Traducido por Lugiia
Editado por Sakuya
— ¡¿Por qué…?! ¡¿Por qué me dices que abandone la espada…?! Para que seas tú especialmente el que me pida eso…
Reprendo a mi Padre. Sin embargo, su expresión no cambia ni un poco.
— ¿Me preguntas el por qué…? Eres la Hija de un Marqués, ¿sabes? Naturalmente tienes el deber de comprometerte en un matrimonio político.
Su tono de voz es increíblemente tranquilo.
El hecho de que diga eso de una manera tan natural, hace que me quede sin palabras.
—Hasta este momento las cosas eran anormales. Que a la hija de un Marqués se le permitiera empuñar una espada hasta ahora, era extraño… de ahora en adelante, será bueno que aprendas el conocimiento de una dama para la familia de tu futuro esposo.
— ¡No quiero…! Yo… Yo…
— ¡Esto ya ha sido decidido! ¡No permitiré ninguna objeción!
Cuando todavía intento oponerme a él, mi Padre suelta un grito furioso. Al ver su furia en algo que no fuera el entrenamiento, mis pensamientos se detienen por completo.
—Nos reuniremos en persona con la Casa Ducal Armelia en una semana…
Se va, dejando atrás esas palabras.
Y yo, me quedo sola y aturdida por un tiempo.
Sin embargo, eventualmente toda la fuerza deja mi cuerpo, y mi cintura se deja caer mientras me siento.
No entiendo para nada la razón…
Mi Padre me convocó de repente, y me dijo que iba a ser la prometida del hijo mayor de la Casa Ducal Armelia.
Cuando intenté reírme, preguntándome qué clase de broma estaba diciendo, me respondió con una cara seria, diciéndome que era un asunto decidido. Además, me dijo que, como hija de un Marqués, y Futura Duquesa, de aquí en adelante estaría prohibido entrenar con la espada.
Realmente… ¿por qué las cosas han resultado así?
Temblando, algo dentro de mí comienza a desmoronarse.
Hasta ahora… para lograr mi objetivo, he avanzado en el camino que decidí, pero al final, ese camino se ha derrumbado.
El camino simplemente desapareció, haciéndome creer que ese objetivo era en realidad una ilusión…
Aun así, no quiero que el esfuerzo que he puesto en avanzar, se desperdicie, y definitivamente no quiero negarme a mí misma… y gracias a esos pensamientos, fui capaz de sacar a relucir mi coraje.
Sin embargo, esto está mal.
El camino que siempre tomé, fue aquel que elegí por mi propia voluntad. El camino hacia el futuro que debía preceder, lo elegí nada más y nada menos que yo misma.
Incluso pensé que mi Padre también había aprobado esa libertad…
De lo contrario, probablemente no habría sido capaz de tomar la espada. Porque tal como había dicho, eso era algo imposible de hacer para la hija de un Marqués.
Ahora mismo, me han robado la espada de la que me sentía orgullosa… y más importante aún, mi libertad de elegir mi propio futuro.
Precisamente porque he tenido tales sueños y libertades, tales esperanzas por el futuro… la desesperación al quitarme eso, es enorme.
—Ah… Ah… ¡Ahhhhhhhhhhhhhh!
Sintiendo que estoy a punto de ser aplastada por el peso de la desesperación, inmediatamente grito con todo mi corazón.
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Me pregunto…
¿Por qué las cosas se volvieron así?
¿Qué he hecho mal?
¿Es porque se me permitió hacer lo que quisiera?
¿Es porque tuve un sueño?
¿O todo estuvo mal desde el principio…?
Naturalmente, no hay ninguna persona que pueda responder a las preguntas en mi monólogo interno.
El resentimiento que no puede ser liberado se come mi corazón. Como si fuera a vomitar esa sensación de ardor, continúo gritando a todo pulmón. Y, entonces… en el momento en que mi voz se ha secado completamente…
Me levanto temblorosamente.
El interior de mi cabeza está completamente blanco, como si hubiera corrido con todas mis fuerzas.
Estando aún distraída, inconscientemente regreso a mi propia habitación. Suavemente, apoyo mi mano contra la ventana.
Es como el momento cuando descubrí que el objetivo de mi venganza había desaparecido…
La fría sensación, siendo transmitida por las yemas de mis dedos, calma un poco mi corazón.
A este ritmo, ¿cerraré los ojos como lo hice en ese momento? ¿Desearé aislarme de todo, sin querer ver ni oír nada?
No…
Ya que todavía quiero ver mi sueño.
Aunque todavía no he elegido el camino que espero recorrer… en el momento en que renuncie en la búsqueda de un sueño, ese camino se derrumbará de verdad.
Ese día, en ese momento… ¿no me dijo Louis que siguiera luchando?
Aprieto mi puño fuertemente. Agarro mi querida espada que aún no ha sido confiscada ya que la dejé en mi habitación, y desde ahí salgo de la habitación.
Aunque el interior de mi cabeza sigue siendo un caos, borro mi presencia mientras escapo rápidamente de la mansión.
Tomo un atajo por el jardín, y me dirijo, no hacia las puertas principales, sino hacia la puerta usada por los sirvientes.
En un momento, estaré en el mundo exterior… entonces, mientras miro la puerta que gradualmente aumenta de tamaño al acercarme a ella, de repente pienso para mí misma:
En este momento no estoy actuando bajo algún tipo de plan… esta escena actual es el resultado de dejarme llevar por un impulso.
Si una chica joven como yo, sale de esta manera… ¿qué podrá hacer?
Esa pregunta surge dentro de mi mente.
Sin embargo, pronto la barro hacia un rincón de mi mente. Porque lo único que no quiero hacer es rendirme y hacer que mis piernas se detengan…
Por eso, al final, no tengo más remedio que seguir marchando hacia adelante. Primero me escabulliré de la mansión, y luego pensaré en qué hacer después de eso… pienso para mí.
—Pensar que realmente intentarías escapar…
Mis piernas se detienen perplejas ante el rostro familiar que me saluda justo antes de las puertas.
¿Por qué mi Padre está en un lugar como éste?
Sus acciones, que parecen haber leído las mías, me aturden.
Y eso es fatal…
Aunque luche seriamente contra él, sólo puedo ganarle a mi Padre una de cada tres veces. A pesar de eso, si tengo que luchar contra él en una condición tan descuidada, será normal que mi espada sea repelida fácilmente.
Además de repelerla, la confiscó. Ese enorme fallo causa una vez más que mi corazón sienta una gran desesperación que pesa como una roca.
—Entonces, Melly. Regresa a tu habitación. Sin importar lo que pienses, no podrás anular esta decisión.
Y así, me arrastra como si estuviera tratando con un criminal, y me regresa a mi habitación.