La Princesa derriba banderas – Capítulo 109: La decisión de la princesa reencarnada (2)

Traducido por Ichigo

Editado por Sakuya


—Todavía hay muchas cosas que me gustaría pedir, pero primero, por favor, levante la cabeza…

El jefe fue quien rompió el silencio después de un tiempo.

Después de sus palabras, sus ojos ámbar permanecieron fijos en mí y su expresión de sorpresa de antes había desaparecido.

Este debe ser su carácter de farmacéutico.

—No hace falta decir que es un hecho que venderemos nuestra medicina a la gente necesitada. Si lo que dices es verdad, entonces no hay razón para dudar.

—No puedo darle ninguna prueba…

No podía probar mis palabras, aunque fueran verdad. Mi rostro cayó patéticamente, pero el jefe simplemente sacudió la cabeza.

—No digo que tenga que presentar ninguna prueba tangible. Por favor, por ahora, sólo dígame lo que sabe y yo evaluaré su historia después.

No tenía la intención de ocultarles ningún secreto.

Le dije al jefe y a Wolf todo lo que sabía.

El brote fue confirmado por primera vez en Grenze, una ciudad fronteriza en la región suroeste del Reino de Wind. Los primeros síntomas fueron similares al resfriado común; fiebres altas, malestar y dolores de cabeza. El agua potable, ya sea caliente o fría, casi no tenía efecto contra la fiebre. Esto fue idéntico al informe dado por el marinero que el maestro Julius me dijo.

Por lo tanto, había una alta probabilidad de que la medicina que buscábamos originalmente funcionara en los de Grenze.

—He oído hablar de estos síntomas antes, pero no puedo estar completamente seguro a menos que mire a un paciente vivo para confirmarlo. Sin embargo, tal vez todavía pueda ser de ayuda.

Las tranquilizadoras palabras del Jefe aliviaron un poco mi preocupación.

—Entonces…

Estaba a punto de seguir con “¿estás dispuesto a vender tu medicina?” cuando el Jefe levantó la mano.

—Pero hay una pregunta más que debo hacerte. ¿Por qué vino a este país? No es como si te cubrieras como un simple turista, después de todo.

—¿Eh…?

Estaba profundamente confundida por la inesperada pregunta que se me presentó. Cuando busqué la ayuda de Wolf, él, a su vez, colocó un rostro complicado.

—Marie, siempre has dicho que querías encontrar la medicina, ¿verdad?

—Sí…

Cuando respondí, pensé en por qué Wolf estaba dando una expresión tan sombría.

Podría ser que el momento era demasiado bueno. Es difícil creer el hecho de que estaba sentada justo al lado de la persona que podría hacer la medicina milagrosa que se ocuparía de este problema de la enfermedad, justo cuando la enfermedad estaba estallando. 

No se podía evitar que pensaran que estaba soltando algunas mentiras sólo para poner mis manos en su mercancía.

Pero, aun así, no podía darle ninguna otra explicación. Estaba al límite de mi ingenio. Pero me llamaron justo cuando estaba a punto de ceder y dejar caer mi mirada una vez más.

—Su Alteza, por favor no se haga una idea equivocada. No creo que lo que nos ha dicho hasta ahora sea una mentira.

—Estoy de acuerdo. Marie no es alguien que mentiría así.

Wolf estuvo de acuerdo con el jefe y me dio una palmadita en la espalda. Sentí como si me dijera “está bien, así que siéntate derecha”. 

—Y esos síntomas no son algo que a alguien se le hubiera ocurrido fácilmente. La historia también se alinea con los informes sobre ese lugar.

—¿Ese lugar?

—En este momento, en la región suroeste de Grenze, los bosques están siendo talados mientras hablamos. En lugares como estos, las enfermedades se propagan como un incendio forestal, ¿sabes? Hay muchas enfermedades escondidas en los bosques que ni siquiera yo conozco.

Algunos recuerdos de mi vida anterior volvieron a mí. En los programas de televisión se emitían regularmente historias sobre cómo había una clara correlación entre la deforestación y las epidemias.

Se decía que la posibilidad de contacto humano con animales salvajes que habían sido privados de sus hogares debido a la deforestación aumentaría, y las enfermedades previamente indocumentadas se propagarían. Como resultado del colapso de su ecosistema, también aumentaría el número de animales pequeños e insectos portadores de estas enfermedades.

—Hasta este punto, no había nada malo en su historia. Sólo que… la narración fluye demasiado bien. Es como si pudieras ver el futuro.

No podría hacer algo como “ver el futuro”, pero usando el conocimiento del juego y el conocimiento que tengo ahora, es posible al menos predecirlo.

Pero eso ya era un engaño bastante grande. Incluso si la historia ya se había desviado de su camino, mi conocimiento de los eventos del juego me permitió tener espacio para prepararme en el presente.

Miré tranquilamente a Wolf y él me miró en silencio a cambio. No podía permitirme perder la calma ahora.

—Su Alteza, ¿no tiene un poder misterioso? —preguntó el jefe.

—No, todo esto fue una mera coincidencia. No soy nadie sin mi título de princesa.

—También hay un error en el exceso de humildad, ¿sabes? Me enteré por mi hijo de que eres la creadora del “Rocío del Mar”. El trato que le diste a la tripulación del barco también fue impecable.

Todo esto se debe a los conocimientos de mi vida anterior. Realmente soy una chica normal. 

Pero exactamente porque es algo de una vida anterior que no podría decirlo. Y aunque lo hiciera, nadie me creería.

—Exactamente digno del título de “Diosa”. 

No tengo ni idea de adónde quería llegar el jefe con eso.

El malestar brotó dentro de mí. Aunque fuera por poco tiempo, sabía que la “Diosa” era algo venerado en este pueblo.

Pero no tenía ningún sentido. ¿Por qué el jefe se referiría a una chica como yo como una?

Mientras me sentía confundida, sentí dos manos sobre mis hombros, y supe quién era sin tener que mirar hacia arriba.

—No me digas, ¿quieres usarla como una herramienta para engañar a todos?

Su voz retumbante suprimía por la fuerza las emociones que bullían en su interior. Y, junto con su voz áspera, había una mirada igualmente dura… pero incluso entonces, sabía que el jefe no se movería fácilmente.

Sentí que esos ojos color ámbar con arrugas talladas en las esquinas, poseían calma y resolución absoluta.

—Algo así como “Si no puedes escuchar a la princesa, entonces escucha a tu diosa”. ¡No es tan conveniente!

—Sí, lo sería.

El jefe no dio ninguna excusa.

Como si Wolf no pudiera aceptar la respuesta, el agarre de mis hombros se apretó.

—Nadie sería feliz con una mentira como esa…

—Entonces, ¿tienes un plan mejor?

El jefe refutó con calma a Wolf, dejándolo sin palabras.

—Su Alteza es una buena muchacha. No creo que encuentres otra noble que sea tan bondadosa y despreocupada como ella. Con el tiempo, estoy seguro de que puede convertirse en un gran maestro para nuestro clan. Sin embargo, tiempo es lo que no tenemos. Cuando el último de nuestra familia perezca, no quedará nada para gobernar.

Tenía mucha curiosidad por la situación de la que hablaban, pero había algo que me llamó aún más la atención. ¿Estaba en lo cierto respecto al poco tiempo que les quedaba?

Quería escucharlo, pero después de ver el ambiente entre los dos, no era el momento de preguntar.

—¡Ya lo sé! ¡Sé que no tenemos mucho tiempo y el hecho de que algo debe hacerse ahora! ¿Pero no puedes ver que esto es diferente? El Clan Kua puede estar lleno de idiotas cabezones, pero tampoco son inflexibles y casi siempre perdonarán tus acciones. Pero no cuando se trata de la Diosa. Se llevarán estos rencores a sus tumbas si usas su deidad como una herramienta para tu propia conveniencia. Ella estará cruzando una línea que es demasiado profunda para salir. No podemos tener a esta niña… nuestra Maestra, ¡llevar esta pesada carga sola!

La voz de Wolf recuperó gradualmente su compostura mientras continuaba hablando. Inconscientemente me senté cuando dijo “nuestro Maestro”, aunque aún no le he dado mi respuesta. Cuando dije que no podía ser el amo del clan, esperaba que se rindiera con un “no se puede evitar”. En cambio, él respondió, “eso es irrelevante”, sin dudarlo.

Nuestra maestra, ¿eh?

El Jefe repitió las palabras de Wolf.

No se estaba burlando de él en absoluto. Más bien, era como si esas palabras se estuvieran asentando realmente.

—¿Qué…?

—¿Así que finalmente te has decidido?

Wolf hizo una mueca a la pregunta del jefe, pero la agitación desapareció poco después, y asintió con una cara seria.

La cara del jefe se relajó y murmuró con una voz suave.

—¿Es así?

—Padre…

—No te preocupes. Yo seré el que tome toda la responsabilidad de esto.

—¿Eh?

Con el inesperado flujo de la conversación, una pequeña voz se escapó involuntariamente de mi boca. La mirada del jefe se volvió hacia mí.

—Su Alteza, lo siento mucho, pero debo hacer que se quede con nosotros un poco más.

—¿Qué quiere decir con…?

—Me gustaría que actuaras como la diosa de las leyendas. Estaba pensando en que muestres algunos poderes misteriosos para persuadir a la gente, ¿tienes algo en mente?

A pesar de que no pude decir ni una palabra, la conversación continuó.

—¿U-Um? ¿Un poder misterioso? Bueno… si es sólo un acto, entonces no puedo decir que no tengo nada.

Cuando lo pensé por un momento, esas cosas me vinieron a la mente, los objetos que estaban seguros en mi bolsillo todo este tiempo.

—Entonces está decidido.

Al contrario del jefe que asentía satisfecho, mis niveles de ansiedad habían alcanzado un nivel máximo histórico.

Una respuesta en “La Princesa derriba banderas – Capítulo 109: La decisión de la princesa reencarnada (2)”

  1. No se porque pero algo me dice que solo van a finjir creerle xd, y que todos saben que la princesa no es una Diosa pero que van a finjir engañarse solo como excusa para seguirla.

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