Dama a Reina – Capítulo 67: ¿Encontró una conexión?

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Petronilla tenía la sensación de que las demandas de este hombre solo aumentarían. Al ver su expresión, Rothesay se sintió decepcionado.

—Como pensé, ¿es imposible…? —murmuró él. Se parecía tanto a un gatito abandonado en la carretera que el corazón de Petronilla se retorció. Ella dejó escapar un suspiro.

—Bien.

Con esa sola palabra, su expresión sin vida pronto se iluminó.

—¿De verdad? —preguntó.

—No lo diré dos veces. —Petronilla agregó una condición—. Sin embargo, debo volver a casa antes de que se ponga el sol.

—Por supuesto, mi señora. No soy una persona promiscua.

Petronilla casi dijo que parecía alguien así, pero decidió no hacerlo. Ahora que le había concedido el permiso de verla, Rothesay habló con entusiasmo.

—¿A qué hora estaría bien para ti, mi señora? Si estas libre ahora, estaría más que feliz de seguir en este inst…

—Ah, me disculpo, pero no puedo en este momento… —dijo con el ceño fruncido—. Enviaré un mensajero al estado del conde Bradington. Si le parece bien.

—Maravilloso —dijo con una sonrisa que decía que ella era bienvenida en cualquier momento, y al ver eso, Petronilla se rió levemente sin darse cuenta.

Rothesay sonrió ante su reacción.

—Oh. Sonreíste ¿no es así?

—¿Acaso es un problema?

—No, al contrario, es muy importante —dijo con su dulce voz de barítono—. Esa fue la primera vez que te reíste mientras me mirabas.

No creo que fuera la primera vez… Mientras Petronilla intentaba recordar si esto era cierto o no, Rothesay se levantó lentamente de su asiento.

—¿Ya te vas? —preguntó Petronilla.

—Creo que dijiste que estabas ocupada. No deseo tomar más de tu precioso tiempo, mi señora. Así que me despido por hoy.

Con esas palabras, Rothesay se arrodilló frente a Petronilla. Mientras ella estaba demasiado aturdida para entender rápidamente sus acciones, él besó el dorso de su mano derecha. La cara de Petronilla se sonrojó ante el gesto del hombre. Rothesay sonrió, como para asegurarle que no era nada de lo que debiera sentirse apenada.

—Entonces iré a verte mañana, mi señora —dijo suavemente.

Luego se fue, manteniendo plenamente los modales de un caballero hasta el final. Petronilla se quedó sentada un rato, antes de recuperar el sentido sacudiendo la cabeza, luego se levantó. Entonces, la marquesa Grochester entró en la habitación.

—¿Cómo te fue, hija?

—¿Qué, qué?

—Sir Bradington. Realmente me gusta ese hombre.

—Por… por favor no digas cosas tan innecesarias, madre —tartamudeó Petronilla, con la cara roja como una remolacha antes de huir de la habitación.

¿Por qué mamá diría algo así tan de repente? Petronilla se alisó el vestido que llevaba puesto y luego decidió que debía llegar al palacio de inmediato.

Eran alrededor de las dos de la tarde cuando Petronilla llamó a la puerta de la habitación de la reina.

—Nilla, ¿por qué llegaste tan tarde hoy? —preguntó Patrizia preocupada.

—Ah… —Petronilla se sorprendió un poco por la repentina pregunta—. Me desperté tarde —respondió tratando de sonar tranquila.

—Es raro de tu parte dormir de más —reflexionó Patrizia en voz baja. Petronilla soltó una risa incómoda y asintió.

Fue entonces cuando Mirya entró con un plato lleno de bocadillos para las dos. Patrizia dio un mordisco a una dacquoise de chocolate antes de decir:

—Tengo algo que decirte.

—¿Qué es?

—Bueno… se trata de la concubina del duque Ephreney.

—Ah. —Petronilla tenía una vaga idea de lo que su hermana estaba a punto de decir—. Si se trata de eso, déjame hablar primero.

—¿Hm? ¿Qué quieres decir?

—El nombre de esa concubina es Jaenory. —Petronilla continuó en un tono serio—. Y la señora Jaenory está conspirando con Rosemond.

—¡Dios mío, así que es verdad! —Después de confirmar sus sospechas, Patrizia sacudió la cabeza.

—¿Cómo supiste sobre eso? —preguntó Petronilla.

—Anoche, por casualidad, las escuché hablar en la terraza, aunque no pude escuchar todo, decían algo sobre un plan…

—Creo que esta mujer está más involucrada de lo que había pensado.

Petronilla le entregó una carta a Patrizia. Era la carta que encontró en la habitación de Jaenory.

—¿Qué es esto, Nil? —preguntó Patrizia.

—Es una nota que encontré en la habitación de Jaenory. Estoy segura de que lo entenderás en cuanto la leas, pero fue enviada por Rosemond.

Patrizia abrió rápidamente la carta y la leyó.

[Para Jaenory, soy yo, Rosemond.

Escuché que la duquesa Ephreney hizo un viaje fuera del país. Pensar qué le diría a Petronilla que cuidara la casa… Dios mío. No hay duda de que esa mujer se ha vuelto loca. En realidad dejó su casa al cuidado del enemigo político de su esposo. Me pregunto si ella se da cuenta de lo arriesgado que es eso.

En cualquier caso, tenga cuidado, Jan. Petronilla es la hermana gemela de la reina. Además de eso, ella no es tonta. Si actúas aunque sea un poco de forma sospechosa, seremos descubiertos al instante.

No lo olvides, Jan. Somos cómplices. Hemos dejado el muelle en el mismo barco y no hay vuelta atrás.

Creo en ti.

Recuerda quemar esta carta.

Siempre tuya, Rose.]

—Cómplices… —Los ojos de Patrizia se enfocaron en la palabra que más le llamó la atención, ella frunció el ceño.

¿Podría ser que esta mujer ayudó a Rosemond con todas sus malas acciones? Como si pudiera leer lo que Patrizia estaba pensando, Petronilla habló.

—No es tan descabellado pensar eso, Rizi. Sé lo que estás pensando. Aunque son cómplices, parece que no confían plenamente la una en la otra.

—También lo creo. Rosemond le indicó claramente que quemara esta carta. Sin embargo, Jaenory dejó la carta como está, quizás pensaba usarla como un seguro en caso de que las cosas salieran mal, ¿no crees?

Patrizia se echó a reír. Cielos, una villana no podía confiar en otra villana ya que viven vidas apuñalando a las personas en la espalda.

—Por ahora… no creo que sea una mala idea vigilarlas. ¿Cuánto tiempo llevas cuidando la finca Ephreney, Nil?

—En realidad recibí un mensaje anteayer de la duquesa Ephreney —continuó Ella con un suspiro—. Parece que la condición de su hijo es realmente severa. Está bastante angustiada.

Patrizia sintió la más mínima ironía de esta situación. No se podía negar que ella y el duque Ephreney eran enemigos políticos, pero su hermana gemela estaba cuidando su casa. ¿Qué tipo de situación absurda era esta? Aún así, los asuntos del mundo nunca podrían verse con una actitud de blanco o negro.

—Veamos cómo se desarrollan las cosas antes de hacer un movimiento —finalizó Patrizia.

—Puedes contar conmigo, Rizi.

—Por supuesto.

Patrizia sonrió levemente antes de poner cuidadosamente la carta en su joyero. Pensando que sería una evidencia crucial para más tarde, le dijo a Mirya que lo ocultara en el lugar más secreto antes de devolver su atención a Petronilla, con una expresión tranquila en su rostro.

—Entonces hermana, ¿encontraste un pretendiente anoche?

La cara de Petronilla se puso roja por un breve momento. Al ver su reacción, Patrizia y todos las demás en la sala pensaron lo mismo. Ah, algo debe haber sucedido.

—¿Quién es? —preguntó Patrizia riendo.

—No hay nadie.

—Mentiras. —Divirtiéndose con la situación, Patrizia se rió mientras Petronilla suplicaba a que parará. Decidiendo mostrarle un poco de misericordia, Patrizia soltó una carcajada final antes de cambiar el tema.

—Está bien, está bien, lo entiendo. Dios, Nil, eres tan…

—¡Su Majestad!

En ese momento, alguien irrumpió en la habitación. Sorprendidos por la repentina perturbación, los ojos de Patrizia se abrieron de par en par. Mirya regañó a la criada que irrumpió.

—¿Cómo pudiste actuar tan irrespetuosamente frente a Su Majestad y la dama?

—Está bien, Mirya. —Después de calmar a Mirya, Patrizia se volvió hacia la criada con el ceño fruncido—. ¿Cuál es el problema?

—Es decir… la princesa Ephreney se presentó a la reunión del consejo…

—¿Qué Rosemond qué? —Patrizia frunció el ceño. Lo que la criada dijo a continuación, sin embargo, sólo profundizó su ceño fruncido.

—Ella declaró que Su Majestad es infértil y que Su Majestad el emperador debe tomar una concubina real.

Las expresiones de todos los que escucharon esas palabras se endurecieron. Hubo un pesado silencio en la habitación, hasta que fue roto por nada menos que Patrizia.

—Dime exactamente qué pasó —habló con calma.

—Es como dije, Su Majestad. Esta noticia acaba de salir de la reunión del consejo. La princesa Ephreney dijo que Su Majestad era infértil y que el emperador debía tomar una concubina real… Y comenzó a preguntar a los otros nobles sus opiniones sobre el asunto.

—¡Ja! —Patrizia no pudo evitar la burla que brotó de su boca. Mientras tanto, Petronilla tenía una expresión grave. Ni Raphaella, ni Mirya parecían particularmente felices.

¿Por qué está obsesionada con mi fertilidad? Se preguntó antes de contemplar la razón. Rosemond no era el tipo de mujer que arriesgaba su vida por algo inútil. Ella no era tan estúpida. Si ese es el caso, ¿podría ser…?

—¿Estoy…? —murmuró Patrizia—. ¿Soy…? ¿Soy infértil?

Imposible. Esta…

Mientras Patrizia hablaba para sí misma con incredulidad, otra persona entró corriendo a la habitación. ¿Qué es esta vez? Otra ola de malas premoniciones se estrelló sobre ella.

—Su Majestad la reina. —La nueva sirvienta que vino a traer la noticia parecía que estaba a punto de llorar.

Patrizia tragó saliva.

—¿Qué sucede?

—Se ha decidido que se pondrá a prueba la fertilidad de Su Majestad —anunció la sirvienta con voz temblorosa—. Su Majestad, es esto… ¡es esto…!

—Suficiente.

Patrizia cortó las palabras de la doncella. Su rostro se veía grave antes de que de repente se levantara de su asiento. Todos miraron la expresión fría de Patrizia.

—Si eso es cierto, entonces tendremos que establecer una contramedida.

8 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 67: ¿Encontró una conexión?”

  1. dudo que Patrizia sea esteril quiero ver la cara de Rosemoond cuando le digan que no esteril, no se que haga Lucio pero tiene que actuar ya en contra de esa arpia, antes de que acabe con su reino

  2. Rosamond confía en la debilidad de Lucio, por su pasado y sabe que aunque ya no se quieran él no podría hacerle daño.
    Sobre la fertilidad de Rizzi no le hicieron un examén al principio???

  3. Rosemont me parece cada vez menos inteligente
    Se supone que debe ir en busca del favor de Lucio no en contra de él
    Si todo le sale mal es mejor que no se queje luego porque sus acciones y decisiones ni siquiera sin brillantes

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