La poseída hija del Duque – Capítulo 36

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


—Su Alteza, ¿qué está pensando?

—¿Sobre qué?

—Los destinatarios de las invitaciones son principalmente los de la nobleza superior. Dentro de todo eso, solo Tina es la excepción. ¿Podría tener alguna idea de lo que esa chica podría estar sintiendo a causa de ello?

—¿Qué quieres decir? ¿Qué tiene de malo invitarla porque quería que viniera?

Ah, este chico no tiene remedio. Ni siquiera está tratando de entender. Lilia, vamos a rendirnos aquí.

Tienes razón. Me siento mal por Tina, pero esto está fuera de mi alcance.

Suspirando junto a Sakura, le dio la espalda al Príncipe. Ahora que sabía que no tenía sentido seguir con la conversación, no tenía más razones para estar ahí. Ya había cumplido con su obligación de presentarse, por lo que decidió regresar a su habitación.

Mientras sentía que un malestar que hacía que su buen humor anterior por recorrer la ciudad pareciera una mentira, Lilia comenzó a alejarse sin decir palabra.

—¡Espera, Lilianne! ¡Nuestra conversación no ha terminado!

Se detuvo ante sus palabras y respondió sin volverse.

—No, ha concluido. Ahora que me he dado cuenta de la inutilidad de cualquier intercambio de palabras contigo, ya no hay ninguna razón para que esté aquí.

Después de eso, se fue sin decir nada más. El Príncipe gritaba algo detrás de ella, pero lo ignoró por completo.

No había nadie que le impidiese el camino de regreso. Quienes veían la cara de Lilia, se dispersaban cual bandada de pájaros. Pero cuando se acercó a la salida, había una persona parada allí.

—Señorita Lilia…

Tina la miraba con una expresión preocupada. Probablemente porque había otros nobles de clase alta alrededor, ella parecía estar absteniéndose de parecer cercana. Lilia solo le dio una mirada a Tina antes de pasarla.

—Aguanta ahí.

—…

Tina abrió mucho los ojos ante la breve despedida que Lilia le dio antes de irse. Sin volverse para ver su reacción, Lilia abandonó el lugar.

Cuando regresó a su habitación, Alisa había preparado un poco de té y la esperaba. Un poco sorprendida, fue guiada a su asiento. Tomando un sorbo de té, sintió que la vida volvía a ella.

—Buen trabajo ahí fuera. Señorita Lilia.

¿Cuánto sabe esta chica al decir algo como esto? Mientras pensaba que era extraño, Lilia simplemente se encogió de hombros y no respondió.

—¿Podría haber algún plan para mañana?

—En realidad no… No, en realidad lo hay. Pero no hay nada que requiera su ayuda, así que está bien si descansan. Al menos tómate un descanso los fines de semana.

Al escuchar eso, Alisa tenía una mirada preocupada. Parecía que iba a decir algo, así que Lilia habló primero.

—Puedes tomar esto como una orden.

—Ugh…

—Tómate un descanso mañana.

Alisa parecía que todavía quería decir algo, pero pronto se rindió y suspiró. Sin embargo, eso era simplemente renunciar y no significaba que lo hubiera aceptado. Alisa parecía estar pensado por un tiempo, antes de abrir la boca.

—Vamos a tomar un descanso durante el mediodía solamente. ¿Será eso aceptable?

—… Vístete bien entonces…

Se preguntaba por qué se oponía tanto a tomarse un día libre, pero no parecía que Alisa fuera a ceder más que eso, así que dio su consentimiento.

Lilia, ¿qué tienes que hacer mañana?

No mucho. Solo voy a hacer unos arreglos.

¿Por el bien de Tina?

Supongo que se reduce a eso.

Cuando respondió, estaba un poco sorprendida de sus propias palabras. Para actuar por el bien de la otra persona… Pero, Lilia rápidamente negó con la cabeza. Esto era solo como agradecimiento por prestarle el vestido.

Es por mi propio bien. O eso es lo que se dijo Lilia para convencerse a sí misma.

Es algo bueno, por lo que no hay necesidad de engañarse, ¿sabes? Dijo Sakura en un tono alegre.

El día siguiente, terminando su desayuno, vio a Alisa, que fue a comprar cosas en la ciudad y pasó el resto de la mañana trabajando en sus estudios con Sakura. Al arreglárselas con la comida que compró ayer como su almuerzo, Lilia también salió de su habitación cuando llegó la tarde.

Cuando llegó a la entrada del segundo piso, el pasillo una vez más se calló. Pero tal vez carente del factor de choque en comparación con el de ayer, las personas rápidamente desviaron sus miradas y poco a poco volvieron a sus propias conversaciones. Aun así, hubo algunos que se congelaron solo por verla, pero Lilia no le prestó atención y movió los pies.

Llegó a la habitación de Tina y cuando llamó, se oyó su voz al otro lado.

—¿Sí?

—Tina, soy yo.

—¿Lilia? Ya voy.

Justo después de eso, se abrió la puerta. La cara que reveló Tina parecía un poco desgastada.

—Bienvenida, Lilia. ¿Qué pasa?

—Bueno, no mucho… ¿Puedo entrar?

—Sí, por supuesto.

Tina la condujo a su habitación. Sobre su escritorio, los materiales escolares y los cuadernos estaban esparcidos. Así que ella estaba estudiando diligentemente, lo cual hacía que Lilia se sintiera bien por alguna razón.

Eres como una hermana mayor, eh.

¿Eh? ¿Hermana mayor?

Oh, no es nada.

No creía que fuera simplemente “nada” por como Sakura se estaba riendo alegremente, pero podía decir que Sakura no tenía intención de responderle, por lo que sería inútil preguntar de todos modos.

—Tina, ¿cómo estuvieron las cosas anoche después de eso?

Cuando le preguntó, Tina mostró una sonrisa cansada.

—No hubo nada hasta que me fui, pero…

Tina volvió su mirada hacia un rincón del escritorio. Había numerosos trozos de papel arrugados ahí. Con el ceño fruncido y dudoso, Lilia los recogió y leyó. Y al instante, entrecerró los ojos.

Lilia, eso da miedo. Aunque entiendo cómo te sientes.

Qué diablos es esto…

Había seis hojas de papel. En cada una de ellas, palabras como “No eres apta para el Príncipe” o “No te adelantes” y así sucesivamente, se alineaban en las páginas, pareciendo tan distantes de alguien que realmente conociese a Tina, que solo podían hacer que estuvieras en shock

Es un modelo de Lilia producido en masa.

No tengo idea de qué estás hablando, pero el hecho de que te estés burlando de mí es claro.

Entonces, es eso. El modelo producido anteriormente por Lilia.

Seguro que tienen agallas allí…


Maru
Baia, baia, parece que tenemos más gente que echar al pozo… Espero que esto no salpique a Lilia.

5 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 36”

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