¡No seré un enemigo! – Capítulo 40: Modificación de contrato de trabajo

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Has sido llamada para que formes parte de la reunión que se celebrará dentro de poco.

Estuve jugando con el maestro Horace durante un buen rato, antes de tomar la comida que Maya trajo. Fue en ese momento, que me avisó de la reunión.

En ese momento, estaba tratando de explicarle que el Maestro no era un adorno. Sin embargo, él fingió serlo. Debido a eso, Maya parecía pensar en mí como una niña de gustos lamentables y me sentí aún más nerviosa por la actitud insensible del maestro.

Al final, Maya logró comprender que el Maestro es un producto de la magia y que posee el alma de un anciano dentro —La magia es asombrosa —había dicho impresionada, pero de repente arrojó una bomba —pero Kiara fue quien lo diseñó, ¿verdad? —Y eso reafirmó la percepción de que mi sentido del gusto es demasiado extraño.

Después de eso, el Maestro estuvo haciendo un escándalo sobre cómo era su apariencia externa, si era realmente extraño o no. Entonces, le mostré un espejo y se quedó aturdido.

Durante esta armoniosa escena, la invitación llegó nuevamente, pero esta vez, el que me llamó no era un sirviente de la Señora Beatrice sino que un caballero del marqués vino para convocarme de manera oficial a la reunión.

En este momento, siento como si mi posición hubiese cambiado.

Quizás el marqués pensó que, después de convertirme en un mago, debían cambiar la forma en que me tratan.

Cuando recibí la invitación, estuve distraída por unos segundos, esto es la guerra, no hay descanso, cuando hay un momento de paz, cada bando planea la manera de atacar y destruir al enemigo.

Ahora, me doy cuenta de que la guerra no es algo simple. Incluso si ya es demasiado tarde, la sensación de no querer matar a nadie sigue presente, y me pregunto si hay algo que pueda hacer al respecto.

Mientras me mordía los labios inconscientemente, por mi preocupación, el Maestro me susurró algunas palabras. Y esas palabras, me ayudaron a llegar a una determinación.

— ¿No deseas que tus amigos sobrevivan?

La razón por la que me convertí en mago.

El Maestro Horace me recordó el porqué elegí este camino, a pesar de que no tendré una muerte normal y que terminaré convirtiéndome en arena al morir.

Como había aceptado ir a la reunión, primero debía cambiarme de ropa.

Fui vestida con una, suave, ropa de dormir de algodón, mientras estaba inconsciente. Por lo tanto, le pedí al caballero que me esperara fuera de la habitación y Maya me ayudo a cambiarme.

Sin embargo, cuando estaba a punto de elegir la ropa, titubeé.

Durante el tiempo que subyugamos a las bestias mágicas, pedí prestada y usé la ropa de los soldados pequeños, ya que era más fácil moverse así. Pensé que sería mejor usar ese tipo de ropa, por si tenemos que actuar de inmediato, pero Maya me entregó un conjunto de vestido y capa, que se le había ordenado que yo usara.

Es un vestido grueso hecho con tela de calidad, pero no es algo que pudiera usar así como así.

Su color no era llamativo, más bien, se parecía al color de mis ojos, es un verde intenso teñido de cenizas. Y el color de la capa es azul, una prueba de que quien lo use pertenece al ejército del reino de Faruzia.

—Beatrice-sama me pidió que te pusieras esto, Kiara. Dijo que no te servirá de nada llevar un uniforme militar ordinario en el momento en que debas moverte como un mago.

Madame Beatrice parecía haber preparado este atuendo como una especie de regalo de felicitación por mi nuevo puesto. Además, había comenzado a prepararlo desde el momento en que empecé a decir cosas como “¡Me convertiré en un mago!”

Ella, verdaderamente, es como una madre…la lágrimas comenzaron a nublar mis ojos.

Luego, mientras Maya me ayudaba a ponerme la ropa, noté algo. ¿Eh? ¿No podré montarme en el golem rápidamente con este vestido?

Como se esperaba de un novato, con magia nivel uno, si no estoy en contacto con ella, la magia se romperá. Entonces, en aras de mantener el contacto, es importante que cabalgue sobre los hombros del golem como si estuviera montando un gran robot, pero si usara una falda, el viento y mis piernas la levantarían…

—También está tejido —Maya sonrió —Si llevas puesto este vestido, no podrás actuar imprudentemente, ¿verdad? Por eso, esta es una restricción para ti.

Ni podía decir nada. Parece que Madame Beatrice y Maya piensan que soy una  niña imprudente.

Cuando una chica usa una falda, lo que menos le gusta es que se levante, por lo tanto, hay cosas que no puede hacer, como saltar por el techo o subir a lugares altos, sin duda este conjunto fue elegido bajo ese principio.

Pero ciertamente…si no quiero mostrar las piernas, tendré que tener cuidado en cómo me muevo o hacerlo pensando en mantener mi propia dignidad. La señora Beatrice es una estratega táctica…además, dado que es del mismo género, sabe que los movimientos de una pueden verse restringidos, por algo tan trivial como la ropa.

Con una sensación de derrota, saqué al maestro de la manta en la que lo había envuelto, avergonzada de que me viera desnuda cuando me estaba cambiando. Encontré al Maestro que se movía de manera similar a un topo, y fue bastante divertido.

Incluso mientras se quejaba, el Maestro no se negó a ser sostenido por mí como si fuera un oso de peluche, mientras nos dirigimos al lugar de la reunión.

Durante el camino, la gente que pasaba, parecía estar más sorprendida por el hecho de que estaba abrazando al Maestro que de mi apariencia. Sin embargo, no les preste atención.

Al llegar a la sala de reuniones, el caballero del marqués, que espero pacientemente fuera de la puerta, mientras me cambiaba de ropa, abrió la puerta.

Dentro había una gran mesa larga. Las personas que estaban sentadas al lado de la mesa eran casi idénticas a las que asistieron a la reunión anterior.

Reggie estaba sentado en el asiento superior, y su caballero Groul estaba de pie detrás de él.

El marqués y la marquesa estaban en el lado izquierdo y derecho de Reggie. Sin embargo, el marqués no estaba ileso. Con una expresión demacrada, estaba mirando el vendaje alrededor de su puño.

Allan estaba sentado al lado de Marqués Vayne. Como era de esperar, ya que es el protagonista, parece que no sufrió ninguna lesión a pesar de estar en medio de la batalla, cuerpo a cuerpo, aun cuando tuvo que rescatarme. Si piensas en la realidad, me pregunto cómo se compara su habilidad actual con el nivel del juego.

En cuanto al oficial al mando de los soldados…estaba muy herido. Un vendaje incompleto colgaba de sus brazos, cubierto por un abrigo. Sus heridas se veían bastante dolorosas. Quizás el oficial al mando estaba entre las personas que quedaron de los que partieron al frente junto con el marqués. El oficial al mando defensivo estaba estacionado en el castillo, por lo que parece que no sufrió ninguna lesión grave. Sin embargo, tenía una expresión sombría.

Entonces, la parte más extraña es que han arreglado un asiento para mí.

Había un asiento vacío al lado de Allan y del capitán de caballeros. El caballero del marqués me guió hasta allí, instándome a sentarme.

Como mago, tengo que participar en guerras.

Tragué saliva por la tensión. Me temblaban los pies y estaba ansiosa por tener que sentarme allí, pero de alguna manera, me las arreglé para sentarme sin tambalearme.

Ahora que todos estaban presentes, el Marqués Vayne abrió la boca.

—Antes que nada, expreso mi gratitud hacia Su Majestad por su buena dirección, ofrezco mis condolencias a quienes perdieron la vida y respeto a todos los que brindaron su ayuda en la guerra de esta época.

Todos inclinaron levemente la cabeza y ofrecieron sus oraciones silenciosas ante las palabras del marqués.

Algún tiempo después, el capitán de caballeros abrió la boca con una voz temblorosa, llena de pesar.

—Notamos el movimiento del enemigo un poco tarde y es debido a eso que algunos de los soldados de su Excelencia murieron en vano…

—La culpa también es mía, Tremaine. Pensar que Sarehald se convertiría en traidor…

Parecía que las circunstancias se volvieron más claras que en la reunión anterior. Parecía que Sarehald nos había traicionado ya que parecía haber gente de ese país en el ejército enemigo.

—Sin embargo, ella nos salvó.

Los ojos del Marqués Vayne se volvieron hacia mí. Al mismo tiempo, las miradas de todos se dirigieron en la misma dirección.

Uh…da miedo.

Reflexivamente, terminé abrazando a la figurilla de arcilla que estaba dentro de mis brazos con fuerza.

—No te pongas nerviosa, mi discípula. —El maestro Horace susurró.

— ¿Qué vas a hacer si comienzas a vacilar solo por este tipo de miradas de admiración? Después de todo, obtuviste la victoria sobre un ejército enemigo de diez mil, jijijii. Cuando te pares en el campo de batalla, recibirás miradas llenas de intenciones asesinas. Además, lograste soportar eso hace unas horas, por lo que estas miradas pueden considerarse algo trivial en comparación con eso, ¿no lo crees?

—Uh…sí.

Fue justo como dijo el maestro Horace. Hace un momento, estaba corriendo mientras montaba una monstruo gigantesco, obteniendo mucha atención de los diez mil soldados.

Es solo que…en ese momento, estaba desesperada…

Hice lo mejor que pude, para intentar no pensar en la conmoción de tener que matar a las personas que estaban en los alrededores.

Sin embargo, después de escuchar las palabras del Maestro Horace, un poco de coraje surgió.

Después de cerrar los ojos con fuerza, volví a mirar al Marqués Vayne y sonreí.

—Gracias, Kiara. Gracias por ser tan decidida y obtener el poder para salvarnos.

—Eh, eso…si puedo ser de ayuda, aunque sea por un momento, también seré feliz.

Estaba tan nerviosa que mi corazón latía con fuerza, pero de alguna manera, logré dar una respuesta aceptable.

Como era de esperar, sentí un poco de repulsión al decir que seré feliz, pero aun así…

—Siendo ese el caso, para la maga que nos salvó, quien pensó en un plan para derrotar la formación de batalla principal del enemigo, me gustaría tratarte oficialmente como un mago en lugar de la posición de una sirvienta. ¿Lo aceptarías?

—T-trátame como un…

En otras palabras, al igual que convertir a un caballero en un oficial, quería emplearme como mago.

Estaba a punto de decir que no había necesidad de hacerlo, ya que me estaba acostumbrando a mi vida como sirvienta, pero contuve la lengua.

No, no. No aceptarlo está fuera de discusión.

Si dijera que estaría bien para mí permanecer como sirvienta en lugar de ser nombrada mago, todos tendrían problemas sobre cómo deberían tratarme.

Con ese tipo de respuesta, significaría que no quería que se hiciera público el hecho de que yo era un mago. El Marqués Vayne y los demás, tendrían que elaborar una contramedida para eso. Lo que generaría un aumento innecesario en la cantidad de trabajo, como cubrir el hecho de que una simple sirvienta participe en la guerra.

Y, por último, sería difícil para una sirvienta como yo, participar en un consejo de guerra como este cada vez. Pero si quieren mi cooperación como mago, tendrían que encontrar una excusa para dejarme escuchar la estrategia o incluso pasar por un procedimiento complejo para confiar un mensaje a alguien para que me lo entregue. Negarme solo molestara mas al Marqués Vayne y los demás.

Whoa, ¿no sería aún más problemático si fuera así? Por eso, debería aceptarlo. Reprendí la parte de mi que quería escapar a una vida de clase media baja antes de dar mi respuesta.

—M-muchas gracias.

El Marqués Vayne y los demás revelaron una expresión de alivio ante mi respuesta. Sólo una persona no relajó su expresión rígida. Y esa persona no era otra que Reggie.

Creo que seguramente le preocupa que me lastime mientras actúo como mago.

Sin embargo…no hay vuelta atrás. Con los incomprensibles cambios en las circunstancias, no podre proteger a Allan y Reggie si no estoy en una posición en la que pueda participar abiertamente en las guerras.

Todavía debo tomar la decisión de matar a más personas. No tengo la intención de dejar que Reggie cargue con todo.

Por eso, por ahora, me centraré en cómo deseo que mis amigos permanezcan con vida. Solo debo pensar en cómo podré luchar a través de todo, con los que aún están vivos, decidí que eso es lo mejor, incluso si tuviese que sufrir nuevamente.

Sea como fuere, no es algo tan desinteresado, por lo que dirigí el tema a la persona que acababa de convertirse en mi tutor.

—Todo esto es gracias al Maestro que me tomo como su discípula. Si él no estuviera allí, tal vez ni siquiera podría discernir de derecha a izquierda.

Hice hincapié en cómo pude lograr todo porque el maestro estaba conmigo. La táctica de hacer que el golem luchará, pudo ejecutarse después de que Shifu me enseñó cómo podía operarlo y hasta qué punto podía manejarlo en ese momento.

La estatuilla de arcilla, que se convirtió rápidamente en el centro de la conversación, se movió ligeramente, como si temblara un poco.

Entonces, el Marqués Vayne y las miradas de los demás se trasladaron al Maestro Horace que estaba en mis brazos. Con la sensación de querer esconderme detrás de escena, puse al Maestro encima de la mesa.

Ahora ve, Maestro. Protege a tu discípula, ¿de acuerdo?

Mientras enviaba mis vítores dentro de mi corazón, el Maestro se dio la vuelta para echarme un vistazo fugaz. Sentí que los ojos, que eran similares a los de una figura de arcilla de astronauta, me miraban atentamente, pero no le presté atención.


Kiara
Un momento de paz en medio de los problemas, el hermoso de reggie no quiere para nada que la tocaya pelee, pero ella está decidida. La verdad es que no me quiero ni imaginar qué es lo que dirá el maestro Horace, ah espero el proximo con ansias cada vez más interesante.

3 respuestas a “¡No seré un enemigo! – Capítulo 40: Modificación de contrato de trabajo”

  1. Me encanta esta novela me la leí en 5 horas😂😂😂 estoy esperando con anchoas el siguiente capítulo 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻 Espero más escenas Reggie x Kiara 😜❤️❤️

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido