Contrato con un vampiro – Capítulo 19: Pastel chiffon y galletas de jengibre

Traducido por Herijo

Editado por Ayanami


Realmente, me dieron la carta de divorcio, a pesar de que no estamos casados.

Azuza venció su agravio, miseria y cualquier otra emoción vil girando dentro de ella con su batidor de mano.

—Azuza, la mansión tiene batidores eléctricos ¿sabes?

—Lo sé. Gracias Ichy, pero el día de hoy quiero hacerlo a mano —Respondió Azuza con una sonrisa radiante.

—Está bien —Contestó Ichy con una expresión rígida.

Oh no, parece que lo arruine.

Azuza estaba haciendo un pastel chiffon[1]. Batió el merengue a mano. Ella siempre lo había hecho con un batidor eléctrico, pero hacerlo a mano también era posible.

Con lo bien que está saliendo, tal vez, debería hacer crema fresca a mano también. ¡Ah, demonios, mejor no, mis manos se están acalambrando!

Procedió a hacer todo a mano durante la hora siguiente. Para cuando llegó el tiempo del té, sus brazos y cabeza dolían.

♦ ♦ ♦

— ¿Qué pasa contigo el día de hoy, Azuza? Horneaste con la furia de un jabalí salvaje —Remarcó Ichy durante la divertida hora del té que estaban teniendo en la habitación de Azuza.

—No es nada. Solo un poco de autocompasión.

Azuza se sentía apenada de admitir que estaba molesta con Kyouya por dejar de ser su guardaespaldas.

Además, estoy realmente feliz y aliviada de que Ichy sea mi guardaespaldas de nuevo. Es mucho más fácil tener a una mujer a mi lado en lugar de a un hombre. Es solo que, a pesar de lo mucho que insistí que no estaba asustada de él, ¡decidió terminar nuestra relación de manera unilateral! ¡Eso me molesta! ¡No, no, no! ¡Más bien nunca le agrade! ¡Ya lo sabía! ¿No es así? ¡Debo calmarme!

— ¿Algo pasó ayer? ¿Entre Kyouya y tú? —Preguntó Ichy cautelosamente.

Cierto, ¿no dijo Ichy algo parecido antes de que saliera con Kyouya?

“Puede que hagas algunas memorias desagradables hoy. Por favor, ten cuidado”

La advertencia de Ichy seguía repitiéndose en su mente.

—Ichy, ¿sabías que Kyouya es tratado de forma horrible en el pueblo? —Preguntó Azuza, dándose cuenta a lo que se refería su advertencia.

—Sí, lo sabía. Todos los vampiros de por aquí saben, más o menos, del demonio Rojo…como temía, terminaste haciendo malos recuerdos.

—Nada malo por mi parte, pero creo que Kyouya, probablemente, los hizo.

Kyouya permaneció tan tranquilo como siempre en el camino a casa.

Pero, no hay nadie que no se sentiría lastimado después de tener que oír todas esas cosas sobre él. También terminé forzándolo a hablar de su pasado, frotando más sal en sus heridas. Azuza golpeó sus manos contra la mesa, empujándose fuera de la silla.

—Ichy, me gustaría pedirte un favor. ¿Puedo?

— ¿Qué? Supongo…

— ¡Quiero que le des esto a Kyouya por mí!

Azuza envolvió el pastel chiffon que había hecho junto a unas galletas de jengibre[2] recién horneadas en un lindo empaque y puso una tarjeta que decía “Muchas gracias por acompañarme ayer. Lo siento por preguntar tantas cosas”. Guardó todo en una bolsa de papel y se lo entregó a Ichy, quien lo aceptó de mala gana.

— ¿Quieres que le dé esto a Kyouya? No me importa, pero creo que tus dulces hechos a mano se desperdician en esa persona amargada.

— ¿Amargada? …Ichy, a veces, eres demasiado dura con Kyouya.

—Soy alguien que cree que todos los hombres aparte de Tsubaru deberían desaparecer de la faz de la tierra después de todo.

Acabo de escuchar algo absurdo. Aparentemente, esta hermosa mujer, que se viste como hombre, odia a todos los hombres excepto a Tsubaru.

—Bueno, Kyouya ha sido amigo de Tsubaru desde la infancia, así que todavía está en un nivel tolerable, pero no me gustaría siquiera respirar el mismo aire que cualquier otro hombre.

—Eres bastante apasionada en ese asunto ¿Verdad?

—Sí, lo soy.

Azuza e Ichy intercambiaron miradas, soltando unas risillas.

—Acepté hacerte un favor, pero ¿no sería mejor que se las entregaras personalmente mañana?

—No podría incluso si lo intentara. Probablemente, terminaríamos jugando a las escondidas si lo intentara…

De lo que Kyouya había dicho ayer, él evitaría cruzar caminos con Azuza cuando estuvieran en la mansión. Azuza sonrió amargamente, sabiendo que nunca podría vencerlo jugando a las escondidas.

— ¿De verdad?

— ¡Lo es!

Azuza empujó a la confundida Ichy fuera de la habitación. Otro sirviente entró tomando su lugar como guardaespaldas.

—Bien, se las llevaré. Debería estar de vuelta en cinco minutos más o menos.

—Gracias —Agradeció Azuza, bajando la cabeza. Observó a Ichy caminar por el corredor.

Regresó en menos de cinco minutos.

—Se encontraba justo ahí, así que se las entregue

— ¿Qué? ¿Estaba cerca?

—Sí. Oh, pero se fue poco después de terminar algunos pendientes.

Debí habérselas dado yo entonces. No tiene sentido llorar por la leche derramada, ¿huh? Este es totalmente uno de esos momentos. Azuza se sentía deprimida. Volteó a ver a Ichy, dándose cuenta de sus intentos por evitar reírse.

— ¿Pasó algo, Ichy?

—Sí, estoy entretenida, pensando en la expresión que puso Kyouya cuando aceptó la bolsa de papel

— ¿Por qué? ¿Parecía disgustado?

—No. Es solo que hizo la expresión más hilarante. Sus cejas se tejieron en una mueca, mientras inclinaba la cabeza pensativamente. Fue la primera vez que lo vi poner una expresión. Hoy aprendí, por primera vez, que los amargados también tienen músculos faciales.

—Y-ya veo.

¿Debería estar feliz o triste? No lo sé. Bueno, supongo que estaré feliz de obtener alguna reacción de él.

El resto del día prosiguió sin problemas. Tsubaru paso a platicar despreocupadamente con las chicas y confirmó los planes del día siguiente con Ichy.

Y el siguiente día llegó

—Buenos Días.

— ¿Uh? ¿Kyouya? ¿Por qué?

Kyouya apareció con una bolsa de plástico frente a Azuza.


[1] El chiffón es un pastel muy ligero hecho con aceite vegetal, huevo, azúcar, harina, levadura química y aromas. Puede adornarse con fruta al gusto.

[2] El pan de jengibre o pan de especias es una especie de bizcocho o galleta, caracterizado por un distintivo sabor a jengibre y, habitualmente, el uso de melaza para endulzar. Es típico de la gastronomía navideña del norte de Europa, adonde la receta fue llevada en el siglo X. Pueden ser simples o con formas animadas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido