Dama a Reina – Capítulo 78: Porque yo era la esposa de tu esposo

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Patrizia quería preguntarle a Lucio directamente, en lugar de escucharlo de Rosemond.

—Puedes preguntarme cualquier cosa —dijo Lucio.

—¿Hay alguna flor que no te guste?

Ante la pregunta, el rostro de Lucio se puso rígido por un momento antes de continuar con una voz que sabe.

—Entonces, ¿la marquesa te lo comento?

—Sí.

—Tengo una flor que no me gusta, más bien, sería mejor decir que la desprecio.

Patrizia tenía una idea de lo que era, pero por el momento permaneció en silencio.

—Es sabio de tu parte. La flor que a la reina depuesta más le gustaba —contestó Lucio con voz afligida—. Fui golpeado en secreto en medio de un jardín lleno de flores de salvia [1] . Es por eso que incluso ahora, sólo ver una flor de salvia me hace tener un ataque.

Miró a Patrizia con una expresión indiferente mientras decía esto, pero Patrizia no pudo encontrar su mirada. Los ojos de Lucio se llenaron de dolor.

—¿Qué, crees que soy un monstruo?

—Nunca pensé eso —negó Patrizia con calma—. El monstruo es indudablemente la reina fallecida. Una víctima nunca puede convertirse en un monstruo.

—Sin embargo, no puedes mirarme a los ojos.

—No estoy segura de cómo reaccionar ante tus palabras… —Patrizia dijo vacilante—. Simplemente me sorprendió, Su Majestad. Por favor, no me malinterpreten.

—Lo sé. Sé que no eres ese tipo de persona.

Lucio sonrió débilmente y el corazón de Patrizia se retorció incómodo. Ella habló con un poco más de fuerza en su voz.

—Pero, ¿por qué menciono ella que…?

Fue entonces cuando Patrizia se dio cuenta de repente, su rostro palideció. ¿Podría… podría ser? No, no hay manera. Ella comenzó a temblar. Lucio se sorprendió al verla.

—¿Patrizia? Qué pasa ¿No te sientes bien de nuevo?

—¡Su Majestad, tenemos que…!

Justo cuando salía de su asiento para huir a alguna parte, alguien le bloqueó el paso. Fue Mirya.

—¿Mirya? ¿Qué pasa? —Patrizia le preguntó con una expresión desconcertada.

—Ah, gracias a Dios que estas aquí, Su Majestad. —Mirya le dio una sonrisa de alivio—. Es hora de presentar las flores de cumpleaños.

—¿Tan rápido? —Patrizia preguntó en un tono ligeramente aterrado.

—¿Hay algún problema? —Mirya preguntó un poco confundida.

Con una expresión rígida, Patrizia miró a Lucio.

—Mierda.

La palabra escapó de sus labios.

♦ ♦ ♦

Rothesay estaba en un frenesí, tratando de buscar a Petronilla. Definitivamente dijo que asistirá al banquete, pero él no podía encontrarla en ningún lado.

—¿Podría ser que todavía se siente mal? —se dijo preocupado a sí mismo.

Su salud aparentemente pobre preocupaba a Rothesay. Decidió comprarle un tónico herbal a su regreso. Fue golpeado por la lluvia tanto como… no, más que Petronilla, considerando el hecho de que trató de protegerla de la lluvia, pero estaba perfectamente bien y ella estaba resfriada. Con ojos ansiosos, examinó el área, buscando a Petronilla. Luego vio a una mujer que se parecía a Petronilla, y con una sonrisa brillante, la llamó.

—Petronil…

Sin embargo, Rothesay se detuvo. Porque esa mujer estaba huyendo a algún lugar con una expresión urgente. Pensando que algo estaba pasando, Rothesay bajó lentamente el brazo que extendió hacia ella antes de rascarse la cabeza. Supongo que puedo preguntarle sobre eso más tarde.

♦ ♦ ♦

Antes de que Patrizia volviera a entrar al salón de banquetes con Lucio, ella le tomó la mano. Lucio la miró, desconcertada por la repentina forma de piel que inició ella, y Patrizia le devolvió la mirada con una expresión que parecía que estaba a punto de llorar.

—¿Qué pasa, reina? Parece que algo grave ha sucedido. No es así como eres habitualmente.

Ante esas palabras, Patrizia apretó la mano que estaba sosteniendo.

—Su Majestad —dijo con voz temblorosa—. Hay algo que deseo decirle.

—Sea lo que sea, di lo que piensas…

—No importa lo que pase de aquí en adelante… por favor, no te sorprendas.

—¿Qué?

—Debes prometerme esto. ¿Podrás mantener la calma en cualquier circunstancia?

—¿De qué habl…?

Aunque estaba lleno de confusión y sospecha, no pudo decir nada más al mirar la expresión desesperada de Patrizia y simplemente asintió.

¿Qué está pasando para que se vea así y pedirme algo como eso? La cara de Lucio se puso seria.

—No hice esto. Yo nunca… —tartamudeó.

—¿Qué pasa, reina? Estás actuando bastante extraña hoy.

—Por el bien de nuestro honor, por el honor de la familia imperial —insistió Patrizia  rigurosamente—. Por favor…

—Bien. Pase lo que pase, no debes preocuparte.

Con esas palabras, Patrizia pareció calmarse un poco, pero todavía parecía ansiosa. La confusión de Lucio y Mirya sólo creció. Ligeramente nervioso, Lucio finalmente entró en el salón de banquetes. Se sentó en el asiento más alto de la sala y todos los invitados a la fiesta los saludaron al unísono.

—Saludos a Su Majestad el emperador y Su Majestad la emperatriz. Gloria al Imperio Mavinous.

—Les agradezco a todos por venir hoy —dijo Lucio brevemente. Patrizia todavía parecía ansiosa. En un intento de tranquilizarla, Lucio le tomó la mano. A su vez, Patrizia colocó su otra mano temblorosa sobre la suya.

Mientras sea capaz de soportarlo, no pasará nada. No habrá ningún problema, Patrizia, así que cálmate.

Ella repitió esto una y otra vez mientras forzaba una sonrisa.

—Su Majestad, ahora le presentaremos las flores de cumpleaños que Su Majestad la reina ha preparado. Damas, vengan…

—¡Por favor esperen!

De repente, una voz urgente la interrumpió. Los ojos de todos estaban dirigidos a una persona. Al ver quién era, Patrizia jadeó sorprendida.

—¡Petronilla…!

—Saludos al emperador y su majestad. Gloria al imperio.

Fue Petronilla. Con una expresión confusa, Lucio habló.

—¿Lady Grochester? ¿Cuál es el problema?

—Dado que es el primer cumpleaños con Su Majestad mi hermana, la reina, preparó flores, pensó que sería bastante impresionante si yo misma se las presentara. ¿Permitirías que esta humilde servidora te presente tus flores de cumpleaños, Su Majestad?

—A mí me parece bien. ¿No es así?

—¡Pero Su Majestad, eso iría en contra de los precedentes! —Rosemond protestó, pero Patrizia la cortó. Con voz temblorosa, Patrizia la llamó.

—Marquesa Ethylaine. Esto es algo para lo que la Luna del Imperio otorgó permiso. ¿Hay algún problema con eso?

Ver a Rosemond morderse el labio confirmó las sospechas de Patrizia. Sin darse cuenta, una expresión fría apareció en el rostro de Patrizia, aunque rápidamente volvió a la normalidad.

—Por favor continúe, lady Petronilla —dijo cálidamente.

—Su Majestad ha derramado toda su gracia… —Petronilla le dio una sonrisa fría—. Preparando este regalo para Su Majestad el emperador.

Mientras decía esas palabras, Petronilla se quitó la tela que cubría la caja. En la caja estaban…

—Esta es la sinceridad de Su Majestad, Su Majestad el emperador. Por favor acéptalos.

Flores de Amaryllis [2] de un tono carmesí profundo con un centro blanco. Petronilla estaba sonriendo, pero Patrizia no podía hacer lo mismo.

—¿Cómo…? —dijo ella en estado de shock.

—Son hermosas flores, reina. El rojo y el blanco se complementan maravillosamente. ¿Te gustan las flores de Amaryllis?

Lucio le dio una sonrisa despreocupada antes de continuar.

—Dado que recibí un regalo tan increíble, debería darte algo a cambio.

—No hay necesidad.

—No hay necesidad de negarse —Él dio una sonrisa brillante.

—En este momento… no hay nada que desee —murmuró aturdida.

—Estoy seguro de que tienes al menos una cosa.

—Si realmente insistes, entonces… —Sin darse cuenta de lo que estaba diciendo, Patrizia continuó—. ¿Podrás escuchar un deseo mío en cualquier momento?

—Una cosa simple. Por su puesto que lo haré.

Con esas palabras, Lucio sonrió satisfecho antes de levantar el cóctel que estaba a su lado.

—Un brindis por la prosperidad del imperio.

♦ ♦ ♦

Cuando terminó la presentación de cumpleaños, Patrizia se tambaleó fuera del podio. Ella miró a su hermana gemela mayor con una expresión de sorpresa. Petronilla miró a su hermanita con calma. Con voz temblorosa, Patrizia habló.

—Petronilla.

—¿Sí, Rizi?

—Nilla, ¿estás realmente…?

Patrizia tenía una expresión que parecía que se derramaria en llanto en cualquier momento. Ella murmuró con una voz llena de incredulidad.

—Nil, es… ¿esto es lo que creo que es?

—¿Qué estás pensando, Rizi?

—¿Cómo supiste? —Patrizia preguntó, con voz vacía—. ¿Cómo, cómo…?

—Porque, hace tiempo… —Petronilla esbozó una sonrisa fría—. Yo era la esposa de tu marido.

El corazón de Patrizia cayó. Ella se desplomó en el suelo conmocionada. Petronilla, que se había arrodillado sobre una rodilla junto a ella, saludó a Patrizia con voz llorosa.

—Ha pasado mucho tiempo, lady Patrizia.

—Ah.

—Mi preciosa hermana gemela.

Los ojos de Petronilla estaban llenos de lágrimas.


[1] Flores de Salvia:

[2] Flores de Amaryllis:

16 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 78: Porque yo era la esposa de tu esposo”

  1. En el manwha daban a entender que ella recordaba pero pense que eran libertades artisticas , en el transcurso de la historia habia indicios , ahora queda confirmado Petronilla lo recordaba todo

  2. Dios santo, se los juro que me emocioné tanto que hasta lo postie en Twitter!!!!!!
    Ahhh sabía que sería épico pero no esperaba este juego de emociones

  3. 😱😱😱😱😱😱¿De verdad esto está pasando? ¡Ay Diosito! Este capítulo estuvo para morderse las uñas
    Gracias por la traducción chicas ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

  4. ESTOY LLORANDO … QUE PASA CON ESTA NOVELA QUE CADA CAPITULO ME HACE LLORA!!!!!!! … ojala lucio sepa lo de la maldad de rouse

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