El emperador y la mujer caballero – Capítulo 90

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


Lucius I miró a su alrededor, tratando de averiguar qué sucedía. De repente, vio que una puerta cercana estaba entreabierta. Parecía una pared decorativa, pero debió ser una puerta secreta que conectaba las diferentes casas de baños. Parecía que Pollyanna entró por esa puerta.

—No tenía idea de que había puertas secretas en este castillo.

Era una suerte que no fuera un asesino, pero aun así no respondía a la pregunta de por qué Pollyanna estaba tirada en el suelo así.

¿Se cayó porque el suelo estaba resbaladizo?

Lucius I miró cuidadosamente por encima de la cabeza de Pollyanna y vio que no estaba herida. Comprobó su pulso, latidos del corazón y respiración.

Tenía pulso y latidos fuertes. Su respiración estaba bien, pero olía levemente a alcohol. Al principio, pensó que el olor era de él, pero se dio cuenta de que olía un poco diferente. Era un vino diferente.

Después de una breve vacilación, sacudió su cuerpo ligeramente. Nunca se enteraría sin que ella le explicara lo sucedido.

—¡Pol! ¡Sir Pol! ¿Qué pasó? ¿Estás enferma?

—Umm… Ugh…

Le tomó un tiempo, pero Pollyanna finalmente abrió los ojos. Miró a su alrededor, tratando de averiguar qué estaba pasando.

Entonces, de repente, empujó al emperador y se arrastró hacia la esquina cercana. Y ahí… empezó a vomitar.

Lucius I pensó en llamar a un sirviente al principio, pero se detuvo. Pollyanna todavía estaba desnuda. Incluso con la capa a su alrededor, la forma de su cuerpo era visible debido a la humedad.

No podía permitir que otro hombre la viera así.

—¡Blarggh!

Pollyanna vomitó violentamente y el fuerte y espantoso sonido resonó por toda la casa de baños. Lucius I miró hacia otro lado y le dio unas palmaditas en la espalda para consolarla. Sonaba como si estuviera vomitando sus entrañas.

En algún momento, miró hacia arriba. Lucius I preguntó entonces:

—¿Estás bien? ¿Estas despierta ahora?

—Sí, su alteza.

—Está bien, dime qué pasó.

Finalmente sintiéndose mejor, Pollyanna explicó lo sucedido. Después de salir de la habitación del emperador, fue a darse un baño tal como sugirió Lucius I. Recordó haber oído cómo el vino sabía aún mejor cuando se tomaba durante un baño. Sabía que podía ser peligroso, pero estaba segura de que podría manejarlo.

Como le regaló su botella a Sir Ainno, tuvo que ir a buscar otra. Afortunadamente, pudo encontrar una nueva botella de licor.

Pronto se dio cuenta de que el mito era cierto. Beber en un baño caliente la emborrachaba incluso más rápido de lo habitual. Cuando comenzó a sentirse mareada, salió de la bañera y abrió la puerta más cercana que pudo encontrar. Cuando entró, se encontró en otra casa de baños y se sintió confundida. Borracha y desconcertada, siguió caminando de un lado a otro entre las dos casas de baños diferentes hasta que perdió el conocimiento.

Lucius I revisó la puerta secreta y vio que de hecho, el otro lado miraba, mientras que en este lado, parecía que era parte de una pared. Pollyanna se arrodilló y gritó:

—Su alteza, me disculpo por mi comportamiento. ¡Lo siento! ¡Merezco ser castigada!

La capa que colocó sobre su cuerpo desnudo cayó al suelo, pero a ella no le importó. Mientras tanto, Lucius I no sabía dónde mirar, así que miró hacia el techo con torpeza.

Supongo que le dio vergüenza vomitar, pero no mostrar su cuerpo desnudo.

Pollyanna no lo veía como un hombre. El emperador se preguntó si siquiera se dio cuenta de que en realidad era una mujer.

—¡Por favor, máteme, alteza!

—Está bien, Sir Pol. Como dije antes, me encantaría cuidarte cuando te emborraches.

Pollyanna se mordió los labios con mortificación:

¡Maldita sea!

¿Por qué tenía que emborracharse así? ¿Por qué tenía que ser tan estúpida? Quería ahogarse en la bañera y morir solo para escapar de este momento. Era incluso peor porque Lucius I era muy amable. Le estaba dando palmaditas en la espalda mientras ella vomitaba hace un minuto.

Este era el peor momento de su vida.

—Pero Sir Pol, debes recordar que beber en un baño caliente es muy peligroso. Podrías morir.

¡Maldita sea!

La cara de Pollyanna casi tocaba el suelo mientras Lucius I todavía miraba hacia arriba incómodo. Pronto, el cuerpo de Pollyanna comenzó a palidecer por el frío. Su cuerpo comenzó a temblar y cuando el emperador escuchó sus dientes castañetear, la obligó a meterse en la bañera. Pollyanna insistió en limpiar su vómito, pero se dio cuenta de que todavía se sentía muy mareada y débil. Sabía que podría volver a colapsar, así que le dijo al emperador:

—Me iré ahora mismo, alteza, y buscaré un sirviente.

—Está bien. Métete en la bañera y caliéntate. ¿Dejaste tu ropa en la otra casa de baños?  —preguntó Lucius I mientras vertía un poco de agua sobre su vómito para limpiarlo. El agua sucia fluyó hacia el desagüe cercano. Pollyanna , ahora en la bañera, enrojeció con tristeza.

—Su alteza… No debería tener que limpiar así…

—Te dije que me ocuparía de ti Sir Pol. Además, no deberías moverte en este momento, o podrías caerte y golpearte la cabeza.

A Lucius I no le importó. Tenía un estómago fuerte porque era soldado y cazador. Había destripado muchos cadáveres de animales en su vida hasta el punto de que algo menor como un vómito no le molestaría. También había visto un campo de cadáveres durante muchas batallas en el pasado.

Lucius I fue a la otra casa de baños y agarró la ropa cuidadosamente doblada de Pollyanna. También tomó una toalla limpia y seca para ella. Mientras caminaba hacia ella, el emperador de repente se dio cuenta de algo increíble.

Vino aquí para darse un baño. Miró hacia abajo y recordó que estaba completamente desnudo. Ni siquiera estaba usando una toalla para cubrir su parte privada. Lucius I se apoyó contra una pared para apoyarse. Se sentía un poco mareado cuando se dio cuenta de algo.

Había estado desnudo todo este tiempo, pero Pollyanna… ella ni siquiera parecía darse cuenta.

¿Debería estar enfadado con ella? ¿O debería estar devastado?

En su cabeza, entendió que Pollyanna era diferente a una mujer normal. Había visto muchos hombres desnudos en su vida, así que estaba acostumbrada.

Todavía…

Lucius I se miró a sí mismo en el espejo. Tenía un rostro hermoso, un cuerpo asombroso y una virilidad excelente. Estaba siendo objetivo. También había visto a muchos hombres desnudos, especialmente porque las saunas y los baños eran habituales en Acreia. Tenía muchas oportunidades de comparar su cuerpo con el de los demás y sabía que tenía más que suficiente.

¡¿Entonces por qué?!

Sintiéndose avergonzado, Lucius I encontró una toalla para cubrirse. Ambos estaban desnudos, pero parecía que solo el emperador estaba avergonzado por eso. Sabía que debía ser porque ahora la veía de manera diferente.

Mientras tanto, Pollyanna todavía estaba en la tina luciendo incómoda. No era una sensación de vergüenza por estar desnuda; era por el hecho de que ella vomitó frente al emperador y él terminó limpiando después de ella.

De repente, Lucius I se dio cuenta de que esta podría ser una gran oportunidad para confesarse con ella.

¿Podría ser este el momento perfecto?


Maru
¡No! ¿Cómo se te puede ocurrir que es el momento ideal? Serás todo lo guapo que quieres y buen estratega, pero apestas en ver oportunidades amorosas.

Tanuki
A veces siento que estoy leyendo anécdotas de peda jajaja

2 respuestas a “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 90”

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