Villana sanadora – Historia Paralela 4

Traducido por Lugiia

Editado por Yugen


¡¡Maldita sea!!

¡¡Ah!! Realmente quiero gritarle a la estatua de ese zorro. Hay muchos tipos de pago para elegir, ¡¿por qué decidió maldecirme con este cuerpo?! ¡No lo quiero!

En este momento, me encuentro en los brazos de Teo mientras abandonamos lentamente el bosque. Sigue tocando mi pelaje incluso en esta situación. ¡¡Lobo pervertido!! ¡¡Estúpido lobo amante del pelaje!!

—¡¡Maldita sea!! —grito mientras sigo en esta forma. ¡¡No puedo hacer más nada!!

—Al menos puedes hablar. Encontraremos alguna manera de regresarte a la normalidad, no te preocupes —dice Teo como si no fuera la gran cosa.

—¡¡Tú no eres el que ha sido maldecido!! ¡¡No es algo simple!!

—En este momento, ser impulsivos no ayudará en nada ni resolverá el problema. Encontraremos un sacerdote después de regresar con éxito al pueblo.

—Hm…

¡¡Te odio!! ¡¡Pero lo que dices es cierto!!

Teo, sosteniéndome con cuidado en su pecho, camina por un rato más hasta que finalmente nos encontramos con los soldados que están buscándonos. Cuando ven en el estado en el que me encuentro, todos gritan al mismo tiempo:

—¡¡¡Qué linda!!!

¡¡Voy a morderlos a todos!!

¡¡Ahh!!

Deprimida, me siento en el carruaje de camino al castillo. Si hubiera sabido que terminaría así, no me hubiera ido. ¿En qué estaba pensando en ese momento cuando me precipité hasta el bosque sin siquiera preguntármelo dos veces? Parece que pensaba…

En Teo, ¿verdad?

¡¡Ah!! ¡¿Qué estoy pensando?! ¡Esto es una locura!

—¿Qué te sucede, Akane?

Él, sentándose delante de mí, levanta su barbilla y me mira fijamente. Ya que mi cuerpo es pequeño y liviano, rebotaré cada vez que el carruaje se mueva. ¿Sabes cuánto tengo que concentrarme para agarrar este asiento? ¡¡Es realmente difícil!!

No le contesto porque tengo que concentrarme en ello. De repente, alguien me levanta y me coloca en el regazo de Teo. Aún si estoy en un momento difícil, ¡no necesito tu ayuda! Si bien estoy en este estado, ¡no puedes compadecerte de mí! ¡Puedo cuidarme yo sola!

—¡No te preocupes por mí! —Uso mis patas para golpearlo pero no puedo hacer mucho en esta forma.

—¿Pretendes ser terca incluso cuando eres tan diminuta?

—¡¿Tienes algún problema con mi tamaño?! ¡¿Sabes de quién es la culpa?!

—¿De quién?

—¡Olvídalo!

¿Cómo puedo decirle que es debido a mi deseo?

¡¡Deseé encontrarte en el bosque!!

No hablamos más en el resto del camino hacia el castillo. Al llegar, me lleva rápidamente con mis padres. Al verme, quedan sorprendidos y Teo en seguida les cuenta lo que sucedió desde el inicio.

Aceptan dejar que el sacerdote con mayor posición en el territorio venga a verme, pero dicen que se está quedando en otro pueblo. Tardará un día antes de poder llegar. ¡Quiero volver a ser humana ya! ¿Tengo que quedarme con esta forma durante todo un día?

Tuve que mantener la calma delante de mis padres. Pero luego de que Teo me llevara a mi habitación…

—¡¡¡No!!! ¡¡¡No quiero esto!!! —grito mientras estoy en la cama.

—Llorando no volverás a la normalidad.

Teo, sentado al final de mi cama, sacude su cabeza. ¿Por qué no se ha ido? Fue porque le dijo a mis padres que me cuidaría ya que es mi prometido. ¡Por eso ellos estuvieron de acuerdo con esto!

Bueno, es mejor eso que dejar que otras personas cuiden de mí ya que dañaría mi reputación. También es un príncipe, así que debe cuidar el honor de su prometida. Eso significa…

¡Que debemos permanecer juntos hasta que vuelva a la normalidad!

¡No quiero! ¡No odio a Teo, pero tampoco quiero esto!

—Akane, ¿cuándo vas a dejar de ser así?

Pincha ligeramente mi cuerpo con su dedo. Aún si no lo parece, olvidaste que… ¡¿Estoy desnuda ahora mismo?! ¡¡Deja de tocarme!! Me meto en la manta porque no quiero que me toque más.

—¡Quiero estar sola! —Mi voz se amortigua por la manta.

—¿Qué? ¿Qué dijiste? Sal de allí.

—¡¡No!!

—¿Por qué no te comportas y sales?

—¡¡No!!

Sigo insistiendo y agarro con fuerza la manta. ¿Qué sucede si no quiero? ¡¡No es tu problema!! ¡Deberías irte rápido porque quiero estar sola hasta mañana!

—No me dejas otra opción. Tendré que hacer esto de la manera difícil, Akane.

—¿Qué?

Le escucho decir algo sobre hacer esto de la manera difícil y justo después me levanta junto con la manta. Me retuerzo y trato de liberarme con todas mis fuerzas, ¿pero qué voy a lograr con este cuerpo tan pequeño?

—¡Déjame ir, Teo!

Me arrastra hasta sus brazos y me abraza como si fuera un bebé. Siendo sostenida en esa posición, no puedo mover mi cuerpo libremente. Cuanto más intento luchar, más fuerza utiliza para seguirme sosteniendo. Al final, tengo que rendirme.

—¡Déjame ir! —le grito.

—No lo haré. ¿Qué te pasa? Estás de mal humor desde que nos encontramos en el bosque. ¿Estás en tus días?

—¡¿Qué estás diciendo?! ¡¡Qué grosero!!

¡No hables sobre el período delante de una dama! ¡¡Qué lobo tan maleducado!!

Me quita la manta de manera en que solo se asoma mi cabeza. ¿Es gracias a este cuerpo que puedo ver el rostro de Teo mucho más cerca de lo normal?

—Creo que luces muy linda. No tienes que esconderte. —Se ríe ligeramente.

—¡¡Déjame ir ahora!!

—Te dejaré ir, pero…

—¿Qué?

—Tienes que dejarme besarte por lo menos una vez. Después de eso, te dejaré ir.

—¡¿Qué?!

¡¿Un beso?! ¡¿Qué significa eso?!

¡¡Debido a que sigo pensando en ello no me doy cuenta cuando intenta acercar su rostro a mí!! Está tan cerca que puedo sentir su respiración cálida. ¡¡Casi me está besando!! ¡¿Piensas en hacer eso incluso cuando estoy en esta forma de zorro?! ¡¡¡Lobo pervertido!!!

Uso mis pequeñas patas para apartar su rostro, pero no me ayudan en lo absoluto… ¡Son diminutas! Tan diminutas que no tienen la suficiente fuerza como para apartarlo.

Padre, madre, lo siento… Esta forma de zorro está siendo contaminada por él…

Al final no puedo luchar contra él. Su rostro acaricia suavemente mi mejilla izquierda llena de pelaje esponjoso. ¿No dijiste que sólo querías besarme una vez? ¡¿Por qué parece haber pasado mucho tiempo?!

—Hueles bien… y eres tan suave —dice acariciando aún mi pelaje. ¡¡No quiero tu opinión!!

—¡Déjame ir ahora, Teo!

—¿No puedo quedarme así un poco más?

—No. ¡Suéltame ya!

En ese momento, la puerta de mi cuarto comienza a abrirse. No la había escuchado hasta que…

—Akane, he traído un sastre para… Oh, parece que te estoy molestando ahora mismo. Siento mucho la interrupción… Continúen en lo suyo, ¿vale?

Mi madre está en la puerta con dos sirvientes detrás de ella. Se ríe mientras da un paso atrás. No… Madre… ¡¡No es lo que piensas!!

—Espera… ¡¡Madre!!

Trato de llamarla, pero es demasiado tarde. Ya ha cerrado la puerta y ha desaparecido.

¡¡No!!, ¡¡entendiste todo mal!!

¡¡Por favor, vuelve!!

2 respuestas a “Villana sanadora – Historia Paralela 4”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido