Princesa Restante – Tomo III – Capítulo III: Algo viejo

Traducido por Mochi

Editado por Sakuya


—¿Mandaste a Duke a la búsqueda de la princesa Charlotte?

Para cuando Craig visitó la habitación de Leti a la mañana siguiente, Duke ya se había ido hace mucho. Probablemente él estaba rastreando los caminos hacía Northruth tal como Leti le había ordenado.

—Si el hombre con el que se fugó Charlotte está en verdad relacionado con el Duque de Northruth, entonces estoy bastante segura que se dirigen hacia allá. Le ordené a Duke que revisara por la ruta principal y que preguntara por los alrededores sobre una pareja escapándose.

—Eso no era a lo que me refería —protestó Craig

Leti entendía lo que le intentaba decir. Duke no estaba en Illstra como parte de la Orden de Caballería Real. Él estaba aquí como caballero honorario con el único propósito de proteger a Leti, pero ella lo alejó.

—Craig, sé que esto suena irónico, pero me siento más segura dentro de este castillo en tierra extranjera que cuando estoy en el Castillo Real de Solvelle. Además, dijiste que permanecerás a mi lado. No ocupo una seguridad tan estricta.

En Solvelle, Leti estaba ubicada en el centro de la batalla por poder entre los Tres Grandes Marqueses. Ella podía ser atacada dentro del Castillo Real a cualquier hora, sea día o noche.

—Además, quedarte a mi lado sería más conveniente para ti ¿no es así? —Leti le mandó una sonrisa de complicidad a Craig transmitiendo que ella era consciente del verdadero propósito de este viaje.

—Su Alteza Real, su Excelencia, el Duque Northruth ha llegado a saludar —anunció la criada. Leti cambió su atención de Craig hacía el Duque.

—Por favor dile que aún no me recupero de mi cansado viaje y que no puedo recibir visitas por el momento. Si está dispuesto, puede venir otra vez al mediodía. Estoy segura que solo deseaba invitarme a desayunar con él.

 —Entendido, Su Alteza —dijo la sirvienta antes de abandonar el cuarto.

—¿Estuvo bien que haya rechazado la invitación de su Excelencia? —preguntó Craig. Él pensaba que después de que Leti lo declarara como enemigo de Solvelle, ella lo confrontaría de manera directa, por lo que estaba sorprendido que optó por evitarlo.

—Sí, lo estuvo. Él no vino aquí porque de verdad quería visitarme. Solo se sentía obligado a mandar sus respetos al representante del Rey de Solvelle, el antiguo gobernante de Northruth. Estoy dispuesta a apostar que él está encantado de haber sido rechazado.

Eran conocidos, pero no amigos. Aunque el Duque había creado una clase de amistad con sus hermanos mayores, pues cualquiera de ellos podría haber sido el próximo rey.

—También considero que es demasiado temprano para otro encuentro. Tú y Duke estaban presentes cuando él visitó a ̈Charlotte ̈  y ahora él te vería aquí conmigo. No quiero hacer nada que pueda causar que sospeche que soy ´la tercera´

Si es suficientemente intuitivo, él lo podría descifrar de inmediato. Ella no quería que el duque pensara que Solvelle estaba cooperando con Illstra en el encubrimiento de la desaparición de Charlotte.

—Tampoco tengo planes de salir hoy, para que tú y los otros caballeros puedan usar este tiempo para descansar. Hay algunas cosas que una dama debe hacer.

♦ ♦ ♦

Leti estiró sus brazos dentro de una tina llena con una mezcla blanca, hecha de perlas molidas y aceites medicinales. Había estado encerrada dentro del carruaje por tanto tiempo que todo su cuerpo estaba entumecido. El baño no solo refrescaba su cuerpo sino también su cansada alma.

—Mi piel definitivamente ha sufrido mucho durante este viaje.

Su piel no tenía su finura habitual por su inhabilidad de darle un cuidado adecuado durante su viaje, el clima seco empeoró su situación. Ella recogió algo de ese líquido perloso y le dio a sus mejillas una generosa salpicada. Se preguntaba si lograría regresar a tener su brillo usual a tiempo para la boda.

—Yo no me preocuparía si fuera usted, Su Majestad. Dice que ha sufrido, pero yo digo que sigue hermosa. —le aseguró la criada.

—Su majestad, hemos recibido esta agua de baño altamente recomendada por la reina de Napagna. He escuchado que es bastante popular actualmente. ¿Le gustaría probarla?

Estos eventos sociales también eran lugares para que los países promocionen sus productos locales a los visitantes de otras naciones. Lo más probable era que esta agua de baño había sido distribuida a las habitaciones de todas las invitadas y que aún no haya llegado al mercado de Solvelle.

Las sirvientas de Illstra tienen un conocimiento distinto sobre las últimas modas. Leti se sonrió a sí misma al encontrar esto interesante por sí solo.

—En efecto, escuché que era lo que estaba de moda aquí en Illstra y quería intentarlo una vez.

Después de que su cuerpo tuviera suficiente del lujoso baño, seguía su cabello. El cabello de Leti fue remojado y lavado en agua medicinal, después las criadas aplicaron aceite perfumado de camelia en sus rizos dorados. El dulce aroma del aceite llenó el cuarto y ayudó a aliviar la tensión que se estaba acumulando en su cuerpo durante los últimos días. Leti saboreaba este momento de respiro.

—Supongo que aún no ocupo cortar las puntas por ahora. —dijo Leti mientras inspeccionaba el final de su recién lavado cabello.

Sin ninguna doncella para ayudarla, ponerse su vestido había sido la tarea más difícil. Sus simples vestidos casuales que usa durante sus caminatas en incógnito, eran suficientemente fáciles de ponerse por sí sola, pero sus vestidos formales no. Casi se tuerce la espalda varias veces solo para atar las cintas de sus tirantes. Por ser lo último en sus prioridades, su cabello sufrió mucho.

—Ahora me siento avergonzada de haber dejado a Duke tocar mi cabello en ese estado. —susurró Leti para sí misma.

A la próxima le dejaré tocar mi cabello cuando recobre su gloría total.

Leti no quería que Duke pensara que su cabello normalmente se sentía así. Ella sabía que él no notaría la diferencia, pero esto era cuestión del orgullo de una dama.

—Su Alteza, he escuchado que este aceite de naranja es bueno para las uñas.

—Ya veo. Primero deberíamos cortar mis uñas antes de aplicar el aceite.

En medio de toda esta actividad femenina se encontraba un hombre que miraba con atención los cuidados de la vida de una dama noble. Craig Barde tomó el lugar de Duke como guardia de Leti y ha estado en cercanía de la princesa desde la mañana. Su expresión parecía decir que él estaba impresionado en cómo Leti no se cansaba por todo el proceso. Ella ya tenía una respuesta lista.

—Todo esto es parte de ser una dama. Hay una gran diferencia entre una dama que dice que ´es agotador´ y aun así hace todo esto para mantener su belleza, que una que dice lo mismo y no hace nada.

Craig no entendió las palabras de Leti, así que ella las reformuló y dio un ejemplo distinto.

—Compara a alguien que dice que no le interesa montar a caballo pero puede montar, a alguien que dice que no le interesa y no monta para nada. ¿No los encuentras diferentes? El último simplemente suena como alguien dando una excusa.

La queja no sería una excusa si es dicha después de intentarlo. Graig pareció entender lo que Leti intentaba decir, ahora que el ejemplo era entendible hasta para un hombre.

—Su Alteza, Su Majestad, Príncipe Victor, desea hablar con usted. ¿Lo dejamos pasar? —Una sirvienta preguntó mientras Leti seguía en medio de su tratamiento de uñas. La criada continuó transmitiendo el mensaje de Victor, pero Leti ya sabía su propósito, la novia sustituta.

—Por favor guíe al Príncipe Victor a la sala de estar. ¿Me podrían ayudar a cambiarme?

Si Victor fuera visto visitando a Leti para discutir algún asunto, nadie sospecharía que algo estaba mal, sin embargo, si Leti fuera descubierta como una visitante frecuente de Charlotte, eso sería como decirle al Duque de Northruth que ella era un cómplice en este caso.

Victor fue llevado a la sala de estar privada de Leti, después de que se cambiara a un vestido adecuado para estar en una reunión con un príncipe y, que su manicura fuera terminada.

—Princesa Leticia, yo sé que lo que le pido es una imposición, ¿pero podría ajustar el vestido de novia también?

—¿Vestido de novia?

Leti y Victor se sentaron en sillas opuestas viéndose de frente con una mesa entre ellos. Victor no tocó el té servido para él y anunció su negocio sin ningún preámbulo.

—Pensé que si el Duque de Northruth volviera a poner a prueba la educación de la novia, me gustaría poder pedirle a usted que haga de sustituta otra vez. Nosotros habíamos preparado dos vestidos de novia y podemos tener el repuesto alterado a sus medidas.

Un vestido de repuesto se preparó en caso de una emergencia y se encontraron con una.

—Entiendo. Muy bien, hagamos los preparativos necesarios. Pero sugiero que hagamos la prueba en un cuarto de cambio diferente del de Charlotte. No quiero que el Duque de Northruth sospeche algo.

—Claro. Nosotros nos encargaremos de eso inmediatamente. Y después de que se haya ajustado el vestido de novia, ¿te gustaría caminar hacia el altar en la catedral conmigo?

—Me encantaría en caso donde te encuentres privado de la presencia de su Majestad en el día de tu boda, porque ella estaba indispuesta.

Leti hábilmente esquivó el chiste sugestivo de Victor. Después de dramáticamente dejar caer su cabeza y hombros, Victor se fue a hacer las preparaciones necesarias.

El cuarto seleccionado para ser el probador de Leti para ajustar el vestido de bodas era la habitación de invitados justo arriba de la recamara que ella ocupaba. Este cuarto fue seleccionado por el sigilo y eficiencia que proporcionaba gracias a su ubicación, que se encontraba bastante lejos de los ojos curiosos de los otros invitados y cerca de su habitación.

—Gracias por esperar. Por aquí por favor. —dijo Victor mientras los guiaba a la habitación.

Al momento de entrar al cuarto las sirvientas sostuvieron el vestido de novia de Charlotte.

La silueta del vestido era tipo bola con una voluminosa falda de lustrosa seda blanca que cae desde la cintura. Las mangas casquillo dejarían al descubierto los hombros y la clavícula de la portadora. La parte delantera de la falda era simple para mostrar la imagen de pureza, pero la parte trasera era una cola de estilo catedral. Tenía varias capas de organza plisada, por lo que la falda no era pesada en absoluto. El vestido se veía como una flor con una novia en el medio.

Cuando Leti vio el vestido de cuentos de hadas con que cada niña sueña, sus ojos no tenían ese brillo de ensueño que muchas niñas hubieran tenido. Ella vio el vestido con una comprensión helada.

—Ciertamente terminarían con este diseño si siguieron las peticiones de Charlotte.

Qué edad cree que tiene, pensó Leti exasperada. Pero su aspecto inocentemente encantador, de hecho, si quedaría bien con este vestido.

—¿Qué hay del velo?

—Este es el velo original que iba ir con el vestido, es una sola capa de chifón con rosas bordadas en la orilla y perlas decorativas —describió la sirvienta mientras cuidadosamente le mostraba a Leti el delicado velo.

Leti tentó el velo y declaró que no servirá. Una capa de chifón era muy escarpada, su cara podría ser vista fácilmente.

—Entiendo que un velo simple quedaría bien con este vestido lujoso, pero tenemos que ocultar mi rostro del público. Por favor tenlo alterado para que esté hecho de varias capas de chifón.

Esta alteración causaría que el conjunto quedara muy esponjoso, pero no se puede evitar.

—¿Y el ramo?

—Esta es la muestra, Su Alteza.

El ramo de bodas estaba arreglado circularmente de flores de nieve con una singular estrella azul en su centro, un ramo de belleza y pureza.

Bueno, este ramo de flores no está mal, pero…, contempló Leti.

—Ocupamos desviar las miradas de la gente de la cara de la novia. Las mismas flores se pueden usar, pero cambien el arreglo a un ramo de cascada. Háganlo lo más extravagante posible.

—¡En seguida, Su Alteza!

Un ramo de cascada, con sus flores creando un camino hacia el suelo, podía alejar naturalmente los ojos de los espectadores de la cara de la novia.

Craig observó a Leti mientras ella daba órdenes sucesivas a las criadas sobre los cambios a hacer del vestido de novia para bajar las posibilidades de que alguien se dé cuenta de la verdadera identidad de la novia.

—Un hombre nunca aprendería los distintos tipos de ramos, pero creo que Su Alteza es de mucha confianza en este asunto. —El príncipe, parado al lado de Craig, le habló, evaluando como Víctor interpretó su presencia en la habitación.

—Su Alteza, Príncipe Victor, permítame introducirme. Soy parte de la Orden De Caballería Real sirviendo como- —comenzó Craig.

—El General Fronterizo. —terminó Victor—. Tu reputación te precede.

Victor era de la misma clase que Leti. Era realeza y, por lo tanto, no olvidaba nombres de los que había escuchado una vez.

—Ese es un apodo demasiado grande para mí, Su Alteza, y no lo encuentro de utilidad en estos momentos.

—Se supone que los hombres son inútiles durante estos tiempos. Tener a alguien con quien compartir esta incómoda charla de los arreglos de bodas, ya ha sido de suficiente ayuda.

La manera casual en la que Víctor lo tranquilizaba, le recordó a Craig a su antiguo amo. El color del cabello y ojos del príncipe eran diferentes, pero su aspecto, tal de un rey, eran similares.

La mente de Craig estaba a punto de ser inundada por nostalgia cuando abrió la puerta del probador y una voz habló.

—Lamento la espera.

Surgiendo de la puerta estaba Leti, vestida en un impecablemente blanco vestido de novia. Las sirvientas siguiéndola desde atrás para arreglar y alisar la fina falda del vestido mientras preguntaban si le quedaba bien.

Leti usó el vestido con facilidad a pesar de que el diseño era selectivo con quien lo usaría. Ella le deslumbró una brillante sonrisa a Victor.

—El vestido solo ocupará unos pocos de ajustes menores y el velo tuvo que ser alterado para que cubra más mi rostro. Mi tono de pelo es ligeramente distinto al de Charlotte, pero ambas somos rubias, así que arreglarlo en un moño sería suficiente.

—¡Princesa, encuentro que esconder tu bello rostro debajo de un velo sería un desperdicio! ¿Por qué no vienes conmigo en este instante y vamos a buscar a la Princesa Charlotte? Y en el camino, podemos parar por la iglesia para intercambiar nuestros votos.

—Aprecio el halago, Príncipe Victor.

La vista del caballero se llenó de esta dulce escena entre el príncipe y la princesa. Leti se veía tan similar a la esposa de su antiguo amo, mientras Victor, aun con la diferencia en apariencia, le había recordado a Craig a su antiguo amo.

No, Sus Altezas no son ellos. Y, aun así, por un momento, se sintió regresando a aquellos tiempos cuando el único futuro que podía imaginar era uno brillante.

—Craig. —La voz de Leti lo devolvió a la realidad—. La prueba tomará más tiempo. ¿Podrías ir a mi habitación a fingir mi presencia ahí? En caso que vaya alguien, diles que sigo cansada por el viaje.

—Entendido. Por favor, déjemelo a mí.

Craig hizo una reverencia y salió del cuarto.

Cálmate. Recuerda la razón por la que has venido… Definitivamente no era para hacer un viaje al mundo de los recuerdos, se regañó en cuanto salió.

♦ ♦ ♦

Por el momento, el mayor punto de interés del Duque Northruth no era la boda del príncipe de Illstra, sino la revelación de la novia misteriosa. En cuanto descubra su identidad y tenga en sus manos pruebas, él usaría esto para ganar ventaja en las negociaciones de tarifas con Illstra.

La investigación en realidad estaba siendo hecha por sus hombres, pero él tenía que atraer toda la atención hacia él y alejarla de la búsqueda secreta. Para lograr la hazaña, había estado deambulando por el Castillo Real de Illstra todos los días desde que llegó, con la esperanza de encontrar una excusa para encontrarse con la novia.

—La tercera parece ser un contrincante fuerte. Esta puede que sea una ‘visita diplomática’ interesante después de todo.

La tercera novia preparada por Illstra no estaba enfocada en parecerse a Charlotte físicamente. Habían optado que la tercera tuviera una educación apropiada y que conociera íntimamente a la novia original.

Esa novia es definitivamente intrigante. Ella ciertamente tiene el coraje para desafiarme cara a cara. Podía sentir la intensidad de su mirada aún debajo de ese velo.

—Esa es una mujer excelente. La invitaré a Northruth después que la situación de las tarifas se haya resuelto.

Quiero conocer la cara detrás del velo.

Una sirvienta llegó caminando por el corredor llevando un ramo de flores blancas arregladas en forma de cascada. El duque pensó que era extraño, por lo que la siguió discretamente.

—Su Alteza, he traído el ramo tipo cascada.

Northruth escuchó claramente las palabras que dijo la criada antes de que cerrara la puerta del cuarto. Ella llamó a la persona dentro del cuarto como ¨Su Majestad¨. La persona detrás de la puerta definitivamente era la Princesa Charlotte.

Los de Illstra deberían ser más estrictos al enseñarle modales a las sirvientas. Parece que olvidaron que no deben de hablar hasta que la puerta esté cerrada, pensó el Duque con una sonrisa en su rostro.

Se preguntaba por qué la novia haría sus ajustes dentro de un cuarto en esta ala de invitados aislada cuando podría hacerlo en una de las habitaciones del ala familiar, pero decidió pensar en eso más tarde. Ahora era la oportunidad que buscaba. En el pasado sus visitas habían sido anunciadas y anticipadas, esta sorpresa los dejaría sin tiempo de preparación para proteger su secreto.

Las criadas probablemente entraban y salían de la habitación lo suficientemente frecuente para que abrieran sin preguntar en cuanto el Duque Northruth tocó.

—Ya veo que te has estado quedando aquí, Princesa Charlotte.

—¡Duque de Northruth!

La novia que usaba un vestido de bodas y un velo delgado, se puso de espaldas apresuradamente. Victor y las sirvientas se alzaron en acción para esconderla.

—Por favor, absténgase de entrar tan de repente, Su Excelencia —le reprochó Victor.

—Eso fue grosero de mi parte. Por favor permítame disculparme directamente con Su Alteza.

Pudo ver a través del velo que su cabello era rubio.

¿Quién será esta novia? ¿Es la segunda de Solvelle con acento Illstrez? ¿O la tercera que podía leer griego con acento Solvellio?

—Pero, Princesa Charlotte, ¿puedo saber la razón de porque no está haciendo los ajustes en sus propias habitaciones? ¿Acaso está evitando mis visitas? —se burló Northruth.

Volvió a considerar la ubicación del cuarto. ¿Por qué Charlotte se transfirió aquí? ¿Acaso eligieron específicamente esta habitación?, y entonces recordó que él ya había estado en esta ala del castillo esta mañana solo que en el piso de abajo.

Logró conectar las pistas.

Había dos caballeros de la Orden de Caballería Real de Solvelle en la habitación de Charlotte cuando fue a visitarla ayer. Si esos dos no estaban ahí para presentar sus respetos a Charlotte, sino para acompañar a alguien que estaba en la misma habitación…

—Ya veo. La tercera es…

Solo había una persona en la lista de invitados que estaba en el grupo de edad de Charlotte, podía leer griego y hablaba un Solvellio claro. Ese día donde visitó a Charlotte para que leyera los votos, Su Alteza Real, la Princesa Leticia también estuvo en ese cuarto.

—Por favor perdonen mi partida repentina. Acabo de recordar que tengo un asunto urgente al cual atender.

Al instante en que todo se volvió claro, el duque no desperdició ni un momento y se dio la vuelta. No esperó a que alguien le abriera la puerta. La abrió por sí solo y se fue, sus pisadas se escuchaban con seguridad mientras resonaban por el pasillo vacío.

Una vez que se cerró la puerta, ‘Charlotte’ se quitó el velo.

—¡Lo sabe! ¡Ahora se dirigirá a mi cuarto para checar si estoy ahí!

Leti pensó desesperadamente en que podía hacer para evitar que el Duque Northruth la descubriera. ¡No hay manera que pueda rebasarlo en el camino! ¿Hay alguna otra manera?, entonces miró la ventana y el balcón detrás de ella. Una vez que decide algo, lo único que falta es ponerlo en acción.

Leti agarró la manija de la puerta del balcón y la abrió. Levantó la falda del vestido mientras colocaba sus manos y pies en el pasamanos. Sin dudarlo, se impulsó al otro lado del balcón.

—¡Princesa!

—¡Su Alteza! ¡Por favor pare! ¡Alguien venga aquí!

Victor y las criadas no pudieron contener su sorpresa ante la acción de Leti, pero ella ignoró sus gritos y agarró el borde del balcón para balancearse de un lado a otro ganando impulso. Una vez que fue suficiente, saltó al balcón del cuarto de abajo. Aterrizó a salvo sobre sus pies.

—¡Su Alteza! —gritó un Craig sorprendido cuando la vio entrando al cuarto desde el balcón.

Cualquiera que viera a una dama en un vestido de novia cayendo del cielo, definitivamente desconfiaría de sus ojos.

—¿Su Alteza no estaba arriba terminando los ajustes del vestido? —preguntó Craig.

—El Duque Northruth está viniendo. Espera aquí.

Leti entró rápidamente al vestidor después de ordenarle a una de las sirvientas que trajera cualquier color de esmalte para uñas. En cuanto la puerta del vestidor cerró, ella cortó con sus uñas el hilo usado para sostener temporalmente el vestido y este cayó fácilmente a sus hombros. Entonces tomó la jarra de agua que aún contenía algo del agua usada para lavar su cabello y vertió sus contenidos sobre su cabeza. Tomó un paño al azar y se secó el cabello con palmadas. Después se puso su bata de baño, se quitó los zapatos y regresó a la sala de estar.

—¿Y el esmalte? —le preguntó a la sirvienta.

—Aquí, Su Alteza.

—Puedes irte ahora. El Duque Northruth llegará pronto. Déjalo entrar indispuestamente. —instruyó Leit a la sirvienta y después volteó a Craig.

—Craig, sostén esto —dijo mientras le tiraba una botella pequeña.

—Su Alteza Real, Princesa Leticia, es maravilloso volver a verla. —saludó ruidosamente Northruth mientras entraba al cuarto.

La criada, quien lo recibió en la puerta principal, lo dejó pasar al cuarto después de informarle titubeantemente que la princesa estaba dentro. Eso significaba que ella no estaba ahí en realidad.

El Duque Northruth confiaba que la Princesa Leticia era la tercera novia. Estaba seguro. Hasta que vió la increíble escena frente a él.

—Realmente es maravilloso verte, Duque Northruth. ¿Ya han sido dos años desde el Festival de la Fundación de Solvelle?

La dama sentada elegantemente en el sillón era la Princesa Leticia.

—¿No estabas en la habitación de arriba?

—¿La habitación de arriba? ¿Hay algo ahí? Espero que disculpe mi vestimenta. Llegó tan de repente y no tuve tiempo para prepararme.

La vestimenta a la que se refería Leti era su bata de baño, que dejaba ver sus muslos por la posición en la que estaba sentada. Esta posición llenaba el cuarto de su encanto juvenil, pero ahí, justo debajo de su pie, estaba el Caballero Real Craig arrodillado ante ella sosteniendo en una mano una botella pequeña de líquido a color y un cepillo chiquito en la otra. El fuerte aroma del esmalte de uñas se extendió por el cuarto.

—Ya veo que he interrumpido algo. Por favor, perdónenme.

—Perdóneme también por favor. Esto aún tomará algo de tiempo, así que ¿podría volver otra vez en la tarde?

La posición de Leti y Craig solo se podía interpretar como ¨la ama jugando con su amante¨. Esa era la razón por la que la sirvienta vaciló si dejar pasar al duque. Ahora él entendía el por qué.

—Por cierto, ahora estoy a cargo de las negociaciones del Monte Gran. Me gustaría aprovechar esta oportunidad y hablar sobre ello.

El Monte Gran era un territorio en disputa entre Solvelle, Northruth y Kilf. Leti mencionó este tedioso tema para alejar la atención del Duque Northruth de la identidad de la novia falsa. Este apoyo era algo que solo ella podía hacer.

Como era de esperar, por un momento la molestia apareció en la cara del duque.

—Nunca pensé que Su Alteza tuviera gustos tan sorprendentes. Bueno, hasta más tarde, entonces también hablaremos del Monte Gran.

Leti se despidió del duque con una dulce sonrisa y una vez que cerró la puerta, agachó la cabeza en desaliento.

—¿Su Alteza?

—No es nada, solo caí en cuenta de que tomé el primer paso para volverme ¨La Reina Rompecorazones¨. Ya veo que la historia se crea así.

Estaba segura que el Duque Northruth compartirá lo que vio hoy con los otros invitados. Él probablemente dirá que a la Princesa Leticia de Solvelle le gustan los hombres considerablemente mayores y disfruta ser atendida por su amante a plena luz del día.

Si este rumor llega a Solvelle, ¡ya puedo ver a ese estúpido hermano mío mandándome retratos de hombres mayores como candidatos a marido! ¡Sólo imaginarlo me hace hervir la sangre! ¡Hacia ambos, conmigo porque cometí este error y hacía el Príncipe Friedhelm quien no va a desperdiciar esta oportunidad para burlarse!

Leti respiró muy, muy profundo para calmar su rabia.

—Ignórame. No estaba hablando de mi nombre póstumo. Es cierto, no estaba. Olvídate de ello. —insistió Leti—. Permítame disculparme por dejarte hacer esto. Hubiera hecho que Duke interpretara el papel si estuviera aquí.

Leti enderezó y acomodó su bata.

—La historia sobre tu devoción hacia tu difunta esposa es famosa. No puedo imaginar qué sentirías si comienza a circular por ahí un rumor de que eres mi amante. Por favor, acepte mis disculpas.

Craig se congeló. Se quedó sin palabras debido a la disculpa que le dio Leti.

Ella observó la reacción de Craig, parpadeo varias veces y luego desvió la mirada al darse cuenta de lo que significaba su expresión.

—Tienes la misma cara que yo, probablemente, hice esa vez —dijo Leti.

—¿Esa vez?

—Cuando iba ir a visitar la tumba de la Reina Sofía y Duke me preguntó ‘¿Es suficiente con un solo ramo? ¿No deberíamos llevar otro para tu madre?´

Para Leti, su difunta madre, la Primera Reina Consorte Julienne, era casi como una desconocida. Así que cuando ella iba visitar la tumba de la Segunda Reina Consorte Sofía, quien falleció recientemente, la idea de traerle flores a su madre ni siquiera cruzó por su cabeza.

—Lo que quiero decir, es que tu cara se veía como la de alguien que ni siquiera había considerado la propuesta mencionada. Lo siento. —se disculpó Leti.

Esta vez su disculpa no era por el posible chisme, sino por haber creído los rumores sobre él creando una imagen del estimado noble Craig Barde en su cabeza.

—Puedes retirarte. Por favor llama a las criadas.

La despedida logró que Craig se moviera nuevamente. Se paró silenciosamente e hizo una reverencia. Cuando la sirvienta entró después de la salida de Craig, Leti le dio instrucciones para que preparara un vestido.

No parecía agobiado por la muerte de su esposa. Él más bien estaba distraído por otras cosas.

Si ese era el caso, eso significaba que ¨Su Alteza Real¨ dejó una impresión mucho más profunda de lo que Leti pensó originalmente.

♦ ♦ ♦

Más tarde ese día, Leti invitó al Duque Northruth a acompañarla a observar las rosas. Ella eligió este tiempo para esta actividad para evitar que el duque hiciera algún ataque hacia lo de Charlotte porque Victor aún tenía sus responsabilidades como anfitrión y tendría que dejar el lado de la novia.

Leti y Northruth estaban casi solos al estar parados frente a la fuente en el centro del elegante jardín de rosas.

—Déjeme saludarlo de nuevo apropiadamente. Ha pasado mucho tiempo. Duque Northruth —habló Leti y continuó diciendo que lamentaba haberse negado a reunirse con él antes en la mañana.

—Creo que la última vez que nos vimos fue hace dos años. Le mande una invitación para la celebración del cumpleaños de mi hermana menor, pero supongo que estuvo ocupado y mandó a alguien más en su lugar.

—¿Su Alteza me mandó una invitación? ¡Qué pena! Si solo lo hubiera sabido.

La ignorancia del Duque Northruth sobre la invitación no era una sorpresa. El anfitrión de la fiesta celebrada en honor a la Segunda Princesa de Solvelle, la Princesa Cornelia, era Guido. Al menos lo era en nombre, porque fue Leti quien organizó todo al respecto. Ella se encargó de todo, desde la lista de invitados hasta los detalles más finos de la ocasión. En otras palabras, quien envió al Duque Northruth la invitación fue Leti, pero firmado bajo el nombre de Guido.

—¡Debería de haber dejado todo para asistir al baile! Ha crecido espléndidamente Princesa Leticia en estos dos años que no la he visto. A este paso, los hombres no serán capaz de dejarla en paz por mucho.

—Es todo un adulador, Duke Northruth —respondió Leti con una sonrisa.

No se dejó llevar por el cumplido repentino que le dio el Duque Northruth. Honestamente, ella quería decirle que hace dos años ya era suficientemente hermosa para tener hombres alineados frente a ella, pero decidió tragarse esa descarada respuesta. Era claro que este hombre no estuvo interesado en ella hace dos años porque en ese tiempo era sólo una princesa.

—¿Ha visto a la Princesa Charlotte? —preguntó él.

—Desafortunadamente no. Desde que llegué le había solicitado al Príncipe Victor si podía verla antes de la boda, pero está ocupada con todos los preparativos por hacer. Quería pasar un tiempo con ella antes de que se casara, ya que después de esto no nos podremos ver tan fácilmente como antes.

La respuesta de Leti enfatizó sutilmente que no estaba relacionada de ninguna manera con el incidente de la novia sustituta. El duque, por su parte, ni siquiera dudo de ella y simplemente asintió su cabeza en reconocimiento a su historia.

—Oh, casi lo olvido. Felicitaciones por ser seleccionada como la heredera a la corona, Princesa Heredera Leticia. Confío que Solvelle seguirá prosperando en el futuro.

—Muchas gracias, Duque Northruth. Escucharlo decir eso es un placer.

Los saludos superficiales se terminaron. Si no fuera por la desaparición de Charlotte, Leti hubiera acabado la conversación ahí, por desgracia, eso no se podía hacer. Ella tiene que ocupar el mayor tiempo posible.

—Espero que usted y su esposa vengan a visitar Solvelle otra vez. Mis hermanos mayores también dijeron que desean verte de nuevo. Estoy segura que estarán felices de tener una larga charla contigo, como por ejemplo sobre Monte Gran.

—Estamos en tiempo de celebración. No discutamos sobre un tema tan serio.

—La celebración está programada en cinco días a partir de ahora. Por supuesto que no tengo planes de iniciar la negociación en medio de toda la felicidad. —respondió Leti para demostrar que no se retractaba de esto.

El Duque Northruth pensó en terminar la conversación tan rápido como sea posible, así que decidió demostrarle a Leti conocimiento que una princesa no tendría.

—Entonces, en primer lugar, ¿está Su Alteza consciente de la historia del Monte Gran? —comenzó el Duque Northruth, pero Leti continuó con la narrativa.

—Fue durante el reinado del octavo rey de Solvelle cuando la disputa por el territorio del Monte Gran se volvió clara. Entoncés, el Imperio Kilf nos lo quitó, pero el doceavo rey de Solvelle, Rey Alexander, fue capaz de recuperarlo al ganárselo a Kilf. Después de eso, el siguiente rey, Rey Julius decidió reducir las tierras del reino que había crecido expansivamente durante el reinado del Rey Alexander. Él fue quien reconoció la autonomía de Northruth.

La historia que Leti contó era desde la perspectiva de Solvelle. El Duque Northruth pudo haber querido corregir algunos puntos, pero Leti lo haría escuchar primero.

—El problema con la disputa por Monte Gran inició en la separación y establecimiento del Ducado de Northruth. Kilf también decidió aprovecharse de esto y también reclamó la tierra. Y eso nos trae a donde estamos ahora, creo que cubrí la mayoría, ¿o me equivoco?

El Duque Northruth asintió al recuento de Leti sobre la historia del Monte Gran.

—Veo que Su Alteza en verdad va a ser mi compañera de negociación.

—Si tiene alguna duda, le daré la respuesta a mayor detalle.

Cuando Leti le dijo a Duke que ella obtendría la responsabilidad sobre las negociaciones por el Monte Gran, él lo llamó una conspiración obvia para ganar méritos, y estuvo justo en lo correcto. Si ella pudiera hacer que esta situación, que está en un punto muerto, se mueva aunque sea un poco, entonces se volverá un logro aceptable, un logro que necesitaba para ser reconocida.

—Entonces, ¿también está consciente de la operación de rescate hecha hace diez años cuando un gran fuego apareció en la montaña?

—Solvelle envió inmediatamente a la Orden para dirigir la búsqueda y operación de rescate alrededor de la montaña y administrar primeros auxilios a los heridos. Northruth fue quien proporcionó refugio a las víctimas y Kilf se encargó de liderar la evacuación. Los costos para las reparaciones de las carreteras fueron asumidos por los tres países en proporción a la distancia desde su frontera.

Leti tenía perfectamente almacenado en su cabeza toda la información sobre el Monte Gran cómo preparación para la negociación. A parte del conocimiento disponible en la literatura escrita, también había escuchado personalmente los relatos del Rey Leon Alexander y el Rey Administrador Karlheinz sobre lo ocurrido durante sus propias épocas. Miró al Duque Northruth, sus ojos advirtiéndole que no la subestime porque era solo una princesa.

—Ya veo que ha estudiado bien. Ahora entiendo porque Solvelle ha puesto a cargo a la Princesa Leticia con total autoridad para las negociaciones del Monte Gran. ¿Empezamos con la negociación?

—¿La negociación?

La postura del Duque Northruth cambió abruptamente. De repente él quería omitir todos los procesos necesarios para una negociación apropiada, como la preparación de las bases hechas por los oficiales civiles, e ir directamente a tener un acuerdo.

—¿No estamos ignorando demasiado el proceso? ¿Seremos nosotros también quienes decidan en los detalles?

—Sí. ¿O acaso no puedes proceder con la negociación sin las bases ya preparadas para tí, Princesa?

El Duque de Northruth dio un paso al frente. Él no solo estaba menospreciando a Leti, sino que la estaba menospreciando como persona.

Leti, quien normalmente devolvería la provocación con más burlas, se quedó sin palabras por un momento.

—Bueno…

Leti, por supuesto, tenía todo el conocimiento necesario sobre el Monte Gran para continuar con la negociación, aun sin la ayuda de los oficiales civiles. También tenía una estrategia sobre cómo hacerlo y planes concretos preparados, pero…

—Ah, pero claro, Su Alteza Real no tiene el poder de llevar a cabo en Solvelle cualquier acuerdo que podamos hacer aquí. Las palabras de su encantadora y amable princesa son como el canto de un pequeño pajarito.

Dio en el clavo. El Duque Northruth vio la razón detrás del momento de duda de Leti.

Ella podría discutir y negociar con el Duque Northruth ahí y ahora. También podrían llegar a un acuerdo que ambos aprobaran. Él llevaría los resultados del acuerdo a Northruth y los pondría como decreto nacional, aun si se encuentra con algo de oposición. Sin embargo, ese no era el caso de Leti. Ella no tenía el poder de hacer lo mismo en Solvelle. ¿Cuántas personas alguna vez se han tomado en serio las palabras de la Princesa Restante?

El duque miró a Leti con ojos de depredador, como los de un lobo mirando a su presa. Tomó otro paso hacia enfrente, forzando a Leti a dar un paso atrás.

Leti soltó un sonido al sentir que su tacón golpeó algo sólido. Ella retrocedió hasta llegar al borde de la fuente y perdió su equilibrio. Estaba a punto de caer dentro de la fuente cuando un brazo fuerte la sostuvo.

—Estuvo cerca —dijo dramáticamente el Duque Northruth después de agarrar el brazo de Leti.

Ella no le agradeció; lo miró fijamente.

—Entonces, Princesa, porque no dices ‘¿Dejemos la política de lado y simplemente disfrutemos viendo las rosas?’ No sé mucho sobre los distintos tipos de rosas, pero sin duda cumpliría la petición de la Princesa Leticia.

Leti entendió correctamente el significado tras esas palabras. Si eres una princesa, actúa como una. No hables de política si no tienes el poder suficiente para apoyar lo que dices.

—¿Puedes dejar de menospreciarme tanto? Soy perfectamente capaz de tener la negociación ahora.

—No, no lo eres. El momento en que muestras que estás dudando, pierdes.

Era justo como él decía. Leti puede pensar con claridad. Ella debía haber ocultado sus sentimientos de duda y decir que estaba bien con la idea, pero Leti no ha estado en el centro del escenario por mucho tiempo. Definitivamente le faltaba experiencia y, en ese momento, no pudo mantener su compostura, o al menos la apariencia de ella.

Esto es mortificante, pero tengo que admitir que esta vez perdí, una derrota total, pensó Leti, así que decidió que por lo menos iba a mantener su orgullo intacto. Ella no le daría la satisfacción de salvarla como una damisela en apuros.

Leti se sacudió el brazo que la sostenía. El movimiento causó que perdiera totalmente el equilibrio mandando su cuerpo hacia atrás. Con una salpicada, ella estaba sentada dentro de la fuente, cabello y vestido empapados, pero sus ojos no se alejaron de los del Duque Northruth.

—No ocupas darme una mano. —Leti rechazó su ayuda antes de que él pudiera ofrecerla—. Lo lamento, pero espero que no le importe cortar nuestra conversación. Como puede ver, necesitaré cambiarme de vestimenta. ¿Podría disculparme?

—Tómese todo el tiempo que necesite, Princesa. ¿Debería llamar por su caballero? Estoy seguro que si tomaría la mano de él—. El Duque Northruth se dio la vuelta y se fue.

En cuanto el duque se volteó, Leti se puso de pie lentamente y salió de la fuente. Agua goteaba de su cabello y vestido, creando un charco bajo sus pies.

—Su Alteza —llamó Craig mientras corría hacia Leti. Él estaba mirando desde lejos y sólo podía especular lo que pasó en base a lo que vió. Desde donde estaba, él supuso que el Duque Northruth había acorralado a Leti, evitando que se cayera en la fuente, pero Leti rechazó su ayuda y sacudió su mano. Sin embargo, él no tenía ninguna idea sobre cuál fue su conversación.

—¿Está usted bien, Su Alteza? —preguntó de nuevo Craig.

—Sí, lo estoy. Tampoco ocupó un abrigo. Esto es perfecto, justo quería enfriar mi cabeza.

No obstante, no podía quedarse mojada afuera por mucho tiempo en una noche fría; Leti comenzó a caminar hacia su habitación para cambiarse.

—¿Qué sucedió con Su Excelencia?

—Nuestra conversación se calentó. Eso es todo. También hice el ridículo. —Leti no tenía ningún plan de dar detalles.

Craig no soltó el tema.

—¿Quieres saber los contenidos de nuestra conversación? No hay nada por lo que me puedas dar un punto. Pero si este examen fuera calificado por medio de la reducción de puntos, mi derrota de hace un rato me hubiera garantizado la pérdida de mis puntos restantes y la terminación prematura de esta prueba.

Craig vino a Illstra para ser el examinador de Leti. Era altamente probable que quisiera saber la conversación entre Leti y el duque.

—No me refería a eso. Ser acorralado de esa manera sería desagradable para cualquiera.

Leti se detuvo en seco y miró a Craig. Se limpió una gota de agua de su mejilla para darse un momento para ocultar su sorpresa ante las palabras de Craig.

—¿Estas, de casualidad, preocupado por mí?

¿Aunque eres mi examinador?

Pero Craig entendió su pregunta cómo ‘aunque sea la hija de ese hombre’.

—Por favor, perdóneme. Olvidé mi lugar.

—Creo que mi pregunta no tuvo el significado que connotaste de ella.

Leti entonces recordó que un evento similar sucedió con Duke antes. En ese tiempo Duke también se preocupó por su bienestar a pesar de que rechazó fuertemente a ser su caballero.

A este paso, puede que termine creyendo que todos los caballeros tienen un buen corazón.

Se susurró a sí misma y entonces continuó con una voz más clara para dirigirse a Craig.

—Acabo de darme cuenta que todo mi conocimiento sobre ti provino de fuentes externas. Esta es la primera vez que he tenido la oportunidad de preguntarte directamente.

Estaba segura de que él no tenía una impresión favorable de ella ya que era la hija de su peor enemigo, pero ahora parecía que la había estado viendo como un individuo independiente.

—Ya veo que la imagen que tenía de quién era Craig Barde es un poco diferente a quien en verdad eres.

Si no la veía con ojos llenos de prejuicios por ser la hija del rey y ser la Princesa Restante, entonces ella le regresaría el favor. Leti miró directo a Craig y le dijo:

—Quiero conocerte mejor.

Si el Duque Northruth la escuchara decir esto, él definitivamente comentaría: ‘¿Qué estás diciendo ahora? ¿Qué no ya son amantes?’

—Yo también… —dudó Craig, pero continuó—. Muchas gracias por sus amables palabras, Su Alteza, pero creo que solo terminaría decepcionada cuánto más sepa de mí.

—Yo soy la que decide si eres decepcionante o no. Además, también quiero que me conozcas mejor. Sin embargo, yo también tengo miedo de que termines decepcionado al ver que no soy como una princesa en absoluto.

Leti estaba de pie frente a Craig. Empapada, agua goteando de su cabello, pero su presencia exigía atención. Leti estaba ahí como una reina. Las gotas de agua en su cabello y vestido reflejaban el cálido tono naranja de la puesta de sol y su belleza natural la hacía ver casi divina.

—Entonces esa será una decepción que me alegrará tener como ciudadano de Solvelle.

Las palabras de Craig eran definitivamente sus sinceros sentimientos.

♦ ♦ ♦

Ordenado por su ama que buscara a Charlotte, Duke montó su caballo para viajar por la carretera principal junto a dos de sus colegas de la Orden de Caballería Real.

—Duke, ¿porque vamos a esta aldea pequeña después de pasar ese pueblo más grande? ¿Ellos no desearían quedarse en un lugar con posada? —preguntó uno de los colegas.

Duke decidió saltarse la investigación en el pueblo y en vez se fue más adelante a preguntarle a las personas de la siguiente aldea. Desmontó su caballo y tiró de las riendas. Insistió en que estaban por el camino correcto.

—Piénsalo. Si fueras a fugarte con una princesa, ¿no querrías evitar los lugares poblados ya que sabes que su familia mandaría a un equipo de búsqueda? Para lograrlo, tendrías que ir a un lugar apartado, contarle a la gente tu historia y usar su lástima para que te dejen quedarte y también para que mantengan tu presencia en secreto. —explicó Duke.

—Ya veo. ¿Te has fugado antes? ¡Oh, con Su Alteza Real!

—Eso nunca pasará. —Negó Duke.

Tal futuro de escape era imposible para ambos. Inexistente. Leti nunca escogería abandonar su país. Su elección más probable sería volver a ese hombre su amante.

—Entonces, ¿por qué esta aldea y no la que está antes? Estás viajando con una princesa delicada después de todo.

Sus colegas tenían la opinión que viajar con una princesa e ir más allá de un pueblo, que tomaba casi un día de viaje a caballo, era difícil. Duke pensaba diferente.

—Como dije antes, piensen que son los que se están fugando. Sabes que te están buscando. Querrías tener tanta distancia como sea posible así que te esforzaras un poco para lograrlo, ¿verdad?

—¡Lo sabía! ¡Ya lo has hecho antes! —bromearon sus colegas.

Duke volvió a negar exasperadamente la acusación y se fue dentro de la aldea para encontrar información. Habló con una mujer en sus treintas quien estaba regando sus plantas.

Duke estaba aprendiendo Illstrez y gracias al intenso curso de idiomas de Leonhardt, complementado por las burlas y golpes con las esquinas de los libros, él ahora podía conversar usando el idioma por lo menos.

—Buen día, soy Duke Barchet de la Orden de Caballería Real de Solvelle. Me gustaría preguntar si ha visto una pareja fugándose por aquí. La novia es rubia con ojos morados y parece de familia noble. —preguntó Duke después de presentarse.

—¿Una pareja en fuga? No, no he visto una. —respondió la dama.

El Illstrez de Duke era lo suficientemente comprensible. Sin embargo, sintió que la reacción seca de la mujer ante la pregunta era extraña. Presentía que sabía algo. Si no, ella habría sido más curiosa sobre los detalles de esto. Una fuga, en resumen, era un buen chisme.

—¿No sabrá algo de casualidad? ¿Le pidieron que mantuviera su existencia en secreto? Por favor háganoslo saber. El hombre es miembro de una organización que su negocio es engañar a mujeres con promesas de amor y matrimonio. Ellos operan a través de las fronteras de Solvelle, Illstra y Northruth.

Trabajar en la Orden significaba que también tenían que buscar el paradero de parejas escapando de vez en cuando. Sus mayores les habían enseñado que la gente tiene una tendencia de proteger a la pareja y mentirles cuando descubren que los están buscando en nombre de sus padres. Por lo tanto, era mejor no contarles directamente a las personas sobre su misión.

—Como prueba de eso, creo que el Ejército de Illstra ya ha pasado preguntando por ellos también. Por favor ayúdenos, no quiero que haya más víctimas. —suplicó Duke. Su rostro serio, sincero y guapo siempre fue el favorito de las damas y esta vez no era la excepción. La mujer comenzó a vacilar.

—Es cierto, nuestro ejército vino, pero…

—Por favor, díganos cualquier cosa que pueda ser una pista sobre ellos.

La sinceridad de Duke finalmente conquistó a la dama y ella empezó a contar la historia.

—Bueno, es como usted dijo Señor Caballero. Hace tres días, una pareja vino a la aldea preguntando por un lugar para pasar la noche. También recuerdo que la señorita era rubia, ya que su cabello era tan dorado que podía distinguirlo en la oscuridad de la noche. Al día siguiente, montaron su carruaje yendo a Northruth por el Camino Norte.

Ella advirtió que no estaba segura si era la pareja que Duke buscaba, pero él estaba seguro.

—¿Cómo te fue Duke? —preguntó uno de sus colegas mientras regresaba a ellos.

—Pude conseguir algo de información detallada. La Princesa Charlotte si se quedó aquí una noche y después se fue temprano en la mañana hacia Northruth. Vamos tras ellos. ¡Avancemos!

Si todo lo que la mujer dijo es verdad, entonces los días no cuadran. Contando hacia atrás desde el día en que el Duque Northruth llegó al Castillo Real de Illstra, esto significaba que el día en que dejó Northruth para ir a Illstra, el grupo de Charlotte aún no había llegado a Northruth. Lo único posible que sucediera entre ambas partes era encontrarse en la carretera.

Esto hace que la tercera hipótesis de Su Alteza ya no sea posible, concluyó Duke.

Inicialmente consideraron la posibilidad de que el hombre con el que se escapó Charlotte estaba conectado con el Duque Northruth de alguna manera. Sin embargo, los días, en base a sus cálculos, no serían suficientes para esconder a la pareja.

A parte de encontrar a la novia, ellos tenían que encontrar los verdaderos planes del Duque Northruth.

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