Riku – Capítulo 8: Reunión durante la Luna Llena

Traducido por Kaori

Editado por Kaori

Corregido por Sharon


Capital Demonio «Taitas».

El mejor de todos los pueblos ocultos, y además el que más Demonios tiene.

Se podría decir que este lugar era considerado como la Capital para los Demonios. Si se pasaba por alto el hecho de que todo el tiempo estaba cubierta por una espesa niebla blanca, se podría decir que es un buen lugar para vivir.

Para el día a día de los Demonios, la niebla no era algo que limitara sus sentidos, ni presentaba un obstáculo.

Incluso si su línea de visión quedara limitada, esta niebla había estado protegiéndolos por los últimos 200 años. Era como un buen vecino en quien siempre habían confiado y una existencia muy importante que los protegía.

Esta noche, sucedió una raro acontecimiento con la niebla.

En el índigo cielo lleno de brillantes estrellas la Luna Llena brillaba de color dorada. Las calles estaban llenas de Demonios disfrazados por el evento de la Luna, mientras que en el interior del castillo del Señor Demonio, ubicado en el centro de la ciudad, no había ningún Demonio emocionado por eso.

Más bien, sin preocuparse por la forma en que brillaba la Luna, nadie la miraba.

La razón de esto era simple.

Una importante reunión que implicaba el destino del Ejército del Señor Demonio estaba a punto de suceder. Dentro del castillo, había un sinnúmero de Demonios famosos.

Demonios de magníficas alas, afiladas garras, orgullosos cuernos, todos miraban a la persona arrodillada en el centro de la habitación. Esa persona era Leivein, vestido con su uniforme.

Todavía no era un adulto, pero él ya resaltaba entre todos, incluso más que su padre, debido a que era conocido por ser el que “Dentro de 10 años ingresará a la élite de los demonios”.

—¡Leivein Adlar! ¿¡Qué estabas pensando cuando reclutaste a una humana para el Ejército del Señor Demonio!?

El que inició el debate era un Demonio muy musculoso y con cuernos.

Mientras se tocaba su bigote, el cual no podía hacerlo ver más guapo que eso, seguía mirando a Leivein, que todavía no estaba en condiciones de decir nada. Aunque le había hecho una pregunta, él permaneció en silencio. Mejor dicho, ni siquiera miró al Demonio que le hizo la pregunta. Seguía con la mirada dirigida hacia el pulido mármol, mientras tenía una de sus rodillas en el suelo.

—No se supone que los jóvenes hagan lo que se le venga a la cabeza. Ve inmediatamente a matar humanos. De lo contrario, se le expulsara del Ejército del Señor Demonio.

—Además, ¿esa humana en cuestión no es de esas odiadas familias espiritistas?

El Demonio apenas había terminado lo que tenía que decir cuando los otros, que tenían los brazos cruzados, comenzaron a hacerle preguntas. Era posible notar como el enojo se reflejaba en sus ojos que ardían de ira, a diferencia de sus caras, que parecían estar tranquilas a simple vista.

Si esto fuera el campo de batalla, la sed de sangre seria tanta que atacarían de inmediato con sus orgullosos colmillos, mordiendo a Leivein a muerte.

El Demonio bigotón parecía feliz por recibir la aceptación de los demás.

Entonces luciendo extremadamente feliz, le dio una palmada en el hombro de otro.

—Oh, Teniente General Zerrik, ¿piensas igual que yo?

—En efecto. Es como dice el Teniente General Gortoberuk. Incluso si algo como un ser humano se une a nuestras tropas, solo serían una molestia —habló Edgar Zerrik provocadoramente.

Los padres, su abuelo y su hijo fueron asesinados sin piedad por los espiritistas. Y en el caso de su hijo, no sólo fue capturado, sino que fue arrastrado hasta llegar a una ciudad. Después, su cabeza fue decapitada, para que más tarde simplemente la tiraran al río.

Por eso no puede evitar odiar a los humanos más de lo que ya era necesario. Todos los reunidos aquí sabían sobre eso.

—¡¡Diga algo, Comandante Adlar!!

—Muy bien, Teniente General Gortoberuk. Entonces, me gustaría preguntarle algo al Teniente General Zerrik.

Sin levantar la vista del suelo, Leivein habló con calma.

Era imposible leer su expresión con sólo un vistazo. Pero, en este lugar, había una persona que lo conocía demasiado bien… Se encontraba detrás de Gortoberuk y Zerrik: el padre de Leivein, quien ahora se sentía avergonzado por las acciones de su hijo.Él sabía que de hecho Leivein estaba empezando a enojarse.

—En la última batalla, ¿quién fue la que tuvo la mayor cantidad de logros?

—Ciertamente, fue la humana.

Zerrik estaba haciendo una expresión que decía que iba a saltar en cualquier momento sobre Leivein.

En la última batalla, el ataque sorpresa del lado de los espiritistas fue algo inesperado.

Según la información que se obtuvo en secreto, se calculó que los espiritistas demorarían unos cuantos días en llegar al pueblo que se especificaba. Y, teniendo en cuenta que la evacuación de emergencia pasaría sin problemas, solo el Batallón de Leivein fue enviado.

Pero en realidad, que planeaban atacar ese pueblo fue falso. Los espiritistas habían planeado eliminar por completo a las fuerzas demoníacas que se dirigían a ese pueblo.

Un espiritista capturado les dijo lo siguiente:

—El objetivo era usar la batalla como un experimento para verificar la eficacia de la capa que oculta el olor humano. Y como la capa demostró su eficacia, se concluyó que su uso para ataques sorpresa era un éxito.

Si la humana recién reclutada… Riku Barusak, no hubiese estado adelante, el escuadrón completo hubiese sido aniquilado y las escuadras que estaban detrás continuarían marchando sin saber nada, yendo directamente hacia la muerte.

El Batallón del Dragón Demonio habría sido aniquilado por completo.

—¿No fue confirmada que dentro de la Familia Bernaal, esa capa había perdido credibilidad?

—Sí, pero..

—Y más que hacerles perder la credibilidad de la capa, ¿su moral no cayó por el suelo?

—¡P-Pero! ¿No has considerado que esa humana desechada por la Familia Barusak podría tener intenciones ocultas?

Junto a él, Gortoberuk asintió. Sin dejar de acariciar su bigote, se mostró de acuerdo con las declaraciones de Zerrik y continuó:

—Ella pudo haber cortado deliberadamente a algunos de sus compañeros espiritistas y lamido tus botas para mostrarse como alguien útil. No solo obtendría los datos de nuestras nuevas armas, también ganaría nuestra confianza. Esto podría ser una estrategia de los espiritistas con la cual ganarían una gran ventaja.

—¿Intenciones ocultas? ¿Lamiendo mis botas?

En ese momento, por primera vez Leivein perdió su compostura lo suficiente como para que la gente pudiera conocer lo que sentía por su expresión.

Seguía mirando al suelo, pero como si se estuviera burlando de sus superiores, quienes eran mayores que él por mucho, la comisura de sus labios comenzó a curvarse hacia arriba formando una sonrisa.

—Tienes un punto, pero déjame decirte una cosa. Ella definitivamente no va a traicionarnos.

—¡Leivein Adlar! ¿¡En que te basas para decir algo así!? Confiar sin nada que apoye tu decisión es simplemente insensato y queda fuera de discusión, ¿o no?

—Si quieres que pruebe mi punto, entonces puedo hacerlo.

Su sonrisa valiente y arrogante se mantuvo sin cambios.

Tal vez, si Leivein fuera un poco más alto y le permitieran levantar su cabeza, seguramente el los estaría mirando en menos a todos ellos.

Gortoberuk se dio cuenta de su sonrisa y se enojó. Como si quisiera acercarse a él, dio un paso adelante.

—¡Entonces, dilo ahora! ¡Es una orden de tu superior!

—¿Qué? Es algo sencillo. Simplemente conseguí el nombre de esa cosa. En el momento que trate de traicionarnos, unir su alma sería algo simple de hacer.

El rostro barbudo de Gortoberuk se torció, como si su respiración se hubiera cortado.

El concepto de tener el “verdadero nombre” de un individuo también era algo ampliamente conocido por los Demonios.

Ya fuera un humano o un Demonio, en el momento que nacían en este mundo, se les daba un “nombre”. Si este se conoce, es posible manipular a la persona. Por supuesto, incluso si es contra su voluntad, se le puede ordenar que se suicide.

—Teniente General, no tiene de que preocuparse. La posibilidad de que tal cosa suceda es de una en mil. Puedo fácilmente hacer que se suicide. Usted sabe que la fuerza de tener el verdadero nombre de alguien es absoluta, ¿verdad?

—G-Gu…

Gortoberuk sabía el terror del poder que representaba tener el “verdadero nombre” demasiado bien.

Incluso si tiene algo que decir en contra, no puede. No importa cuánto piense en una manera de contraatacar, era incapaz de llegar a pensar en algo. Como si estuviera diciendo “Es inútil hombre”, Zerrik le dio un vistazo a Gortoberuk, quien se volvió incapaz de decir algo.

Y entonces, en lugar de Gortoberuk, él habló.

—Entiendo lo que dices, pero se puede decir que existe la posibilidad de que el nombre que tienes sea falso.

—Eso es imposible. Perdió su orgullo como una espiritista y fue reducida a morir de hambre. Era una pequeña niña pudriéndose en un callejón, esperando su muerte, ella ni siquiera era consciente de cómo funcionaba la sociedad. No hay manera de que dijera una mentira —declaró Leivein como si aclarara cualquier duda.

Mientras tuvieran algo para comer, sin importar que fueran humanos o Demonios, es posible seguir viviendo. Incluso sin ello, siempre y cuando se tuviera orgullo y esperanza, cualquiera podría seguir luchando.

Sin embargo, si estas dos se quebraban, entonces podrían ser capaces de cualquier cosa. A menos de que pudieran encontrar la esperanza una vez más, la muerte era el único camino.

Zerrik sabía todo esto. Pero aun así, todavía era posible que la humana mantuviera su orgullo como espiritista. Después de que Leivein señalo esto, él estaba a punto de abrir su boca cuando…

—Comandante Leivein Adlar

Una voz clara y notablemente más joven resonó a través de la audiencia. Todos miraron al mismo tiempo a la dueña de la voz. Leivein también lo hizo y así finalmente levantó la cabeza.

La dueña de la voz era una niña. Ella llevaba una sencilla ropa de color negro y tenía el pelo rubio, de un color similar a las plantas de arroz en otoño, amarrado en dos coletas. Un poco por encima de sus orejas, habían dos magníficos cuernos.

Está niña, que era linda sin importar de dónde la vieras, estaba sentada en el Trono Sagrado con las piernas cruzadas. El Trono estaba en un lugar diferente de las personas estaban discutiendo en la reunión.

El nombre de esa chica era Charlotte. Su apariencia parecía ser la de una niña, pero en realidad, ella era la hermana menor del Señor Demonio, quien fue sellado hace 200 años. Ahora, ella estaba al mando de los Demonios. En otras palabras…

—Sí, Charlotte-sama

Leivein escondió su arrogante rostro y cambio a su cara habitual. Pero esta vez era diferente a la cara indescifrable que tenía desde hace rato. Tenía una expresión muy seria y honesta, que mostraba su lealtad al Ejército del Señor Demonio.

Ante esto, Charlotte sólo le miró en silencio.

—Las palabras que quiero decir… En realidad ya las sabes, ¿verdad?

—… ¿Está relacionado con el sellado del Señor Demonio?

—Si conoces eso, entonces deberías saber lo que tienes que hacer claramente. Da la casualidad que dentro de 10 años nos prepararemos para quitar ese sello. Será un momento muy importante. La descendiente de los Barusak que recogiste, ¿será útil en ese momento?

El ambiente de alta tensión era comparable a tener todo el cuerpo siendo pinchado por agujas. La audiencia estaba poniéndose nerviosa.

Era un ambiente que no sólo afectaba Gortoberuk y a Zerrik, sino que llegaba al punto de hacer que los soldados comunes se pusieran tensos. Se había convertido en una situación en la que no se permitiría ninguna intromisión.

—Entonces, ¿qué es lo que vas a hacer… Leivein Adlar?

—No habrá problemas con respecto a eso.

En ese ambiente que parecía que iba a explotar en cualquier momento, Leivein respondió la pregunta con indiferencia mientras sonreía.

 

—No sólo actúa como un perro mascota, también he sido riguroso disciplinándola. Si aún así todavía muerde, no habría necesidad de preocuparse y tan solo la echaré como un perro a la calle.

La pálida luz de la Luna Llena entraba desde la ventana.

Charlotte asintió ante las palabras que Leivein dijo sin ninguna vacilación.

—Si ese es el caso, entonces voy a dejar que cuide de ese perro. En estos diez años, entrénela bien.

Con eso, se decidió el destino de Riku Barusak.

Seguirían cuidando de ella, y si actuaba mal, la castigarían.

Esta fue la decisión que Charlotte tomó, y nadie tenía permitido contradecirla.

La realidad es que el Señor Demonio no está presente, así que lo que Charlotte diga equivale a la palabra del Señor Demonio mismo.

Gortoberuk, Zerrik y muchos otros Demonios bajaron su cabeza como muestra de respeto.

—¡Como usted ordene!

Eso fue lo que sucedió en esta rara noche en la cual la luz de la Luna pasaba a través de la niebla.

Mirando hacia el futuro, con el objetivo de quitarle el sello al Señor Demonio en 10 años, el Ejército de los Demonios poco a poco comenzó actuar.

Por otro lado, los espiritistas ya estaban al tanto de esto y para ellos solo era algo insignificante.

2 respuestas a “Riku – Capítulo 8: Reunión durante la Luna Llena”

  1. Tch, ya no me gustó la novela apesar de que este terminada (7-7). La niña vale menos que un perro, sus pensamientos no son interesantes es todavía peor que una esclava me da asco como protagonista.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido