Traducido por Shisai

Editado por Sharon

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María se dirigía al dormitorio con Cyrus y Dewey, y yo regresaba a la mansión Claes con Keith y Sora. Todos salimos juntos de la enfermería y nos separamos frente a la sala de reuniones. Lahna dijo que se quedaría en el Ministerio ya que tenía que investigar algunas cosas.

—Katarina siempre se mete en problemas sin importar cuánto le adviertan las personas —dijo Keith, a mi derecha, con un suspiro.

—Es verdad. Si ella hubiera esperado pacientemente frente a la piedra, esto no habría sucedido —respondió Sora, a mi izquierda.

¡Oh no! ¡A este paso, me van a regañar bilateralmente!

—Pero encontré esa magia perdida, así que valió la pena, ¿no? —dije, mientras caminaba un par de pasos hacia adelante para proteger estratégicamente mis flancos.

Fue entonces cuando sentí algo: una mirada fría e intensa atravesando mi espalda.

¿Qué es esto?, pensé, volviéndome, pero no había nadie a la vista. ¿Me lo imaginé?

Miré mi brazo y vi que estaba cubierto de piel de gallina. Había sentido algo maligno…

—¿Hermana? ¿Qué pasa?

—¿Te sientes mareada de nuevo?

Keith y Sora estaban preocupados por mí, pero no me atreví a explicar lo que acababa de pasar. Sentí que si se lo decía, ya no podría deshacerme del asunto como “solo mi imaginación”.

—Sí. Debo estar cansada —dije, y nos fuimos juntos.

Debe ser eso. Estoy tan cansada que me estoy imaginando cosas, me dije mientras me frotaba la piel de gallina del brazo.

Llegué al carruaje, agradecí a Sora por acompañarme y dejé el Ministerio sin más indicios de ese extraño sentimiento de antes.

Después de llegar a casa y almorzar, regresé a mi habitación. Cuando mi estómago estaba lleno, por lo general me dormía en segundos, ya fuera en la cama o frente a un escritorio. Pero parece que hoy no podría descansar.

Esto debe haber sido por el sueño que acabo de tener. Ya había visto la secuela del juego en dos sueños, uno antes de unirme al Ministerio y otro inmediatamente después, así que esta fue la tercera vez. Había obtenido muy poca información… pero lo poco que aprendí fue aterrador.

Basándome en los sueños y en la nota que había encontrado, supe que Katarina Claes, después de ser exiliada, había regresado como la villana de la secuela para vengarse de María. Ahora también sabía que había encontrado el Pacto Oscuro y tenía un Familiar Oscuro, esa sombra con apariencia de lobo, con ella.

Esta última información reflejaba lo que me había sucedido hoy. Obtener magia oscura y encontrar a Pochi, mi familiar oscuro, fueron coincidencias. Entonces encontrar el Pacto Oscuro… ¿no fue casualidad?

Los eventos a mi alrededor comenzaban a parecerse a la trama del juego en una medida aterradora.

De vuelta en la Academia, me sorprendió cuando las otras chicas nobles me avergonzaron públicamente en el comedor a pesar de que nunca había intimidado a María, y pensé que este era el juego que obligaba a que una de sus escenas sucediera a través de su misteriosa influencia.

¿Podría estar sucediendo lo mismo? Y si es así, ¿qué tan fuerte sería esa influencia?

Todos mis amigos habían estado allí para ayudarme en el comedor, pero no sabía si podía contar con eso de nuevo. Sentí que la influencia del juego se había vuelto más fuerte desde que encontré Magia Oscura, un Familiar Oscuro y el Pacto Oscuro. Tal vez me convertiría lentamente en la Katarina del juego y usaría los poderes oscuros a mi disposición para hacer el mal, arrojándome a una de las rutas que conducen a la perdición…

Cuanto más pensaba en ello, más ansiosa me ponía y no me ponía más somnolienta. En lugar de quedarme en la cama sin hacer nada, decidí ir al jardín a tomar un poco de aire fresco.

Estaba sentada debajo de un árbol, disfrutando de la agradable brisa primaveral y la vista de mi campo de verduras, cuando escuché una voz detrás de mí.

—Hermana, ¿no dijiste que ibas a tomar una siesta?

—Ah, Keith —dije, notando a mi hermano parado allí—. Traté de hacerlo, pero no pude dormirme.

—¿No pudiste conciliar el sueño? —repitió sorprendido—. ¿Tú, quien siempre te duermes minutos después de comer?

Eso era cierto, pero tal vez no era algo que debías decirle a la cara de tu hermana.

—¿Qué pasa? ¿Estás preocupada por algo? —preguntó, mirándome a los ojos.

—Bueno, es que…

Por pura coincidencia, había seguido el guión del juego y tenía en mis manos magia oscura, así que estaba preocupada por convertirme en una verdadera villana, perder a todos mis amigos y tener que enfrentar la perdición. Keith no sería capaz de entender eso, por supuesto, ya que no sabía que vivíamos en el mundo de un juego otome.

—Obtuve poderes prohibidos, y me preocupa que pueda convertirme en alguien malvada y ser odiada por todos, y eventualmente… estar condenada —dije, tratando de explicar mis preocupaciones sin mencionar el juego. Después de todo, lo único que importaba era lo que me asustaba: volverme malvada, perder a mis amigos y terminar en un escenario catastrófico.

Bajé la mirada y esperé la respuesta de Keith.

—¿Que te vuelvas malvada y perder a todos tus amigos? Eso es algo que me cuesta siquiera imaginar —dijo con una expresión preocupada antes de sentarse a mi lado.

—P-Pero mira todas estas cosas de magia oscura en las que he estado involucrada… todavía es posible.

Desafortunadamente, no entendía por qué estaba tan molesta.

—Tal vez, pero es poco probable.

—Improbable, sí, pero no imposible.

—Claro, pero eso se podría decir de la mayoría de las cosas.

Me preguntaba si Keith terminaría luchando contra mí y derrotándome en la vida real, al igual que en el juego. Ya sea que terminara metiéndome en la cárcel o matándome, estaba segura de que me miraría con ojos fríos y llenos de odio cuando lo hiciera.

—Incluso si eso sucede, siempre estaré a tu lado —dijo, para mi sorpresa.

—¿Incluso si me vuelvo malvada? ¿Seguirías diciendo lo mismo entonces?

Entrecerró sus ojos azules antes de responder.

—Cualquiera que sea el caso, a menos que quieras que lo haga, nunca te dejaré. Fuiste tú quien me dijo eso primero, ¿recuerdas? Dijiste que te quedarías a mi lado incluso si terminaba lastimando a la gente porque no podía controlar mi magia.

Ahora que lo mencionó, recordé haber dicho algo así.

—Por supuesto, trataré de evitar que te vuelvas malvada —dijo con una sonrisa juguetona. Verlo hizo que el miedo dentro de mi corazón se encogiera varios tamaños.

—Gracias, Keith. Por favor, quédate a mi lado y asegúrate de que no hago nada malo —le dije, devolviéndole la sonrisa.

Realmente tengo un hermano maravilloso, pensaba para mí misma cuando escuché un crujido detrás de mí.

—Keith nos dijo que podíamos esperar en la mansión mientras él iba a ver cómo estaba Katarina, así que deberíamos seguir esperando.

—Me temo que deberíamos hacer lo que dice mi hermano mayor.

—Hemos esperado lo suficiente. No podemos permitir que se mantengan tan cómodos el uno con el otro. Voy a ir.

—Príncipe Jared, por favor, no tome esas decisiones por su cuenta. Y en todo caso, debería ser yo quien vaya, ya que fui la primera en llegar a la mansión.

—¡Por ​​solo unos minutos! Soy su prometido y, como tal, debería ser yo quien vaya.

—Tú puedes ser su prometido, pero yo soy su amiga. Incluso dormimos en la misma habitación del castillo no hace mucho.

—Oh, ¿te refieres a esa vez en que hiciste todo lo que pudiste para ponerte entre Katarina y yo?

—¿Todavía piensas en eso? Hubiera esperado que tu piel fuera más dura.

—Mary, Jared, calmense. Este no es lugar para disputas… ¡Ahhh!

Me volví hacia la dirección de donde había venido el grito y vi al príncipe Alan, con su cabello plateado y ojos azules, saliendo de unos arbustos a poca distancia de mí.

—¡¿Príncipe Alan?!

—Oh… hola —dijo torpemente mientras aún estaba acostado en el suelo.

—¡Príncipe Alan! ¡¿Por qué irías primero así?!

—¡Exactamente! ¡Deberías dejar que tu hermano mayor vaya primero!

—¡Esto no habría sucedido si ustedes dos no se hubieran estado tirando tanto el uno al otro dentro de ese pequeño arbusto! ¡¿Por qué soy yo el que está siendo regañado aquí?!

Mary y Jared también salieron del arbusto, seguidos por Sophia y Nicol, quienes me preguntaron cómo me encontraba.

—Les dije que esperaran —me parecía escuchar a Keith murmurar, pero no pude entenderlo del todo.

—Disculpen, ¿por qué están todos aquí? —pregunté, sorprendida de ver a mis amigos allí.

Keith fue el que explicó, con una mirada de decepción en su rostro.

—Sophia les dijo a todos que no te sentías bien, y vinieron de visita. Pensé que estabas durmiendo, así que les dije que esperaran mientras me aseguraba… —dijo. Luego, susurrando tan débilmente que no pude oírlo—. Si supiera que nos molestarían así, los habría despedido de inmediato.

En resumen, habían venido a visitarme.

—¡Gracias a todos!

—Ya que eres mi prometida, es obvio que estaría preocupado por ti. Y, para que lo sepas, estaré a tu lado pase lo que pase, para siempre —dijo Jared con una sonrisa, agarrando mi mano.

Al darme cuenta de que debió haber escuchado la conversación entre Keith y yo, me sentí un poco avergonzada.

—Yo también —dijo Mary, empujando a Jared a un lado—. Nunca te dejaré. Y estaré segura de regañarte si alguna vez te desvías del camino de la justicia.

Entonces ella tampoco me dejaría si me volviera malvada…

—Creo que prohibirle que coma dulces sería más efectivo que regañarla —dijo Alan, sonriendo.

—Si eso sucede, ¡también dejaré de prestarte novelas hasta que te portes bien! —dijo Sophia, visiblemente dolorida por sus propias palabras.

—Lo que sea que termines haciendo, ninguno de nosotros te dejará jamás. Siempre te seguiremos apoyando —dijo Nicol con su sonrisa peligrosamente atractiva.

No es solo Keith… Todos ellos se quedarán conmigo, haciéndome saber si estoy haciendo algo mal.

—Gracias a todos ustedes —dije desde el fondo de mi corazón.

El miedo que me había agobiado tanto ahora había desaparecido por completo. No podía hacer nada por mi cuenta, pero, con el apoyo de todos mis amigos, estaba segura de que todo saldría bien.

Sintiéndome mejor, seguí charlando con ellos y luego, esa noche, dormí como un bebé.

El primer día de la semana siguiente, me puse a trabajar con el pacto en mi bolso.

De camino a la oficina del Laboratorio de Herramientas Mágicas, ví a algunos empleados de otros departamentos. Cuando los saludé, ellos me devolvieron el saludo.

Cuando empecé a trabajar, la mayoría de la gente había sido demasiado formal debido a mi rango como hija de un duque, o habían hablado conmigo como si prefirieran evitarme por completo, pero últimamente, esto había sucedido cada vez menos. Incluso las personas que sabían que yo era Katarina Claes hablaban normalmente conmigo, y esto me hizo muy feliz y me motivó a trabajar más duro.

Lahna y Sora me esperaban en la oficina, y caminamos juntos hasta la sala de reuniones, donde nos reunimos con Maria, Cyrus y Dewey.

Una vez que nos sentamos todos, Lahna tomó los dos pactos de María y de mí.

—Gracias a tus esfuerzos —dijo alegremente—, hemos obtenido no uno, sino dos libros de magia perdidos. Esta mañana temprano hice un informe a mis superiores y obtuve permiso para estudiarlos más a fondo. Por lo tanto, dado que todos ustedes ayudaron a encontrar estos libros, me gustaría que continuaran con su análisis.

—¿Toda esta gente trabajando solo en dos libros? ¿Olvidaste la falta de personal del Ministerio en este momento? —se quejó Cyrus.

—Por supuesto, por supuesto. Nos turnaremos y solo lo haremos en el tiempo libre entre nuestras funciones oficiales. Sin embargo, me gustaría que Maria y Katarina tuvieran un papel más activo en esta investigación, que potencialmente podría volverse muy útil para el Ministerio Mágico. ¿Puedo pedir su ayuda? —dijo, mirándonos.

—¡Sí! —dijo María.

—Sí —estuve de acuerdo.

—Hoy no tenemos mucho tiempo para dedicar a esta reunión. ¿Empezarían a leer el contenido de los libros? —preguntó Lahna.

María y yo abrimos los libros respectivos, después de lo cual ella activó su Magia de Luz y llamé a Pochi. Las letras negras aparecieron en el libro.

—Por lo tanto, expuse todo mi conocimiento de la magia de la luz —María comenzó a leer tímidamente, lo que hizo que Lahna dejara escapar un entusiasta:

—¡Ohhh!

Y luego, todos me miraron. Sus miradas me decían que me diera prisa y leyera el libro.

Sin embargo, miré las letras negras frente a mí y suspiré.

Tengo que decirlo, ¿no? Solo porque no pueden ver el libro, no puedo mentir e inventar algo en el acto. Va a ser vergonzoso, pero… tomé una decisión.

—¡Lo siento! ¡No puedo leer una sola palabra de escritura antigua!

Sentí que la tensión se acumulaba silenciosamente en la habitación. Si esto hubiera sido un anime, habría un efecto de sonido de “grillos”.

Todos habían dejado boquiabiertos, pero Lahna fue la primera en sacar la suya del suelo.

—Sí… debería haberme dado cuenta de eso. Un libro tan antiguo como este estaría escrito en escritura antigua. Y no podrías leerlo —dijo, decepcionada, mientras yo asentía en silencio.

—Entonces —dijo, entregándome papel y bolígrafo—, solo escribe las letras que ves. Deberías poder hacer eso.

—¡Bueno! —dije.

Por un segundo tuve miedo de que me obligaran a aprender la escritura antigua, así que me sentí muy aliviada de poder escribirlo para que lo leyeran.

Cogí el bolígrafo en la mano, lo coloqué sobre el papel y… ¿eh?

—No puedo escribir. ¿Por qué?

Mi mano no se movía. Intenté escribir algunas letras modernas aleatorias y no tuve ningún problema en hacerlo.

¿Qué está pasando?

—Cuando intento escribir las letras de este libro, mi mano simplemente deja de moverse…

—Tiene sentido…

—¿Qué? ¿Lo hace?

—Hay magia en ese libro que impide que cualquiera que no tenga los poderes adecuados lo lea. Esperaba que no te permitiera copiar su contenido tan fácilmente.

—Oh, ya veo…

Entonces, si no puedo copiar las letras, eso significa…

—Katarina —dijo Lahna con la sonrisa más amable y agradable que jamás había visto, mientras me ponía una mano en el hombro—. Esto es por el bien de todo el Ministerio. Aprende a leer escritura antigua y analiza el contenido del libro. Gracias de antemano.

—¡¿Qué?!

No solo tendría que estudiar escritura antigua, de la cual, en ese momento, no podía leer una sola letra, sino que también tendría que analizar el libro en sí. ¡Tengan compasión!

—Hmmmmm…

Quiero negarme, pero Lahna no me lo permitiría de todos modos…

—¡Hagamos nuestro mejor esfuerzo juntas! —María, quien estaba en el mismo barco que yo (salvo que ya podía leer la escritura antigua), dijo con una sonrisa a la que nunca pude decir que no.

Mi respuesta fue un único y prolongado gemido de dolor dirigido a nadie en particular. Pensé que había tenido suerte de ser asignada a un departamento donde la mayoría de las tareas eran simples labores manuales, pero ahora, debido a este pacto…

Miré el libro en mis manos con desprecio.

—Podrías empezar pidiendo prestado un diccionario de escritura antiguo —sugirió Dewey rápidamente, pero no me quedaba suficiente energía para responder.

—Perder tiempo sentada aquí no mejorará las cosas —dijo Sora, y me levanté de mi silla a regañadientes.

El libro todavía tenía las mágicas letras negras, muchas.

Pensar que tener que traducir todo eso sería suficiente para darme un dolor de cabeza, aunque fuera por razones diferentes a las que había tenido dentro de la dimensión oscura.

Más que un final malo, probablemente este libro será mi muerte.

Y así comenzó mi próxima misión en el Ministerio: “Aprender a leer Descifrando y analizando el pacto”.

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Epílogo

Hola a todos, aquí Satoru Yamaguchi. Recuerdo que no hace mucho me regocijé con la publicación de esta novela, y ahora aquí estamos, ¡ya en el Volumen 7! Estoy tan sorprendido como los demás.

Quiero agradecerles a todos por su apoyo. ¡Gracias desde el fondo de mi corazón! Este volumen está ambientado en el Ministerio de magia, donde se lleva a cabo la secuela del juego, pero todos los personajes siguen haciendo sus payasadas habituales.

Quiero agradecer una vez más a Nami Hidaka por las hermosas ilustraciones que adornan este libro, así como a todos los demás que han contribuido a que este libro sea una realidad.

Satoru Yamaguchi