¡Ay! ¿El Sumo Sacerdote, está enfadado porque no he venido a visitarlo? Para ser sincera, había olvidado su petición.
—Lo siento —Incliné la cabeza, arrepentida.
No hubo respuesta. En su lugar, oí algo que crujía. Levanté la cabeza y vi que su mano blanca como la nieve, se extendía frente a mí. En su palma, había algo parecido a un chocolate negro redondo envuelto en papel a medio abrir. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 4 (3): Secuestro y acuerdo de confinamiento”
Sieg me esperaba en el salón, luego de bañarme y cambiarme de ropa. Al verlo, recordé algo.
—¿A dónde has enviado a Roanne?
No puede ser que se deshiciera de ella con tanta tranquilidad, ¿verdad? Él respondió con una expresión que parecía decir: “de todas las cosas, tienes curiosidad por algo bastante inútil”. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 4 (2): Secuestro y acuerdo de confinamiento”
Tan pronto como volví a casa, trepé por el muro del edificio separado. El capitán Jullius ya debía estar en casa, y tal vez fuera por el estrés acumulado durante el banquete, pero lo echaba mucho de menos.
Si miro su cara y le froto un poco la cabeza, creo que sin duda me sentiré mejor, pensé y mi corazón se aceleró. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 4 (1): Secuestro y acuerdo de confinamiento”
—La señorita Silla debió haber notado que la personalidad de mi hermano mayor no es tan buena.
—Ah, sí…
—Pero es comprensible, porque fue traicionado. Sería raro que no fuera así dadas las circunstancias en las que fue abandonado de la noche a la mañana y le dijeron que debía renunciar a su derecho de sucesión y hacerse sacerdote, aunque, como hijo mayor del duque, no le falta de nada. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 3 (3): El hermano y la hermana agobiantes”
—Sé quién es tu prometido —declaró Roanne—. ¿No es sospechoso que te acompañe un joven y apuesto mayordomo, al que te empeñas en defender? Más teniendo en cuenta la reputación de tu prometido.
Esa zorra…, ¿qué trataba de decir con: «la reputación de mi prometido»? ¡Él es mucho más fuerte y guapo que el astuto príncipe! Bueno, Sieg es más guapo, pero menos que mi yo del pasado.
—Es ridículo insistir en este tipo de especulaciones indecentes. —La miré con recelo—. Juro por mi vida que amo a mi prometido. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 3 (2): El hermano y la hermana agobiantes”
El tiempo pasó rápido, incluso en medio de una rutina diaria.
Por las mañanas le daba al capitán Jullius un beso matutino y esperaba en la cama hasta que se levantaba. Lo acompañaba al cuartel del Escuadrón de Tareas Especiales y desayunaba allí antes de volver a casa. Después de eso, era acosada por Sieg hasta el almuerzo, y luego la Santa me atormentaba hasta que se ponía el sol. Cuando el capitán volvía a casa, cenábamos juntos y yo tenía un poco de tiempo libre antes de irme a la cama.
El banquete de la señorita Kidea se acercaba y yo no quería ir. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 3 (1): El hermano y la hermana agobiantes”
Reprimí las ganas que tenía de huir, Si él quería besarme, no había nada de malo en eso. Nerviosa, esperé en silencio, incluso escuché cuando tragué en seco.
Cerré los ojos. Cuando lo sentí frente a mí, una sensación de picor me invadió. Era como tirar la espada y quedarme indefensa justo antes de empezar un duelo. Si prolongaba esto más tiempo,saldría corriendo. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 2 (3): Beso de buenos días por la mañana”
Ladeé la cabeza, confundida. Debido a mi comportamiento, me había preparado para una gran reprimenda por parte del Primer Ministro, sin embargo, él detuvo su monólogo. Estaba siendo indulgente, pues acostumbraba atacar con su lengua afilada.
¿Qué había hecho el ayudante Sieg para apaciguarlo?
El Primer Ministro carraspeó un poco y cambió el tema: Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 2 (2): Beso de buenos días por la mañana”
Me dirigí al cuartel general junto con Sofía, la dejé en la cocina y sin perder el tiempo, busqué al capitán Jullius; sin embargo, él ya había partido hacia la Corte Imperial. Se marchó más temprano que de costumbre, entonces, regresaría temprano. Tomé algunos bocadillos recién hechos de la cocina para comerlos y pasar el tiempo. Sofía se jactó de su buena habilidad al prepararlos.
—¿No debería estar aquí ya? —le pregunté a Sofía y agregué—: Pon esas tartas de huevo en la cesta. Junto con el pastel de maní.
Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 2 (1): Beso de buenos días por la mañana”
—Ro… —murmuró el capitán.
Cuando separó los labios para hablar, profundicé el beso e introduje mi lengua. Él no sabía qué hacer, así que se quedó inmóvil. Mi lengua rozó un poco la suya, sorprendido, intentó rehuir el contacto. Pero fue inútil, ¿a dónde podía ir? Disfruté persiguiendo su lengua, que movía con torpeza, para evitar que nuestras lenguas se entrelazaran. Lamí su paladar…, lo hice como si lo arañara. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 1 (3): Leyendo novelas románticas como referencias”
—¿Ser cariñosa y amigable con la otra persona?
—Desde el principio, Roel es amigable. Sobre ser cariñosa…
El capitán no se atrevió a continuar esa oración. Bueno, incluso yo misma pensaba que estaba lejos de ser así y, siendo honesta, no tenía muchos recuerdos de serlo. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 1 (2): Leyendo novelas románticas como referencias”
—De verdad, no quiero alejarme así de ti…
Agarré con fuerza ambas manos del capitán Jullius. Había subestimado la eficiencia del ayudante Sieg, que puso en marcha el plan de inmediato.
—Así es como debe ser —le expliqué, un poco apenada—. Aunque sigo en deuda contigo por tu amable hospitalidad. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 1 (1): Leyendo novelas románticas como referencias”
Traducido por Yusuke
Editado por Meli
Clauen se negó a entrar a la iglesia, así que solo el capitán Jullius y yo volvimos a entrar. A diferencia de antes, nadie salió a recogernos debido a que vinimos sin previo aviso.
—¿Dónde puedo encontrar al Sumo Sacerdote? —le pregunté a un clérigo al azar.
—No pueden reunirse con él sin una cita. —respondió temeroso mientras desviaba sus ojos del capitán Jullius. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 2 – Capítulo 6: El peligro del pasado”
Traducido por Lugiia
Editado por Meli
A pesar de que el capitán Jullius había regresado primero, el carruaje seguía aparcado allí. Era probable que lo dejara para que lo usara yo, pero el lugar estaba muy retirado para ir a pie ¿había pedido prestado un caballo a la iglesia? Bueno, yo no podía descartar el carruaje, así que me subí a él.
—¿Cómo le va a Snowy?
—No está aquí —respondió el ayudante Sieg, sentado frente a mí.
Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 2 – Capítulo 5 (3): Identidad revelada”
Traducido por Bee y Shaey
Editado por Meli
El sumo sacerdote movió ligeramente la punta de su dedo para cerrar la puerta abierta y luego continuó hablando:
—El propósito exacto aún se desconoce, pero se cree que la maldición infligida al príncipe heredero es una trampa diseñada para causar una ruptura entre la Santa Iglesia y la Familia Imperial.
—¿Qué? —pregunté porque no entendí sus palabras—. ¿Podría ser que la maldición fuera falsa?
Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 2 – Capítulo 5 (2): Identidad revelada”