Traducido por Shiro
Editado por Ayanami
El emperador lo miró fijamente. No lo había visto por dos meses completos, y su complexión, comparada a cómo se veía cuando estaba herido, se encontraba mucho mejor, hasta el punto en que se veía rollizo y rubicundo, ahora, lucía más suave. Su piel emitía un fino y leve color brillante, sus labios habían recuperado su color de flor primaveral, delicado, fresco y hermoso.
El emperador entonces se dio cuenta, inconscientemente, lo había extrañado.
— ¿La herida todavía te duele? —Su tono, sin que él se diera cuenta, se había vuelto suave y gentil, a diferencia del tono inaccesible previo.
—Gracias por la preocupación de Su Majestad, ya no duele.
El emperador, de pronto, sintió el impulso de ver la herida del otro, quería confirmar si ésta, realmente, había sanado o no. Aunque su estatus como emperador, por supuesto, no le permitía hacer tal cosa. También, el sentir este impulso lo sorprendió y ocasionó que su corazón latiera con más fuerza durante un tiempo. No entendía por qué estaba tan preocupado por el bienestar de esta persona. ¿Era porque hace dos meses casi dio su vida por él?
Él, es un emperador. Incluso si siguiera gobernando el mundo con virtud, ¿sentiría un vacío si esta persona hubiera muerto voluntariamente por él? Nunca antes había sentido esta extraña preocupación por alguien. Debido a esto, no pudo evitar sentirse un poco molesto, irritado hacia este sentimiento indescriptible que no debería existir.
Li Cong Qing estaba siendo observado de forma tan intensa por el emperador que comenzó a sentir cómo el cuero cabelludo se le entumecía. Él, quien siempre permanecía tranquilo y cómodo en cualquier circunstancia, frente al emperador se sentía incómodo, llegando incluso a sentirse avergonzado, especialmente, cuando éste lo observaba atentamente en silencio, como si quisiera encontrar algo en su cuerpo. Esta situación hacía que quisiera decirle «¿podrías dejar de mirarme? No soy en absoluto guapo».
El emperador notó su incomodidad y, solemnemente, le preguntó:
—Has pasado tu edad adulta, ¿por qué no te has casado aún?
¿Eh?
Que Su Majestad se preocupara por este complicado asunto le sorprendió.
—Respondiendo a Su Majestad. Este humilde súbdito no ha encontrado una compañera apropiada todavía.
En realidad, hay personas que se habían ofrecido a ser su casamentero o que tenían la intención de casar a sus hijas con él. Estos casos no eran pocos, después de todo, es un joven oficial que había pasado el examen imperial, lo cual, lo hacía el candidato perfecto debido al futuro esperanzador al que era propenso. Pero, todas y cada una de estas ofertas fue rechazada por él. Es más, el concepto de la familia Li hacia el romance, matrimonio y cosas del género, era bastante indulgente. Bien quisiera casarse o permanecer soltero, mientras fuera feliz era suficiente, no lo forzarían. Su vida le pertenecía y podía elegir cómo deseaba vivirla.
— ¿Qué tal si me convierto en tu casamentero?
¿Eh? ¿¿Eh??
Li Cong Qing estaba boquiabierto, en un momento había quedado estupefacto.
Grande y poderoso Su Majestad el emperador, ¿puedo pedirle que no use esa expresión seria y solemne, así como el tono grave para hablar de cosas igual que esas mujeres de intenciones dudosas? No encaja con su brillante, divina e impresionante figura en absoluto.
—Le agradezco a Su Majestad su preocupación, pero este humilde súbdito no posee aún intenciones de casarse.
— ¿Por qué? —Preguntó directamente la verdadera razón[1].
Es simplemente porque no quiero, no existe un motivo.
—Respondiendo a Su Majestad, su humilde súbdito sólo desea éxito rotundo, sólo entonces, seré capaz de establecer una familia. —Suponiendo que fuera este el caso, entonces, muy probablemente no sería capaz de establecer una familia en esta vida.
El emperador aún lo observó por un rato antes de decir:
—Puedes retirarte.
—Este humilde súbdito solicita ser excusado.
Uff…
Li Cong Qing, secretamente, dejó escapar un suspiro de alivio. ¿Quién se imaginaría que al emperador también le gustaba jugar a ser casamentero? Incluso se preocupa con los asuntos matrimoniales de sus súbditos. Verdaderamente, demostraba ser el buen emperador que todas las voces alababan[2], el cual, ama a su gente como a sus propios hijos. ¿No es así?
Después de lo sucedido, nuestro compañero Li Cong Qing fue a ocupar su cargo con presteza[3], dirigiéndose alegre y jovialmente hacia la puerta del Ministerio de Ritos. Entrando en una habitación que no era demasiado grande ni tampoco demasiado pequeña, modesta y limpia, la cual, de ahora en adelante, sería su oficina, y en la que realizaría su trabajo ideal, dando inicio a la buena vida que tendrá por delante.
Exceptuando el hecho de tener que entrar puntualmente a la Gran Sala de Audiencias, ya que también tendría que comenzar a unirse a la corte de la mañana todos los días, todo era perfecto.
Aunque antes también tenía que asistir a la corte de la mañana, los oficiales de cuarto rango y por debajo, asisten desde el lado externo de la Gran Sala de Audiencias, en la plaza pública para ser exactos. Se le rendía cortesía al emperador, quien se encuentra en el interior, por lo que no podía ser visto desde el exterior, avanzaban y reportaban cuando era necesario hacerlo con respecto a un asunto, retrocedían y se retiraban si no había nada que reportar. Después, podía regresar a su oficina y retomar su siesta por un corto período de tiempo, no tenía que aguantar el cansancio de no haber dormido lo suficiente y tener que permanecer de pie en la Gran Sala de Audiencias sin poder irse.
Entrar a la Gran Sala de Audiencia y participar en la discusión de los asuntos oficiales podría decirse que era equivalente a alcanzar los cielos. Otras personas lo admirarían y envidiarían, pero, para él, era más bien algo difícil y poco rentable.
De haberlo sabido, hubiera pedido ser un mero oficial de rango intermedio, incluso hubiese estado bien si hubiera sido degradado a un oficial de bajo rango.
Suspiró para sus adentros, mientras pensaba en esto.
Está bien promoverlo, pero, ¡¿por qué tenía que ser un ministro asistente de tercer rango?!
Aun así, tenía sus beneficios. El Ministerio de Ritos, en comparación al Ministerio de Hacienda es, en realidad, mucho más relajado. Aunque también lidia con muchos asuntos generales, él, ahora, es un ministro asistente. Sólo un rango por debajo del ministro, por lo que tenía la potestad de asignar a las personas indicadas para que se encarguen de las cosas en su lugar, ordenar los archivos, transcribir y copiar, todas esas tareas pequeñas misceláneas, ya no tenía que hacerlas él mismo. Sólo tenía que asignar a los oficiales de bajo rango para completar las tareas de la lista, luego, debía hacer un seguimiento de cerca, una vez más, para corroborar que no hubiese errores y, una vez que estaba todo presentable, debía consignarlo a su superior, el ministro.
La posición de ministro asistente en el Ministerio de Ritos era públicamente conocida como el cargo más ocioso, lo cual, la hacía una posición evitada por la mayoría, ya que no había posibilidad de ascenso. Sin embargo, Li Cong Qing la ocupó de manera feliz y tranquila.
Los colegas en el Ministerio de Ritos, también se la llevaban mejor que los del Ministerio de Hacienda. Para los oficiales de rango intermedio en el Ministerio de Ritos, Li Cong Qing era una persona milagrosa. Si cometían un error, los corregiría y guiaría con un buen tono de voz y un temperamento apacible, nunca los reprendería severamente; lucía como una persona que carecía de disciplina, distraído, y aun así, era capaz de realizar trabajos minuciosos y detallados, evitando que se cometieran muchos errores.
Aunque lo más extraño era que, sin importar cuándo ni dónde, sería capaz de quedarse dormido. Si tenían un problema y lo despertaban, observaría los documentos con los ojos tan entrecerrados, al punto en que parecían líneas, y pronto caería de cabeza directamente sobre éstos. Pero, después de revisar todos los documentos, podría señalar todos los errores igual de bien a como lo haría si estuviese completamente despierto. Incluso podía instruirlos acerca de cómo revisar y corregir el problema. Luego, volvería a caer de cabeza para continuar con su siesta. El ministro Zhang, aparentemente, era indulgente con él. Quería dormir, déjenlo dormir. Mientras cumpliera con su responsabilidad y terminará a tiempo, no había problema. Los asuntos internos, habían mejorado desde su llegada.
El señor Li, en realidad, es muy inteligente, sólo que le encanta dormir, y su cuerpo es un poco débil, así como sus huesos un poco suaves, era muy poco usual verlo de pie erguido o sentarse con vitalidad. Exceptuando esto, no había nada malo respecto a su persona. Esta fue la conclusión a la que llegaron los oficiales del Ministerio de Ritos después de observarlo.
Pero, Li Cong Qing se veía a sí mismo como alguien que deseaba méritos, sólo no quería cometer errores.
Ser ministro asistente en el Ministerio de Ritos realmente se adapta a sus gustos. No deseaba, en lo más mínimo, se transferido a otro ministerio ni ser promovido.
Por otro lado, el emperador notó que usualmente se quedaba dormido durante la corte de las mañanas. A veces, cerraba los ojos desde el inicio hasta el final, como si estuviera concentrado escuchando, a veces, asentía con la cabeza. Con esto, la gente creía que estaba de acuerdo con sus ideologías políticas. Sin embargo, el emperador podía ver claramente que obviamente estaba dormido. Incluso quedándose de pie, en la esquina de la última fila, una esquina que, la mayoría del tiempo, pasa desapercibida, pero, para el emperador, no era así. Aunque, nunca lo reprendió en público, sólo actuó como si no lo viera.
Eventualmente, otras personas también se dieron cuenta. De allí en adelante Li Cong Qing ganó un título: El Ministro Asistente Soñoliento.
El ministro Xu comenzó a despreciarlo aún más. Con frecuencia, buscaba encontrarle fallas, para así aprovechar la oportunidad de echarlo de la Gran Sala de Audiencias. No podía soportar que una persona con una actitud negligente participara en tan sagrado lugar. Pero, contrariamente a lo que esperaba, excepto por quedarse dormido, no pudo encontrar otra falla. Sumado a esto, el hecho de que el emperador hiciera la vista gorda a este respecto, hizo que Li Cong Qing siguiera ocupando tranquilamente, su lugar, de manera constante por el resto de su vida.
Después, el emperador, accidentalmente, se enteró de que Li Cong Qing no sólo se quedaba dormido durante la corte de las mañanas, sino que también, por lo general, era una persona perezosa y floja que nunca parecía dormir lo suficiente.
Cierta tarde, por casualidad, pasó por el Ministerio de Ritos, vio a la persona inclinada sobre la mesa, Li Cong Qing, quien tomaba una siesta en la tarde. Estaba tan profundamente dormido que no se dio cuenta de que se le escapaba saliva.
A esta persona, realmente, le encanta dormir, siendo de naturaleza letárgica, no es extraño que solicitara ser transferido al Ministerio de Ritos, pensó para sus adentros.
El emperador pasó a la oficina de asuntos generales del Ministerio de Ritos. Todos los funcionarios dejaron lo que estaban haciendo y se arrodillaron para postrarse. Una persona, en un gran apuro, estaba por sacudir a Li Cong Qing para despertarlo, pero, el recién llegado, hizo un gesto para que guardara silencio, lo cual, significaba que no hiciera un ruido que pudiera despertarlo.
—Todos pueden retirarse. —Wei Xiao Miao le dijo a los oficiales en voz baja, para luego salir junto con ellos, dejando al emperador junto con el ministro asistente del Ministerio de Ritos, el cual, no era consciente de la situación, en la oficina administrativa.
Entonces, el emperador se sentó a su lado. Observando en silencio su inocente rostro infantil, mientras dormía. Percibía, en su interior, un sentimiento que nunca había sentido, con el sólo mirar a esta persona, su corazón se contagia de su tranquilidad. Parece como si todo el peso que lleva sobre sus hombros pudiera ser puesto a un lado temporalmente.
Quizás, esto se debía a que nunca antes, alguien había lucido tan relajado en su presencia. Incluso su hijo de dos años parecía ser extremadamente cauteloso cuando está con él. Sólo Li Cong Qing, siendo aún respetuoso, revelaba el mejor lado de su naturaleza cómoda y ociosa.
Sonriendo levemente, alzó su manga para limpiar la gota de saliva en la comisura de su boca. Como el aleteo de una mariposa, sus dedos acariciaron en el proceso los labios ligeramente separados.
De pronto, mariposas revoloteaban sus alas en la boca del estómago del emperador, de manera gentil, suave, y delicadamente, palpitando de nerviosismo.
Al inicio del verano, la refrescante brisa, ocasionalmente, entraría por la ventana, gentilmente, batiendo las campanillas de viento de cristal de diferentes colores que se encuentran colgadas por debajo de los aleros, emitiendo así, tañidos tintineantes, claros y melodiosos. El dulce sonido, agradable al oído, se filtra en el corazón.
El emperador no lo despertó. Tampoco tocó su mano ni su pie, simplemente, permaneció sentado a su lado, observándolo en silencio. Desde su llegada hasta su partida, Li Cong Qing permaneció dormido.
Aunque, después que el emperador se fue, éste, lentamente, abrió sus ojos, se sentó con parsimonia y llevó su mano a sus labios, permaneciendo sentado, como en trance. No fue hasta que todos los demás funcionarios regresaron que se levantó y estiró, tras lo que se golpeó los hombros, retorció y amasó su cintura.
¡Hu! ¡Ha!
La siesta de esta tarde, hizo que sus brazos y piernas se tornaran tiesos y rígidos, su cintura cosquilleaba y su espalda dolía.
[1] La expresión original es romper la roca junto con la arena, pero no sonaba bien ni tenía sentido, por lo que, coloqué el significado en su lugar. ^^o
[2] Todas las voces alaban: expresión que significa que tiene una extensa reputación pública.
[3] El texto en inglés dice algo así como «montar y buscar una cita oficial», cosa que no entiendo en lo absoluto. XD