Katarina – Volumen 10 – Capítulo 3: Entrega de Vegetales (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


¿Cómo se llegó a esto?

Yo, Jared Stuart, dejé escapar un suspiro mientras miraba a mis compañeros de carruaje. Mi hermano menor, Alan, estaba allí, al igual que el hermano de Katarina, Keith, y Nicol, el hijo del canciller. Los conocía a todos desde hacía al menos diez años.

Todo comenzó cuando noté el comportamiento reciente de Alan: no podía decir por qué, pero claramente estaba actuando de manera extraña, como si estuviera nervioso. Comencé a interrogar a los sirvientes, lo que me llevó a descubrir que estaba planeando una excursión con su prometida Mary. Esto ya era sospechoso, los dos casi nunca se encontraban solos si no fuera por asuntos oficiales, e incluso pasando por alto eso, Alan no tenía ninguna razón para estar nervioso por eso. Seguí investigando el asunto, y como era de esperar, la excursión antes mencionada también incluiría a Katarina y sus otros amigos.

Esto, en cierto sentido, explicaba el nerviosismo de Alan: Mary probablemente le había dicho que mantuviera sus planes en secreto y, al mismo tiempo, que también me espiara a mí por si acaso. Mi hermano, quien era poco más que un dócil sirviente de su prometida, seguramente habría obedecido. Sin embargo, esto fue claramente un error por parte de Mary, ya que esa responsabilidad había pesado tanto sobre Alan que terminé descubriendo lo que estaba tratando de ocultar. Lamentablemente, había sobreestimado su capacidad para mentir y engañar.

Debido a esto, me auto invité con éxito a la excursión que, originalmente, estaba destinada a involucrar a todos menos a mí. Me imaginé sentado junto a mi querida Katarina, pero…

—¡Oh! ¡¿Realmente cocinaste esto tú mismo, Nicol?!

—Guau. Esto luce delicioso.

—Solo ayudé a los cocineros, de verdad… Pero pruébenlo.

—Con mucho gusto… ¡Oh! ¡Es delicioso!

—Probaré uno también entonces… debo decir, Nicol, eres increíble. No sabía que cocinar fuera una de tus habilidades.

Alan y Keith estaban comiendo lo que Nicol había preparado, quien recibió sus cumplidos sin cambiar su expresión, pero de alguna manera pude sentir lo complacido que estaba. Yo personalmente no había podido desayunar esta mañana, ya que nuestra salida estaba programada muy temprano para que podamos ayudar con esta entrega. Llevar comida para todos era algo muy considerado, pero al mismo tiempo, la rareza de la situación (dos hombres alabando felizmente la comida de otro mientras viajaban juntos en un carruaje pequeño) me molestó muchísimo.

Una vez más, tuve que preguntarme cómo habían llegado las cosas a esto, y recordé lo que había sucedido antes. Katarina, rechazando mi oferta de acompañarla, se llevó a María con ella. Keith luego le dijo algo y Katarina corrió hacia Cyrus Lanchester. No pude escuchar su conversación, pero, después de hablar con Cyrus, Katarina parecía decepcionada. Traté de acercarme a ella para poder aliviarla de esa decepción, pero algunos de mis poderosos rivales hablaron antes que yo. Le ofrecieron regalos de comida, bebida y entretenimiento, convirtiendo rápidamente su ceño fruncido en una sonrisa.

—Entonces, comamos los dulces de María con este té. Las cuatro chicas deberíamos viajar juntas —le dijo Mary, sonriendo también. Sophia pareció estar de acuerdo, lo que significaba que su hermano, quien estaba terriblemente apegado a ella, automáticamente también estuvo de acuerdo con la idea. Como resultado, todos los que no éramos “niñas” no teníamos más remedio que viajar juntos en un carruaje diferente.

María, quien había sido escoltada por Katarina momentos antes por alguna razón misteriosa, parecía entusiasmada con la idea de compartir el viaje con su amiga, aunque probablemente no tenía ningún motivo oculto. Alguien que definitivamente tenía motivos ocultos era Mary Hunt, quien me envió una mirada llena de burla y satisfacción. Podía imaginarme a las cuatro divirtiéndose juntas, charlando y disfrutando de su té.

—¿Por qué estás perdido en tus pensamientos, Jared? Vuelve de las nubes y prueba el almuerzo de Nicol. Es increíble —comentó Alan mientras sacaba más comida de la lonchera.

Ver su expresión feliz me molestó tanto que lo golpeé en la cabeza con el costado de mi mano.

—¡Ay! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Mira! ¡Se me cayó! —gruñó, apresurándose a recoger la comida que ahora estaba en el suelo—. Lo siento, Nicol…

—No te preocupes por eso —respondió Nicol.

—Por favor, disculpe a mi estúpido hermano —agregué, como era mi responsabilidad, y Alan me miró con desprecio.

—¡Todo es tu culpa!

—Deberías haber tenido más cuidado.

—¡Lo juro, Jared…!

Mientras tanto, Keith buscaba algo dentro de su bolso.

—Aquí, Alan, puedes tirar la comida en esta bolsa. Y usa este pañuelo para limpiarte las manos —declaró, entregando a mi hermano esos dos artículos. Alan, en respuesta, lo miró sorprendido.

—Vaya, ¿siempre sales preparado así? ¿Qué eres, una ama de casa? —respondió con una pizca de sarcasmo.

—Oh, es solo que… estoy acostumbrado a este tipo de cosas —respondió Keith, mirando hacia abajo avergonzado.

—Keith sería una madre maravillosa. Cualquiera querría a alguien como él como esposa —lo felicitó Nicol, o tal vez lo insultó.

Alan se echó a reír y Keith negó con la cabeza.

—Nicol, habrás notado que soy un hombre. Nunca podría ser madre y tampoco tengo planes de convertirme en esposa de nadie.

—Ya veo. Eso es una lástima —respondió Nicol, muy serio.

Shisai
¿Acaso veo un nuevo barco en la costa?

—Verdaderamente una lástima —asintió Alan, todavía riendo.

Mi primer día libre en tanto tiempo, y tenía que pasarlo no con Katarina, intercambiando dulces palabras de amor, sino con estos tres hombres.

Sin embargo, en general… podía disfrutarlo por lo que era. Años atrás hubiera odiado cada momento de este viaje, pero tal vez había cambiado. Di la bienvenida al cambio, ya que ayudó a expandir mis horizontes. Y el catalizador de mi cambio, por supuesto, era Katarina.

Pensé que era un buen momento para unirme a lo que estuviera sucediendo.

—Si alguna vez cambias de opinión y te conviertes en la esposa de alguien, Keith, házmelo saber. Cómo tu cuñado, felizmente le proporcionaré el vestido de novia más hermoso de todo el reino —le prometí con una sonrisa, y Keith frunció el ceño.

—¡No necesito vestido! ¡Y tampoco eres mi cuñado!

—Aw, ¿qué estás diciendo ahora? Me casaré con Katarina, lo que me convertirá en tu cuñado.

Curiosamente, Alan reaccionó a mis palabras antes que el propio Keith.

—Eh… Entonces Keith se convertiría en mi cuñado menor…

—¡Alan! ¡No te unas a él en sus delirios!

—¿Pero no es esa la verdad? Eres el más joven de los dos…

—¡Por supuesto que soy más joven que ustedes dos, pero no entendieron!

Ha pasado mucho tiempo desde que los cuatro estuvimos juntos. Fue un viaje ruidoso y ruidoso… pero lo disfruté.

Sharon
Realmente amo ver este bromance entre los cuatro

♦ ♦ ♦

—Hemos llegado.

El cochero anunció el final de nuestro viaje y dejamos el carruaje, encontrándonos en un jardín relativamente amplio. Un camino conducía a un gran edificio, muy probablemente al orfanato. El edificio en sí era más grande que los orfanatos que había visto en la capital, pero, aparte de eso, no era tan diferente. Los orfanatos en Sorcié eran administrados por el país y financiados con donaciones regulares de los nobles, por lo que generalmente estaban limpios y bien cuidados. Los niños allí iban a la escuela y, después de graduarse, el orfanato los recomendaba para varios trabajos.

Una anciana caminaba en nuestra dirección, procedente del edificio.

—Gracias por venir este año también. Lo apreciamos mucho —saludó a Cyrus.

—No tenías que venir hasta aquí para recibirnos, gracias. Estas son las personas que les dije que vendrían conmigo para ayudarme —dijo Cyrus, señalandonos.

—Oh, eso es bastante más de lo que esperaba. ¡Aún mejor! Mi nombre es Maggie y dirijo este orfanato. Es un placer conocerlos a todos —dijo la mujer con una sonrisa.

Antes de venir aquí, Cyrus me había dicho que la directora del orfanato, la mujer que estaba ahora frente a nosotros, era la única que conocía su verdadera identidad. Era seguro asumir que ella también sabía de nosotros, pero sí lo sabía, ciertamente no lo dejó ver.

—Vamos a traer esas verduras, ¿de acuerdo? —nos preguntó con una sonrisa.

Como éramos tantos, los vagones quedaron vacíos en poco tiempo. Sin embargo, Maggie quería que le ayudáramos con algo más… Algo sorprendente.

—¿Tenemos que enseñar a los niños? —le pregunté a Cyrus, sorprendido, y asintió.

—Los orfanatos envían a los niños a la escuela, pero no tienen los recursos para contratar tutores individuales. Por eso, cada vez que pasa un invitado, suele quedarse un poco más para ayudar a los niños con sus deberes, o para enseñarles a coser y otras tareas del hogar. Yo personalmente lo hago cada vez que vengo. El conocimiento es fundamental para un futuro exitoso para estos huérfanos.

En este mundo, o al menos entre los ricos y avanzados de Sorcié, todos iban a la escuela, donde todos podían tomar las mismas clases. Sin embargo, no había tutoría individual, ni clases sobre costura, cocina o cualquier otra habilidad como esa. Necesitarías a alguien que te enseñara esas cosas fuera de la escuela, así que lo que había dicho Cyrus tenía sentido, excepto por el hecho de que nunca había visto algo así en mis visitas oficiales a los orfanatos.

—¿De verdad crees que le pedirán a los nobles que lo hicieran? —me dijo, encogiéndose de hombros cuando le pregunté al respecto—. Eso pondría a los niños tan nerviosos que de todos modos no aprenderían nada.

Tiene un punto. Sé que estaría nervioso si fuera un plebeyo que conociera a un noble. Dicho esto, no tenía idea de que tendríamos que ayudar a los niños a estudiar…

—Los ayudaré con la tarea, como siempre lo hago —nos dijo Cyrus—. ¿Y ustedes?

—Voy a hacer lo mismo. No sé lo suficiente sobre costura o cocina para poder enseñar a nadie —respondió Nicol.

—Creo que podría enseñarles a coser —intervino Sophia, levantando tímidamente la mano.

—Yo también. Sé un poco sobre coser yo misma —declaró Mary. Sabía que eso no era cierto, ya que ella sabía todo sobre la costura. No la llamaban la dama entre las damas sin ninguna razón.

—Podría enseñarles a cocinar, aunque no soy exactamente una experta —siguió humildemente María, quien definitivamente era una experta.

—Ustedes dos son muy buenos maestros. ¿No quieres unirte a mí para supervisar la tarea de los niños? —preguntó Nicol a Jared y Keith, quienes rápidamente asintieron con la cabeza.

Vaya, todos ya han decidido lo que quieren hacer. Entonces yo…

—Está bien, entonces iré con María y enseñaré a los niños cómo…

—Hermana mayor, no. No cocinar.

—El orfanato probablemente necesita su cocina, Katarina.

Keith y Jared me detuvieron en seco.

Oh, vamos… ¡Solo destruí la cocina de la Academia por accidente! Bueno, y la cocina de la mansión Claes también, ¡pero eso también fue un accidente! Cocino sin accidentes la mayor parte del tiempo…

—Pero no puedo ayudar a los niños con la tarea, y la última vez que intenté coser, ¡me puse suturas! ¡Cocinar es lo único en lo que puedo ayudar!

Apenas logré terminar la Academia con calificaciones promedio gracias a mis amigos inteligentes y, como siempre decía mamá, dejarme coser era una muy buena manera de convertir la tela y el hilo en basura.

—E-Eso es cierto… No hay mucho que puedas enseñar a los niños…

¡¿Eso es lástima en tus ojos, Keith?!

—Deberías encargarte de animarnos, Katarina.

Eso no cuenta como ayuda, Jared…

Estaba segura de que podía hacer algo útil y le pregunté a Maggie si podía ayudar a limpiar o lavar la ropa.

—Ya tenemos gente contratada para hacer eso… —dijo, pensando un rato antes de continuar—. ¡Oh! ¡Por supuesto! —añadió, aplaudiendo.

♦ ♦ ♦

—¡¿Por qué tengo que ir contigo a jugar con niños?!

—Tú mismo lo dijiste, Alan: no eres bueno enseñando cosas a los demás —le expliqué.

Había notado cómo, mientras todos los demás seguían adelante y proponían hacer esto o aquello, él parecía todo menos entusiasta. Por supuesto, aproveché eso.

—Claro, no soy genial, pero eso no significa que no tenga nada que enseñarles… a diferencia de ti.

—Ahora, ahora, no hagas un escándalo. ¡Vamos a jugar con niños! ¿Qué es lo que no te gusta? —respondí alegremente, tratando de detener sus quejas.

Los niños que eran demasiado pequeños para ir a la escuela jugaban entre ellos bajo la supervisión de un adulto, explicó Maggie, pero realmente se divertían mucho cada vez que un adulto jugaba con ellos, por lo que nos pidió que los complaciéramos. Eso definitivamente era algo que incluso yo podía hacer, así que acepté con mucho gusto, trayendo a Alan conmigo porque, uno, había dicho que no era muy bueno enseñando y, dos, ser el único adulto allí no sería tan divertido.

Los demás, cuando se enteraron de que iba a jugar con niños, de repente decidieron que ellos también querían hacerlo. No es de extrañar que prefieran jugar que enseñar. Sin embargo, Maggie les dijo que no necesitaban tanta gente para una tarea tan fácil y que tenían que darse por vencidos. Pude ver las miradas de envidia que estaban apuntando a Alan.

¡Yo también haré sus partes de juego!

—Entonces, ¿qué tipo de juego quieren jugar? —les pregunté a los niños.

Me dijeron que los niños jugaban a menudo en el interior, pero como hoy hacía tan buen tiempo, podíamos salir al jardín. El lugar me recordó al patio de recreo de la escuela de mi vida anterior, excepto que estaba cubierto de césped suave y bien podado para que los niños no se lastimaran al caer.

Todos los niños parecían estar acostumbrados a tener invitados adultos, por lo que inmediatamente se acercaron a nosotros.

—¡Atrapadas!

—¡Una carrera! ¡Quiero correr!

—¡Vamos a escondernos y buscar!

Todos parecían entusiasmados, pero no se ponían de acuerdo sobre un juego.

—¡Bien entonces! Jugaremos todos esos juegos uno a la vez. Empecemos con las atrapadas —anuncié, y adopté una pose amenazadora.

—¡Yo empiezo! ¡Y los atraparé! ¡Corran por sus vidas!

—¡Wahhh!

—¡Jajaja!

—¡Yeeek!

Los niños, divertidos, empezaron a correr en todas direcciones y yo los perseguí.

Son solo niños pequeños. Voy a atraparlos a todos en poco tiempo, pensé, pero…

—¡Te agarré! —dije, rodeando con mis brazos a una niña tan pequeña que apenas llegaba a mi cintura. Ella chilló de alegría, pero yo estaba casi sin aliento. Eran un grupo de jóvenes veloces, eso es seguro. No habría tenido ningún problema si hubiera sido uno o dos, pero con tantos de ellos, esto se estaba convirtiendo en un verdadero entrenamiento.

Tengo que hacer algo…

Vi a Alan, que estaba mirando nuestro juego sin participar.

—¡Alan! ¡Únete a nosotros!

—¿Eh? ¿Yo?

—¿Quién más? Viniste aquí para jugar con los niños, ¡así que ven a jugar! —lo invité, tratando de obligar a un Alan poco entusiasta a ayudarme—. ¡Todo el mundo! ¡Ahora tendrán que huir de él y de mí!

Los niños estaban muy emocionados con la noticia.

—Nunca estuve de acuerdo en es-.

—¡Perfecto! ¡Empecemos!

—Sheesh… Bien, lo que sea. ¡Voy a atrapar a todos en poco tiempo!

Alan comenzó a correr detrás de los niños y fue excepcional: realmente atrapó a uno tras otro. Sin embargo, no podía dejar que él hiciera todo el trabajo. Lo vi persiguiendo a un chico muy rápido, así que me dirigí hacia la dirección donde iban los dos y me escondí detrás de un árbol, planeando una emboscada.

—¡Jeje! ¡No puedes atraparme!

—¡Puaj! ¡Rápido pequeño…!

—¡Ajá! ¡Caíste en mi trampa! —grité cuando los dos estuvieron lo suficientemente cerca del árbol, y salté hacia ellos.

—¡Oh! Estuvo cerca —exclamó el niño, esquivando rápidamente a un lado y pasando a mi lado. Desafortunadamente, era demasiado tarde para detenerme y terminé chocando directamente con Alan.

—¡Eek!

—¡Gahh!

Escuché a Alan gritar y anticipé una dolorosa caída al suelo.

¿Hm? Eso no fue doloroso en absoluto.

Cuando abrí los ojos, en lugar de la hierba verde, vi algo rosa. En lugar del terreno llano que esperaba, detrás de mí podía sentir todo tipo de baches.

—¿Te bajarías ya? —lo escuché decir directamente en mi oído y, cuando miré más de cerca, me di cuenta de que la cosa rosa que tenía delante de mí era su cara. Cuando miré a mi alrededor aún más, me di cuenta de que no estaba descansando en el suelo en absoluto. Estaba descansando sobre Alan.

—¡Oh! ¡Perdón! —me disculpé, alejándome rápidamente.

—¿No puedes tener un poquito de cuidado? —espetó, respirando con dificultad, con una mano en la cara. Más que rosa, ahora mismo, estaba rojo.

—¡Debo haberte golpeado tan fuerte que toda tu cara se puso roja! ¡Lo siento mucho!

Mi cara se estrelló directamente contra la suya, por lo que debió doler.

—No, esto es… No te preocupes por eso. Ve a descansar. Tus piernas deben estar cansadas —sugirió antes de correr hacia los niños una vez más.

Quizás la razón por la que no pude detenerme a tiempo fue porque, como él había dicho, mis piernas estaban cansadas. Si no hubiera estado allí para suavizar el golpe, me habría lanzado al suelo de cara primero.

Siempre se queja de cosas, pero en el fondo es un tipo muy amable. ¡Ha sido así desde que éramos niños! Supongo que seguiré su consejo y descansaré un rato.

Me senté a la sombra de un árbol y vi a Alan perseguir a los niños. Parecían divertirse mucho jugando con él.

Alan sería un padre realmente bueno, pensé mientras disfrutaba un poco de descanso.

Shisai
¡Feliz año nuevo! Empezamos el 2022 con Katarina~

5 respuestas a “Katarina – Volumen 10 – Capítulo 3: Entrega de Vegetales (2)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido