que se le acercaban a Soleil, si interfería ahora, la gente diría que incluso mantenía a raya a mi propia hermana por mis celos. Eso lo tenía más que claro.

En estos momentos, no importaba cuánto luchara, la situación no cambiaría para bien. De repente, mi espalda tembló cuando un cierto pensamiento cruzó mi mente.

¿Qué debía hacer si todas mis acciones resultaran inútiles? ¿Para qué demonios me encontraba aquí?

—¿Qué vestido le gustaría usar?

—Me cambiaré de ropa otra vez después de esta reunión… Bueno, con uno de esos debería bastar.

Cuando señalé hacia una parte del vestidor, la excelente sirvienta asintió sin hacer más preguntas. Unos segundos después volvió con un vestido simple exactamente como el que estaba imaginando y me ayudó a cambiarme. Mientras tanto, di instrucciones para que el almuerzo fuera preparado en la sala de recepción.

Sin importar lo abrupta de la visita, dado que la cocina de la mansión siempre estaba a rebosar de ingredientes, su llegada no representaría mayor problema. Si bien no tendría tiempo para afinar todos los detalles como lo había hecho con la fiesta de té de hace algún tiempo, no debería resultar tan mal.

—Estaré en los archivos hasta que sea hora de almorzar. Si sucede algo, por favor, llámame.

—Sí, señorita.

Después de confirmar que la sirvienta hacía una reverencia, me dirigí hacia los archivos. Aunque incomparable con la de la biblioteca de la academia, la colección de libros recopilados por las sucesivas generaciones de los cabezas de nuestra familia condal era bastante impresionante. Para alcanzar la parte superior de las altas estanterías se debía usar una escalera, y los miles de libros estaban alineados firmemente sin espacios vacíos entre ellos. Parecía que los consecutivos mayordomos habían inventariado todo, pero sin el consentimiento del jefe de familia no se podía obtener dicha lista y tampoco era fácil obtener permiso para hacerlo.

De entre la colección, algunos libros eran considerablemente costosos y, dado que todos formaban parte de los bienes y posesiones de nuestra casa, el índice que los listaba estaba rigurosamente asegurado. En otras palabras, no podía verlo. De haber tenido ese catálogo a la mano, mi investigación habría progresado mucho más fluidamente.

En ese lugar, estaba buscando una descripción relacionada con Cuervo. Desde hace varias de mis vidas anteriores, cada vez que recuperaba mis recuerdos, comenzaba a investigar sobre él. Sabía que Cuervo no era una persona común y corriente. Podría ser una especie de hada o espíritu, o tal vez un mago o un ilusionista, o un ser sin ninguna forma física como un fantasma. Ya que podía usar ese tipo de técnicas o magia, ya fuera un ser humano o una especie diferente, no había duda de que era una existencia especial. Por eso existía la posibilidad de que estuviera registrado en los libros. Busqué en varios registros, tales como obras literarias y libros de historia, biografías y cuentos folclóricos.

Por ahora, nunca me había cruzado con la descripción de alguien parecido a él, pero no podía renunciar a la posibilidad de uno en un millón de finalmente ser capaz de encontrarla.

Devolví el libro que había terminado de leer a su estante y tomé uno nuevo. De esta forma, poco a poco avanzaba con mi búsqueda. Pero no sabía cuántos miles de libros había solamente en este lugar e, incluyendo la biblioteca de la academia, incluso si fuera a pasar todo mi tiempo leyendo, no podría terminarlos todos en una vida. De hecho, había dividido el total de libros a leer en cada vida.

Los estantes que debía revisar en esta vida eran estos. Los estantes de mi vida previa eran aquellos otros. Usando cada momento libre en mi vida diaria, perseguía su existencia.

—Mi señorita, cuando no pueda alcanzar algo, por favor, llame a alguien.

Mientras subía a la escalera para tomar un libro, una voz hizo eco en los archivos donde se suponía que nadie más debía estar. No sabía cuándo había llegado, pero mi escolta Al me estaba mirando con el ceño fruncido. Que nada hubiera delatado su presencia era prueba de su excelencia como caballero.

Cuando me reí y le dije que estaba bien, él inmediatamente me respondió:

—No está para nada bien. Si me hubiese dicho el título, le habría llevado el libro a su habitación, —dijo con una expresión hosca, pero yo negué con la cabeza.

Para empezar, ni siquiera sabía lo que estaba buscando. Cuando traté de bajar con el libro en la mano, Al inmediatamente sostuvo mi brazo, y reí irónicamente debido a la sensación de ser escoltada.

—¿Qué haría si se llegara a resbalar? —agregó con una expresión sombría

En ese instante, me asaltó el pensamiento que, entre todos los tipos de accidentes que había experimentado hasta ahora, nunca había sufrido una muerte como esa. Siendo así, si llegara a caerme de la escalera, en el peor de los casos, probablemente sólo terminaría con una fractura.

—¿Mi señorita? ¿Me está escuchando?

Como era de esperarse, no pude decirle que todo estaría bien, así que asentí apresuradamente con la cabeza.

—¿Realmente lo entiende?

Le di al suspirante Al una mirada de soslayo, regañándome por ser haberme dejado poseer por pensamientos lúgubres. En esta vida donde era consciente del final que me esperaba desde el momento en que despertaba cada mañana, ¿dónde podría encontrar la felicidad? Había estado buscando la respuesta desde hace mucho tiempo. Soportaba cada día en aras de sobrevivir. Mi presente consistía en acumular los días.

Esa podría ser la razón por la que estaba buscando a Cuervo.

En esta vida en bucle, las personas que aparecían eran en su mayoría las mismas. Si esta vida se convirtiera en una historia, sería imposible que los personajes regulares cambiasen. Y, sin embargo, había ocasiones en que Cuervo aparecería ante mí y momentos en que no lo hacía. Incluso si, tal vez, me estaba observando desde algún lugar desconocido, no podía estar completamente segura de su existencia.

En una de mis vidas, vagué por la ciudad buscando a Cuervo. Cuando encontraba a un joven de cabello negro, lo llamaba reiteradas veces. La gente a mi alrededor se alejaba, evitando a la chica que seguía llamando con todas sus fuerzas el extraño nombre de Cuervo, incluso hubo algunos que se rieron y me apuntaron con sus dedos. Si él hubiera estado en esos lugares, no creo que hubiera fingido no verme. A pesar de que incluso su mera existencia era incierta, entendía un poco el tipo de persona que era. Quizás era sólo que, en esa vida, Cuervo no estaba aquí.

Aun así, quería seguir buscándolo. Podría ser imposible si su apariencia cambió, pero definitivamente quiero verlo. No es que quisiera pedirle algún favor o algo. No deseaba que me prestara su ayuda o que me salvara. Solo quería verlo.

—Mi señorita, ¿qué está buscando?

Al final, no pude leer los libros que elegí en los archivos, así que volví a mi habitación mientras hacía que Al los cargara. Dado que se acercaba la hora del almuerzo tenía que cambiarme de ropa. Si Silvia se iba a unir a nosotros, tenía que asegurarme de que no usáramos el mismo color y aun así dar la impresión de que estábamos armonizadas.

Ya fuera un color claro u oscuro, todo se adaptaba a esa niña con sus cabellos plateados y su blanca piel, tan traslúcida que se le llegaban a notar las venas. Esto se debía a que su cuerpo no poseía color. Pero debido a estos cabellos míos que parecían los de una anciana, debía elegir cuidadosamente qué ponerme. Incluso si mi piel también era blanca, no tenía nada tan especial como para ser mencionado. No poseía ningún rasgo peculiar.

—Eso me pregunto, ¿qué estoy buscando?

—¿Está buscando algo aunque no sabe lo que es?

Bajando su mirada hasta los lomos de los libros que claramente pertenecían a diferentes campos de especialización y que no tenían correlación entre sí, Al se encogió asombrado.

—No, es porque no lo sé que lo estoy investigando.

—Realmente no entiendo…

Cuando moví mis ojos hacia el retrato de Silvia que adornaba el final del corredor que había quedado en silencio, la voz de mi hermana menor resonó detrás de mí.

—¡Hermana…!

Me di la vuelta mientras sonreía con ironía. Debido al momento en el que habló, pareció que su voz provenía desde la pintura, y vi la figura de mi hermana pequeña caminando hacia mí, junto a mi prometido. Aunque me preguntaba por qué estaban juntos, no dejé que se evidenciara en mi comportamiento. Simplemente hice una reverencia en silencio como saludo.

—Buenos días, joven Soleil.

—¡Ah!

En lugar de dejar que Soleil respondiera, con una sonrisa sin malicia, Silvia me habló alegremente.

—Parece que llegó un poco antes de lo planeado. Y como no pude encontrarte, estuvimos esperando en la sala hasta hace unos momentos, pero…

Hoy parecía estar saludable. Su rostro con sus mejillas ligeramente teñidas de rojo era el reflejo de la salud misma. Como le había pedido a la sirvienta que confirmara su condición, probablemente le había informado de la visita de Soleil.

Llevaba un maquillaje ligero para recibir a nuestro invitado y estaba vestida un poco más elegante de lo usual. Dado que Soleil era una persona de mayor rango, se podría decir que era natural vestirse formalmente. Siendo ese el caso, la que estaba siendo descortés era yo. Además, como hasta hace poco había estado tocando libros cubiertos de polvo, el dobladillo y los puños de mi vestido estaban blancos por la suciedad que los cubrían. Era notorio porque había elegido un vestido de un oscuro color azul profundo. Aunque el polvo sólo se pegaba a las mangas, los puntos sin manchar hacían que pareciera ropa vieja. Una sonrisa escapó de mis labios cuando pensé que ahora realmente parecía una anciana.

— ¿Ilya…?

De pie junto a Silvia, Soleil me dirigió una mirada perpleja.

—No es nada, por favor, no me tome en cuenta.

Cuando negué con la cabeza, su expresión cambió a una de duda. Al verlo así, sentía que en cualquier momento me culparía y me diría: “¿qué estás tramando ahora?” Yo no creía que me pareciera a una villana. Pero él parecía pensar lo contrario.

—Ordené que el almuerzo fuera preparado en la sala de recepción. Todavía queda un poco de tiempo antes de que esté listo, así que, ¿les gustaría tomar algo de té mientras tanto?

Después de que dije eso, Silvia juntó alegremente ambas manos y exclamó:

—¡El otro día encontré un nuevo té…!

Al ver los ojos de Soleil relajarse ligeramente mientras reflejaban su apariencia, un pequeño dolor comenzó a brotar en mi pecho. Estaba pensando que esta escena me daba un sentido de deja vu pero de repente, también pensé que ese sentimiento podría ser un poco más como nostalgia. En el pasado, me habría sentido lastimada por su comportamiento. Ahora, mi corazón se mantenía calmado. No, en realidad podría ser que trataba desesperadamente de suprimir mi corazón a punto de estremecerse.

—Es un té aromático que seguramente se adaptará al gusto del joven Soleil, —dijo Silvia mientras dirigía una mirada implorante hacia mí. Con un asentimiento de cabeza, fingí mantener la compostura y les mostré una sonrisa mientras respondía.

—Eso es perfecto. Regresaré a mi habitación para cambiarme de ropa. Mientras tanto, por favor, cuida de tu cuñado y sírvele un poco de té.

¿Ni siquiera estamos casados y ya me estás mostrando este tipo de comportamiento jocoso? 

¿Sería una tontería de mi parte decir eso teniendo previo conocimiento de los sentimientos de esos dos? ¿O tal vez sería percibido como sarcasmo? Sin embargo, Silvia, pareciendo no importarle en lo más mínimo, acercó sus delgados dedos al brazo de Soleil. Estaban tocándose pero no. Con una sensación de distancia tan sutil, sus verdaderos sentimientos se dejaban ver claramente.

Yo, que simplemente los miraba, me preguntaba cómo me vería.

Si hubiera sido la de antes de presentar a Soleil y a Silvia, dejar que estuvieran solos sería como una fantasía, nunca les hubiera dado la oportunidad.

—Mi señorita…

¿Me hubiera puesto a gritar? ¿O me habría interpuesto entre ambos, zarandeando el delgado brazo de Silvia mientras gritaba, “¡No te acerques al joven Soleil!”?

—Mi señorita, ¿qué le pasa?

En esa situación, me pregunto, ¿qué tipo de expresión pondría Soleil al mirarme? No, ¿qué tipo de expresión puso al mirarme?

—¡Mi señorita…!

Cuando levanté la vista debido a la voz que resonó abruptamente en mis oídos, Al estaba allí, llamándome en voz baja. Como su posición era la de mi caballero escolta, no podía alzar la voz. Ya que me había perdido en mis pensamientos, mis hombros habían comenzado a temblar cuando fui devuelta a la realidad abruptamente. Pero enseguida tomé una pequeña inhalación para calmarme y no dejar que nadie se diera cuenta. Moví mi línea de visión para comprobar si Soleil o Silvia habían percibido mi reacción, pero no me estaban prestando la más mínima atención y habían reducido cada vez más la distancia entre ellos en comparación de antes. Como para contarle un secreto, Silvia tapó sus labios con sus manos y se acercó al rostro de Soleil. A pesar de que el contenido audible de su conversación era simplemente un chisme, sólo por estar uno al lado del otro, ambos se veían algo deslumbrantes. Mientras pensaba que la escena me parecía muy familiar, Soleil de repente le dijo:

—Entonces, estaré contando contigo, Silvia.

—¡Sí! —exclamó ella y se volteó hacia mí con sus mejillas todavía sonrojadas. Esa era la expresión de una doncella enamorada.

Sólo podía pensar lo adorable que era esta escena.

—¿Ilya…?

Cuando volví a distraerme, Soleil me lanzó una mirada inquisitiva.

—Oh, bueno… Silvia, naturalmente no tengo ningún problema en que le prepares un poco de té, pero no puedes hacerlo en tu habitación.

Pensaba que era un miedo infundado, pero cuando dije eso por si acaso, Silvia ladeó su cabeza con una expresión desconcertada. Incluso si en el futuro se había planeado que se convertirían en familiares, actualmente Soleil y Silvia eran completos extraños. La hija de un aristócrata no sería elogiada por estar sola en la habitación con un hombre que no era un miembro de su familia. No sabíamos qué tipo de rumor podía ser difundido por los sirvientes a los que les gustaba chismear. Sin embargo, Silvia no lo entendía bien.

Fue criada muy cuidadosamente, encerrada dentro de una jaula. Mi encantadora hermanita.

—¿Por qué no puedo?

Miró inquieta a Soleil con una mirada suplicante y desconcertada. Quien tenía la mayor autoridad aquí era él. A pesar de ser la casa de mis padres.

—Ya que en esta mansión solo hay personas de confianza, estará bien.

Supongo que puedo adivinar lo que intentas decir, pero ¿en qué te basas? Además, tu hermanita no es alguien que te traicionaría, ¿verdad? —dijo él.

Incluso ahora, sabía que Silvia, quien no entendía de lo que estábamos hablando, estaba mirándome con una expresión implorante. Yo era incapaz de devolverle la mirada. Aunque no había hecho nada malo, ¿por qué no podía librarme de este sentimiento de culpa? A pesar de que no podía ir en contra de la opinión de Soleil, al final, me encomendaron la decisión. ¿No era eso excesivamente injusto?

Si decían que sólo tomarían té en su habitación, sólo harían eso.

Tal vez la anormal soy yo, pensé mientras hacía una expresión extraña. Sin embargo, incluso si dejaban la puerta de la habitación abierta para que la gente pudiera ver el interior, los seres humanos eran criaturas que tendían a distorsionar la verdad para su propia conveniencia. En el momento en que una persona malintencionada viera su harmoniosa relación dentro de la habitación, no sabíamos en qué podrían transformarla.

—Ilya, ¿realmente hay necesidad de pensar tan profundamente al respecto?

Una vez Soleil había dicho eso, ya no quedaba nada más que decir.

—Sí, tiene razón. Le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.

Intenté fingir tranquilidad, pero instintivamente mis músculos se tensaron y mi garganta se contrajo. Aunque nada excepcional había sucedido, aunque se suponía que esto no era nada… Dolía. No podía evitar sentirme herida. De esta forma, poco a poco iba perdiendo muchas cosas.

—Bueno, Silvia, joven Soleil, los veré más tarde…

Hice una reverencia, me disculpé por mi mala educación al retirarme primero e insté a Al con mi mirada. Con una expresión algo rígida, este rápidamente inclinó su  recta espalda en señal de despedida y se puso a mi lado para protegerme de sus líneas de visión.

—Ilya, espera un momento.

Entonces, después de haber dado unos pocos pasos, Soleil de repente me llamó.

Me volteé, preguntándome por qué todavía seguía aquí. Después de abrir ligeramente los labios como queriendo decirme algo, se sumió en el silencio y se quedó mirándome fijamente. Cuando volví un par de pasos, preguntándome sí algo había sucedido, por alguna razón, Al se interpuso entre nosotros para detenerme. Si bien mi línea de visión no estaba completamente bloqueada, Al exudaba el tipo de actitud que decía que no me permitiría regresar. Mientras me encontraba desconcertada por su inusualmente severo comportamiento…

—Ilya, —Soleil volvió a llamar. —Tú, ¿por qué eres…?

Esta vez, rompió el silencio y comenzó a decir algo, pero como antes, pareció cambiar de opinión a medio camino y dejó de hablar. Su expresión lo hacía lucir afligido, pero también parecía como si no hubiera nada diferente de lo usual.

Pensé que, como era de esperar, él era una persona difícil de leer. A excepción de cuando Silvia estaba delante de él.

—Cuñado, ¡vamos rápido!

Silvia pareció impacientarse ante nuestra extraña conversación silenciosa y lo llamó mientras actuaba como una niña mimada. Esa acción que yo nunca podría hacer, mi hermanita podía realizarla de forma natural. Sus largos cabellos se balanceaban suavemente y, aunque yo me encontraba parada a cierta distancia, un dulce aroma fluía hacia mí. Una parte de su cabello estaba parcialmente recogido en la parte superior de su cabeza, pero el resto caía libremente sobre su espalda. Este peinado extraía al máximo el encanto de sus hermosos cabellos que eran como hilos de plata.

—¡Cuñado!

—Bien, vamos.

No mucho después, los dos se alejaron juntos, como si nada hubiera pasado a pesar de la interrupción anterior.

—Mi señorita…

Mientras miraba sus figuras en retirada, Al me llamó con voz preocupada.

—La única que verá como los demás se alejan, que los seguirá con la mirada hasta que estén fuera de su vista, siempre seré yo, ¿verdad?

—Mi señorita…

—La única dejada atrás, siempre seré yo.

Cuando recordaba todo lo que había sucedido, desde el principio siempre había sido así. Desde el momento en que los presenté en esa fiesta de té.

Permaneciendo junto a estos dos, que habían establecido un vínculo emocional, mis propias emociones siempre eran dejadas atrás.


Kavaalin
Con esto damos comienzo al sexto arco. Y debo decir que, sin importar lo que pueda parecer, estos primeros capítulos son bastante suavecitos en comparación con lo que se viene después, así que dense por advertidos. :3 (Aunque sé que no harán caso y seguirán leyendo igual, panda de masoquistas.)

Sharon
Pues sí que nos conoces bien, Kavaalin~ Ya llegamos al Tomo 2, nuestros corazones ya están completamente destrozados, más dolor y sufrimiento no nos harán retroceder.

15 respuestas a “Mi prometido ama a mi hermana – Arco 6 – Capítulo 1”

  1. Este capitulo fue como una entradita jajaja por lo que pude apreciar fue el notable cansancio de Ilya, en definitiva ella está agotada
    Esto último que hizo Soleil me pareció como que quiso salirse del control mental. Espero que lo logre, así finalmente al menos sería un peso menos en los hombros de mi querida Ilya.
    Bueno, siempre 3stare de parte de Ilya y de la lealtad incondicional de Al.

  2. Yo viendo cómo el/la autor/a dice esta q es la parte más suavecita: 👁️💧👄💧👁️ Cómo q parte más suavecita? Mis ojos están secos de tantas llorar

  3. La verdad no se a quien culpar de los dos enamorados, uno la hermana no tiene tanta culpa (por lo poco que sabemos) ella solo se enamoro y el ser mimada por ser enferma causo eso, Solei para que mentir me cae mal a morir, no lo odio por enamorarse, lo odio por cobarde, si el de verdad amaba a Silvia tenia que dejar todo por ella y asi Ilia no hubiera sufrido tanto.

    En si Solei lo odio por cobarde, Silvia por victima y nuestra prota me rompe el corazón en un 2 por 3.

  4. Ugh raiox incluso sabiendo q no sigue el final feliz aquí sigo sufriendo 😖😖😖 y obviamente mi personaje favorito de está novela sigue y seguirá siendo Al q es el único incondicional de Ilya 😍😍
    Gracias por la droga 😆😆😆

  5. ¿Acaso el idiota mayor se está deshaciendo del control?
    Y vamos… tus padres ni si quiera se han esforzado por mostrarle decoro a tu hermana?… odio que ella se sienta culpable y siempre quiera proteger a su hermana, solo es albina carajo… aunque sí su hermana es la causante de este bucle infinito, deseo conocer a razón

      1. Viene más dolor??
        Ya era, que vengan con todo, ya no me importa nada
        Que se pudra todo!! dijo un loco y desenchufó la heladera :v

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