Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 1: El comienzo de un compromiso cancelado


Yo, Carol Ambrosio, era la prometida de Reyford el Fureakisuta, el príncipe de este país, pero la verdad es que, aunque estuviéramos comprometidos, no estábamos enamorados, de hecho, el único propósito de este matrimonio la unión dos de las familias más importantes del reino, pues yo soy la hija del Duque y Reyford formaba parte de la realeza. En resumen, no era más que un matrimonio por conveniencia.

Era consciente de que solo se trataba de un matrimonio arreglado , y de que me convertiría en la próxima reina, así que hacía mi mejor esfuerzo para estar a la altura del príncipe y ser digna de él. Es por eso que intentaba sacar las mejores calificaciones y estar entre los mejores estudiantes, es más, en muchas ocasiones renuncié a mis vacaciones para tomar lecciones sobre modales y decoro, sin olvidar las clases de baile para no avergonzarme por mi torpeza en las fiestas. Di mi máximo esfuerzo para intentar acercarme a lo que se espera de una reina. Si caía, me daba ánimos e intentaba aprender de mis errores, mas esos días han acabado, o eso es lo que me han dicho hoy.

— Carol, a partir de hoy nuestro compromiso queda anulado. ¡Nunca vuelvas a mostrarte frente a mí! — declaró Reyford mientras abrazaba a otra mujer.

Aún así, solo estábamos comprometidos y nunca llegamos a intercambiar los votos matrimoniales, por eso cumplí mi deber como noble al “proteger la pureza hasta la noche de bodas” y, ante esto, no me acerque a él en la Academia; también influía el hecho de priorizar mis estudios y aprender la etiqueta, como consecuencia en la escuela eran escasos los momentos en los que me había encontrado con su Alteza Reyford y en esos instantes nos limitabamos a un breve intercambio de palabras. Por lo tanto, la mujer que se encontraba entre sus brazos, era una completa desconocida para mí.

— Su Alteza, yo… — No puede decir nada más por la imponente voz de Reyford.

— ¡No escucharé las excusas de una mujer loca y corrompida por la envidia! ¡Eres despreciable!

— No entiendo… muy bien el significado de tus palabras.

¡Eso, y, por favor, considera nuestro entorno!

No sólo se trataba del palacio real, sino que además estábamos en una fiesta nocturna. Es bastante obvio que, al ser la hija del Duque, recibí una invitación por escrito, por lo que decidí asistir junto acon mi padre. A y antes del incidente estaba intercambiando algunas palabras con mis conocidos; nunca pensé que mi compromiso se rompería de una forma tan repentina y llamativa.

— ¡Silencio! ¡Conozco las injurias que le has hecho a Mary! Como si pudiera permitir que mi prometida sea una persona con el corazón tan sucio.

— ¿Qué… he hecho?

— ¡Tú! Tratando de escabullirte cuando ya llegaste a esos extremos… — Tras decir esas palabras, su Alteza Reyford chasqueó la lengua en un acto inconsciente de calmar su ira.

No comprendía la razón por la que se enojó tanto y, por más que pensara al respecto, no lograba recordar nada que lo pudiera enfadar. Esa fue la primera vez que escuchaba hablar de esta tal Mary. Aunque, a juzgar por la actitud de su Alteza, supuse que podría tratarse de la chica que se encontraba entre sus brazos; aun así, no recuerdo haberla visto antes.

A diferencia de mí, ella era una chica de un aspecto lindo, con sus ojos brillantes y sus pequeños labios rosados.

Vagamente sentí un encanto por su mirada caída, y ella era considerablemente más pequeña.

Cabe mencionar nuevamente el hecho de que realmente no recuerdo haberla visto antes.

— Mientras Mary estaba más cerca de mí, ¡Tú fuiste conducida a la locura por los celos! ¡He oído que ha realizado muchos actos atroces! ¿¡Especialmente hoy, antes de la fiesta por la noche trató de empujar a Mary por las escaleras!? ¡Si yo no fuera todavía un príncipe, tu cabeza se habría ido!

— ¿Qué?

— Escucha bien, ¡A partir de hoy nuestro compromiso se cancela! ¡Nunca vuelvas a mostrarte delante de Mary ni de mí!

Nuestra conversación no se ajusta. En tal reunión social y tener mi compromiso siendo cancelado por un lado, ojalá él considerara mi posición.

Ante esto solo podía pensar en una cosa… ¿Qué demonios puedo decir para aclarar el malentendido de esta persona?

Aún así, justo en ese instante mientras él sostenía a la mujer, ambos salieron del lugar alejándose por medio de la multitud.

— Carol… — Una voz masculina logró sacarme de mis pensamientos, dicho individuo se encontraba observando fijamente la espalda de su Alteza, y aquel hombre correspondía a mi Padre, Giliam Ambrosio.

— Discúlpeme, querido Padre. Fue un shock, me perdí por un momento.

Como el anfitrión de la fiesta de esta noche fue Su Majestad el Rey, le pedí a mi Padre que fuera mi compañero. Normalmente le pediría a mi prometido su Alteza Reyford que fuera mi compañero, pero como todo el mundo vio que mi compromiso fue cancelado, sospecho que ya no sería mi compañero nunca más.

A pesar de que fue un malentendido, su Alteza Reyford incluso echó a un lado nuestra relación como prometidos y anuló el compromiso. Por lo tanto, no era extraño que los nobles que vieron lo sucedido dijeran que yo era una mujer problemática. Hacia el sombrío futuro, un dolor de cabeza comenzó a formarse.

— ¿Qué fue eso ahora, Carol?

— Yo tampoco lo entiendo.

— Esa chica Mary, creo que es la hija de un barón, Mary Hopkins…Diciendo que tú acosaste a esa chica, ¿Qué significa eso?

— No tengo ningún recuerdo de hacerlo.

— ¿Qué hay de hoy, dónde intentaste empujarla por las escaleras?

— ¿Cómo podría empujar a una persona abajo cuando no he estado cerca de ellos? — Suspirando, le dije cansadamente a mi Padre.

No había prueba existente de que yo había acosado a Mary, y aún más hoy.

Mi padre y yo recurrimos todo el camino al palacio real en un carruaje, y luego, asistí toda la fiesta en la noche mientras sostenía el brazo de mi Padre. Por lo tanto no me encontraba en dicha condición, el hecho de empujar a otras personas por las escaleras no era algo que yo podría haber hecho, sin lugar a dudas la persona que había cometido el acto de empujarla no era yo.

— Entonces, este es el malentendido de Su Alteza.

— Eso haría que así sea.

— No diría esto en voz alta, pero… ¿ Su Alteza realmente es una persona que haga este tipo de comentarios desconsiderados? — Suspirando, mi padre sostenía su cabeza y en lo más profundo de su mirada, una ira fría ardía con fuerza.

— Sin una sola prueba, denuncia a su prometida y él obliga una cancelación de compromiso, mientras se mantiene la impresión equivocada y abraza a otra mujer. Por otra parte, en un lugar para que todo el mundo vea… Carol, es una lástima, pero renuncia a este compromiso con Su Alteza Reyford-sama.

— Bueno, supongo…

No era como si tuviera una inclinación romántica hacia Su Alteza de todos modos. Por el contrario, si la gran responsabilidad de convertirme en reina fuera quitada, entonces eso me haría realmente feliz. Sin embargo, cabe destacar que como yo era su prometida, en realidad quería apoyar a su Alteza, pero al contrario de eso, todo lo que él hizo, provocó que la yo que una vez pensó en esforzarse por él pareciera estúpida, por lo tanto no pude evitar deprimirme un poco.

Las personas de alrededor susurraban cosas imperceptibles hacia nosotros.

Bueno, eso era natural. Habíamos estado comprometidos desde que éramos jóvenes, y nuestro matrimonio era una cuestión importante después de que nos graduáramos de la Academia. Desde que fue cancelado abruptamente, por supuesto que se convertiría en un tema de conversación.

— Incluso si se me dice que me case con él de nuevo, me gustaría rechazarlo.

— Yo no haría una cosa tan descarada. Demonios… Este matrimonio nació de la realeza, así que sin ninguna opción, yo coopere. Pensar que sería arbitrariamente cancelado de esta manera, y además, ser denunciado sin fundamento en este tipo de lugar … ¡Qué tonto! Su Alteza se ha hecho enemigos en la Casa Ducal de Ambrosio.

— Padre, si lo dices en voz tan alta, serás un traidor.

— Aún así …… Carol, déjamelo a mí. Sin lugar a dudas, voy a hacer que su Alteza se haga responsable

Si papá lo decía, entonces podría estar tranquila.

Como era de esperar, habiendo cancelado un compromiso tan prolongado, decir que no sentía nada sería una mentira. Pero, siendo acusado con tal razonamiento infantil, el lugar de tristeza, sentí una sensación de asombro. Nunca pensé que él era una persona que no escuchaba a la gente hasta tal punto.

— Pero… Carol, no conseguirás más ofertas de matrimonio.

— Soy consciente.

En este día, me pusieron con el sello de “una mujer noble cuyo compromiso con la realeza fue cancelado”. Probablemente no recibiría más propuestas de matrimonio.

Si alguien se casara conmigo, habrían roses entre ellos y la realeza. Tal discordia, los nobles no lo deseaban. En serio… ¿Cómo se volvió de esta manera?

Sin embargo, esta era una buena oportunidad.

— Padre…

— ¿Si?

— Tengo un deseo… Si pudieras concedérmelo, entonces sería espléndido. Si no es posible, entonces está bien.

Al decir estas palabras, me quedé mirando a la persona en la distancia. Desde la infancia, era la única persona que he anhelado, pero el compromiso con el príncipe ya estaba decidido, así que pensé que no tendría la oportunidad de estar atada a él.

Pero ya que llegamos a esto, entonces ¿No sería bueno para mí, vivir el verdadero amor?

— ¿Puedo proponerle compromiso al Capitán Aibringer?

Durante mucho tiempo, pensé que tendría que ocultar estos sentimientos en mi corazón. Sin embargo con todo lo sucedido recientemente, si esto fuera posible, entonces quería cumplirlo.

Mi amado Wilhelm Aibringer.

A partir de ahora, viviría el verdadero amor y ante mis ojos, él estaba en silencio, pero dejó escapar una aura bondadosa, y mientras miraba al barbudo capitán de caballeros, solté un cálido suspiro.

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