Katarina – Volumen 8 – Capítulo 1: La invitación (3)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


[POV: Keith]

Cuando Jared, el prometido de mi hermana, salió de mi casa con una sonrisa victoriosa, lo despedí devolviéndole (en apariencia, al menos) una sonrisa antes de regresar a mi habitación.

Una vez allí, mi falsa sonrisa dio paso a la tristeza y los suspiros.

Esto es terrible. Su plan se desarrolló a la perfección, fue todo lo que pude pensar en ese momento.

Sospeché que intentaría algo tan pronto como Katarina recibiera su invitación, pero nunca imaginé que llegaría tan lejos como para que pasara la noche en el castillo.

Incluso logró que Madre, quien desaprobaba fervientemente el compromiso de Katarina con él (porque no era lo suficientemente buena para ser una princesa), estuviera de acuerdo. Me había superado.

Dijo que habían contratado a los instructores para ese seminario debido a las solicitudes de muchas personas dentro del castillo, pero yo creía que, en última instancia, esas solicitudes también eran obra suya.

Por supuesto que no tenía pruebas, pero tenía pocas dudas al respecto.

Pensé que sus avances hacia Katarina se habían vuelto más dóciles, pero eso era solo porque había estado tan ocupado preparando este plan para usar la asamblea internacional como una excusa para que ella se quedara en el castillo. Era un hombre astuto y calculador.

Y la razón por la que quería que pasara la noche en su casa también estaba clara.

Se rumoreaba que el segundo príncipe ahora estaba cerca del matrimonio, y Jared, sin duda, quería casarse con Katarina antes de que ella tuviera tiempo de echar raíces en el Ministerio de magia.

Tenía un atajo para hacer esto al tomarla físicamente y usar eso como razón para convertirla en su esposa.

Katarina era completamente ajena a los asuntos románticos y, para Jared, salirse con la suya con ella sería tan fácil como engañar a un niño.

¡Maldito seas, Jared! ¡Me he estado refrenando, a pesar de vivir bajo el mismo techo que ella, durante todos estos años! ¡No dejaré que la tengas tan fácilmente!

En primer lugar, si quería detenerlo, necesitaba refuerzos, tanta gente como fuera posible.

Empecé a hacer planes para proteger a mi amada y despreocupada hermana.

♦ ♦ ♦

[POV: Katarina]

Cuanto menos anhelas algo, más corta parece ser la espera.

Había llegado el día que tanto había temido: era hora de ir al castillo para el seminario.

Cuando nos visitó, Jared dijo que nos avisaría tan pronto como terminaran los preparativos, y eso, también, se sintió como si sucediera en un instante. Los sirvientes en casa ya habían hecho la mayor parte del trabajo por mí, así que todo lo que tenía que hacer era solicitar unos días libres en el Ministerio.

Estaba harta de tener que trabajar en el pacto y había deseado poder hacer otra cosa para variar, pero estudiar en el castillo era una mala alternativa que esperaba que mis superiores negaran mi solicitud. Lo aprobaron sin pensarlo dos veces.

La razón, al parecer, es que se había ordenado al Ministerio que cooperara plenamente con la asamblea internacional y, como recién llegada, no tenía ninguna gran responsabilidad de la que preocuparme de todos modos.

En cuanto al pacto que estaba descifrando con tanto esfuerzo, Lahna dijo que, dado que sabíamos tan poco sobre él, no sabíamos qué pasaría si se separara de su dueño.

Ella me dijo que lo tuviera conmigo en todo momento, así que, como no podía traer mi bolsa de trabajo habitual, la había puesto en el equipaje para mi estadía en el castillo.

Tenía que prestar atención para no perderlo, ya que, es cierto, no era la mejor para cuidar mis cosas.

Con estas cosas a tener en cuenta por un lado, y el permiso otorgado por el Ministerio y por Madre por el otro, estaba completamente lista para montar en el carruaje que me llevaría a mí y a mi equipaje al castillo.

—Rápido, hermana mayor, sube. Vamos a llegar tarde —dijo Keith, extendiendo la mano. Lo tomé y subí al carruaje.

Mi amable y atento hermano vendría conmigo.

No necesitaría asistir a todas las clases, pero tomaría algunas en el tiempo libre que le quedaba después de ayudar a papá con sus deberes en el castillo.

Tenerlo conmigo era un gran alivio. Él podía despertarme si me quedaba dormida durante una lección, explicarme las cosas que no entienda y ayudarme con todo.

—Madre me pidió que me asegurara de que no te relajes, así que trata de tomarte esto en serio, ¿de acuerdo?

—¡Keith, ¿trabajaste para mamá todo el tiempo?! ¡Pensé que estabas de mi lado!

Solo pensé que me sentía segura con él como aliado, ¡pero era un espía enemigo!

—¿Trabajar para…? De todos modos, ella también me pidió que te ayude con lo que pueda surgir —dijo Keith, luciendo abatido.

—Oh, estoy tan contenta. Entonces eres mi aliado, después de todo —dije, pero, por alguna razón, Keith suspiró.

La luz del sol entraba en el carruaje desde un cielo que, como para burlarse de la oscuridad de mi estado de ánimo actual, estaba tremendamente claro.

Este sería el día perfecto para trabajar en el campo y jugar con Pochi…

—Oh, claro, Pochi —le dije a mi sombra.

—¡Guau! —gritó feliz el cachorro negro, saliendo.

Después del incidente del secuestro de Keith, Pochi, por alguna razón, se había convertido en mi mascota. Casi nunca se apartaba de mi lado y vivía dentro de mi sombra.

Como era un familiar, no necesitaba comer ni que lo sacaran a pasear, por lo que era muy fácil de cuidar.

La mayoría de los perros, en mis dos vidas, me odiaban, así que Pochi, que estaba tan apegado a mí, era aun más adorable a mis ojos. Sin embargo, dado que era un producto de la magia oscura, tenía que mantenerlo oculto y no podía sacarlo cuando había otras personas alrededor.

Lahna me dijo que no lo dejara salir en el castillo porque no sabíamos quién podría estar cerca para verlo.

No podré acariciarlo por un tiempo, pensé, y pasé el resto del viaje en carruaje dándole una parte por adelantado de caricias con todo el interés.

Después de acariciar a fondo a Pochi, llegué a mi destino a tiempo y me bajé del carruaje. El castillo se sentía diferente de lo habitual: estaba lleno de gente y la seguridad se había hecho más estricta.

—Es por la asamblea internacional entrante —explicó Keith cuando le dije lo que pensaba—. La realeza de los países vecinos vendrán aquí como invitados, y pronto solo las personas autorizadas podrán entrar.

Me acordé de lo importante que iba a ser un evento.

Fui a la habitación a la que Jared me había indicado previamente que fuera.

—¡¿Mary?! ¡¿Sophia?! ¡¿Alan?! ¡¿Nicol?!

Me sorprendió tanto ver a mis amigos allí que terminé llamándolos a todos por su nombre, uno tras otro.

Solo esperaba encontrar a Jared esperándome, así que fue una agradable sorpresa.

En cuanto a mi prometido, se veía extremadamente molesto.

—¡Señorita Katarina! ¡Te hemos estado esperando! —dijo Mary, corriendo hacia mí con una gran sonrisa en su rostro antes de que pudiera saludar al príncipe molesto. Sophia, con una sonrisa similar, la siguió.

Mary tenía el pelo y los ojos color siena quemados, y Sophia tenía el pelo blanco y los ojos rojos (lo cual era raro en este país). Las dos, como yo, eran personajes rivales en el juego, pero, aunque yo lucía una cara de villano, ambas eran auténticas bellezas.

Estaba muy feliz de verlas, ya que había tenido pocas oportunidades de hacerlo desde que comencé a trabajar en el Ministerio, pero no entendía por qué estaban en la habitación en la que Jared me había dicho que me quedaría por el tiempo del seminario.

—¿Qué están haciendo aquí? —pregunté.

—¡Nosotros también nos quedaremos en el castillo para asistir al seminario! —respondió Mary con ojos brillantes.

—¡¿Todos ustedes?!

Pensé que esto era como una oportunidad para mí, una dama noble deficiente, para mejorarme, entonces, ¿por qué personas como Mary, el ejemplo de lo correcto, también asistirían?

—No es que yo vea qué clases tomaría la señorita Mary, venerada como un modelo de excelencia entre las damas —comentó Jared, quien había estado pensando lo mismo, con una sonrisa.

—Por el contrario —respondió ella, sonriendo también—, todavía tengo mucho que aprender. ¿No estás de acuerdo, príncipe Alan? —dijo, volviéndose hacia el gemelo menor de Jared, de cabello plateado y ojos azules, que resultó ser su prometido.

—Sí, así es —respondió brevemente Alan mientras evitaba mirar a su hermano, cuya sonrisa ahora parecía tener algo oscuro.

—Entonces ella obtuvo la información de ti, una vez más… —murmuró Jared entre dientes.

Todavía no entendía los detalles, pero saber que mis amigos estarían allí conmigo era motivo suficiente para regocijarme.

—Señorita Katarina, he traído varias novelas para su estadía —dijo la encantadora Sophia mientras arrastraba un enorme baúl con ella.

—Por eso tenías todo ese equipaje contigo. Estamos aquí para estudiar, este no es momento para estar leyendo novelas —dijo su hermano Nicol, un apuesto joven de cabello y ojos negros, antes de tomar el baúl, sin cambiar nunca su expresión facial.

También había escondido un par de novelas románticas en mi equipaje, así que miré con miedo y simpatía mientras se llevaban las de Sophia.

Después de darle el baúl a un sirviente, Nicol miró a su hermana decepcionada.

—Como todos pueden ver, Sophia no se toma muy en serio todo este asunto, pero por favor cuiden de ella. Yo también me quedaré en el castillo por motivos de trabajo, así que avíseme si pasa algo —dijo con una reverencia.

Así que no se unirá a nosotros en el seminario, pero aún se quedará aquí.

—¡Por supuesto, si acaso debería ser yo quien te pida que me cuides! —dije, inclinándome también.

Nicol respondió con un gruñido corto, y como él sonrió levemente, me arriesgué a desmayarme por su atractivo por primera vez en mucho tiempo.

—Basta de cortesías. Te acompañaré a tu habitación, Katarina —dijo Jared, alejándome del peligrosamente guapo Nicol.

—No hay necesidad de molestarse. Ya hemos preparado una habitación para ella —dijo Keith, tirando de mí, esta vez lejos de Jared.

—Y nos alojaremos en el anexo al lado de esa habitación —dijo Mary, señalándose a sí misma y a Sophia.

—La tiranía de la mayoría, ya veo… —dijo Jared, su sonrisa se volvió aun más oscura, pero yo estaba feliz de estar cerca de Mary y Sophia.

Todos fuimos a la habitación que Keith me había preparado, justo enfrente de la suya y muy cerca del anexo donde se alojaban Mary y Sophia.

Ahora que estaba rodeada de amigos, lo que había estado pensando como un campamento de seminarios aburrido había comenzado a sentirse más como una divertida excursión.

Entré a mi habitación, donde debía dejar mi equipaje, y me tendí en la cama.

—¡Voy a dar lo mejor de mí! —grité.

—Señorita, recuerde que no está en casa. Por favor, baja la voz —me regañó Anne, mi doncella, quien me había seguido hasta el castillo.

Y así comenzó mi estancia en el castillo para asistir al seminario.

6 respuestas a “Katarina – Volumen 8 – Capítulo 1: La invitación (3)”

  1. When aparece toda la banda y le arruinan los planes a Jared:
    Un clásico.jpg
    Jajajaja es que hay que reírse para no llorar de todos los esfuerzos en vano que hace el pobre 🤣🤣🤣🤣
    Por lo menos ahora Katarina se podrá divertir rodeada de amigos y no tener que pasarla estudiando :3
    No puedo esperar a ver qué pasará wiii
    (Pero voy a tener que esperar porque ahora me toca estudiar 😪 y voy con los mismos ánimos de Bakarina con la traducción del pacto xd)
    Muchas gracias por el cap!

    Posdata:
    Espero que ahora que están en el castillo se rebelen más cosas sobre los misterios que lo rodean (más sobre el tío de Jared y cosas así, aunque no venga al caso :v aún me intriga xd) 🧐

  2. Para alguien que no le cae bien Jared esto es un alivio y también me alegra ver a toda la banda reunida después de tanto tiempo, jajajajaja esto será divertido.

  3. Era de esperarse que todos los amigos de Katarina estarían ahí, pero ya se me hace cansado verlos, prefiero a los personajes del ministerio ajsja

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