Riku – Capítulo 20: El festival en Derufoi

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


La Ciudad Derufoi era una ciudad rebosante de vitalidad.

A pesar del frío que daba la sensación de que comenzaría a nevar, la calle principal estaba llena de gente. Es más, cada persona mostraba una sonrisa mientras caminaban.

Se tratase de los puestos de venta ambulante o escaparates, todo estaba decorado espléndidamente. Los comerciantes usaban variadas máscaras de colores y mantos, mientras alzaban la voz llenos de energía. Mientras Riku miró a su alrededor con emociones profundas, la niña caminando a su lado dejó escapar una sonrisa.

—Es la primera vez que vienes a este tipo de lugar, ¿no es así? —susurró la chica con la cara enterrada en la bufanda.

En respuesta a su pregunta, Riku mostró una sonrisa irónica.

En estos diez años, todo lo que había hecho fue entrenar o ir a la guerra. Incluso antes que eso, era imposible abandonar la Residencia Barusak. Recordó haber participado en el Festival de la Capital Real, pero para Riku era un recuerdo desagradable.

—Eso es cierto… Nunca he estado en lugares de este tipo…

—¿Qué? Capitán, estás desperdiciando tu vida. Escucha a partir de ahora, te voy a enseñar cómo divertirte.

Dicho esto, la chica tomó la mano de Riku y avanzó a través de la multitud de personas como si estuviera habituada a ello. Cuando la niña caminaba, su pelo rubio atado en dos coletas se meneaba de izquierda a derecha en su espalda.

A simple vista, se sentía que era un poco como una Señorita de alguna familia rica, pero la chica no era sólo una Señorita ordinaria. Mientras sostenía su sombrero al retirarlo de su cabeza, Riku susurró a los oídos de la joven.

—Um… ¿Está bien para Charlotte-sama no usar sombrero?

Sus dos magníficos cuernos se elevaban un poco sobre las orejas y parecían un adorno para el pelo, pero eran claramente cuernos reales y podría decirse que eran inhumanos. Después de que Riku le dijera eso, Charlotte dio una sonrisa traviesa.

—Mira a tu alrededor con más atención, Capitán. En esta ciudad, no hay nadie que se preocupe por los cuernos. Después de todo, pasado mañana es el Festival.

—¿Festival, dice?

—Eso es. ¡Es una fiesta de disfraces! Mira, también hay otras personas que ya están preparándose.

El delgado dedo de Charlotte apuntaba directamente a una multitud de personas. Buscando a quien señalaba, se encontró con un niño que llevaba un tocado de vaca y una niña con guantes de zorro jugando. Era posible ver a otras personas también con disfraces de vez en cuando.

Lo más probable era que confundieran los cuernos de Charlotte con un traje.

—Ya veo… ¿Por eso eligió venir a esta ciudad?

—Bueno, hay otras razones también. Hey, vamos.

Charlotte se acercó llena de energía directamente al puesto de una tienda. No importa cómo uno lo viera, su apariencia era sólo la de una chica normal.

Mientras se preguntaba si ella realmente había nacido hace más de 200 años, Riku la siguió.

Si se daba la vuelta, podía ver al grupo que las seguía y comprobaba la situación desde la parte trasera del callejón. Todos llevaban la misma capa negra y estaban armados con espadas. Eran los escoltas personales de Charlotte que Gortoberuk le comentó.

Se veían como secuestradores.

Pensando en ello, un recuerdo que prefería olvidar acudió a su mente. Riku apartó los ojos de ellos para apartar esa memoria.

—Capitán, ¿qué le está tomando tanto tiempo? ¡Ven pronto!

—Sí, Charlotte-sama.

Uno por uno, Charlotte fue probando todos los puestos; estaba feliz mirando todo a su alrededor.

Mientras masticaba un pincho de pájaro mojado en salsa tara, vio un colgante que le interesó hecho de piedras preciosas visiblemente baratas y con piezas recubiertas de oro. Naturalmente, no había forma en que ella, que usaba joyas de auténtica calidad, fuera a comprarlas. En realidad, sólo se acercaron para burlarse de la tienda.

—Está bien que compres lo que quieras. Sin embargo, lo restaré de tu salario.

Eso dijo Charlotte, pero no había nada que Riku quisiera comprar. Pensó en comprar un recuerdo para Leivein, pero no creía que hubiera nada que fuera a hacerlo feliz en estas tiendas.

—De acuerdo. Si hay armas o algo por el estilo, podría ser bueno comprobar que tal funciona …

—Haa … Capitán, debes olvidarte de lo relacionado con la guerra por un momento. De lo contrario, te hubiera pedido que trajeras tu arma.

Con la respuesta de Charlotte acompañada con un suspiro, Riku mostró otra sonrisa irónica.

Había dejado la alabarda que había usado durante tanto tiempo en una posada lejos de la ciudad. Aunque esta estuviera llena de personas usando trajes, una chica armada sería demasiado sospechosa.

Por lo tanto, en este momento, Riku estaba usando la ropa de una chica normal en una ciudad. Si el peligro se acercara a Charlotte, lo único que podría hacer era defenderla con sus propias manos. La Artes Demoníacas Prohibidas no tenía efecto en Riku, y si podía aguantar el tiempo suficiente, los escoltas escondidos podrían hacer algo.

—Entendido, Charlotte-sama.

Sonidos de diferente volumen sonaban por toda la ciudad. La ciudad ya estaba animada antes de la fiesta, cuando comenzara el Festival, la emoción aumentaría.

Riku puso sus manos que parecían estar entumeciéndose por el frío en sus bolsillos, mientras caminaba junto a Charlotte un poco atrás. Y entonces, posponiendo encontrar algo adecuado para Leivein para mañana, empezó a considerar la compra de recuerdos para Vrusto y sus otros subordinados.

—¡Hm! ¡¡Capitán, mira eso!!

Charlotte se detuvo frente a uno de los puestos.

Fue el destino.

Había muchos premios allí, y en el mostrador, había un pequeño arco. Charlotte tenía sus ojos puestos en un oso de peluche muy lindo, uno de los premios. Lo miraba distraídamente, pareciendo una chica enamorada.

Riku estaba aturdida. Se preguntaba si esta chica embobada por un peluche realmente era la persona que dirigía el Ejército del Señor Demonio.

—¡Oh, ojou-chan! ¿No vendrán para jugar a dispararle a la diana? Son tres Monedas de Cobre de cada intento.

A medida que el tendedero observaba a Charlotte, sus cejas se arquearon.

Después de pensar durante unos segundos, ella agarró firmemente la manga de Riku.

—Capitán, es una orden. Derriba esa diana.

—… ¿No está bien simplemente comprar un oso de peluche que se parezca a ese?

—¡No lo está! ¡Es un encuentro predestinado!! ¡Si no es este, entonces no será lo mismo!!

—…

Riku no pudo decir nada, demasiada sorprendida.

Una vez más se preguntó si esa chica egoísta era realmente quien comanda todo el Ejército del Señor demonio.

Asaltada por tales dudas, pensó cómo ponerlo en palabras. Si ella fuera a fastidiarla ahora, Gortoberuk, quien la había recomendado… En realidad no importa. Pero Leivein, que la había recomendado a Gortoberuk, obtendría parte de la mala fama. No debía permitir que la evaluación de Leivein bajara por ella.

—¡Hey, Capitán! ¡Apúrate, dale a la diana!

—Sí…

El objetivo era pequeño y parecía difícil de golpear. Una vez dicho esto, no era que no tuviera experiencia en el uso de un arco. Mediante tres disparos, ella debería ser capaz de golpear el objetivo. Riku se inclinó y estaba a punto de agarrar el arco.

Pero…

—La señorita de ahí, ¿podría tomar su lugar?

El arco que su mano estaba a punto de tomar, fue alejado por alguien a su lado.

—¿Eh? P-Pero… ¡Aunque lo consigas no voy a renunciar a él por alguien como tú! ¡Ese oso es mío!

—Sí, por supuesto. Sólo quería echarle una mano. Además…

El muchacho disparó la flecha. Volando por el aire, dio en el objetivo correcto en el centro.

—¡Oh, un gran éxito! Muy sorprendente, chico. Aquí, toma.

El tendero le dio el oso de peluche al chico de pelo plateado. Luego de recibirlo, el muchacho se lo dio suavemente a Charlotte.

—Sí, es éste, ¿verdad? El osito de peluche especial que quería.

—E-En efecto. N-no pienses que te daré las gracias.

Las mejillas de Charlotte se sonrojaron.

Abrazando el oso de peluche, tenía sus ojos fijos en el chico de cabello plateado.

—¿Hmm, hay algo en mi cara?

—¡No es eso! M-Más importante, ¿dónde has aprendido a utilizar el arco de esa manera? Vi que lo hiciste con gran habilidad.

Al preguntarle eso, el chico de pelo plateado bajo su cabeza. Desde donde estaba Riku no podía ver su cara, pero sentía una sensación desagradable desde el fondo de su corazón. De inmediato tomó la mano de Charlotte con la intención de abandonar el lugar, pero no podía moverse.

Como si el mundo se hubiera detenido, no podía moverse del lugar.

—Sí, lo aprendí de mi amiga de la infancia… Ella solía ser mucho mejor que yo.

—Solía ser, ¿dices?

Al darse cuenta de su uso del tiempo pasado, preguntó sobre este punto dentro del límite razonable. Como si se sintiera odio por algo, el chico de pelo plateado levantó la cara.

—Sí, ella es… Ya ha muerto. En la batalla del Castillo Myuuz, ella…

Una lágrima cayó de los ojos del niño. Charlotte miró a Riku por un instante. Su expresión parecía querer decir algo.

Las posibilidades de que “esa chica” fuera su amiga de la infancia eran limitadas. Era muy posible que Riku fuera la asesina.

A pesar de que había alguien frente a ella que estaba conectado a alguien que había matado, no sentía nada en particular.

En su lugar, no dudaba que ese amigo de la infancia, la experta en tiro con arco que participó en la Batalla de Myuuz, tuviera conexiones con los Espiritistas.

Mientras Riku intentaba avisarle con una señal con el ojo, Charlotte continuó hablando.

—… ¿Tiene resentimientos por ello?

—… No sé. Pero creo que lo mejor sería que este miserable conflicto desapareciera ya.

—¿Miserable?

Como si el mensaje de Riku no le llegara, Charlotte siguió hablando. Riku estaba lista para matar a esta persona que tenía conexiones con los Espiritistas. Sólo esperaba la orden.

Pero Charlotte no mostró ningún signo de dar esas órdenes.

—Sí. Creo que es lamentable cómo los Espiritistas y Demonios luchan, sangre con la sangre.

El niño estaba murmurando su condena.

Como si Charlotte hubiera sido cautivada por él, ella le escuchaba con atención. Riku tuvo la sensación de que debían salir de aquí lo más pronto posible. Pensando que esta decisión era la correcta, ella palmea un poco el hombro de Charlotte.

—Charlotte-sama, pronto deberíamos …

—Capitán, quiero hablar con este tipo. Lo siento, ¿pero puede mantenerse al margen?

Riku se sorprendió. Quería quedarse sola junto a un Espiritista sospechoso.

No sabía lo que le pasaría a Charlotte a partir de ahora, pero tenía la responsabilidad de enfrentarse a cualquier incidente inesperado, y por lo tanto, era también responsabilidad de Leivein. Lo único que sabía era que debía evitarlo a cualquier costo.

Riku persisitó desesperada.

—¡Pero, Charlotte-sama!

—¡Qué insistente! ¡Es una orden! ¿O qué, Capitán…? ¿Intenta desafiar mi mando?

Charlotte miraba a Riku.

En ese momento, los escoltas que deberían haberlas seguido desde lejos, trataron de sujetarla. A pesar de que usaron gran cantidad de fuerza, ella pudo librarse fácilmente.

—¡Déjame ir!

Riku puso fuerza en sus brazos. Quitárselos de encima fue más fácil que torcer el brazo de un bebé. Sin embargo, cuando fue capaz de liberarse, la figura de Charlotte ya no estaba a la vista.

…Se había ido de la mano con el chico de pelo plateado con el que estaba hablando antes.

3 respuestas a “Riku – Capítulo 20: El festival en Derufoi”

  1. Sí, yo también quiero su cabeza!!

    Aunque me da pena jajaja

    Fue transportado al juego para salvar a su harem y resulta que su hermana está matando a todo su Harem jajaja

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