Mi hermana, la heroína – Capítulo 3

Traducido por Sharon

Editado por Nelea

Corregido por Maru


La sangre de Mishuli era valiosa.

Al nacer en la familia del Duque, tenía sangre Real, pero no podía compararme con Mishuli.

De acuerdo al conocimiento de mi vida anterior, sabía que la hermana menor del Rey dio a luz en secreto a Mishuli.

Por lo que sé, no estaba casada con nadie. O mejor dicho, ya estaba muerta. Juzgando por el tiempo, temía que el nacimiento de Mishuli podría haberlo hecho.

Aunque no se mencionó en las memorias de mi vida pasada, la posición tan peculiar de Mishuli probablemente fue causada por circunstancias políticas.

En esta situación, ella nació y creció por cuatro años. Entonces fue tomada por mi padre para volverse un miembro de la Familia Noir como mi hermana pequeña.

Podía hacer estas conjeturas debido a mis memorias, pero había algunas diferencias.

Naturalmente: yo.

Según mis recuerdos, tendría que haber continuado con el malentendido y pensar en Mishuli como la hija de la amante de padre.

Debido a que tal discriminación nunca comenzó desde el principio, me las arreglé para llevarme bien con Mishuli. Si lo hubiera malentendido y pensado que venía de una amante, la hubiera rechazado molesta.

Diez años más tarde, cuando se vuelva amiga con el Príncipe Heredero y otros chicos de alta cuna, sería considerada una molestia. Y finalmente, cuando se revelase que Mishuli es parte de la Familia Real, la malvada hija recibiría su recompensa. De esta forma, el inevitable destino del suicidio, ejecución o el exilio a un monasterio me esperaba.

Sin embargo, esto era imposible que sucediera.

Primero que todo, recuperé mis recuerdos de mi vida anterior antes de juzgar a Mishuli como la hija de la amante. En este punto, ya había una diferencia. Además, actualmente, era la prisionera de Mishuli. Por mis recuerdos, le habría dejado a Mishuli terribles heridas, tanto físicas como mentales, pero ahora no puedo imaginarme haciendo tal cosa.

Si fuera a herirla, Padre perdería su posición y ella se volvería la Duquesa de este país. Teniendo esto en cuenta, juré que no dañaría a Mishuli.

Dejando eso de lado, respecto a esos chicos… Bueno, no había alguien que fuera el compañero adecuado para Mishuli, era mi derecho como hermana mayor. No podían culparme.

¿Cuál era la diferencia?

La respuesta es obvia.

Puede que sea porque nací como una genia o algo.

Por mis recuerdos, Christina Noir no era una mujer inteligente.

Desde una perspectiva externa, ni siquiera se la puede considerar humana. Hablando con franqueza, era miserable mirar a una mujer tan estúpida y emocional.

No era que estuviera alabándome a mí misma, pero yo no soy de esa forma.

Para mí, quien nació y creció como una genia que sobresale en leer el ambiente, prestar atención a mis alrededores era algo fácil. Más importante, por el bien de la felicidad de mi hermana, estaría feliz incluso si debo morir.

En otras palabras, la conclusión era:

A diferencia de mis recuerdos, Mishuli y yo tenemos una relación feliz, armoniosa y de color rosa.

—Fufu.

Mientras pensaba, la risa se escapó de mi boca.

Una risa que fui incapaz de contener salió. Apreté mi pecho de forma digna y reí con fuerza.

—Fufufu, Fuwa– ¡Hahaha!

—Estamos a punto de comenzar a practicar los pasos de baile, ¿así que porqué se ríe de esa forma, Señorita Christina?

—Sólo escapo de la realidad.

Frente a mis ojos, la excesivamente estricta realidad se elevaba sobre mí. Mientras miraba a Marywa Toinette, quería escapar de vuelta a mis recuerdos.

♦ ♦ ♦

Y así, el objeto llamado ‘danza’ fue agregado a mis lecciones de etiqueta.

La profesora era por alguna razón Marywa. La danza y la etiqueta son algo diferentes, ¿así que por qué Marywa, que es una profesora de etiqueta, también estaba a cargo de la danza?

No lo entiendo. Yo, con el cerebro de un genio, no puedo entender esta misteriosa elección de personal.

Sin embargo, la razón por la abrupta intrusión de las lecciones de danza era obvia.

Parece ser que pronto habrá un baile en el Palacio Real.

Encima de eso, el hijo de un noble cuya edad es similar a la mía hará su debut. Construir conexiones para el futuro era importante. Después de que los adultos alardeen de sus hijos, era posible que se eligieran prometidos.

Sin embargo, al final, los niños de mi edad eran invisibles, así que no hay necesidad de bailar aún. En el baile, sólo los caballeros y mujeres mayores de catorce años eran las estrellas.

Cuando escuché eso, una pregunta surgió.

—Aunque no tengo que bailar aún, creo.

—Debes aprender algún día. Debido a que no hay daño en aprenderlo antes, nos enfocaremos en el trabajo de pies ahora. Uno, dos, tres, muy bien, ahora giro.

—UGIGI

Apretando mis dientes, bailé al ritmo que Marywa marcaba.

Debía soportarlo por el bien de mi futuro. Su argumento es tan razonable que no me dejaba lugar para quejarme. Como una genia, soy diferente de otros niños de siete años. Respetuosamente suprimiré mis emociones egoístas.

Pero había una cosa.

—Bien, Señorita, su barbilla está muy alta. Sus expresiones son vergonzosamente rígidas. Siempre debe verse femenina, con una sonrisa suave y pequeña.

—Creo que estoy cansada…

—Aunque esté cansada, no debe mostrarlo. No se limpie una sola gota de sudor, no muestre fatiga. Sobre todo, la Señorita sigue siendo joven así que si colapsa, fácilmente podrá moverse mañana. Ser capaz de repetir esto todos los días, ser joven es algo espléndido.

La niña de siete años no pudo responder a este diablo.

Miré fijamente a Marywa que hablaba con palabras sacadas del mismo infierno.

Era una genia que, en cierto grado, recuperó los recuerdos de mi vida anterior; tenía una actitud que avergonzaría a cualquier adulto. Pero mi cuerpo inmaduro no tenía posibilidad de adaptarse al entrenamiento infernal y riguroso de Marywa.

—¿Qué sucede, Joven Ama? Sus pies se han detenido. Muy bien, uno, dos, tres. ¡No baje su brazo, enderece su espalda!

—¡UGUGU…!

Con sus golpes sin piedad, fui a través de los pasos de baile. Primero con las instrucciones, luego tres conjuntos de repeticiones, entonces el entrenamiento terminaba. Después de eso vendría el deslumbrante tiempo con Mishuli.

Si pensaba en eso, podía soportar lo que sea.

Sin embargo, las cosas dolorosas siguen siendo dolorosas.

—Mierda. En primer lugar ¡¿por qué Marywa me está enseñando baile…?!

—Debido a que la Señorita es excesivamente bromista, personalmente me ofrecí voluntaria para reducir la molestia de su futuro profesor.

—¡¿Haa?!

Mientras mi queja era respondida, la problemática respuesta causó que mis pies se detuvieran inintencionadamente.

—¡Pensé que algo era extraño, ¿pero tú eres la culpable?!

—Señorita.

Mientras gritaba vigorosamente y señalaba a Marywa, ella me frunció el ceño.

—¿Qué es eso, ese lenguaje y conducta? ¿Quién le enseñó a señalar a la gente de esa forma? Su castigo serán otras diez series de trabajo de piernas.

Mis ojos lagrimearon un poco por la declaración demoníaca que se robó mi precioso tiempo con mi hermana.

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