Katarina – Volumen 8 – Capítulo 1: La invitación (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Pensé en mi conversación con papá mientras regresaba a mi habitación.

Una reunión con miembros de la realeza y nobles sonaba como un fastidio total.

¡Esto debe ser porque deseaba poder hacer algo diferente a estudiar ese pacto! Pero, ¿de qué sirve hacer algo diferente si es aún más problemático? ¡Quería hacer algo relajante!

Me encontré suspirando ruidosamente.

—Hermana, ¿padre te estaba hablando de la invitación?

Keith, mi hermano adoptivo menor, me estaba esperando cerca de mi habitación.

Últimamente había estado tan ocupado ayudando a papá como su secretario que yo tenía poco tiempo para pasar con él, pero su cabello rubio, ojos azules y rostro seductor eran tan hermosos como siempre.

—Me estaba hablando de eso hace un momento. ¿También te enteraste?

—Si. Fui invitado, como heredero del duque Claes.

—Oh, ¿entonces vienes tú también?

Que Keith estuviera conmigo sería un gran alivio. Durante casi una década, él había estado limpiando después de cualquier problema que yo causara; era el mejor arreglando mis desastres. Me alegré de escuchar su invitación, porque, con él a mi lado, cualquier lío menor no sería un problema.

Sin embargo, parecía cualquier cosa menos contento.

—¿También? Así que no pudiste rechazar la invitación… ¿Qué dijo papá? —preguntó, un poco decepcionado.

Probablemente estaba tan preocupado como mi padre de que yo tuviera que participar.

Si incluso Keith, quien tiene años de experiencia cuidándome, está ansioso por esto, esta asamblea debe ser todo un acontecimiento.

—Dijo que tratará de encontrar una solución… Pero, ¿esa asamblea es tan importante?

—Sí, después de todo habrá personas influyentes de todos los países vecinos. Es probable que ocurran todo tipo de problemas, y tienes la tendencia a causar problemas… O más bien, tienes la tendencia a saltar sobre ellos.

¿Realmente me meto tanto en problemas?, pensé para mí misma, pero conocía a Keith lo suficiente como para decir por su expresión oscura que, si le preguntaba eso ahora mismo, me daría una lista interminable de ejemplos.

—Estoy seguro de que a padre se le ocurrirá algo… En el peor de los casos, siempre puedes presentarte e irte inmediatamente después, tratando de no hacer nada que pueda causar problemas mientras tanto. En cualquier caso, será mejor que te prepares mentalmente para unirte.

Después de todo, Keith había dicho lo mismo que papá. Repitió la parte de no causar problemas, solo para asegurarse, y luego se fue.

Realmente no confían en mí en absoluto. Ahora que estoy trabajando, creo que me he vuelto más responsable…

Ligeramente entristecida, entré a mi habitación.

Por cierto, lo único que mamá había logrado sugerir a pesar de su conmoción fue lo mismo que yo: encontrar una doble y que ella asistiera en mi lugar.

Esto, sin embargo, fue rápidamente descartado como imposible.

La angustia se cernió sobre la mansión Claes debido a esa terrible invitación, pero, al día siguiente, se presentó una solución desde el lugar más inesperado.

Mi padre (quien probablemente no había encontrado una solución) todavía parecía exhausto y mi madre seguía descansando en su habitación. Como no podía hacer nada para ayudar, me fui a trabajar.

Ocupe mi lugar en el escritorio cerca del de María dentro de la sala de reuniones donde, armada con diccionarios y libros de referencias, tenía que seguir analizando el pacto oscuro.

—¿Cuándo empezará el contenido principal? —me quejé mientras ponía mi cara al lado del libro que se suponía que debía estudiar.

—El prólogo es realmente largo, ¿no? Sin embargo, creo que las notas que contiene son cruciales —respondió María con una expresión preocupada en su rostro—. Señorita Katarina, pronto será la hora del almuerzo. He traído dulces para comer como postre, así que por favor espera con ansias —dijo entonces.

—¡¿De verdad?! ¡Excelente! ¡Daré lo mejor de mí por un poco más de tiempo!

Odiaba estudiar y trabajar en el escritorio, así que la tarea en la que había estado ocupada durante los últimos días había estado cerca de la tortura. María, sin embargo, trató de facilitarme las cosas con dulces y otras golosinas.

Ella realmente es un ángel, no, una diosa.

Seguí trabajando, dejando escapar un gemido ocasional de desesperación a pesar de tener las golosinas de María esperando, hasta que finalmente fue la hora del almuerzo.

—¡Almuerzo! ¡Almuerzo! —canté, saltando triunfalmente de la silla, mientras me dirigía al comedor.

—Oh. Hola, Sora. Hola, Dewey.

—Oye.

—Hola, señorita María. Señorita Katarina.

Vi a los dos chicos caminando hacia nosotras.

—Solo veníamos a ver cómo estabas —dijo Dewey feliz (mirando decididamente en dirección a María).

El chico de trece años, guapo con su cabello naranja y ojos azules, era uno de los personajes románticos de AA2.

A diferencia de Sora, cuyos sentimientos por María no estaban tan seguros, Dewey estaba locamente interesado en ella. Él también me saludó, pero su mirada amorosa estaba dirigida a la hermosa protagonista, ignorando por completo a la villana a su lado.

—¡Eso es muy dulce de tu parte! Gracias, estamos progresando muy bien —dijo María con una sonrisa, y el rostro de Dewey se puso rojo y su expresión se transformó en una sonrisa de satisfacción.

—Qué joven tan inocente.

—Lo sé, ¿verdad?

Sora y yo, mirando su intercambio desde el margen, intercambiamos comentarios sobre la reacción de Dewey.

—Por cierto —dijo Sora, con una mirada de lástima en sus ojos—, ¿hiciste algún progreso?

—Ayer apenas logré avances. ¿Qué te hace pensar que hoy sería diferente?

—Tienes un punto. Bueno, no te rindas —dijo con simpatía.

Cuando la triste conversación entre Sora y yo terminó, al igual que la amorosa entre María y Dewey, todos fuimos al comedor.

Pensé que intentaría comer menos para dejar espacio para el postre de María, pero el especial de ese día era el almuerzo de delicias fritas, que no pude resistirme a pedir.

Lo que sea. Siempre tengo espacio para el postre.

—Hng, mi estómago va a explotar… —dije, sosteniendo mi barriga con mis manos.

—No es de extrañar —dijo Sora, mirándome con simpatía una vez más—. Te comiste todo ese almuerzo, luego comiste postres, e incluso fuiste por segundos.

—¿Qué puedo hacer? Los dulces de María estaban tan deliciosos…

—Jeje, me alegro de que te hayan gustado. Los volveré a hornear.

—¡¿De verdad?! ¡Gracias! Ya estoy deseando que lleguen.

—Realmente nunca aprendes… —comentó Sora secamente.

—No se preocupe, no comeré las delicias fritas para el almuerzo la próxima vez.

—Pero, señorita Katarina —dijo Dewey, esta vez—, siempre tiendes a optar por las opciones de almuerzo más pesadas.

Me di cuenta de que, a diferencia de Sora, no estaba tratando de regañarme, lo que lo hizo aún peor.

Era cierto que los almuerzos tenían raciones muy generosas, pero estaban tan ricas que siempre trataba de terminarlas.

Ahora que lo pienso… ¿He comido demasiado desde que empecé a trabajar en el Ministerio? Mis vestidos se están ajustando un poco alrededor de la cintura… Debería tener más cuidado, pensé mientras miraba mi vientre hasta que el tema de la conversación cambió.

—No pasará mucho tiempo hasta la asamblea internacional, ¿verdad? —preguntó Dewey

—Sí, y se le ha pedido al Ministerio que ayude con eso —respondió Sora.

—¿Qué? ¿Ustedes dos sabían sobre la asamblea? —pregunté, mirando hacia arriba.

Lo supe por primera vez el día anterior, pero esos dos hablaron como si fuera de conocimiento común.

—¿Quieres decir que no lo sabías? —me preguntó Sora, consternado, y Dewey y Maria también me miraron con sorpresa.

—Creo que deberías haberlo aprendido en la escuela… —dijo Dewey.

—Y en la Academia, también… —continuó María incómoda.

Al igual que con la escritura antigua, eliminé rápidamente toda la información sobre esto tan pronto como dejó de ser útil para las pruebas.

—Debo haberlo olvidado —dije, honestamente, y pedí una explicación.

—En pocas palabras, cada dos años, cinco países ubicados uno cerca del otro, incluido Sorcie, se reúnen para fortalecer sus relaciones. Esta asamblea se lleva a cabo desde hace más de un siglo y sirve como ocasión para discutir acuerdos internacionales. Algunos dicen que es gracias a ella que podemos disfrutar de la paz —dijo Dewey, mostrando los conocimientos que le habían permitido aprobar el increíblemente difícil examen de ingreso al Ministerio a la temprana edad de trece años. Ese examen estaba en su lugar para permitir que personas como Dewey, que eran extremadamente talentosas pero no tenían habilidades mágicas, se unieran al ministerio—. Los cinco países se turnan para albergar la asamblea una vez cada dos años, lo que significa que cada uno debe hacerlo una vez cada diez años.

—Y ahora es el turno de Sorcie, ¿verdad?

Dewey, tal vez por su gran inteligencia, era muy bueno explicando las cosas.

—Exactamente. ¿Vas a participar a la luz de tu rango?

—Si. Recibí una invitación, así que tengo que… lamentablemente.

—Los nobles realmente tienen muchas responsabilidades —dijo Dewey, quien era un plebeyo y que, antes de venir aquí a trabajar, casi nunca había visto a ningún noble.

—Realmente lo hacen. El señor Lanchester y la señorita Lahna también asistirán, así que imagino que las cosas se pondrán aún más ocupadas en el Ministerio —dijo María.

María, al igual que Dewey, era una plebeya, pero había pasado dos años entre los nobles de la Academia Mágica.

Cyrus Lanchester, por cierto, era el superior de María y otro de los atractivos intereses amorosos de AA2. Tenía una fachada fresca e inteligente que ocultaba a un campesino que tenía miedo de hablar con mujeres.

—¿Esos dos también van a asistir? —repetí sorprendida.

—Si. El señor Lanchester nos lo ha dicho con antelación y está trabajando más de lo habitual en este momento, para evitar molestias al departamento.

Como de costumbre, Cyrus era muy diligente. Imaginé que Lahna simplemente pediría a sus subordinados que se encargaran de las cosas cuando se fuera.

—Nuestro director nunca hará eso, así que probablemente tendremos molestias de sobra —susurró Sora, quien estaba pensando exactamente lo mismo que yo, y asentí con la cabeza.

Decidí dejar bocadillos nutritivos para todos en el departamento, especialmente Rafael, el subdirector, antes de partir hacia la asamblea.

Seguimos charlando sobre el trabajo hasta que terminó la hora del almuerzo, luego María y yo volvimos a la sala para trabajar con nuestros pactos, y Sora y Dewey volvieron a sus respectivos departamentos.

Mi progreso por la tarde no fue mucho mejor que por la mañana y todavía no logré terminar de leer el prólogo. María, por otro lado, había encontrado un nuevo hechizo de Magia de Luz.

Me estoy quedando más atrás cada día… pensé, comenzando a preocuparme, mientras tomaba el carruaje de regreso a casa.

Una vez que llegué, vi otro carruaje, uno que había visto antes, estacionado frente a la mansión.

Qué momento tan extraño para visitar, tan tarde en la noche.

—Joven señorita, hay un invitado esperándola en el salón —me informó el mayordomo.

—Si. Iré —respondí de inmediato, sabiendo sobre el invitado del carruaje afuera.

—Katarina, ha pasado un tiempo —dijo el príncipe Jared, mi prometido, quien me esperaba con una sonrisa.

Jared Stuart, un apuesto joven de ojos azules y cabello rubio, era el tercer hijo del rey y uno de sus potenciales herederos. En la sala con él estaban papá, luciendo ansioso, mamá, quien había logrado levantarse de la cama pero que todavía se veía terrible, y Keith, cuya expresión tampoco era mucho mejor.

¿Qué está haciendo todo el equipo aquí?, pensé, teniendo la sensación de que iba a pasar algo malo.

—Príncipe Jared, ¿cómo está? —lo saludé elegantemente con una reverencia a pesar de mi nerviosismo.

Con su suavidad habitual, me acompañó a mi asiento, justo al lado del suyo. Sus movimientos eran tan perfectos y hermosos que no era de extrañar que todas las chicas dijeran que parecía un príncipe de cuento de hadas. En realidad, era un príncipe astuto y malhumorado que le temía a las serpientes, pero, por supuesto, ellas no lo sabían.

Todos los demás se sentaron y Jared, con una sonrisa maravillosa, comenzó a hablar.

—Katarina, tengo una noticia maravillosa.

¡Oh! ¿Podría ser…?

—¡¿No tengo que ir a la asamblea?! —pregunté emocionada.

—Si tienes —dijo de inmediato.

Lo miré con decepción y se rió.

¿Cuáles son las buenas noticias entonces?

—Como mi prometida, tienes que asistir a la asamblea. Pero no te gusta ese tipo de eventos formales, ¿verdad?

Como era de esperar de alguien que me había conocido durante todos estos años, realmente me entendió. Quería gritar que estaba en lo cierto pero, antes de que pudiera hacerlo, mi madre me quitó las palabras de la boca.

—¡Correcto! Por eso te ruego, príncipe Jared, que consideres asistir con alguien más, con cualquier persona menos con mi hija —dijo sin una sola pausa, luciendo extremadamente sincera mientras expresaba su opinión que, por cierto, era la misma que la mía.

La expresión de Jared no cambió en lo más mínimo después de escucharla hablar.

—Lady Claes, comprendo su preocupación. Sin embargo, no puedo asistir sin mi prometida.

—Ya veo… —dijo con desesperación en su rostro.

—Es por eso que le daré la oportunidad de aprender sobre etiqueta e historia y política internacional.

—¡¿De verdad?! —gritó Madre, levantándose de su silla. Padre la miró con desaprobación. Se sentó de nuevo, incapaz de contener su emoción—. Perdóneme. Entonces, ¿qué tipo de oportunidad sería ésta, príncipe Jared?

—Muchas personas dentro del castillo, con el fin de prepararse para la visita de nuestros huéspedes extranjeros, han pedido ayuda para mejorar sus modales y su comprensión de la historia, entre otras cosas. Por lo tanto, hemos contratado a los mejores profesores e instructores del reino para hacer exactamente eso. Si Katarina asistiera a sus lecciones, ella podría participar en la asamblea sin ningún problema —explicó Jared, tan fríamente como siempre.

—¿Y estas lecciones tendrán lugar en el castillo?

—Sí. Katarina permanecería en el castillo durante la duración de este seminario, para que pudiera estudiar más fácilmente. ¿Qué piensas?

¿Quedarme a estudiar? ¡Todo menos eso!

Escuché en silencio como una buena niña, sin interrumpir a mamá, pero esto era demasiado. Protesté.

—Absolutamente nunca hubiera…

—¡Excelente! ¡Por favor, príncipe Jared, haga lo que acaba de decir! —me interrumpió madre en voz alta, dejando claro con su mirada mortal que no aceptaría ninguna objeción.

—Muy bien. Me comunicaré contigo tan pronto como estemos listos. Katarina, por favor prepárate para la estadía y espérala —me dijo Jared con una sonrisa.

Por lo tanto, se decidió que yo, en contra de mi voluntad, tendría que quedarme en el castillo para asistir a un seminario.

Shisai
Jeje, Jared está feliz

5 respuestas a “Katarina – Volumen 8 – Capítulo 1: La invitación (2)”

  1. Jared y Miridiana en su mente: “Siiii, siiiiii, siiiii Victory!!!!!”
    Katarina y Keith en su mente: “Noooo God please no, nooooo”
    (Obviamente todos por diferentes razones 😅🤣🤣)
    Gracias por el cap!

  2. Pobre Katarina, ahora aparte del pacto también tiene que estudiar etiqueta, historia y política internacional, un minuto de silencio para esta pobre alma en desgracia.

  3. presentimiento, Mary como instructora para etiqueta (solo quería ver a Katarina), Sophia como instructora de conocimiento extranjero gracias a los libros (solo quería leer con Katarina)

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