Dama a Reina – Capítulo 18: Una reunión inesperada

Traducido por Kiara

Editado por Yusuke

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Después de que terminó el banquete, Patrizia se retiró a su habitación con el cuerpo pesado. Aunque hizo un esfuerzo minucioso para asegurarse de que esta noche fuera un éxito, todavía estaba nerviosa por cualquier variable desconocida. Afortunadamente, evitó el intento de Rosemond de sabotearla, y los invitados quedaron satisfechos.

Pero todavía estaba cerca. Incluso si Patrizia regresó al pasado, ella seguía siendo ella misma, no Petronilla. La información disponible para ella era limitada, y no tenía idea de qué más sucedería en el futuro. El hecho de que ella regresó al pasado no era una ventaja, sino un catalizador para que fuera aún más cautelosa. Sin embargo, todavía era una bendición innegable tener una nueva oportunidad de cambiar el futuro, así como tener más cuidado con todo lo relacionado con Rosemond. Necesitaba seguir centrando sus esfuerzos en realizar un seguimiento de todos los movimientos en el Palacio Bain.

Patrizia dejó escapar un profundo suspiro y Raphaella se acercó a su lado.

—Te ves cansada, Su Majestad.

—Sí, estoy cansada, dama Raphaella. Hice mucho hoy.

—Esa concubina impertinente e imprudente casi te causa problemas —dijo Raphaella con los dientes apretados—. ¿Cómo podría siquiera pensar en hacer eso? Ella podría haber comenzado una guerra al intercambiar la carne de los invitados de un país que no comen carne de cerdo. Si el plan de lady Phelps se concretaba, no hubieras sido la única que saldría lastimada. El emperador también se vería perjudicado.

—Lo sé. Por eso la detuve. De todos modos… no pasó nada.

—Es pacífico ahora. —Raphaella chasqueó la lengua y se sentó junto a Patrizia, luego habló con voz impaciente—. Su Majestad, ¿no le va a decir al emperador sobre esto? Podría quitarle el título de baronesa.

—Nada cambiará incluso si se entera de ello. No divulgaré este problema con Su Majestad mientras sea irracional. Necesita preocuparse por este país antes de preocuparse por lady Phelps, pero no entenderá que su imprudencia le está causando problemas.

—Ah. En efecto.

Raphaella dio un resoplido de frustración. Esta fue una buena oportunidad para exponer a Rosemond, pero el tema era demasiado delicado para hacerlo público. No tuvieron más remedio que encubrirlo. Al menos Patrizia había advertido a Rosemond por el momento.

De repente, la voz de Mirya interrumpió su conversación.

—Su Majestad, Su Alteza el emperador está aquí.

Patrizia y Raphaella intercambiaron miradas de sorpresa. ¿Estaba aquí para escuchar la historia de Patrizia? Patrizia esperó nerviosamente mientras Lucio entraba por la puerta abierta, mientras Raphaella se levantaba de su asiento y se inclinaba ante él.

—La espada humilde saluda a Su Majestad el emperador. Gloria al Sol del Imperio. Después de eso, Raphaella salió de la habitación sin mirar atrás. No estaba segura de poder contenerse de decir algo grosero al rostro del emperador.

Finalmente, Patrizia y Lucio se quedaron solos en la habitación tranquila. El corazón de Patrizia latía con miedo en su pecho mientras se preguntaba si él había escuchado la conversación de Raphaella y la de ella. Ella no dijo falsedades, así que no importaba si él se entrometía, pero todavía sentía que había dicho algo que no debería haber dicho. El extraño sentimiento la presionó.

—Saludos al Sol del Santo Imperio. Gloria a Su Majestad el emperador —dijo ella—. ¿Por qué estás aquí? Debes estar cansado después de recibir a los representantes.

Lucio no reveló lo que estaba pensando, y Patrizia recordó su encuentro con Rosemond. Ella no creía que él viniera aquí para culparla por eso, si lo hiciera, habría explotado inmediatamente y, en cualquier caso, Patrizia dijo que no tocaría la concubina a menos que fuera provocada. Después de un momento de pausa, finalmente habló.

—Solo vine a preguntar cómo te fue con las otras mujeres nobles esta noche.

No fue una respuesta que Patrizia esperaba. Ella exhaló un suspiro de alivio y le dio la respuesta que le gustaría escuchar.

—Estuvo bien.

Casi terminó en un desastre, pero… no añadió más palabras. Quería que Lucio se fuera rápidamente para poder remojar sus músculos cansados ​​en un baño tibio y perfumado.

—Ya veo —dijo Lucio. Patrizia sintió cierta vacilación en su voz, y se preguntó si después de todo debería contarle sobre el incidente. Afortunadamente, su conflicto se truncó cuando Lucio volvió a hablar.

—Entonces debes estar cansada. Descansa bien.

—Sí, su Majestad. Espero que descanses bien también. Patrizia se inclinó cortésmente, y el emperador la miró por un momento y giró sobre sus talones sin decir una palabra más.

¿Vino hasta aquí solo para decir eso?

No era corta la distancia entre el palacio central y el palacio de la reina. Patrizia estaba desconcertada, pero se recuperó rápidamente, agradecida de tener más tiempo para descansar. Se quitó cuidadosamente la tiara de la cabeza, pensando que era afortunada.

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—Maldita sea. —Maldijo Lucio por lo bajo mientras caminaba hacia el palacio central. Obviamente, fue donde la reina para averiguar por qué ella golpeó a Rosemond. Si la concubina había hecho algo mal, entonces Patrizia podría decirle por qué la golpeó. Sin embargo, se sorprendió por completo cuando escuchó la verdad.

—Si eso fuera cierto… —murmuró con una expresión grave. Si en una oportunidad entre un millón el plan de Rosemond hubiera sido exitoso, no sería difícil derrocar a la reina.

Pero el mayor problema vendría después. La chispa de conspiración de Rosemond podría extenderse hasta él y al Imperio, y podría conducir a un colapso de las alianzas y hacia la guerra. Mientras tanto, el Imperio Eckman intentaba constantemente cortejar al Imperio Christa, y ninguna cantidad de fricción por mínima que fuera podía ser tolerada entre Christa y Mavinous.

Además, si las palabras de Patrizia eran ciertas, parece que descubrió el plan de Rosemond por adelantado y pudo impedirlo a tiempo. Por primera vez en su vida, Lucio estaba confundido acerca de su relación con Rosemond. Desde que la conoció, nunca se había sentido así, pero ahora…

Lucio entró a su habitación con una expresión conflictiva. Originalmente planeó ir directamente al palacio Bain después de reunirse con la reina, pero ya no estaba de humor para hacerlo. Su cabeza giró en confusión, y decidió irse a la cama temprano.

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Mientras tanto, la cabeza de Patrizia estaba atormentada con la misma confusión. Aunque mantenía una máscara de calma alrededor de Raphaella, su psique estaba sacudida. Podría haber sido incriminada por un crimen y expulsada del asiento de reina, y sus vidas y las de su familia pagarían. Si una sola cosa hubiera salido mal, ella podría haber desperdiciado su recompensa de regresar al pasado y repetir un final trágico. Pensar en eso hizo que su cuerpo se estremeciera. Ella todavía era joven después de todo.

—Necesito tener más cuidado en el futuro. —Patrizia murmuró para sí misma, apartándose el pelo largo y dejando al descubierto sus ojos oscuros que brillaban a la luz. Rápidamente se cubrió con las mantas, pensando que sería mejor dormir lo antes posible para su salud mental y física. Sin embargo, sin importar cuánto tiempo permaneció allí, su mente se negó a callarse, y después de dar vueltas y vueltas durante unas horas, finalmente se levantó de la cama. Su cuerpo estaba exhausto, pero se sentía completamente despierta. Decidió salir a caminar y se puso un chal delgado alrededor de los hombros. Cuando salió de su habitación, encontró a Mirya justo afuera de la puerta.

—¿Su Majestad? ¿A dónde vas? —Mirya preguntó.

—No puedo dormir. Estaba pensando en salir a caminar.

—¿Dónde te gustaría ir?

—Esta bien. Iré sola. —Patrizia se negó cortésmente y dejó el palacio sola. Ella quería estar a solas aunque fuera únicamente esta noche. Deseó tener una daga con ella, para que al menos pudiera protegerse.

Patrizia terminó caminando hacia un lugar que no había visitado desde que se convirtió en reina. Quizás la última vez que había estado allí fue durante la segunda prueba de candidata a reina. Se había encontrado demasiado ocupada para ir allí desde entonces.

La noche cubrió el jardín del palacio en la oscuridad, pero debido a que había luna llena esta noche, el lago estaba brillante. Admiraba la luz de la luna sobre el agua, pero antes de darse cuenta, las lágrimas comenzaron a derramarse sobre sus ojos. Tan pronto como se dio cuenta de que estaba llorando, rápidamente se limpió las lágrimas con la manga.

—Oh… estoy siendo ridícula.

¿Por qué estaba llorando? Le había ido bien en su primer evento oficial como reina, y evitó que ocurriera el plan de Rosemond. Le advirtió a la concubina que no volviera a hacer tal cosa, pero ¿la escucharía? No, Rosemond continuaría tramando hasta que Patrizia finalmente fuera expulsada. ¿Cuánto tiempo tenía que vivir Patrizia de esta manera? ¿Sería su vida confrontación tras confrontación hasta su eventual muerte?

Patrizia lloró frente a su oscuro futuro. En verdad, estaba asustada. El emperador no la favoreció como Rosemond, ni era particularmente inteligente. Rosemond, mientras tanto, se levantó desde el fondo para convertirse en la amante favorita del emperador, así como una baronesa.

Quizás Patrizia no podría cambiar el futuro después de todo. Quizás esto terminaría con los cuellos de ella y su familia en la guillotina.

—¿Por qué estás llorando?

El cuerpo de Patrizia se puso rígido ante el sonido de la voz de un hombre.