Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 4 – Capítulo 8

Traducido por Shiro

Editado por Meli


El punto de encuentro con el adolescente pronto pasó del club a su casa. Cao Mo Kun encendió un puro mientras observaba, en silencio, al joven vestirse. Quería pedirle que se quedara, pero sentía que un simple juguete no merecía más de lo que ya había invertido en él. Su estado de ánimo, con frecuencia conflictuado, hacía que su rostro luciera sombrío y antiestético.

Zhou Yun Sheng, como siempre, se fue de inmediato, y Cao Mo Kun, tras apagar el puro con irritación, llamó a su sobrino.

El hombre se había convertido en el mayor apoyo de Ji Han Yu; sin su ayuda, no habría podido establecer su empresa, por lo que su actitud hacia él era muy cautelosa. No se negaría a acompañarlo, a la una o dos de la madrugada así tuviera que arrastrarse medio dormido.

Encontraron un lugar decente donde preparan parrillas. Ordenaron comida y una docena de cervezas.

—¿Todavía vives con ese compañero de clase tuyo? —inquirió Cao Mo Kun mientras fumaba sin parar; la comida y bebida intactas.

—Sí, ah… —respondió mientras comía las brochetas asadas.

—¿Cuál es tu relación con él? ¿Son amantes? —Le dirigió una mirada incisiva.

—¿Amantes? ¿Acaso se lo merece? —preguntó con tono burlón—. Él solo va tras mi dinero. Antes, solía buscarme hasta el cansancio, pero en cuanto quedé en «bancarrota», se desentendió y comenzó a engatusar a mis amigos.

—¿Qué? ¿Se acostó con tus amigos? —Aunque sonreía, sus ojos ocultaban crueldad.

—Inesperadamente, no lo ha hecho —contestó, negando con la cabeza.

—Entonces, ¿por qué dices que los engatusa?

—Le encanta pasársela con ellos, bei. Todo lo que antes solía hacer para complacerme, lo hace ahora con ellos.

Cao Mo Kun abrió una cerveza, tomó un sorbo y continuó su interrogatorio:

—¿Te has acostado con él?

—No. —Ji Han Yu se ruborizó—. Aunque vivo en su casa, no hemos hecho nada. Duermo en el sofá.

La gélida mirada de Cao Mo Kun se suavizó, y cuando se preparaba para continuar, su sobrino confesó:

—Tío, estoy enamorado de su amigo y compañero de habitación: Fang You Ran. Es huérfano, un verdadero santo… —continuó con el monólogo, a fin de obtener la aprobación de su tío—. Aunque su apariencia no es tan perfecta como la de Lin Cheng Ze, es de personalidad fuerte y optimista. Se encarga de todo en el hogar: cocinar, lavar, limpiar…, todo. También tiene cuatro trabajos de medio tiempo, pero sus calificaciones no se ven afectadas. Si yo tuviera sus orígenes, no sería ni la mitad de bueno de lo que él es.

»Tío. ¿sabes? Le mentí y le dije que necesitaba trescientos mil en capital de riesgo para recuperar la situación económica de mi familia, y él me dio todos sus ahorros. Piénsalo, tío, es un estudiante de secundaria que tiene cuatro trabajos de medio tiempo, ¿qué tanto puede ahorrar? ¡Qué idiota! Lin Cheng Ze no es tan estúpido como él; finge no escuchar o dice a medias que me ayudará a pensar en algo, pero, en realidad, se olvida del asunto tan pronto se da la vuelta. Dime, ¿cómo puede uno ser tan encantador y el otro tan hipócrita? Esto hace que quiera romper con Lin Cheng Ze, pero necesito una buena razón. —Irritado, Ji Han Yu se pasó una mano por el cabello.

—¿Le dijiste a Lin Cheng Ze que necesitabas trescientos mil para emprender tu propio negocio? ¿Cuándo? —preguntó Cao Mo Kun con perplejidad.

—Creo que a inicios del mes pasado. En realidad, no necesito dinero, tío. No te preocupes. —Ji Han Yu sonrió y agitó la mano, restándole importancia.

Cao Mo Kun lo miró con expresión sombría, dejó su cerveza sobre la mesa y se fue. Manejó hasta su casa en tiempo récord, se paró frente a la ventana francesa y fumó un puro, al terminar, llamó al joven.

—¿Qué? —se quejó Zhou Yum Sheng.

—¿Dormías? —Cao Mo Kun suavizó su tono de manera inconsciente.

—¿Qué crees? ¿Qué hora es? Mañana tengo un examen, si no salgo bien, ¡te culparé a ti!

—Está bien, cúlpame a mí. —Sus ojos se llenaron de cariño, pero pronto se desvaneció.

Le había llamado para interrogarlo, quería saber si se había involucrado con él para ayudar a Ji Han Yu, pero la respuesta era obvia, desde la primera noche que pasaron juntos, él lo dejó claro cuando le dijo: «Como lo amo, me acostaré contigo».

Había considerado al joven como un juguete que había comprado; alguien depravado y sin fuerza de voluntad. No obstante, era alguien que había dedicado por completo su corazón a una persona por la que haría lo que fuese, incluso venderse.

Co Mo Kun estaba al borde de la ira, pero no podía arremeter contra el joven, no podía criticarlo, ni siquiera un poco, así que se contuvo y murmuró algunas palabras para apaciguarlo. Luego, concretó una cita para el día siguiente, colgó la llamada y dijo en tono burlón:

—Cariño, ¿cómo puedes amar tal cosa?

Dicha «cosa» era su sobrino, pero parecía haberlo olvidado por completo.

Con lentitud, cercenó un puro mientras planeaba qué hacer para que el joven viera el verdadero rostro de Ji Han Yu. En el mundo había tantos hombres buenos, ¿por qué no cambiar a alguien mejor? Él también anhelaba ser el receptáculo de un amor tan sincero y sin reservas.

♦ ♦ ♦

Después del examen, Cao Mo Kun llevó a Zhou Yun Sheng a su casa.

—Ponte esto. —Sacó un conjunto nuevo de ropa, Zhou Yun Sheng lo miró, pero no se movió, entonces él le explicó—: Este será tu guardarropa de ahora en adelante. Te compré algunos conjuntos, ¿por qué no los miras para saber si son de tu agrado?

Abrió la puerta del armario, dejando a la vista la gran cantidad de ropa que colgaba allí organizada. Resultaba obvio que todo era nuevo, las etiquetas ni siquiera habían sido cortadas.

Zhou Yun Sheng era indiferente a la moda, solo le gustaba la electrónica, pero Lin Cheng Ze era otra historia.Por lo que inevitablemente se vio afectado por ello y, de manera inconsciente, se acercó y comenzó a revisar los paquetes.

Al ver que no se resistía, Cao Mo Kun sonrió con satisfacción y le masajeó el cuello del joven con la palma.

—Deberías vivir conmigo a partir de ahora. No es seguro que siempre estés corriendo de regreso a tu casa en medio de la noche.

—¡No! Han Yu sospechará. —Soltó la ropa al instante y se dio la vuelta para irse.

Cao Mo Kun, lo tomó en sus brazos y lo besó para tranquilizarlo.

—Cariño, no te vayas. Solo era una sugerencia. Por supuesto, todo esto seguirá siendo tuyo. Créeme, las usarás tarde o temprano.

Dedicándole una mirada pensativa, Zhou Yun Sheng dejó de luchar. Esa noche, Cao Mo Kun fue muy gentil. Después de la cena, lo acompañó a escribir un ensayo, preguntándole en el proceso por sus exámenes de ingreso a la universidad y si había completado su informe de aspiraciones. Incluso le dio recomendaciones. Pero en la cama, fue especialmente rudo, jadeando preguntas al tiempo que conquistaba vigorosamente su cuerpo:

—Cariño, si no hubiese aparecido, ¿te habrías vendido a alguien más? ¿A cualquiera que pudiese darte trescientos mil? ¿De verdad? —Agarró la mandíbula del joven, forzándolo a mirarlo a los ojos, y embistió hasta alcanzar su zona más profunda.

Las lágrimas de Zhou Yun Sheng se derramaban por su mejillas y, entre sollozos, contestó:

—De aquellos que pueden vivir una vida pura y digna, ¿quién estaría dispuesto a venderse? No lo olvides, si no hubieses retenido mi pago, no estaría en esta posición. ¡Arruinaste mi oportunidad de ser un buen hombre! —lo acusó.

Esa mirada feroz, llorosa y lujuriosa hizo que Cao Mo Kun no pudiera detenerse. Se rio con voz ronca, le soltó la mandíbula y agarró su flexible cintura. Su frente goteaba con sudor, y su voz revelaba una profunda alegría:

—Cariño, retener tu pago fue, sin duda alguna, la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Zhou Yun Sheng no tenía fuerza para contestar, por lo que le mordió el hombro sin piedad, pero eso solo contribuyó a estimular los movimientos del hombre.

♦ ♦ ♦

Al tiempo que los sentimientos de ambos entraban gradualmente a la etapa más placentera, los sentimientos de Ji Han Yu y Fang You Ran también se profundizaban. Una noche, el primero por fin consiguió que el otro iniciara una relación amorosa con él y, como resultado, sus ansias por deshacerse de Lin Cheng Ze se incrementaron.

Pasadas las vacaciones de invierno, tal y como había acordado con Lin Cheng Ze, lo llevó a una fiesta en un club privado, patrocinada por alguien de nombre Wang Jie. Los invitados eran todos jóvenes ricos de segunda generación a los que les gustaba festejar de manera abierta.

Aunque la llamaban una «fiesta», en realidad, era una fiesta sexual donde licor, bellezas, drogas y condones eran los temas principales. Ji Han Yu había asistido en ocasiones anteriores, pero en ese momento, quería seguir casto para Fang You Ran, así que, después de algunos tragos, se preparó para irse.

—¿Te vienes? —le preguntó a Lin Cheng Ze, aun sabiendo que se quedaría.

Todos los jóvenes, ricos famosos de segunda generación locales, estaban presentes, involucrarse con uno de ellos era más que suficiente para garantizar una vida sin preocupaciones. No había manera de que dejara escapar una oportunidad como esa.

—Vete tú primero, me quedaré a jugar un rato. —Él declinó su oferta, allí estaban todas las personas que habían jugado con Lin Cheng Ze, sus objetivos de venganza.

Ji Han Yu asintió con la cabeza, burla y desdeño destellando en sus ojos. Luego de irse, Wang Jie de inmediato se sentó junto a Zhou Yun Sheng, rodeando sus hombros con su brazo al tiempo que lo persuadía:

—Xiao-Ze, vamos a la barra, te presentaré a mis amigos.

Su belleza destacaba entre todos, así que atrajo muchas miradas. Era tan hermoso y, sin embargo, Ji Han Yu lo había desechado para que todos jugaran con él.

Qué atrevido, pensaron inardvertidamente los presentes.

Zhou Yun Sheng no se comportó con timidez. Se acercó a la barra y abrió algunas botellas de vino y sirvió tragos para todos, uno por uno. Nadie notó que, en el proceso, añadía algo al licor; su velocidad era imperceptible a simple vista. Las luces se atenuaron, música sensual comenzó a sonar y una modelo caminó hasta el medio y comenzó a bailar eróticamente alrededor de un tubo en vertical.

Algunas personas se pusieron de pie para aplaudir y silbar, mientras que otras lo hicieron para acercarse y frotar la parte inferior de sus cuerpos contra muslos blancos como la nieve y traseros firmes, llevando a cabo una variedad de acciones obscenas. Incluso había algunos que todavía se inclinaban sobre la mesa para esnifar drogas. Toda la escena era depravada.

En realidad, las drogas no eran necesarias, podían alcanzar su subidón a medida que la noche avanzara, pero no sería tan divertido. En solo unos minutos, a excepción de Zhou Yun Sheng, no había nadie que estuviera en su sano juicio.

Era un mar de excitación, locura, desgarramiento de ropa y orgías. En los muebles, mesas, suelo…, por todas partes había cuerpos enredados.

Zhou Yun Sheng identificó algunos rostros, con su cámara, recopiló un memorial erótico; incluso ajustó las posturas de aquellas personas cuyas caras no eran visibles en las fotografías. Una vez hubo terminado, guardó la cámara en su bolso.

En ese momento, sintió que la naturaleza lo llamaba, por lo que fue al baño. Se lavó las manos, se las secó con tranquilidad y, justo cuando tocó la manilla de la puerta, su teléfono sonó. El identificador de llamadas decía: «Amante Inmortal».

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