Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 4 – Capítulo 6

Traducido por Shiro

Editado por Meli


Gracias a la excelente actuación de Zhou Yun Sheng, el anuncio solo requirió de un día para completarse. Orlando fue el responsable de la edición. Cuando salió del estudio, su rostro estaba sonrojado, su mirada en trance, como si acabara de beber una botella de vino fuerte.

—Jefe, esta es una muestra, dele un vistazo primero. Tengo la sensación de que este perfume será muy popular en el País C…, no, en el mundo entero. No tengo intenciones de filmar anuncios distintos para Europa, usaré este —aseveró Orlando.

—Puedes continuar con tus cosas, lo miraré luego. —Cao Mo Kun continuó revisando un documento y ni siquiera levantó la mirada.

Orlando había querido apreciar su expresión de asombro, pero se marchó desilusionado ante su indiferencia.

Después que el hombre se fue, Cao Mo Kun se levantó de inmediato, pasó el pestillo a la puerta de su oficina. Se quitó el abrigo, aflojó su corbata, se sirvió una copa de vino e insertó el disco en la computadora.

La voz ambigua de una cantante fluyó en una melodía calma:

Cierra tus ojos

No tengas miedo

El monstruo se ha ido

Está huyendo y tu mami está aquí

Hermoso, hermoso, hermoso

Hermoso niño

Hermoso, hermoso, hermoso

Hermoso niño

Antes que te vayas a dormir

Recita una pequeña oración

Cada día en todos los sentidos, está mejorando y mejorando

Hermoso, hermoso, hermoso

Hermoso niño

Hermoso, hermoso, hermoso

Hermoso niño

Shiro
La canción es «Beautiful Boy» de John Lennon, aunque este es un cover.

La expresión indiferente de Cao Mo Kun gradualmente se volvió apasionada.

Durante la grabación, permaneció sentado, por lo que su visión había sido limitada, debido a que la perspectiva de las tomas era desde arriba.

Los ojos del joven estaban vidriosos, sus mejillas enrojecidas, y como estaba ebrio, sus labios se veían algo secos. Su entrecejo se frunció, y sacó la punta de la lengua para lamerse, haciendo que la piel pasara a tierna y tersa. Sin embargo, esto no sació su sed. Agarró un manojo de pétalos y los apretó, succionando el jugo floral rojo y brillante. Cuando se sintió satisfecho, dejó escapar un suspiro y exclamó: «Dulce y fragante». Luego limpió el líquido al azar en su hermoso pecho.

Era la existencia más hermosa a la vista; hasta los coloridos pétalos palidecían en su presencia.

En medio de la serie de palabras llenas de profundo amor —«Hermoso, hermoso, hermoso, hermoso niño»—, cerró los ojos lentamente y, con una lágrima colgando de sus espesas pestañas, se quedó dormido, sereno.

La pantalla se tornó borrosa y una fuente gótica dorada y brillante apareció:

«Extravagante, el sabor de la magia»

El anuncio no tenía una sola toma relacionada con el perfume, pero podía hacer que las personas percibieran el decadente aroma de una flor al final de su vida. Era un anuncio fascinante.

Cao Mo Kun había dejado la copa de vino a un lado, olvidada, mientras miraba la pantalla sin apartar los ojos de ella. Sesenta segundos era el tiempo máximo que podía durar un comercial, pero sintió que era demasiado corto. En un abrir y cerrar de ojos, el joven, desbordante de encanto diabólico, desapareció.

Con apremio, el hombre presionó el botón para repetir el anuncio, imaginando que: succionaba la pequeña boca de color rojo intenso; que acariciaba el cuerpo del joven; y que este suplicaba clemencia bajo su cuerpo, sus pestañas colmadas de lágrimas cristalinas.

En su obsesión, trazó en su mente la imagen de ambos amándose e, incluso sin contacto, alcanzó el disfrute máximo de sus sentidos.

¡Mierda!

Cuando volvió a la realidad, se quedó mirando su entrepierna húmeda, la expresión de su rostro era sombría. Al instante siguiente, entró al salón, quería tomar una ducha fría, y llamó a Yu Mei Lian mientras se ponía su bata de baño.

♦ ♦ ♦

Zhou Yun Sheng había estado esperando que AYA depositara el dinero en su cuenta. Nunca había sido de las personas «cortas de dinero», y encontrarse en una situación donde tenía que calcular qué plato balanceaba mejor la economía y la cantidad, cada vez que comía lo tenía desorientado.

Esperó por siete u ocho días, durante los cuales se vio en la necesidad de pedirle dinero prestado a Fang You Ran. Si Ji Han Yu llegase a dirigirle una mirada más de burla, no podría tolerarlo. Llamó a Yu Mei Lian para informarse.

—No sé nada al respecto. Es mejor que llames al Señor Cao. —Yu Mei Lian se desligó del asunto de forma decisiva.

Impotente, Zhou Yun Sheng no tuvo más remedio que llamar a Cao Mo Kun.

El hombre contestó casi de manera inmediata, y una voz grave y sensual se propagó hasta sus oídos:

—Cariño, ¿ya lo pensaste?

—¿Cuándo me darán mi pago? —preguntó Zhou Yun Sheng con el ceño fruncido, yendo al grano.

—Cariño, ¿no leíste el contrato? El contrato estipula que el pago solo será realizado después de que el anuncio sea emitido.

—Entonces, ¿cuándo se emitirá?

—En este momento, se encuentra todavía a prueba. Escuché que viola un poco los estándares de transmisión, por lo que podrían prohibirlo.

—¿Qué? ¿Quieres decir que si lo prohíben no me pagarán? ¿Qué clase de cláusula discriminatoria es esa? —Zhou Yun Sheng quería rechinar los dientes a causa de la ira.

Si hubiese hecho lo que le diera la gana, sin  mezclarse con la industria del entretenimiento, no estaría en esa situación. Si hubiese sabido que pasaría eso, habría vendido un software sencillo sin importarle si su comportamiento iba o no acorde con Lin Cheng Ze.

—Me temo que eso está estipulado en el contrato. —Al escuchar al joven intentar ajustar su respiración agitada, Cao Mo Kun sintió su cuerpo calentarse. Tiró de su corbata y desabrochó los primeros dos botones de su camisa, lamiendo sus labios al tiempo que lo reconfortaba—: Pero no te angusties, cariño, planeamos lanzar el comercial en los mercados europeo y estadounidense. En cuanto pasen las revisiones, te pagaremos.

—¿Cuánto tiempo demorarán en transmitirlo allí? —inquirió Zhou Yun Sheng con paciencia.

Este era, después de todo, dinero ganado con su esfuerzo, ¿cómo podía dejarlo ir?

Shiro
Pobre ZYS. Sacando paciencia de donde no tiene. xD

—No lo sé aún, debemos esperar. Cariño, tu cuenta bancaria debería estar casi vacía, ¿no es así? Escuché que todos los días solo comes sopa de huevo con vegetales en la cantina de la escuela. Cariño, tienes que cuidar mejor de ti mismo. Cuando vengas conmigo, te invitaré a una gran cena y, luego, podrás disfrutar de una dulce piruleta.

El tono de voz deliberadamente grave del hombre, hizo que la oreja de Zhou Yun Sheng se enrojeciera.

—¡Ve a comerte un cerro de mierda! —Colgó la llamada sin piedad, rechinando los dientes en el proceso.

—Qué temperamento —dijo Cao Mo Kun, mirando el fondo de pantalla de su móvil: una fotografía del adolescente intoxicado con los ojos vidriosos y sonriendo.

♦ ♦ ♦

Cuando el adolescente regresó a su asiento, sus mejillas estaban enrojecidas, sus ojos brillaban y sus labios continuaban fruncidos a causa del enojo; se veía muy lindo. A Ji Han Yu le resultó imposible no dedicarle unas cuantas miradas, luchando contra el impulso de hablarle.

Debido a su fingida bancarrota, la actitud pasada de Lin Cheng Ze hacia él había cambiado. Aunque no lo trataba mal, era obvio que el joven había perdido gran parte de su interés en él. Si alguien más fuese el ocupante del cuerpo y supiese cómo se desarrollaría la trama, con toda seguridad haría todo lo que estuviese a su alcance para apaciguar a Ji Han Yu y así revertir la situación. Pero Zhou Yun Sheng no era esa clase de persona.

Nunca le había gustado ganar complaciendo a los demás, al contrario, le encantaba vengarse.

Para cuando ambos regresaron a casa, cada uno con sus propias preocupaciones, Fang You Ran ya había terminado de preparar la cena.Solo dios sabía cómo ese sujeto con cuatro trabajos sacaba aún tiempo para encargarse las comidas.

—Coman mientras está caliente, ba. Los platillos son algo escasos hoy, por favor, aguanten un poco. En unos días, cuando me paguen, compraré un pollo entero para mejorar nuestra dieta —dijo, sonriendo, y les sirvió un poco de arroz a los dos; su actitud optimista conmovió a Ji Han Yu.

Él ansiaba poder decirle que ya no necesitaba trabajar, que podía mantenerlo. Pero todavía no había alcanzado su meta: arruinar a Lin Cheng Ze. Debía contenerse.

Las tres personas comieron en silencio. Entonces, Fang You Ran sacó una libreta de su bolsillo.

—Han Yu, este es el dinero que he ahorrado con mis trabajos. Guárdalo para una emergencia. ¿No dijiste que alguien podría arrebatarte la fábrica si no invertías pronto, ma?

Ji Han Yu quedó petrificado por unos segundos, extendió la mano hacia la libreta de ahorros y miró el bajo número allí representado. Era una cantidad que jamás miraría dos veces, pero sus ojos se enrojecieron. Una persona que se quedara con él en las buenas y en las malas, que lo apoyara cuando estuviera desamparado e indefenso; esa era la clase de relación que siempre había anhelado y, en ese momento, finalmente la había conseguido.

Zhou Yun Sheng miró la libreta de ahorros y manifestó:

—¿De qué le pueden servir veinte mil? Es mejor que la guardes, ba.

De los dos hombres, una estaba haciendo todo lo posible por ayudarlo y el otro solo miraba con frialdad, como si solo fuese un espectador. Sus actitudes diametralmente opuestas intensificaron el odio que Ji Han Yu ya albergaba hacia Lin Cheng Ze y profundizó su amor hacia Fang You Ran. Sin embargo, contra todo pronóstico, asintió:

—Sí, ah. You Ran, esta pequeña cantidad no me será útil. Guárdala, ba. Pensaré en algo.

De manera rotunda, Fang You Ran se negó, lo que ocasionó que ambos comenzaran a empujar la libreta hacia delante y hacia atrás sobre la mesa hasta que Ji Han Yu le acarició el dorso provocativamente, solo entonces cedió el otro, ruborizado. Acto seguido, agachó la cabeza sin atreverse a mirar a su mejor amigo.

Zhou Yun Sheng estaba pensando que nada de lo sucedido era asunto suyo y, estando apunto de levantarse para dirigirse a su habitación, escuchó a Fan You Ran decir tartamudeando:

—Xiao-Ze, ¿por qué no hipotecas la casa, ba? Esto sería de gran ayuda para Han Yu.

¿Te importaría repetir eso?, pensó en su interior Zhou Yun Sheng. Quería arrancarse las orejas.

Esa casa era de Lin Cheng Ze, y Fang You Ran, siendo un mero compañero de cuarto, no tenía las calificaciones para hacer tal propuesta.

¡Santa madre de dios, cada maldito santo resulta que es la madre de alguien más!

Bajo el asedio de su hostil mirada, Fang You Ran no conseguía mirarlo a la cara, pero Ji Han Yu de inmediato ocultó a su amado del campo de visión de Zhou Yun Sheng al tiempo que hacía eco de sus palabras:

—Sí, ah. Xiao-Ze, puedes hipotecar la casa en el banco para ayudarme a conseguir un préstamo, ba. Te pagaré tan pronto la fábrica comience a producir.

Él sabía que jamás accedería, insistió solo para hacerle las cosas más difíciles. Antagonizar a Lin Cheng Ze se había convertido en una fuente de alegría en su vida.

—Lo siento. Esta casa no puede hipotecarse —dijo Zhou Yun Sheng alternando la mirada entre ambos—. Los dos deberían saber que esta es la única reliquia que mis padres me dejaron, así que nunca la pondré en riesgo —aseveró—. Si estás corto de dinero, pensaré en algo, así que no sigas preocupándote. Estoy cansado. Me iré a dormir.

Una vez en su habitación, asintió con la cabeza en dirección a los dos hombres y cerró de un portazo. Ji Han Yu pensó que cuando dijo que pensaría en algo era solo un farol, por lo que sonrió con sorna en cuanto le dio la espalda.

En el análisis final, la disputa entre Lin Cheng Ze y Ji Han Yu era como la de un sugar daddy con su sugar baby. Uno quería dinero y el otro sexo, siendo cada intercambio mutuamente beneficioso. ¿Qué derecho tenía Ji Han Yu de vengarse de Lin Cheng Ze? ¿Qué derecho tenía de destruirle la vida?

Ya que no tenía intenciones de detenerse antes de llegar demasiado lejos, Zhou Yun Sheng le demostraría a fondo lo que significaba el «amor desinteresado». Aunque temía que en ese momento quizás no fuera capaz de soportarlo.

Luego de ponderarlo, sus labios se curvaron en una sonrisa a la par que tomaba su móvil.

—Cariño, ¿lo pensaste mejor?

—Sí, lo pensé mejor. Lo que quieres es…

Antes de que pudiera terminar de hablar, la voz grave del hombre lo interrumpió:

—Ven, cariño. Hablemos en persona. No hay forma de que podamos discutir algo como esto con claridad por teléfono.

—Está bien, ba. ¿Dónde quieres que nos veamos? —El tono de Zhou Yun Sheng era decadente, pero su expresión mientras jugaba con un mechón de cabello de su frente era traviesa.

—En mi club privado. Enviaré a un chofer para que te recoja.

—Bien.

Zhou Yun Sheng estaba por colgar cuando el otro le hizo una difícil petición:

—Cariño, ¿y mi beso de despedida?

¡Besa a tu hermana, ah!

Las sienes del joven se crisparon y, a su pesar, le envió un sonoro beso por el móvil, tras lo que escuchó una risa sofocada en su oído.

Cuando finalmente colgó, Zhou Yun Sheng se puso una camisa blanca casual y un suéter de cuello redondo, se cubrió con una cazadora, agarró su móvil junto con sus llaves y salió.

No había nadie en la sala. Fang You Ran estaba en su habitación, y Ji Han Yu lo había seguido. Solo dios sabía qué estaban haciendo ahí dentro.

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