Mi prometido ama a mi hermana – Arco 8 – Capítulo 3

Traducido por Ichigo

Editado por Lucy


Al principio me pareció un vagón de mal gusto, pero a medida que me fui acostumbrando, la bonita vista que tenía desde allí mejoró un poco mi estado de ánimo. El frío que sentía hace un rato parecía mentira, y ahora mis mejillas estaban lo suficientemente calientes como para notar su calidez.

Varios colores como el escarlata y el azul oscuro, el púrpura y el carmesí claro, se mezclaban entre sí, coloreando apenas las nubes que flotaban en el amanecer. Era sencillo y muy hermoso, y me hizo darme cuenta de algo. Lo más seguro es que, esto estaba sugiriendo nuestro futuro camino, y ante ese pensamiento, sin saberlo, las comisuras de mis labios se levantaron en una media sonrisa. Esto era lo que significaba “mirar hacia adelante”. Es porque crees que hay esperanza en tu destino que puedes levantar la cara. Y era tan deslumbrante.

La implacable luz que brillaba desde el cielo teñía de forma brillante toda la ciudad. Como si se tratara de una especie de señal, las ventanas de las casas, aquí y allá, se abrieron con fuerza. Algunos residentes sacaron la cabeza por las ventanas. Cuando se cruzaban con otros, parecían intercambiar algunas palabras o asentir en señal de saludo. Parecía que planeaban interactuar mientras ventilaban su habitación. Mientras el carruaje avanzaba, mi mirada seguía el paisaje cambiante, viéndolo sin prestarle de verdad atención. Pronto nos acercamos al mercado. Los comerciantes, ocupados en la venta de frutas, verduras y productos cotidianos, parecían moverse con inquietud, riéndose a carcajadas de vez en cuando.

Antes de darme cuenta, toda la ciudad estaba despierta, dando la bienvenida a la mañana.

Se convirtió en un lugar bullicioso y clamoroso, rebosante de vigor y de un ambiente animado. Me sorprendió la diferencia con la finca del conde, que siempre estaba tranquila. En el día a día, era de buena educación no hacer ruido y era una norma no reír ni levantar la voz. Había que caminar sin hacer ruidos, los movimientos debían ser lo más lentos posibles y perfectos hasta la punta de los dedos para mantener una actitud digna por completo. Así es como vivía. Pero dicho esto, no tenía intención de juzgar cuál era mejor. En primer lugar, era innecesario compararlos. Porque solo son “diferentes”. Cada uno vive de forma frenética en su propio mundo. En mi vida de ansiedad y dolor, como si llevara a cuestas todas las tragedias del mundo, fue la primera vez que tuve un pensamiento así.

Aquella noche en la que escapé bajo un aguacero, aquel día en el que me atrapó un traficante de personas. Cuando me vendieron, encerrada en un lugar al que no llegaba el sol, luchando, hasta el instante en que me di cuenta de que no podía hacer nada al respecto. Siempre estuve preparada para morir, pero nunca pude acabar con mi vida de forma fácil. “¿Por qué solo soy yo…?” Es una frase que pasaba por mi cabeza una y otra vez. Aquellos días parecían muy lejanos ahora.

—¿Ilya…?

Cuando levanté la cabeza después de escuchar esta suave voz, Crow apretó un poco mi mano. Sabiendo que le había hecho preocuparse, negué con la cabeza y le dije que no era nada.

—¿Te das cuenta de que no es nada convincente cuando haces este tipo de expresiones?

Con una sonrisa irónica y agridulce en los labios, me acarició la cara con sus finos dedos. Después de tocarme para comprobar que estaba bien, me dijo que parecía estar de mejor humor que antes. Sentí que no podía ocultarle nada.

—Bueno, está bien. Tenemos tiempo. Pasaremos más que suficiente tiempo juntos para llegar a entendernos.

Mientras lo veía reírse con alegría, sentí algo más fuerte que una sensación de deja-vu. ¿Era porque su aspecto alegre coincidía con una versión de Crow que conocí en el pasado?

—¡Ja, ja! Otra vez… vuelves a poner esta expresión…

Seguro era lo mismo para esta persona que me miraba a los ojos a una distancia lo suficiente cercana como para que las puntas de nuestras narices pudieran tocarse. Las esquinas de sus ojos se estrecharon, creando una atmósfera suave, pero también revelando una pena que no se podía expresar con palabras. Estaba mirando una versión de mí que yo no conocía. Este sentimiento era algo que solo nosotros dos podíamos compartir, y siempre seguiríamos cargando con él en el futuro. No hay forma de recuperar el tiempo que ha pasado ni las cosas que hemos perdido. Por eso, no me queda más remedio que vivir con estas emociones inamovibles, aunque no sepa cómo controlarlas.

Lo que sí podía hacer, era acumular otras nuevas sobre ella.

—Por cierto…, ¿a dónde se dirige este carruaje?

Crow fue el que le dijo al cochero a dónde ir, pero no me lo dijo a mí. “¡Déjamelo a mí!”, fue todo lo que dijo mientras se mostraba confiado, así que acabé confiando en él.

—Bueno… lo sabrás cuando lleguemos.

En primer lugar, ¿cuánto sabía Crow de mi situación? ¿Comprendía mi vida, no, mi educación y la de Silvia, y las complejas relaciones que tenía con nuestros padres? Justo cuando me preguntaba si debía explicarlo bien…

—No pasa nada. No hay necesidad de estar tan nervioso —dijo mientras reía con alegría e inclinaba la cabeza. Era la misma sonrisa de siempre, pero algo en ella era diferente… ¿Era siempre una persona con tantas expresiones? Su piel sin temperatura y la suave sonrisa pegada en su rostro seguían haciéndole parecer un muñeco. Su existencia en sí misma daba una débil impresión, y tal vez la mayoría de la gente no sería consciente de su presencia. Sin embargo, un rato antes, sin duda había estado conversando con el cochero. Era de verdad un misterio insondable. Podía convertirse en un pájaro, en un gato o en un niño. No parecía ser una persona; podía afirmar que no lo era. Pero, por otro lado, era demasiado humano.

—Ves, Ilya… Aunque te esfuerces al máximo, no significa que tendrás éxito. Por lo tanto, por mucho que te esfuerces, es posible que tus sinceros sentimientos no sean comprendidos. Aunque te esfuerces, no siempre podrás hacer realidad tus sueños. Porque la realidad es más dura y cruel.

—Sí, tienes razón…

Me hicieron caer en la cuenta de ese hecho más de lo que necesitaba.

—Pero por eso, si no te importa nadie, y no le importas a nadie… en tal caso, no debes seguir viviendo. Son esenciales. Son lo que significa vivir. Cuidar de alguien, ser cuidado por otro, tener sueños, mantener la esperanza. Así se puede superar la realidad.

—Cuidar de otros… y ser cuidado…

Mi respiración se volvió superficial mientras sentía que mi corazón se apretaba con fuerza. Ya veo. ¿Era porque nadie se preocupaba por mí que no podía vivir?

—Pero te equivocas, Ilya.

—¿Hm…?

—Es que no te has dado cuenta.

—¿Qué?

—Solo no lo sabías. Estoy seguro, es solo eso. Pero era una cosa muy importante. Ilya. Había otros aparte de mí. Había gente que se preocupaba por ti.

♦ ♦ ♦

Los dos caballos que habían corrido con valentía por la ciudad se detuvieron al fin en un lugar determinado. Al contrario que la ciudad, estaba envuelto en una atmósfera desoladora. Conocía muy bien este lugar. A pesar de que el carruaje condujo durante tanto tiempo…

—¿Por qué?

Sabía que mis labios temblaban sin necesidad de oírlo de otra persona. Antes de darme cuenta, habíamos llegado a las inmediaciones de la residencia del conde Matisse. No estábamos frente a la casa, no estábamos ni muy cerca ni muy lejos, pero no podía confundir aquel lugar. Su aspecto magnífico y solemne la distinguía como una mansión noble, y era tan blanca que me dolían los ojos. Las ventanas colocadas a intervalos regulares estaban pulidas a la perfección para recoger la luz del sol. La presencia de esta finca aristocrática era intimidante. Por lo general, no salía, y no podía ver el exterior desde el carruaje cerrado en el que iba. Además, aparte de mis viajes a la academia, podía contar con una mano las ocasiones que salía de la finca. Por eso, aunque era la casa de mis padres, no me di cuenta hasta que nos acercamos a ella. A pesar de haber reiniciado mi vida una y otra vez, de esta manera, no hay duda de que no me he dado cuenta de demasiadas cosas en el pasado.

—No es necesario poner una cara tan seria, Ilya. No pasa nada.

Miré la cara de Crow mientras repetía “no pasa nada” una y otra vez para persuadirme. Las esquinas de mis ojos se estrecharon un poco y exhalé poco a poco.

Al final, bajamos del vagón en silencio, actuando casi como espías mientras conteníamos la respiración aunque no tuviera sentido. Juzgando que si nos acercábamos por la puerta principal, seguro alguien se fijaría en nosotros como era de esperar, evitamos esa dirección y nos dirigimos a la parte trasera de la mansión donde se encontraban los establos.

—Me preguntaba si sería malo venir aquí con un fiacre, pero parece que los sirvientes lo usan a veces, y en este momento hay una conmoción en la mansión, así que nadie está mirando. Así que no te preocupes.

—No…, no es eso.

Aunque no hubiera nadie mirado, no podía hablar y caminé con cuidado para no hacer ruido.

—No iba a volver aquí de nuevo.

—Sí. Por supuesto que ya lo sabía.

—Entonces…, ¿por qué?

—Porque era necesario.

Estábamos fuera de la valla de hierro que rodeaba la finca cuando Crow, que se había transformado en gato, se giró de repente en mi dirección y me dijo que esperara allí un poco. Su pequeño cuerpo cubierto de pelaje negro se coló por el fino hueco que había al final de la valla, invadiendo la finca. Seguí su figura en retirada hasta que se perdió de vista. A lo largo de la valla había árboles cortos plantados con regularidad, por lo que no era posible captar la imagen completa del patio trasero, pero estaba claro que era tan vasto que resultaba difícil medirlo con los ojos. La figura de Crow desapareció por completo después de pasar por una fuente en la distancia, y me sentí como si me hubieran dejado atrás.

Me resultaba bastante extraño pensar eso, teniendo en cuenta que hasta ayer estaba al otro lado de esta valla. Cuando me agaché e hice mi cuerpo lo más pequeño posible, como era natural empecé a recordar cosas de mi infancia. El recuerdo que se reflejaba en la exuberante vegetación que crecía en abundancia frente a mí, era de cuando fui salvada por Sylvia en los establos. Los acontecimientos de aquel momento estaban un poco borrosos y desvanecidos, como un sueño que tuve en un día lejano. Los terrenos de la residencia del conde eran todo lo que yo tenía. Eran muy vastos, y muy confinados.

Cada vez que parpadeaba, se proyectaban frente a mí todas las escenas vividas hasta entonces. Todas y cada una de ellas parecían estar sublimadas. Los seres humanos eran criaturas que olvidaban los acontecimientos pasados y amontonaban nuevos recuerdos sobre ellos. Lo más seguro es que a mí también me ocurriría. Pero… ¿Podré olvidar alguna vez…? Esa agonía que hacía que incluso respirar fuera tan doloroso.

Hacía mucho calor, seguro porque llevaba una bata sobre la ropa. Cuando de alguna manera me deshice de las imágenes y me limpié la frente, estaba sudando. Quizá tenía fiebre. Cuando me levanté con esa idea, oí el maullido de un gato y el sonido de unos pasos que pisaban la arena y la grava.

—Mi señora…

Una voz familiar llegó a mis oídos. Era una voz profunda y ronca a la que me había acostumbrado. Pensando que no había manera, di un paso atrás con mucha atención.

¡Te he encontrado…!

Cuando giré sobre mis talones, pensando que tenía que oír, oí un precioso “maullido”. Comprendiendo que me llamaba para que me detuviera, me giré para mirar al dueño de esa voz, y vi al pequeño gato mirando en mi dirección mientras estaba sentado en el suelo con la cabeza ladeada. Con sus ojos fijos en mí, mi corazón agitado se calmó. Si Crow estaba aquí, significaba que esta situación no era accidental. Preparando mi mente, miré hacia la persona que se había detenido a pocos pasos de mí. Cuando nuestros ojos se encontraron, vi que sus labios temblaban.

Las palabras “¿Era verdad? Todavía estás…” salieron de su boca en un delgado suspiro, pero fue incapaz de terminar la frase hasta la palabra “viva”. Era inusual para esta persona que por lo general hablaba con claridad. No sabía si había leído mis pensamientos o no, pero una luz apareció en los ojos deprimidos del viejo sirviente. Intenté averiguar qué era esa luz, pero cerró los ojos con fuerza y, cuando los volvió a abrir, su mirada estaba cubierta por una profunda sombra, como de costumbre. ¿Se sentía aliviado al verme? ¿O sentía desconfianza? No podía adivinar cuál era.

De todos modos, el hecho de que se sorprendiera de verme viva indicaba que Sylvia ya había regresado a la mansión. Debió de contarles lo sucedido. Soleil también debe haber llegado, ¿no…? Sí, seguro estaba con ella.

—Ese gato entró en la finca… y se enroscó en mis piernas. Intenté sacarlo y le dije que no tenía tiempo para cuidarlo, pero… Cuando me miró fijo, y yo miré su carita… sentí que no era una criatura que debía ignorar… Seguro no fue una decisión equivocada hacerlo… —concluyó Maurice con voz baja y un tono de excusa, mirándome. Era una sensación demasiado extraña. Este mayordomo que siempre seguía a mi padre tenía una mirada un tanto fría. Me pareció que su figura, mientras daba instrucciones a un gran número de sirvientes con una voz sin tono, le hacía parecer un muñeco más mecánico que Crow. Su aura frígida parecía rechazar a los demás, nunca sentí que pudiera hablar con él sin dudarlo.

De hecho, estaba tan ocupado moviéndose rápido por la mansión que seguro no tenía tiempo para respirar.

—Estoy orgulloso de haber sido más intuitivo que los demás. Así que vine aquí. Y pude encontrarla a usted, mi señora.

Su mano derecha se acercó con confusión a mí y estuvo a punto de tocar la túnica que me cubría hasta los pies. Retrocedí sin pensarlo, quizá en defensa propia.

—Yo… Estoy… Estoy muerta. Lo que estás viendo es un fantasma.

Me apuñalaron en el pecho y morí. Cuando lo puse en palabras, esa realidad adquirió un gran peso. Ya no estaba en este mundo. Ilya Ill Matisse había muerto. Un lamentable cadáver abandonado en un suelo poco verde. Esa era yo.

Cerca de mí, un pequeño pájaro gorjeó y se alejó de una de las plantas. El suave sonido de la brisa me dolía en los oídos. Sentado a los pies del mayordomo, Crow se limitaba a observar el desarrollo de la situación con sus ojos claros, tan transparentes como las canicas de cristal. Siguiendo mi mirada, los ojos del hombre se posaron en el gato negro y lanzó un profundo suspiro. Como reacción a este sonido que había escuchado muchas veces en el pasado, mi cuerpo se encogió por sí solo. Era muy parecido al suspiro que mi padre y madre, o mi dama de compañía y mi chambelán, dejaban escapar de forma superficial.

Maurice levantó la cabeza y me observó de pies a cabeza con una mirada aguda, antes de tocarse el monóculo con la mano derecha. Tal vez porque el ángulo estaba un poco ajustado, pero el cristal incrustado en él reflejaba la luz del sol.

—Mi señor me otorgó este monóculo, diciendo que mi vista ha empeorado por completo… Pero, aunque mis ojos se hayan estropeado, todavía puedo ver a través de la verdad. Y está aquí mismo.

El anciano se llevó la mano al bolsillo del pecho de su chaqueta negra sin una sola arruga, enderezó su postura y de repente miró al cielo. Sus ojos siguieron la sombra negra de un pajarito a lo lejos.

—Lo más valioso para mí es el Conde de la casa Matisse. Así ha sido desde la época de su predecesor, e incluso cuando el actual tomó el mando, mi creencia no cambió. Por eso, siempre considero con cuidado los sentimientos de mi señor. Porque la voluntad de esa persona es mi voluntad.

Este hombre sagaz seguro entendió lo que estaba tratando de hacer. Con un punto de vista diferente escondido en el fondo de su corazón, miraba las cosas desde otra perspectiva que los demás. Así es. Esa vez debe haber sido la misma. Cuando su madre se clavó un cuchillo en su propia garganta… Fueron Merge y este mayordomo quienes impidieron que mi padre me golpeara con su puño cuando sospechó que la había dañado.

Sucedió antes de que el tiempo retrocediera. Por eso, como es natural, él no lo sabía. En este momento, mi madre sigue viva.

—El alcance de lo que el compromiso de mi señora trae a nuestra casa no puedo resumirlo en pocas palabras.

Era un compromiso con una casa de marqueses que tenía una enorme diferencia de parentesco con nuestra casa, hasta el punto de que se podía hablar de una diferencia de posición social. Para bien o para mal, el alcance de lo que nuestra casa podía ganar con ello era enorme. Fue algo que me hicieron ver hasta que me harté de ello entre las vidas que había repetido una y otra vez.

—A mi señor no le gustaba este compromiso entre las dos casas. Pero seguro no estábamos en condiciones de rechazar su petición… Estaba un poco molesto.

El mayordomo, que había entrecerrado los ojos la rememorar sus viejos recuerdos, volvió a mirarme a la cara.

—Pero fue muy cruel con una chica joven.

—Eh…

Me miró con ojos afectuosos. Nunca había visto una expresión así hasta hoy.

—A pesar de conocer este sufrimiento que se te impuso, nunca te rescaté. Nunca te tendí la mano. Creía que no debía salvarte. Creí que tenía sentido que lo hicieras tú sola.

El contenido de la conversación ya excedía el alcance de mi entendimiento. El maullido de Crow me indicó que, junto con la pérdida de mis palabras, también había olvidado respirar.

—Empezando por la conclusión, seguro debería haberla ayudado, mi señora. Tuve muchas oportunidades de ofrecerte palabras amables a ti, que te sentías sola porque tus padres siempre daban preferencia a lady Sylvia en todo. Y sin embargo, por mi propia voluntad, no te ayudé. Porque pensé que era lo correcto.

—Por eso, yo… Este viejo, está perdiendo una persona preciosa hoy… Si eres un fantasma, entonces aunque diga todo esto, no importa, ¿verdad? —dijo Maurice con una pequeña sonrisa. Tenía una expresión distorsionada, como si estuviera conteniendo las lágrimas. Pero…

¡No tiene sentido!

Cuando era joven, gritaba en mi cabeza. En aquellos días, arrojé a la chimenea un libro en lengua extranjera, cuyas letras se habían distorsionado por mis lágrimas. Me sentí aliviada cuando vi arder las llamas y oí el crepitar que hacía el papel al arder. En todo momento, tuve que sujetar la cabeza con firmeza y sonreír. Porque ésa era la postura que debía mantener la hija de un aristócrata. Como me habían enseñado así, no quería que nadie me viera sufrir por no poder hacerlo. En primer lugar, una vez que te conviertes en la prometida del heredero de la casa de un marqués, no debes decir que “no pudiste hacer” algo. Seguro, si hubiera podido hacer un berrinche, llorar y gritar, me habría sentido un poco mejor, pero eso era cierto solo si hubiera habido gente para escuchar mis gritos. En este lugar vacío, por mucho que llorara, nadie me salvaría. Mientras me quedaba congelada frente a la chimenea, tratando de pensar en una forma de corregir de nuevo un reemplazo para ese libro quemado, me veía demasiado risible.

Una habitación sin nadie más. No importaba cuántas horas permaneciera confinada dentro, ni una sola persona vendría a ver cómo estaba. La sensación de soledad, estoy segura de que la percibí mucho antes que nadie.

Sin embargo…, eso ya era una historia del pasado. La yo de aquella época ya no podía salvarse.

—Sir Soleil ha sido herido con gravedad, pero lamenta demasiado haberte dejado atrás. Alfred estaba a punto de venir a buscarte de inmediato, pero… siendo la situación lo que es… Hubo una orden del señor, advirtiéndonos que ya que el país está involucrado, no debemos dar un paso en falso. Como parece que mi señora ya ha… fallecido… Esta es la sentencia que ha dictado.

El hecho de que me dieran por muerta y me dejaran como estaba sin que confirmaran mi cuerpo me dolió el corazón. Sin embargo, si yo estuviera en la posición de mi padre, lo más seguro, es que habría tomado la misma decisión. No habría expuesto a otras personas al peligro por el bien de alguien que no estaba seguro de si estaba vivo o muerto. Existía la posibilidad de ser emboscado en cuanto pusiera un pie en ese lugar.

—Pero Alfred seguro te localizará algún día. Es un hombre que posee un fuerte sentido del deber. Juró su lealtad hacia ti. Hasta el día en que pueda enterrar tus restos con sus propias manos, no creerá que estás muerta… Por esta razón, necesitamos una persona que pueda actuar como su cuña. Una persona que haga guardia y se asegure que, aunque esté mal hacerlo, Alfred nunca llegue a la verdad. Aunque tenga este aspecto, en realidad soy bastante competente. Sin falta, vamos a convertir tu muerte en un hecho irreversible. No solo Alfred, sino también mi señor, la condesa, lady Sylvia… incluso la gente de la casa del marqués incluida… Para hacerles creer a todos que mi señora ha muerto… me haré responsable y haré los preparativos.

Entrecerrando con suavidad las comisuras de los ojos, sacó de su pecho un reloj de bolsillo y lo puso delante de mí. Hace mucho tiempo, mucho antes de ser designado como prometido de Soleil, en los días en que le llamaba “viejo”… Me confió con delicadeza y me contó el secreto de este reloj de bolsillo. Lo había heredado de su padre, que falleció pronto.

—Por favor, llévate esto. En verdad, me gustaría poder regalarte algo de dinero pero… no puedo acceder a la cuenta del libro con libertad. Este reloj no vale una gran suma de dinero, pero tampoco es tan barato. Si lo vendiera, podría pagar unos días de estancia en una posada.

Negué con la cabeza y retiré la mano, pero él murmuró en un susurro de gran fuerza de voluntad, como si estuviera haciendo un argumento justo.

—Esto no servirá. No debes mostrarte retraída ahora. Si estás muerta, compórtate como tal ahora. No hables. Por favor… Eso es lo único que puedo hacer por ti…

Tal vez Maurice se quedó sin palabras, pero siguió abriendo y cerrando los labios varias veces, hasta que al final consiguió seguir hablando, como si estuviera rezando.

—Señora Ilya. Mi señora. Mi princesa. Por favor. Por favor… sé feliz. Ya que no puedo volver a verte. Está bien incluso si no me perdonas. Por favor, al menos, permíteme rezar por tu felicidad. Por favor. Por favor.

10 respuestas a “Mi prometido ama a mi hermana – Arco 8 – Capítulo 3”

  1. Espero que todos recuerden sus otras vidas y vivan con eso. En especial la hermana, la hermana que se metió con el esposo de su hermana, el esposo infiel. Espero que ambos sepan que ni siquiera se aman y que todo fue por nada. Que vivan con eso, con la muerte de la persona que los amo. Ya no esta y que sufrio por su culpa. Ahhh en serio espero que ellos no tengan final feliz. Que vivan(ya que la muerte para ellos sería un premio) que vivan con arrepentimiento, que vivan sabiendo que destruyeron innumerables veces el alma de una persona inocente. (ni una mosca mato)..

  2. Muchas gracias, la vida de Ilya es demasiado triste, detesto a Soleil no tiene mínimo interés en su esposa y su hermana, aunque la ama la engaña, su madre y padre la abandonan. Es trágico y díficil de soportar, Ilya ha sufrido, ya quiero que tenga una larga vida feliz y que los otros reconozcan su valor y se arrepientan de todo el mal que le han hecho.

  3. Gracias por la traducción los amo. ♡

    Aguante Llya pronto vendrá el final feliz que tanto mereces. ): ♡

    Deseo que la escoria pague por todo lo que le han echo sufrir a la protagonista. Que se vayan a la banca rota los marqués de amabas familias y la hermana afligida viva como vagabunda o mínimo que sufta un poco de lo que le paso a Llya en todas sus vidas pasadas.

  4. Grite en silencio de felicidad por este nuevo capítulo 😍 En serio que no me lo esperaba.

    Este episodio es toda una montaña rusa de emociones. Llore, reí como loca y quedé asombrada por los acontecimientos. Y lo que más me sorprende es que habrá pronto nuevo capítulo muy pronto 🤩

    Muchísimas gracias a todo el staff 😍🥰💖 que hacen posible que lea está historia que me hace llorar a rabiar pero que no puedo dejar de seguir😅

  5. El padre es una escoria de mierda, hasta en el momento de la muerte de ilya, es frío y dio una orden para que no buscarán su cuerpo. Espero que Ilya sea feliz en esta vida sin las ataduras de esa familia de mierda

    1. El que es, no deja de ser. Y así es el susodicho padre de Illya. Hasta ella respalda esa decisión pero igual es doloroso. Pero como a todo hay que verle el lado positivo y es que este “abandono” permitirá que Illya pueda ser libre.

      1. Espero le deseo todo el mal a la familia de Ilya. Principalmente a esa princesita estupida, mosquita muerta🤬
        Perdon, exaspere.
        Ilya, se feliiiiz con Crow ❤❤❤❤

      2. Me había olvidado que salía el 31 qwq

        Dios terminé llorando, cuervo es una cosa hermosa ❤️ mostrando a nuestra niña que si importa no solo a él 🥰🥰 y la lloracion con los recuerdos de Illya cómo siempre uwu.
        Muchísimas gracias por el cap ❤️

        1. Gracias por el capítulo, no puedo creer que sigan con esta novela, estoy recontenta, esta novela me hace andar en una montaña rusa de emociones.
          Quiero que la familia pague por todo el sufrimiento que ha pasado, y quiero saber si la hermana tiene algo que ver con el comportamiento del prometido ya que parece como que estuviera poseído o hechizado, además saber si la hermana lo hacía a propósito y es al final ima perr@ mal nacida. Del padre y la madre ya se sabe que son basuras total. Pero quiero saber porque el prometido la trató tal mal cuando supuestamente la quería pero no podía controlar su comportamiento. Ojalá se de cuenta de cuanto la hizo sufrir y se quede solo y que la hermana y él pague por todo, quiero que sufran y que no puedan estar juntos nunca.
          Gracias por el capítulo y espero el próximo

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