Riku – Capítulo 21: Dulce café

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Riku chasqueó la lengua.

Tanto Charlotte como el chico de pelo plateado desaparecieron por completo dentro de la multitud de personas, por lo que Riku los perdió de vista.

Aún así, no había manera de que pudieran haber ido demasiado lejos. Si los seguía de inmediato podría alcanzarlos a tiempo. Comenzó a correr tras ellos a toda prisa.

Sus instintos estaban diciendo que no debía dejar que esos dos se juntaran. Estaba claro que ese chico tenía conexiones con los Espiritistas, y Charlotte, que dirigía el Ejército del Señor demonio, era la persona de mayor importancia. Si se descubre su identidad de Charlotte, sería imposible saber lo que sucedería a continuación.

Pero como impidiendo que Riku procediera, la escolta se interpuso en su camino.

—Espera un segundo, ¿de qué se trata todo esto? ¿Está bien dejar a esos dos solos?

—Charlotte-sama debe estar pensando en algo. Pensamientos mucho más profundos inimaginables para nosotros —declaró la escolta con expresión seria.

Ella se enojó tanto por la declaración, que sentía la sangre en su cabeza hervir. Si tuviera su alabarda en sus manos tal vez lo hubiera decapitado. Respirando profundamente para aliviar su ira, miró a la escolta.

—¿Pensamientos superiores? De acuerdo… Digamos que es justo como dijiste. Si ese es el caso, entonces lo que suceda con todo esto, no es mi responsabilidad.

Declarando eso, tenía la intención de quitarse un peso de los hombros. Alejándose de la escoltas, decidió volver a la posada.

El único que bloqueó su camino fue esa persona. Los demás habían seguido a Charlotte. Viendo lo que sucedía, su deber había terminado. Ahora iba a disfrutar de sus vacaciones o hacer cualquier otra cosa sin necesidad de acompañar a alguien.

Pero el escolta la tomó del brazo, deteniéndola.

—… ¿Qué?

—Parece que no entiendes el plan de Charlotte-sama. Dado que no se puede evitar, ven conmigo por un momento.

La escolta señaló una cafetería cercana. Estaba construida con piedra y tenía un ambiente muy relajado. Había un cartel que tenía la palabra “Abierto” y el menú escrito en él.

—Lo siento, pero no estoy de humor para eso.

—Pues bien, Riku Barusak… ¿Cuál es su rango?

—… En este momento soy Capitán.

—Soy un Teniente Coronel. Parece que mi rango es superior al suyo. Ven conmigo. Es una orden.

Ella no tenía ninguna opción.

Aunque el escolta proclamó ser Teniente Coronel, arrastró a Riku a la cafetería de mala gana. Como si estuviera familiarizado con ella, ordenó dos tazas de café y se sentó en un asiento vacío.

El interior estaba lleno de gente, e incluso algunos llevaban trajes mientras se divertían hablando entre ellos, pero a nadie pareció preocuparles su vestuario. Más bien, la camarera llevaba orejas de gato y tenía colmillos falsos, divirtiéndose con su propio traje.

… Tal vez estaría bien incluso si no llevaba su sombrero. Después de sentarse, el Teniente Coronel se aclaró la garganta.

—Umu, bueno, entonces… Una vez más, vamos a hacer las introducciones. Soy Keity Fostar. Del Primer Ejército dirigido por Charlotte-sama, me presento como el Teniente Coronel de la Guardia Imperial. Me gustaría mostrar mi agradecimiento al Capitán Riku Barusak para llevar a cabo esta tarea.

El teniente Coronel Keity Fostar inclinó la cabeza.

Riku ignorado casi la mitad de lo que dijo de repente sintió un mal presentimiento. Como era de esperar, ella dudaba mostrarlo.

El Teniente Coronel Keity Fostar era un Demonio que tenía los músculos dignos de la posición que ocupaba. Su brazo era grueso y cubierto de pieles de tigre, pero aún así, al mirarlo, era muy fácil darse cuenta de que estaba tenso. No importa de qué ángulo se mire, estaba claro que era un hombre.

Al darse cuenta de la confusión de Riku, el Teniente Coronel dio una sonrisa irónica.

—Sí, tú también tienes la idea equivocada. A pesar de esta apariencia que frecuentemente presta a confusión, soy una mujer. He sido así desde que nací. En realidad es algo de familia. Mi madre, hermana mayor y hermana pequeña son a menudo llamados “marimacho” entre las mujeres… Bueno, aunque les doy un infierno a quienes lo hacen.

Keity contó su historia como si estuviera harta. Pero tal cosa no importaba. Era común tener a mujeres sirviendo como soldados en el ejército del Señor Demonio, Riku era igual. Si uno era capaz de obtener logros, el género no importaba. Incluso con esto en mente, Keity siguió hablando, sin darle la oportunidad a Riku de responder.

—¿Sabías que? No hace mucho tiempo, he estado dejando de ir a la sección del baño de mujeres. Y también…

—Gracias por la espera. Aquí está su café.

Como si le echara un balde de agua sobre Keity, que se quejaba tediosamente de sus problemas de apariencia, la camarera interrumpió con su café.

El líquido color obsidiana emitía vapor. Finalmente, Keity cerró la boca y comenzó a soplar el café para enfriarlo. Para reprimir su estado de ánimo sombrío, Riku hizo un largo suspiro.

Entonces, antes de que Keity pudiera beber, comenzó a hablar a toda prisa de la cuestión principal.

—Ahora… ¿Qué clase de pensamientos podría tener Charlotte-sama?

—Ah, sí. Fue por eso que hemos venido a hablar, ¿no es cierto?.

Al parecer, Keity se había olvidado de eso.

Mientras que se rascaba la cabeza debido a la vergüenza, ella dio un rápido vistazo a los alrededores. Y luego, bajando la voz, empezó a hablar.

—En la ciudad Derufoi, hay una zona que está prohibida para las personas que entran. ¿Lo sabías?

Mientras ponía un terrón de azúcar en el café, Riku rememoró la geografía de la ciudad.

En el mapa que se le dio por adelantado para venir al lugar, había un gran símbolo “X” en un área determinada. No había pensado demasiado sobre eso, pero supuso que Keity hablaba de eso.

—Más o menos.

—Eso acelera las cosas. Tenemos un contacto en esa zona, en el Santuario Shibira. De hecho, es uno de los objetivos secretos de Charlotte-sama.

—¿Shibira?

—Es el templo de los ciegos. Las personas que tienen éxito en eso, a cambio de no ser capaz de ver la realidad, son capaces de ver el futuro, o al menos eso se dice.

—¿El futuro?

Riku puso un terrón más de azúcar en el café. El bulto blanco de azúcar se hundía lentamente hacia abajo. Al mezclarlo con una cuchara, fácilmente se disolvieron en un corto período de tiempo. Dispersándose en el líquido negro, desapareció. En cuanto a dicha escena, Riku sintió que realmente no podía describirlo con palabras. Inconscientemente, cogió otro terrón de azúcar y lo añadió al café.

En cuanto a la forma en que estaba actuando, Keity torció la cara.

—Tú no lo crees, ¿verdad? Mira, se dice que el futuro que los de Shibira ven es absoluto. Conocer el futuro más pronto puede ser útil para la preparación de las calamidades que van a suceder.

—¿Y luego ser manipulados por ese futuro decidido…? Realmente no me gusta esa manera de pensar preestablecida.

Futuro definido, algo inmutable… Podría decirse que el destino era algo que no permite que este tipo de cosas cambien. Pero ella no se sentía bien hacia las cosas imponentes.

A ella la apartaron porque no tenía talento. Como era un ser humano, siempre era tratada como traidora. ¿Era realmente imposible cambiar las cosas que se decidieron desde el principio?

Dentro de su corazón, se acumula el resentimiento. Con el fin de lavarlo, bebió su café.

—Teniente Coronel Keity Fostar. ¿Quieres que siga un futuro decidido por alguien más?

—Pero es la verdad. De hecho, el hermano mayor de Charlotte-sama… Parece que fue derrotado debido a que ignoró las predicciones del Shibira. Es por eso que en esta ocasión tenemos que usar por completo lo que podamos recibir de ellos.

—¿Es ese el motivo?

—Así es. Pero el problema comienza ahora… Esa zona está fuera de los límites. A menos que seas un Noble o miembro de las Familias Espiritistas, no es posible ingresar. Las Profecías de Shibira son una existencia que conlleva una fuerza, la cual es de gran influencia después de todo.

Keity le puso leche a su café. En la superficie negra del café, se formó un círculo blanco por ella. Al ver cómo los dos revolvían su café, Riku preguntó Keity.

—Si ese es el caso, entonces, ¿cómo va a entrar ahí?

—Sí, el plan en un principio era utilizar la confusión de la fiesta y que uno de nosotros secuestrara a un Shibira. Pero tener una persona menos sería un problema. Por lo tanto, te asignamos como su guardaespaldas.

Pero ellos no consideraron la posibilidad de que Charlotte hubiera planeado conseguirlo amistosamente de un Espiritista. Ahora, fuera porque era suave en el fondo de su corazón o porque tenía intenciones secretas, a él le había gustado Charlotte sin lugar a dudas. Ella usó esto a su favor y, en lugar de arriesgarse a invadir la zona, llegaría a Shibira por un medio legítimo.

Por eso Charlotte dejó a Riku allí deliberadamente. Pensando en esto, ella resopló.

—… Eso es demasiado ingenuo.

Riku no podía imaginar a Charlotte pensando todo eso y pedir quedarse sola con el chico de cabello plateado. No sabía los detalles, pero los sentimientos contenidos en su mirada cuando lo vio no le dieron la sensación de que quería usarlo o que actuaba para fingir inocencia.

Claramente era la mirada de alguien enamorado.

Riku bebió el café restante de una sola vez. La dulzura extrema solapaba por completo el sabor amargo característico. Tal vez puso demasiados terrones de azúcar. Reflexionando sobre la dulzura, bebió el café y se levantó de su asiento.

—Gracias por el buen trato, Teniente Coronel Keity Fostar. Ahora bien, me marcho.

—¿Qu-? ¿Ya te vas? Todas mis tareas terminaron una vez que me separaron de Charlotte-sama. ¿No te gustaría tomar café un poco más conmigo?

Haciendo caso omiso de su oferta, Riku salió de la cafetería.

Justo en ese momento, el frío viento que soplaba perforó su piel. Enterró la cara en su bufanda y puso las manos en el bolsillo.

Comenzó a caminar con una postura doblada un poco hacia delante. En el momento en que vio el letrero de la posada, la agitación de la calle principal ya se sentía distante. Mientras pensaba que era mejor así, vio un niño frente al letrero de la posada como si estuviera esperando a alguien. Usaba un sombrero y miraba los alrededores con preocupación.

Cuando el niño vio la figura de Riku, sonrió con entusiasmo.

—¡Teniente Primera Riku Barusak! ¡No, Capitán!

El niño… Roppu Nezaarand se acercó corriendo como el viento, lleno de energía.

—Felicitaciones por el ascenso.

—Suboficial Nezaarand, ¿qué ocurre?

—¡Sí! En realidad, he recibido una orden para ser transferido a la escuadra del Capitán y he venido a presentar mis saludos. Y también para darle una carta al Capitán.

Sacó una carta de su bolsa sin nombre en el remitente. Sin siquiera abrirla, simplemente la tiró dentro de su bolsa.

—Err… Ah, sí. ¡Capitán, por favor cuide de mí de ahora en adelante!

—Sí. Lo mismo digo. Da lo mejor de ti.

—¡Sí! ¡¡Voy a darlo todo…!! Por cierto, capitán Barusak… Uhh, ¿está bien si no lees la carta? —preguntó con una expresión que demostraba su timidez.

—No me siento como para leer en este momento. Por cierto, ¿de quién es esa carta? ¿El Teniente General Gortoberuk?

—N-No. Es del Teniente General Adlar. Como su Ejército está estacionado cerca, fui a presentar mis respetos al Cuarto Ejército… Y así, se me encargó darle al Capitán esta carta.

—¡Empieza por ahí!

Riku la sacó apresuradamente y la abrió. Era la primera vez que recibía una carta del mismo Leivein. Desdobló con cuidado el papel del interior.

En ese documento, había varias líneas de palabra escritas elegantemente. En realidad, era corta. Sin embargo, como fue escrito para ella, estaba muy feliz. Pero…

«… Has hecho un buen trabajo en el castillo Myuuz. Has cumplido tus tareas con honores. Protege a Charlotte-sama, incluso a costa de tu vida. ¿vale?»

Los sentimientos de Riku eran un poco complicados en este momento.

Ella debía poner su vida en juego por el bien de proteger al Comandante Supremo del Ejército del Señor Demonio. Era consciente de su responsabilidad, pero tal vez… Si hubiera recibido esta carta antes de conocer a Charlotte, tal vez se sentiría diferente en ese momento. Tal vez tendría más ganas de corresponder a sus expectativas.

Por desgracia, había recibido la carta después de terminar su deber como escolta.

—Esto, lo siento mucho… Capitán Leivein, será difícil cumplir con estas expectativas.

Ella no tenía la confianza de ser capaz de gastar su vida con el fin de proteger a Charlotte. No, ella no quería protegerla en absoluto. No importa que fueran las órdenes de Leivein, era imposible.

Este Señor Demonio sustituto que le tiene apego a una persona con conexiones con los Espiritistas era detestable. Su corazón no era tan grande para que se preocupara por ella. Plegando la carta con cuidado, la puso dentro de su bolsa.

—Ahora que lo pienso, ¿dónde podría Charlotte-sama estar ahora mismo?

—No sé. Ella debería estar divirtiéndose en alguna parte.

Y justo como dijo Riku esas palabras.

—¡Es terrible!

Un hombre corría por la calle principal. Muchas personas se reunieron, preguntándose qué gritaba. Él se detuvo respirando con dificultad.

—¡¡H-Han aparecido Demonios!! ¡Justo ahora, del otro lado de la calle principal! ¡Los Espiritistas están exterminándolos!

Inmediatamente, tanto Riku y Roppu se miraron entre sí. En este momento, los únicos Demonios que estaban en la ciudad eran los escoltas y la misma Charlotte.

—¿Es esto cierto?

—¡Es verdad! Pero se dijo que podría haber otros.

—¿¡Qué has dicho!? ¿¡Dicen que puede haber Demonios escondidos en la ciudad!?

—Sí. Dejaron con vida a una niña Demonio para obtener información acerca de eso.

En otras palabras, Charlotte fue capturada y todos sus acompañantes asesinados. Riku no sabía hasta cuándo Charlotte sería capaz de mantener la boca cerrada, pero ella estaba preocupada de que diera a conocer su existencia.

¿Lo mejor sería retirarse junto a Roppu o ir a salvar a Charlotte?

—C-Capitán. ¿Qué debemos hacer?

Roppu se escondió detrás de Riku. Aunque ella tenía el pelo rojo, sigue siendo un ser humano, así que no debía preocuparse por ser tratada como un Demonio. Sin embargo, si alguien le quitaba el sombrero a Roppu, sus orejas de conejo revelarían su identidad.

Si tuviera que declarar que sólo era un disfraz, podría estar bien, pero si un Espiritista fuera a comprobarlo se daría cuenta que era un Demonio sin dudas.

Tal vez por eso Charlotte fue expuesta como Demonio.

Lo mejor para Riku era huir. Leivein le ordenó proteger a Charlotte, pero ella misma negó esa protección. Riku no tenía necesidad de salvarla.

Pero justo cuando tomó la mano de Roppu para entrar a la posada…

—Pero para ellos dejar un Demonio vivo como prisionero… ¿Quién fue el Espiritista que permitió eso?

—¿No lo sabes? Es el famoso heredero de la Familia Barusak.

Debido a las palabras que no deberían haber sido pronunciadas, Riku detuvo sus pies.

—Los que mataron a todos los Demonios fueron el heredero y algunas Espiritistas mujeres que estaban con él. Pero cuando estaban a punto de matar al último Demonio pequeño, él los detuvo.

El heredero.

Recuerdos de Riku estaban siendo traídos de vuelta.

Eran de su hermano menor que se enrollaba alrededor de sus pies cuando aún eran jóvenes. Desde los tiempos de los tiempos, iban a comer dulces y jugar juntos. El hermano más joven, que empezó a hablar más como un adulto y a inventar cosas extrañas después de que cumpliera 4 años de edad. El hermano menor que se llamaba…

—Rook Barusak.

De acuerdo a las memorias de Riku, tenía pelo plateado casi transparente.

El Espiritista de cabello plateado que se acercó a Charlotte. Al darse cuenta de ello, Riku susurró cerca de los oídos de Roppu.

—Suboficial Roppu Nezaarand, con su velocidad puede llegar a donde Vrusto se encuentra en un día, ¿verdad?

Al ser cuestionado de repente, Roppu se sorprendió. Buscó rápidamente en el entorno, y cuando confirmó que la atención de la gente de alrededor no estaban en ellos, susurró en voz baja.

—Es posible. Ya que él también recibió un día de descanso, en este momento debería estar en la guarnición del cuarto ejército… Pero, ¿por qué me estás pidiendo eso?

—¿No es obvio? Con su nariz, vamos a ser capaces de encontrar Charlotte.

Riku sonreía.

Fue una suerte que el equipaje de Charlotte aún estuviera en la posada. Siguiendo el olor, debería ser posible saber dónde estaba y, al mismo tiempo, sería posible determinar dónde está Rook Barusak sin error.

Con la sensación de que por fin se reuniría con su hermano menor por primera vez en 10 años, no había forma de que el corazón de Riku no estuviera bailando de éxtasis.

Además… Con eso, sería posible para ella llevar a cabo la tarea que Leivein le dio de proteger a Charlotte.

—No puedo esperar. Y pensar que sería capaz de ver a Rook de mayor.

Riku ahora estaba pensando en qué tipo de cosas debía decir cuando se encuentren.

Mientras era iluminada por la puesta de Sol, su rostro tenía una sonrisa atroz.

3 respuestas a “Riku – Capítulo 21: Dulce café”

  1. Jajaja cabezas, ya empezamps a sonar como la reina de corazones de Alicia….aunque en este caso…¡cabezas! ¡cabeza de hermano princeso!

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