El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 2: Riley…


El muchacho bostezó, recostado en un manzano dentro de los terrenos de la mansión. Para él, era sólo otra cama más.

— …Ah, quiero una Coca Cola.

Era el tercer hijo de la casa Iphelleta, Riley.

— Se vuelven cada vez más frecuentes, mis sueños del pasado.

Un mundo con pisos de concreto y rascacielos.

Era un reflejo de su vida pasada.

Desde el día que él involuntariamente sacó la espada sagrada del suelo, sólo hubieron batallas. Para evitar la destrucción del mundo con la llegada del señor demonio, tuvo que matar a innumerables monstruos.

En lugar de asistir a la escuela con sus amigos, tuvo que abrirse paso en numerosas batallas.

Suspiró mientras recordaba su vida pasada en sueños.

— Siempre vuelven cuando estoy a punto de olvidarlo.

Rascó su cabeza, recordando su frase, “Quiero una Coca Cola.”

— Coca Cola, eh…

Fue su bebida favorita en el “pasado”.

Lamentablemente, no sabía cómo hacerla.

— Tsk.

‘Como anhelo la ardiente sensación del líquido carbonizado cayendo por mi garganta, pero, eso es imposible ahora…’

Mientras pensaba para sí mismo, entrelazó sus dedos y extiendió sus brazos.

— Bueno, no hay necesidad de repetir mi pasado.

‘Viviré esta vida en paz.’

Con sus recuerdos aún intactos, eso era lo que pensaba tras haber reencarnado en este mundo.

Luchar con una espada, salvar al mundo…

Ser idolatrado, ser necesitado…

Era innecesario.

Evitaría cualquier obstáculo en su camino.

Afortunadamente, ahora era el tercer hijo de una importante y noble familia.

Perfecto para una vida perezosa y despreocupada.

— ¡…Joven maestro, Joven maestro!

Si sólo no hubiesen obstáculos.

— ¡Dios santo! ¿De nuevo está durmiendo?

‘Jesucristo.’

Aunque acababa de despertar de una siesta, cerró sus ojos nuevamente para evitar esta situación.

Era un recurso para que su sueño no fuese perturbado.

— ¡Ya es pasado el mediodía y el sol comienza a colocarse! ¿Cómo se supone que dormirá por la noche?

Si un hombre lo intenta, puede dormir todo el día.

Casi como un vegetal, aunque no del todo.

‘Estar somnoliento en el día y adormilado en la noche son dos cosas diferentes.’

Mientras elaboraba una respuesta en su mente, en voz alta roncaba.

Un acto para mostrarle al mayordomo que aún estaba en la tierra de los sueños.

— El tiempo pudo haberse llevado mucho de mí, pero todavía puedo diferenciar entre la verdad y las mentiras.

—…

— Te he estado sirviendo por casi 20 años. Deberías detener tu actuación y levantarte.

Tal vez había hablado así, pero Ian tenía una forma de discernir la verdad. En este momento, él le estaba suplicando a Riley que se levantara.

—  Haah. Es casi la hora de la cena.

Ian sacudió los hombros de Riley.

—  Ahh, ¿De veras?

Riley se levantó, incapaz de resistir la triste voz.

No quería que el anciano llorase.

— Parece que…tampoco entrenaste hoy.

Riley no le respondió a Ian.

— Estoy seguro de que verás tu potencial, si lo intentas.

La persistencia comenzó.

De nuevo.

Riley empezó a dudar si despertar fue la acción correcta.

— Sólo, ¿Cuál es la razón?

— Oye, ¿Qué crees que será la cena de hoy?

— En términos de sabiduría, ¡fácilmente superarías a tus dos hermanos!

Ian evaluó una vez a Riley como “Demasiado maduro para su edad’.

En el buen sentido.

Como un bebé, actuó de una manera que no encajaba con su edad, debido a sus viejos recuerdos.

— Otros podrán ser unos ignorantes, ¡pero yo lo sé! El Joven Maestro es…

— ¿…Perezoso?

Riley respondió con una sonrisa.

— ¡No! ¡Para nada!

El rostro de Ian estaba teñido de rojo, con un vapor saliendo de sus orejas.

— Ha… ¡En serio! ¡Si supieses lo enojado que estaba de esos bastardos en la Villa Iffa!

Ian cerró los ojos, y golpeó su pecho con rabia, solo para darse cuenta de que Riley ya se había alejado de él.

Ian lo siguió, murmurando groserías como siempre hacía.

♦ ♦ ♦

— ¡De verdad, Señora Iris! Por favor discipline al Maestro Riley. Él ni siquiera tocará una espada… Es como si estuviese tratando de convertirse en un mago.

— ¿Qué hay de malo con eso, Ian?

Dentro del segundo comedor de la mansión, había dos…no, tres personas en la mesa.

La mujer sonrió hacia su hijo que estaba sentado frente a ella.

— Heheh.

Riley sonrió a su madre cuando sus ojos se encontraron.

Su madre era la única persona en la mansión que lo entendía.

Iris.

Ella escuchaba atentamente las absurdas historias de sus sueños.

Una gran madre quién de verdad deseaba la felicidad de su hijo, a pesar de su falta de esfuerzo para aprender la esgrima de la Casa.

Si Riley escogiese su mayor tesoro, sin duda sería ella.

— Haah. Lo mismo pasa con usted, mi señora.

Ian le suspiró a los dos.

— ¿Oh? ¿A qué te refieres?

— El Joven maestro ya tiene 18 años. Es un adulto. ¿Cuánto tiempo seguirá aceptando su comportamiento infantil? Es tiempo de ser un poco más estricta con él. Y también está el tema sobre el sucesor ….

Ian presionó el dedo entre sus cejas al decir esas palabras. Sólo recordar eso le dio un dolor de cabeza.

— ¿No está enfadada? Tanto los hijos como la Sra. Orelly le visitan en su tiempo libre, sólo para ridiculizarle. Esos groseros.

[Nota: NT: El honorífico que el mayordomo utiliza aquí, especifica que la Sra. Orelly es la primera esposa de la familia Iphelleta, así como la madre del primer y segundo hijo. Sra. Iris es la segunda esposa, y también la madre de Riley.]

— No, se lo diré. Ambos…necesitan alguna ambición. ¿No quiere vengarse de ellos?— Ian, cuida tu lenguaje. Todavía estamos en la mansión…

Ian comenzó con su queja.

— ¡En lugar de hablar de ese extraño sueño suyo!

El sueño que Riley siempre le contaba a su madre. Cuando Ian gritó que debería estar hablando de espadas, Riley respondió,

— Sueño extraño dices. Pero sigue siendo interesante, ¿verdad?

— ¿Eh? Sí, es interesante…Espera, ¡Ese no es el punto!

Ian comenzó a apelarle a Iris, sobre las virtudes de Riley.

— Sabe lo inteligente que es el joven maestro, mi señora.

A una temprana edad, Riley fue el más rápido en aprender a escribir y hablar.

No era lo único que él podía decir.

Había innumerables más.

— ¿Y?

Las habilidades de Riley para resolver problemas estaban más allá de su edad, y cada vez que se acercaba el peligro, desaparecía de la mansión, usando “Las escondidas” como una excusa.

Él sólo aparecería una vez que el peligro hubiese pasado.

— Aun así estoy…

Iris sabía muy bien lo diferente que era Riley de una persona promedio. Los sueños, la forma en la que hablaba…Cada palabra y acción que tomaba parecía saturada con madurez.

— ¡Su sabiduría puede utilizarse también para la espada! Ya le he hablado antes sobre su talento sin precedentes…

— Ian.

Iris detuvo la charla de Ian.

— Estaré feliz siempre y cuando él lo esté.

Aun así, ella no se molestó con las acciones de Riley.

Ya que era su madre, sólo desearía por su felicidad.

— Haaah…

Los hombros de Ian bajaron al darse cuenta de que nuevamente no había conseguido convencerla.

Se sentía más pequeño que antes, como si todos sus músculos debajo se hubiesen encogido también.

— Ian, es mi vida, así que yo me haré cargo.

Riley soltó una risilla mientras tomaba un sorbo de sopa, sabiendo que había escapado del molesto Ian gracias a su madre.

— ¡Cough!

Iris repentinamente comenzó a toser.

¿Su comida había pasado por las vías respiratorias?

¿Había demasiada pimienta en la sopa?

— ¡Cough, Cough!

La toz parecía bastante fuerte.

El rostro de Riley comenzó a oscurecerse, ya que la tos no se detenía, incluso después de un tiempo.

— ¿…Madre?

Iris cubrió su boca con una mano, mientras ondeaba la otra para decirles que estaba bien.

Pero Riley notó algo en sus temblorosas manos.

— Madre, tu mano…

— ¡Cough! ¡Cough!

Su expresión empeoró cuando vio sus manos.

Rojo.

La sangre empapó sus manos y goteó sobre la mesa.

— ¡¡Madre!!

Riley se levantó ansioso, pero rápidamente giró la cabeza cuando notó que alguien estaba observando. En ese momento, sus ojos cambiaron a los de un depredador, pero rápidamente regresó.

— Huhu…

La risa era bastante distante, pero Riley podía oírlo, y entonces lo vio.

— ¡Por favor espera, traeré a un médico inmediatamente!

— …

Dejando sólo una burla, la primera esposa de la familia Finn Iphelleta desapareció a lo lejos.


Limsah
Maldita Orelly ㅠㅡㅠ, Si algo le pasa a la madre de Riley hago un pacto demoniaco y la torturo para que despues la mate dolorosamente Riley.

5 respuestas a “El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 2: Riley…”

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