Dama a Reina – Capítulo 79: Un secreto entre nosotras dos

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Una niña que había confundido las obras del destino recibió un severo castigo.

Esta fue la historia de Petronilla Laura Le Grochester.

Cuando vio por primera vez a ese hombre, Petronilla se enamoró de inmediato de la ilusión. Sus ojos solo vieron al apuesto hombre que por un momento hizo que su corazón dejara de latir. La joven Petronilla realmente creía que ese caballero era su otra mitad elegida por el destino.

Si tan sólo pudiera convertirme en la esposa de ese hombre…

Nadie en todo el reino quería convertirse en su esposa porque todos escucharon los rumores sobre la amante favorita de Su Majestad. Aun así, Petronilla quería esa posición a su lado.

Al final, la mujer que originalmente había sido seleccionada para convertirse en reina, lady Vasi, perdió su candidatura a reina debido a la interferencia de su padre, y Petronilla pudo convertirse en reina.

Si bien Petronilla estaba extasiada por este giro del destino, esa felicidad ni siquiera duró un cuarto de día después de haberse casado con el emperador Lucio. Su esposo le dijo severamente que no esperara su amor. Incluso en la misma noche de su matrimonio, la había dejado para acostarse al lado de su concubina.

Aún así, no le importaba. Ella todavía lo amaba y, sobre todo, todavía era la reina del imperio. No puede tirar a su propia esposa, pensó complaciente Petronilla.

Ella nunca recibió su afecto y, a diferencia de la difunta reina Alisa, su familia no tenía mucho respaldo político. Su autoridad estaba disminuyendo y la concubina solo seguía amenazando su posición. La frialdad e indiferencia de su esposo, así como su vida sin incidentes en el palacio, solo desgastaron a Petronilla.

Su naturaleza pacífica estaba empezando a cambiar gradualmente. No era un cambio con el que ella pudiera estar feliz.

Y aunque ella sabía esto, no podía hacer nada al respecto.

Aunque se maldijo a sí misma por volverse más malvada, no podía hacer nada para detenerlo. Aunque se odiaba por cometer esos actos malvados, continuó haciéndolos.

Finalmente, cuando se revelaron todos los secretos de Lucio, Petronilla se dio cuenta de que nunca fueron amantes predestinados. Aunque ella lo abrazó y lo amó, él era un hombre que estaba demasiado cicatrizado y herido. Petronilla fue incapaz de abarcar todas sus cicatrices.

Y cuando vio que su concubina era capaz de hacer lo que ella no podía, Petronilla se dio cuenta de que la concubina era su otra mitad predestinada, que su propio enamoramiento era solo el engaño del romanticismo de una joven y que estaba completamente equivocada. Pero a pesar de eso, ella ya era la esposa del emperador.

La concubina era una mujer astuta. Al final, esa mujer malvada siempre estuvo un paso por delante de Petronilla, y la destronó a través de acusaciones falsas e incluso trajo la destrucción a su familia. Su precioso padre y su hermana gemela más joven fueron castigados junto con ella. La vida de Petronilla terminó con la guillotina, y su familia hizo lo mismo.

En los últimos momentos de su vida, pensó eso. Si pudiera nacer de nuevo, no, si pudiera volver atrás en el tiempo justo antes de conocer a ese hombre, se aseguraría de que nunca volvieran a cruzarse. Ni siquiera le echaría una mirada fugaz. Viviría como extraños que no tenían nada que ver el uno con el otro.

Esto es lo que prometió Petronilla mientras cerraba los ojos con angustia.

♦ ♦ ♦

Y cuando abrió los ojos, había retrocedido en el tiempo. Pero no mucho después de dar gracias a la bendición que Dios le había proporcionado, no pudo evitar caer en la desesperación. Debido a que en este tiempo su joven hermana se convirtió en reina en su lugar.

Petronilla sospechaba que Patrizia también había regresado en el tiempo y cuando se dio cuenta de que su hermana menor se sacrificó para salvar a su tonta hermana mayor, las lágrimas corrieron por su rostro. Petronilla se sintió en completa agonía.

La brillante personalidad que solía tener estaba ligeramente apagada. Ella prometió que, dado que no podía cambiar lo que ya había sucedido, cambiaría el pasado restante, no, el futuro que aún no había llegado. Petronilla decidió no permitirse nunca a sí misma ni a su familia enfrentar esa clase de tragedia por segunda vez.

Ella decidió ayudar a su hermana menor. Afortunadamente, Patrizia era una niña brillante y no actuó tan tontamente como lo hizo ella en su vida pasada. A veces, veía la figura infeliz de Patrizia, pero no había nada que pudiera hacer por ella más que dejar que su corazón sufriera por su hermana pequeña.

Aún así, lo que la consoló fue el hecho de que Patrizia era mucho más madura manejando todo lo que ella no pudo. Al ver eso, Petronilla recibió la confirmación de que nunca fue adecuada para ser reina en primer lugar.

Después de confundir una relación fallida con el amor predestinado, Petronilla creía que nunca podría volver a amar. No habría ningún hombre que pudiera amarla, y ella solo pensaría en el amor como una molestia. Pero parecía que a Dios realmente le gustaba jugar con ella.

Me enamoré de ti a primera vista, mi señora. Te quiero.

Un hombre le confesó su amor. Si esto fuera el pasado, entonces ella se habría regocijado y aceptado su confesión. Sin embargo, Petronilla tenía miedo. Temía que este hombre estuviera haciendo lo mismo que ella y confundiera una simple ilusión con el amor verdadero. Si es así, ambos se lastimarían.

No puedo aceptar tus sentimientos.

Por eso lo rechazó, se escapó y lo evitó. Al menos hasta que esa anciana la llamó para despertarse.

No huyas.

Sé fiel al presente. Carpe Diem. Al escuchar esas palabras, Petronilla reunió su coraje una vez más y se decidió. Incluso si estuviera condenada a tener otro amor fallido en esta vida, tal vez… tal vez Dios la bendeciría con otra oportunidad de regresar en el tiempo. Petronilla decidió tener coraje.

En medio de eso, se le dio la oportunidad de ayudar a su hermana menor. Rosemond, esa miserable mujer, cambió las flores que Patrizia preparó por salvias, la flor que Su Majestad despreciaba. Además de eso, ¡lo hizo justo antes de la presentación de las flores! Petronilla creía que esta era su oportunidad.

—Finalmente puedo decirte esto.

Y entonces.

—También volví en el tiempo.

Éxito.

♦ ♦ ♦

No había forma de que Patrizia no se sorprendiera. ¡Nilla regresó a tiempo como yo! Con ojos confundidos, miró a Petronilla.

—¿De verdad? —preguntó ella.

—Sí.

—¿Es en serio?

—Así es.

Patrizia volvió a hacer la pregunta solo para recibir la misma respuesta.

—Dios, ¿cómo podría esto…?

—Es un secreto entre nosotras dos, Rizi.

—Por supuesto… todavía no se lo he dicho a nadie. —Con una expresión aturdida, Patrizia se sentó. Petronilla la miró con tristeza antes de explicar la situación.

—Mis recuerdos volvieron cuando te convertiste en reina. Por eso lo siento tanto.

—Incluso si lo hubieras recordado antes de que lo hubiéramos decidido, Nilla, habría tomado la misma decisión. No hay nada por lo que lamentarte.

—Gracias. —Con una voz llorosa, Petronilla continuó débilmente: —Vamos a otro lugar. Hay mucha gente aquí.

♦ ♦ ♦

Las dos mujeres se trasladaron a la terraza y comenzaron a hablar de todo. Patrizia interpuso la historia con algunas exclamaciones. La parte que más la sorprendió fue cuando escuchó lo que Rosemond preparó para esta noche.

—Dios —exclamó una vez más—. Nilla, estoy muy agradecida. Si no fuera por ti, las cosas podrían haberse convertido en un desastre. Ese hombre detesta esas flores.

Ante las palabras de Patrizia, Petronilla asintió con la cabeza rígida.

—Gracias a Dios que no fue demasiado tarde.

—Fue Rosemond, ¿verdad?

—Así es. —Petronilla asintió y la cara de Patrizia se arrugó de ira.

—Cielos…

—Cálmate, Rizi. Resultó bien al final.

—Sí, Nilla. Tienes razón. —Patrizia estuvo de acuerdo antes de preguntar: —¿Puedo abrazarte?

—¿Estás preguntando eso ahora? —Petronilla dijo sobre la abrupta pregunta, pero ya la estaba abrazando. Las lágrimas finalmente fluyeron de los ojos de Petronilla.

—Realmente has pasado por muchas cosas por tu cuenta, Rizi.

—Nilla…

—Pero ahora, estoy contigo.

—Gracias —dijo Patrizia—. No sabes lo aliviada que estoy de tenerte aquí.

♦ ♦ ♦

Rosemond abofeteó la cara de Glara, con ira.

—Dime Glara ¿Cuántas veces me has fallado? —Ella se quejó en silencio.

—Me disculpo, mi señora.

Honestamente, no fue culpa de Glara. Ella había llevado a cabo perfectamente su tarea. Petronilla simplemente interfirió después. En cualquier caso, Glara mantuvo la boca cerrada. Necesitaba calmar la ira de Rosemond ante todo.

—Si lady Grochester no hubiera interferido…

—Ah, sí. Así es —dijo Rosemond con voz atónita—. ¿Cómo demonios lo supo esa perra?

—No sé, mi señora.

Las flores se cambiaron inmediatamente antes de que se presentará la caja, sin embargo, ¿cómo podría haber sabido y preparado otra de antemano? Glara sacudió la cabeza, incapaz de pensar en una respuesta. Fue entonces cuando Rosemond murmuró con voz vacía.

—Podría ser…

—¿Disculpe, mi lady?

—No, definitivamente es posible.

Rosemond ordenó a Glara con voz tensa.

—Si es así, eso complica las cosas. Glara, escribe una carta a Jaenory de inmediato. Adviértale que Petronilla lo sabe todo y que se mantengan en alerta.

♦ ♦ ♦

—Petronilla. —Rothesay la llamó por su nombre.

Petronilla miró hacia atrás.

—Rothesay.

—Te he estado buscando por todas partes.

—Me disculpo —dijo Petronilla, avergonzada. Rothesay respondió con una cara de comprensión.

—No te estoy reprochando. Estaba preocupado.

—Lo sé, Ro. —Después de decir eso, le preguntó a Rothesay, que parecía aturdido—. ¿Está bien si te llamo Ro?

—Por supuesto, Nilla. Estoy tan feliz. —Una sonrisa floreció en el rostro de Rothesay—. Quería bailar contigo.

—Ah…

Así es. Ahora que lo pienso, él y yo nunca hemos bailado juntos.

—Ahora que lo mencionas, este sería nuestro primer baile —murmuró.

—Sí, así es —respondió Rothesay amablemente antes de agregar—. Sin embargo, está bien. Tenemos mucho tiempo por delante.

Si no regreso, podré pasar más tiempo con este hombre, pensó Petronilla con una sonrisa triste. No había forma de que ella volviera. A ella le gustaba como era su vida actual. Tanto así que se sentía agustiada de que está no fuera su línea de tiempo real.

—Tienes razón. Tenemos mucho tiempo —respondió ella con voz tierna.

De todos modos, voy a disfrutar el tiempo presente, pensó Petronilla para sí misma.

7 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 79: Un secreto entre nosotras dos”

  1. Petronilla es una mujer vivaz , cuanto amor hay entre hermanas si no se hubiera enamorado de Lucio y arece que la zorra tambien retrocedio en el tiempo

  2. Não faz sentido, primeiro que o regresso das gêmeas foi pela morte traumática, segunda se tivesse sido trocado por Rose ela não teria ficado tranquila ao respeito da Rizi ter dormido com Lúcio

    1. Hmm esto me hace pensar que quizas rose tambien haya regresado en el tiempo(? Por lo que la última prueba que le hicieron a patty para ser elegida como reina fue cambiada y al ver la reacción de rose con lo que paso con nilla me hace dudar mas UnU

  3. Por favor, me pone re mal pensar toda la culpa que Petronilla habrá pasado al descubrir que su hermana se sacrificó por ella, las dos me ponen triste, me dan ganas de abrazarlas. Y Rosemond una vez dijo que realmente amó a Lucio pero bien que es capaz de atormentarlo con su peor trauma solo para hacerlo pasar vergüenza, que maldita, me da rabia. En fin, muchas gracias por todos los capítulos que nos están trayendo, no puedo esperar a ver cómo avanza la cosa 💕💕

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