Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 7 – Capítulo 7

Traducido por Shiro

Editado por Meli


En poco menos de un mes, la piel cetrina del sexto príncipe se había vuelto de un saludable color trigo. Además, había crecido y ya le llegaba a las orejas al quinto príncipe, pese a que eran de la misma edad, antes era una cabeza más bajo. En un mes o dos lo alcanzaría y superaría.

El comportamiento cobarde de Li Xu Dong también cambió. Ya no encogía el cuello ni bajaba la cabeza, ahora sus ojos brillaban y siempre iba con la cabeza en alto y la espalda recta. Más aún, sus hermosos rasgos faciales habían madurado y mantenía una mirada digna y arrogante.

Li Jin Tian también comenzó a prestar atención a los otros príncipes, incluso visitaba el estudio imperial de vez en cuando para examinar la tarea de sus hijos. Descubrió que el talento del sexto príncipe era equiparable al del quinto príncipe. Sin importar el libro que escogiera el emperador para hacer las preguntas, siempre conseguía responder de manera elocuente, y sus opiniones con frecuencia sorprendían tanto al maestro como al padre.

—Su majestad, el sexto príncipe es sobresaliente —elogió el maestro a Li Xu Dong fuera del salón de clases.

Li Jin Tian sonrió y asintió:

—El concubino Qin le ha enseñado bien. Siempre fue bueno cuidando de niños.

El concubino Qi nunca ha tenido hijos, ¿por qué dice eso?, se preguntó el maestro mientras miraba al emperador.

En cuanto se dio cuenta que estaba hablando de la vida anterior, Li Jin Tian hizo un gesto con la mano y se alejó con tristeza.

Fue en la vida previa que Qi Xiu Jie educó al doceavo príncipe y lo convirtió en un gobernante excepcional, —pensó con amargura—. El doceavo príncipe fue capaz de estabilizar un reino que se desmoronaba. Su talento no habría palidecido en comparación al del quinto o el sexto príncipe. 

Si tan solo estuviese vivo…

Li Jin Tian se frotó el rostro y se cubrió los ojos inyectados en sangre y llenos de remordimiento.

Cuando Gao Min se enteró de que el sexto príncipe estaba eclipsando al quinto príncipe en el estudio imperial, se enojó, y a pesar de que estaba ocupado con el ejército, se tomó el tiempo de regresar e impartir personalmente las clases de equitación y tiro con arco por la tarde.

—Brazos rectos. Pulgares apretados. Abre las piernas, no estás estable. —Ajustó la posición del sexto príncipe y señaló el blanco a cien metros de distancia—. Dispara.

El sexto príncipe, reprimido a causa de actitud estricta,estalló en sudor frío, y sus dedos temblaban un poco. La cuerda del arco regresó se distendió y la flecha apenas se alejó unos metros de distancia, aterrizando en el lodo.

Alguien se rio, y el rostro del sexto príncipe se encendió, agachó la cabeza, reacio a ver la expresión de Gao Min.

El ger se burló y, de inmediato, se alejó, pero un apenas audible «¿Eso es todo?» alcanzó los oídos del sexto príncipe, quien, en lugar de sentirse avergonzado, apretó los labios, sus ojos ofuscados con instinto asesino.

Puedes brincar, pero tarde o temprano, te despellejaré vivo con un chillo, ¡para que sientas el mismo dolor que mi padre concubino cuando lo envenenaste!

Una vez hubo finalizado la clase de equitación y tiro con arco, el quinto príncipe había recuperado la confianza en sí mismo. Más aún, en cuanto vio al sexto príncipe cabizbajo, fue corriendo hasta él para consolarlo, y le dijo que su padre le estaba ofreciendo asesoramiento adicional, por lo que debería ir al Palacio Celestial a jugar. El padre hacía el rol del demonio mientras que el hijo el del ángel, el clásico método del palo y la zanahoria. Eran hábiles para ganarse a las personas.

El sexto príncipe se mostró agradecido y caminó junto al quinto príncipe hasta la puerta de la Corte, donde se volvió, con expresión fría, y comenzó a dirigirse al Palacio Púrpura. Aunque su padre concubino le había dicho que no se escondiera, sabía que sobresalir demasiado le traería problemas a este último, y no tenía el corazón para hacer eso.

No quería que su padre concubino lo siguiera protegiendo, quería fortalecerse lo antes posible y convertirse en su pilar. En ese momento, todavía era muy débil, pero tarde o temprano, sería más fuerte que todos, incluido el hombre del trono, quien no estaba calificado para ser su padre.

Zhou Yun Sheng escuchó los pasos enérgicos del lobezno y, al instante, su expresión tranquila pasó a ser una de seriedad.

—Escuché que pasaste vergüenza frente a Gao Min hoy —afirmó después de dejar su libro.

Li Xu Dong asintió, sonrojado.

—Bueno para nada, después de practicar durante medio mes, ¿ni siquiera puedes dar en el blanco a una distancia de cien metros? ¿Adónde va toda la comida que metes en esa barriga lobuna todos los días? —preguntó y se acercó para tirar de las orejas de su hijo.

Li Xu Dong endosó una expresión adolorida, pero estaba muy feliz. Le gustaba que su padre lo reprendiera, e incluso que tirara de sus orejas con sus cálidos dedos. Como dice el proverbio: «Cuanto más profundo es el amor, más severa es la reprimenda». Su padre concubino lo regañaba y castigaba porque lo amaba, quería que lo hiciera mejor, y eso lo deleitaba.

Zhou Yun Sheng, ignorando que había convertido a su hijo en un masoquista, soltó su oreja y agitó su mano.

—Ven. Volveré a enseñarte tiro con arco.

Li Xu Dong salió corriendo para mantener su paso.

—Observa cuidadosamente mi postura. —Zhou Yun Sheng seleccionó un arco de diez piedras y tiró la totalidad de la longitud de la cuerda sin esfuerzo.

La fuerza para sostener el arco y tirar de la cuerda hasta la oreja era equivalente a un peso de sesenta y tres kilogramos y medio. Esa no era la primera vez que le enseñaba personalmente al sexto príncipe, pero los guardias presentes siempre temblaban de miedo. Era inimaginable que un cuerpo de aspecto tan débil, como el de él, poseyera una fuerza tan terrible.

Sin embargo, hacía mucho que Zhou Yun Sheng los había controlado ya, por lo que no se atrevían a informar del asunto al emperador.

El sexto príncipe miró con ojos ardientes a su galante padre concubino; lo encontraba tan cautivador que se mareaba con solo mirarlo.

Zhou Yun Sheng soltó la cuerda del arco y la flecha voló por el aire con un agudo silbido, atravesando el centro de la diana, dejando expuestas solo los centímetros de las plumas de la cola.

Shiro
Aunque no tiene relación directa con la historia, esta escena me hizo recordar a Tsurune. ¿Ustedes ya vieron el anime? A mí me falta la segunda temporada. :3

Mi padre concubino probablemente usó solo un tercio de su fuerza, siempre se contiene.

De acuerdo a las especulaciones de Li Xu Dong, si su padre concubino hiciera uso completo de su fuerza y disparara de nuevo, la flecha aterrizaría en el centro de la anterior y la dividiría por la mitad. Con un talento tan excepcional, los cien metros de distancia eran un desafío insultante.

Los guardias se enderezaron, algunos de ellos habían presenciado el tiro con arco del concubino Gao y, en ese entonces, lo habían admirado, pero en comparación al concubino Qin, el primero no era nada. El ger frente a ellos era insondable.

—¡Padre concubino es muy poderoso! —Li Xu Dong corrió hacia él y lo agarró del brazo, su rostro endosando una sonrisa halagadora.

—No intentes elogiarme. Toma tu arco y comienza tu práctica —dijo y le dio un golpecito con el dedo en la frente.

El chico asintió y tomó el arco compuesto más común y colocó la flecha en la cuerda.

—¡Esa postura no está bien!

Zhou Yun Sheng dio un paso adelante y lo corrigió, pero luego incluso de una serie de correcciones, cada vez que se daba la vuelta para irse, Li Xu Dong cometía otro error. Debido a esto, aunque molesto, se quedó para enseñarle de forma práctica.

Los cuerpos de ambos estaban fuertemente presionados, y la delgada tela permitía con facilidad la transferencia de calor entre los dos. Li Xu Dong sintió su temperatura elevarse, sentía hervir su sangre. El contacto cercano le fascinaba, quería restregarse contra su padre concubino.

—No te pongas nervioso. Cuanto más nervioso estás, más difícil es apuntar. Relájate, haz lo que yo y ajusta tu respiración.

El cálido aliento le golpeó el lóbulo de la oreja y el cuello, lo que ocasionó que sintiera una comezón intolerable. Y aunque intentó controlar su respiración agitada, su corazón se aceleró.

En trance, soltó la flecha y esta apenas rozó el borde de la diana. Zhou Yun Sheng estaba muy insatisfecho, pero sabía que no podía presionar demasiado a un niño, por lo que retrocedió y palmeó la cabeza de su hijo.

—Bien. Hubo un pequeño progreso. ¿Recuerdas la postura correcta? Quédate y practica. No descanses hasta que dispares cuatrocientas flechas. Agrega diez flechas más por cada vez que falles. —Se giró para mirar a los guardias y ordenó—: Ustedes, quédense y supervisen.

Los guardias inclinaron la cabeza y Zhou Yun Sheng se alejó.

Al perder el cálido abrazo de su padre concubino, la gentil mirada de Li Xu Dong se volvió aguda. Entonces agarró el arco de diez piedras que había usado el otro, momentos antes, tiró por completo de la cuerda y apuntó hacia el blanco. La flecha se clavó en el centro de la diana, rompiendo la flecha anterior en pedazos irreconocibles. Su talento con el arco era preciso y feroz, de ninguna manera inferior al de su padre concubino.

Algunos guardias ya estaban habituados a esta escena, y bajaron la cabeza en señal de sumisión. Aunque el niño era obediente como un cachorro frente al concubino Qi, en privado era sanguinario, y podía matar sin pestañear si se le provocaba. Además, con solo trece años, era capaz de tensar un arco de diez piedras, ocultando sus habilidades a su propio padre concubino.

Este par de padre e hijo es extraordinario y, con su presencia, es incierto cuánto continuará el esplendor del concubino Gao y el quinto príncipe.

Con pensamientos como estos, los guardias estaban aún más convencidos de no traicionarlos.

♦ ♦ ♦

Gao Min obtuvo su deseo de ir a la guerra. Cuando partió, Li Jin Tian lo escoltó personalmente dieciséis kilómetros fuera de la puerta del palacio y, de mala gana, regresó.

Apenas unos días después, Gao Min llegó a la frontera y ganó la batalla. Cuando la noticia alcanzó la capital, todos los cortesanos se emocionaron, y hasta elogiaron la visión sabia y única del emperador.

Con el apoyo de Li Jin Tian, la reputación de Gao Min se disparó en el exterior, equiparable incluso a la del mismo emperador. El hombre sonrió con modestia, pero su corazón estaba lleno de ira, pánico y tristeza.

Transcurrido año y medio, Gao Min había logrado penetrar en el interior de Xiyi y estaba a punto de destruir su Corte Imperial. El ejército bajo su mando era indestructible, lo que elevó su prestigio a un nivel sin precedentes. En la frontera, la gente solo sabía que en el gran reino de Yan existía un general Gao, pero ignoraban que había un emperador. Además, como el concubino gozaba de gran favor, varios oficiales fronterizos habían desertado para unirse a él, diciendo que darían todo su apoyo al quinto príncipe.

Li Jin Tian amaba a Gao Min, pero ya no confiaba en él. Por el contrario, no amaba a Qi Xiu Jie, pero confiaba en él más que en ningún otro.

¿Qué es más importante, el amor o la confianza?

Zhou Yun Sheng te hará saber que la confianza es mucho más importante que el amor. Lo que mantiene unida a una pareja no es un amor intenso, sino una confianza sólida que no puede ser sacudida, ese es el mayor apoyo de una relación.

De la trama haber transcurrido como debía, Gao Min habría podido compartir el mundo con Li Jin Tian debido a esa confianza, pero Zhou Yun Sheng había destruido el pilar que mantenía la relación de ambos.

Li Jin Tian temía que Gao Min sacudiera su trono. Contactó en secreto a sus confidentes en el ejército, para retrasar la entrega de las provisiones. Agotando los suministros y por lo tanto disminuyendo el ritmo de la batalla, lo que daría como resultado una completa derrota. Gao Min por primera vez probaría el amargo fruto del fracaso, y entonces sabría lo cómodo que era permanecer a su lado.

Zhou Yun Sheng sonrió con desdén después de recibir el informe, y pensó para sí:

El emperador incompetente de verdad se merece su título. Aunque es el emperador, para él sus deseos personales son más importantes que la nación que gobierna. Incluso sacrificaría cientos de miles de soldados solo para romperle las alas a Gao Min. ¿Debería admirar su dedicación al amor?

Sin embargo, Li Jin Tian, hizo un cálculo errado, porque Gao Min no solo contaba con la ayuda de la familia Gao, sino con el apoyo de una persona más, que lo amaba profundamente y que estaba dispuesta a ayudar en secreto: el príncipe Li.

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