El plan de la villana Roxanne – Capítulo 5.5

Escrito por Polly

Asesorado por Maru

Editado por Shiro


POV John

Mi nueva hermana es un pequeño ángel.

La pequeña Roxanne llegó a nuestras vidas hacía unos pocos meses pero ya había un cambio en el aire en toda la casa que cualquiera podía sentir. Los sirvientes se veían más relajados al trabajar, mi padre ya no se pasaba todos los días encerrado en su oficina, y George no tenía su constante ceño fruncido.

Yo mismo sentía su poder sobre mí cuando su pequeña sonrisa iluminaba mis días durante sus visitas a mi habitación. Había momentos en que obligaba a mi débil cuerpo a levantarse de su descanso para poder ir a verla yo mismo en su pequeña cuna, y cuando sus grandes ojos se encontraban conmigo, tenía la sensación de que ella estaba esperando por verme.

Poco a poco comencé a sentirme mejor, ella estaba tan llena de energía que creía que era capaz de contagiármela. O quizás era sólo mi fuerza de voluntad, pero cuando la veía caminar por el jardín, mis piernas comenzaban a moverse por sí mismas, y me veía a mí mismo respirando el aire fresco mientras esperaba a que Roxy caminara hacia mí.

Hoy es un día muy especial porque es la primera clase de mi hermana.

Cuando me enteré que le pondrían una tutora a Roxanne, pensé que era una mala broma, pero pronto comencé a darme cuenta que mi hermana tenía un gran potencial. Ella había empezado a hablarme antes de que me pudiera dar cuenta, y eran conversaciones coherentes, no sólo palabras sueltas. Podría ser una joven prodigio.

—Doctor, si no es mucha molestia me gustaría irme antes. Me he estado sintiendo bien estos días y quisiera llegar temprano a casa.

—Lo más importante es eso, joven John. Puedo ver que su apariencia tiene un mejor aspecto. Podemos posponer su chequeo y hacerle una visita a su casa el sábado si lo desea.

Los sirvientes que me acompañaban no lucían muy felices por la decisión que estaba tomando al retirarme antes de poder realizar mi examen físico, pero al final la elección era mía y ahora mismo sólo deseaba poder regresar a casa. Esperaba no perderme toda la clase de Roxanne.

—Me parece una estupenda idea, doctor, muchas gracias. Lo veré el sábado, entonces.

Al salir del consultorio del doctor Kenneth, no pude evitar ver la pequeña juguetería de enfrente. Todos esos peluches expuestos, los pequeños caballos de madera para mecerse, los títeres, las estatuas pintadas a mano y las delicadas muñecas de porcelana.

Yo tengo muchos juguetes. Mi madre siempre fue una persona atenta a quien le gustaba comprármelos, en cambio… mi padre nunca se fijó en esas cosas. Tal vez por eso Roxy aún no tiene, pero tampoco la he escuchado quejarse. Es muy madura, más madura que yo.

Creí que podía comprarle un pequeño obsequio para felicitarla por su clase. Aún había adultos que me consideraban sólo un niño, pero mi padre me daba dinero de manera semanal en caso de que deseara comprar algo.

Mis gastos nunca sobrepasaban algunas pocas monedas de plata al mes para comprar algunas especias e hierbas para que los cocineros me preparasen infusiones nuevas.

Adoro las mezclas en mi té.

—¿Qué le gustaría de regalo a una niña? Alfred, ¿qué podría comprarle a mi hermana?

Alfred ya era algo mayor, pero en mis ocho años de vida, él me había cuidado tanto como mi propia madre, e incluso más después de que ella falleciera. Confiaba en él como si fuese de mi propia sangre, y aunque era un niño, sabía distinguir entre las personas que sólo buscaban poder o riquezas de los que se preocupaban por mí.

Observé cómo se frotaba su blanco bigote con su mano enguantada, mientras que su cansada mirada recorría las tiendas de alrededor.

—Creo que la joven señorita apreciaría cualquier cosa de su parte, pero si tuviera que darle un obsequio a una jovencita como su hermana… creo que elegiría un peluche, algo delicado y suave.

Al escucharlo, no pude evitar sonreír. Sin dudas, Alfred siempre sabía qué decir.

—Sólo espero poder encontrar un peluche que sea tan tierno como para mi pequeña hermana.

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