Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 114: Una escena en la alta sociedad, parte 2

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


El primero en nuestra lista era el duque Maurice Grindal.

—Buenas noches, duque Grindal. Espero que la fiesta esté siendo de su agrado.

Como Louis ya había saludado al duque Grindal cuando llegó a la capital, se abstuvo de presentarse de nuevo. Al escuchar su saludo, el señor Maurice hizo una sonrisa refrescante.

—Oh, joven Louis. Es una fiesta muy agradable.

—No hay mayor elogio que ese.

—Y, ¿la señorita que está a su lado es…? —preguntó el señor Maurice, dirigiéndome una sonrisa armoniosa.

—Por favor, permítame presentarla. Esta es mi prometida, Mellice Reese Anderson.

—Soy Mellice Reese Anderson. Es un honor poder conocerlo, señor Maurice, y a su esposa, la señora Linette.

—Somos nosotros los que tenemos el honor de conocerle. Como se espera de la hija del famoso general Gazelle, es usted muy hermosa.

—Oh, Dios mío, Maurice, ¿qué cosas dices…? Pero, tengo que darte la razón, es como una muñeca —concordó su esposa.

—Me siento honrada por sus elogios.

Una vez más incliné mi cabeza ante ellos.

—¿Hm? Oh, ya veo… —Por un momento, la señora Linette inclinó la cabeza ante las palabras de su esposo, pero luego asintió como si estuviera convencida también de lo mismo—. Es solo que… además de su apariencia, sus movimientos también son muy hermosos.

Ante sus palabras, un sudor frío se desató por todo mi cuerpo.

El señor Maurice también era famoso en el Principado de Rinmel como un duque militar.

Siendo así, lo que pudo haber percibido de mis movimientos casuales fue… El hecho de que practiqué artes militares.

—Ah, entonces sí te referías a eso, Maurice. En efecto, sus movimientos son muy refinados, señorita… Es bastante inusual que mi esposo hable de la apariencia de otra mujer, pero usted es tan hermosa que puedo entender por qué lo haría.

Las palabras de la señora Linette fueron una bendición. Con eso, pude responder finalmente:

—Muchas gracias. Aunque me apena decirlo, mi postura se debe a las lecciones de la madre de Louis, la señora Aurelia, y no a un tutor de la familia Anderson

—Oh… Entonces, todo fue gracias a la señora Aurelia, ¿no es así?

Aunque no parecía muy convencido con mi respuesta, el señor Maurice decidió dejar a un lado el tema.

Últimamente, he sido muy cuidadosa con seguir las enseñanzas de la señora Aurelia en lugar de moverme como lo hacía cuando entrenaba. Por ello, espero que no haya percibido por completo mi verdadera habilidad.

—Señora Linette, si le parece bien, ¿le gustaría tomarse un momento para hablar conmigo pasado mañana? He oído que el señor Maurice tiene un compromiso con el joven Louis…

—¡Oh, eso suena maravilloso! Mientras los caballeros hablan de asuntos difíciles, las mujeres tendremos una agradable conversación, lejos de los ojos de los hombres. Por favor, venga a visitar mi alojamiento. Haré que le entreguen una invitación más tarde.

—Muchas gracias… Lo espero con ansias.

Mientras estábamos en ello, el señor Maurice y Louis estaban teniendo una conversación por separado. Sin embargo, como estábamos en una fiesta, su conversación no podía alargarse mucho.

Después de eso, nos despedimos del duque Grindal y de su esposa.

Luego, la siguiente persona en nuestra lista era el duque Curtis Sligar.

Por cierto, Louis y yo ya habíamos discutido el orden en que iríamos a saludar a los invitados.

Como el señor Romeru y la señora Aurelia vendrían a hablar con el duque Grindal después de hablar con el duque Sligar, nosotros, por el contrario, debíamos hablar con ellos primero.

—Ah… Si recuerdo correctamente, usted es el hijo del duque Armelia, el joven Louis, ¿no es así?

Cuando nos acercamos, el señor Curtis notó la presencia de Louis y lo llamó.

Al parecer, Louis ya se había presentado ante los archiduques cuando llegaron al reino de Tasmeria, por lo que no hacía falta hacerlo de su parte durante la fiesta.

—Así es. Déjeme presentarle a mi prometida, la señorita Mellice Reese Anderson.

—Es un honor conocerlo, señor.

—¿Anderson…? No me diga, su padre es…

El duque me dirigió una mirada penetrante ante las palabras de Louis.

—Como Su Excelencia ha discernido, mi padre es el general Gazelle.

—¿De verdad? No pensé que ese famoso general tendría una hija tan hermosa. Pido disculpas si mi mirada de antes fue algo descortés.

—No se preocupe, es natural que se sorprenda. Aunque soy hija del general Gazelle, me parezco más a mi madre.

—Muchas gracias por decirlo de esa manera… Ahora que lo pienso, mi hijo no está aquí, pero estuvo bailando con él antes, ¿no es así?

—Sí. Saludé al joven Miles hace un momento mientras bailaba con él.

Parecía que el señor Curtis tenía interés en mí ya que mi padre era Gazelle.

Hace un momento, aquellos que habían dado sus saludos al señor Curtis, encontraron su reacción bastante vaga, así que terminaron la conversación después de decir dos o tres palabras, pero… por alguna razón, él se estaba tomando bastante tiempo con nosotros.

—¿Cómo estuvo su viaje al reino de Tasmeria?

—Fue bastante agradable… Debería experimentarlo por sí misma cuando visite el Principado de Rinmel. Por supuesto, después de que concluyan por completo las negociaciones del tratado. En ese momento, por favor, venga a visitar mi territorio.

—Oh, Dios, muchas gracias por su invitación.

Por un momento, me desconcertó su inesperada invitación, pero rápidamente sonreí.

Y luego, después de tener una conversación agradable con el duque Sligar, nos despedimos para ir a saludar, con el orden preestablecido, al duque Ferring, al duque Baskar, y al duque Crow.

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