Traducido por Naremi
Editado por Sakuya
—Antes, ella siempre corría desenfrenada, actuando con arrogancia como un pavo real. Ahora ni siquiera se atreve a salir de su habitación y revelar su cara.
—¡Le sirve bien! Siempre he odiado su actitud. ¡Ahora dudo que el Príncipe Heredero se case con una mujer cubierta de pecas!
Zhao Yunxi rió, complacida, realmente odiaba la alta y poderosa actitud de Li Yuyue, que se pavoneaba por la ciudad.
Baili Hongzhuang tenía una leve sonrisa en su rostro y no habló.
—Este ya es el segundo compromiso de Su Alteza. Si este también se cancela, entonces…
Shao Zifan parecía distraído. Si esto saliera al público, el príncipe heredero se vería reducido a una broma.
Si el compromiso se cancelaba de nuevo y necesitaban encontrar otra mujer para convertirse en la princesa heredera, entonces… Los matrimonios de Su Alteza serían vistos como una historia graciosa que todo el país del Feng Bo escucharía.
Pensando en esto, todos no pudieron dejar de mirar a Baili Hongzhuang, suspirando en secreto con pesar.
—¡Su Alteza realmente no tenía ojos!
No mucho después, Xuanyuan Huan llegó a la tienda comercial de Tianxiang. Pero cuando entró al salón, sintió como si todos lo estuvieran mirando de forma extraña.
Su cara normalmente orgullosa y arrogante estaba actualmente un poco indefensa.
Primero, no pudo ser el primero en la competencia de caza. Ahora, había un problema con su prometida.
Antes de que llegara, había escuchado a sus padres discutir si cancelar o no el compromiso, haciéndolo sentirse muy impotente.
¡Realmente no tenía idea de por qué tuvo tan mala suerte! ¡Nada iba a su favor!
La multitud originalmente ruidosa de repente se quedó en silencio.
Baili Hongzhuang miró la sala de subastas. El luminoso salón era suficiente para albergar a cientos de personas con espacio de sobra, dispuesto para mostrar una elegancia tranquila, pero refinada. Una sola mirada podría decir que la decoración, aunque valiosa, no era en absoluto abrumadora.
Ahí era donde se realizaría la subasta.
—Espérenme un poco, voy a la sala del tesoro. —Baili Hongzhuang habló de repente.
—¿Vas a vender algo? —Shao Zifan miró a Baili Hongzhuang, sorprendido.
Baili Hongzhuang sonrió levemente y asintió con la cabeza.
—Aunque puedes traer artículos para vender en la subasta antes de que comience, vendiéndolos ahora, solo se podría hacer para la próxima subasta. No puedes participar en la actual.
—No importa. Sólo voy a mirar a mi alrededor.
Baili Hongzhaung todavía sonrió. Si no aceptan el tesoro, sería porque no tenía suficiente valor. Si valiera la pena, incluso si fuera demasiado tarde, todavía idearían alguna forma de permitirle venderlo en la subasta.
Al ver a Baili Hongzhuang entrar en la sala del tesoro, Shao Zifan y Zhao Yunxi se miraron entre sí antes de encogerse de hombros.
Baili Hongzhuang entró en la sala del tesoro y vio a un anciano de 60 años con la mano apoyada en la barbilla mientras dormía. Su cabeza se movía de vez en cuando, pero nunca caía sobre el escritorio.
—Señor. —Baili Hongzhuang habló.
Pero el mayor estaba claramente dormido. La voz de Baili Hongzhuang no era suficiente para despertarlo.
—¡Señor! —Baili Hongzhuang levantó la voz, llamando de nuevo.
¡Thump!
El anciano se despertó por el ruido, su barbilla golpeó pesadamente la mesa.
—¡Aiya!
El viejo se frotó la barbilla, jadeando de rabia mientras hablaba.
—¿Quién interrumpió el sueño de este viejo?
Baili Hongzhuang sonrió
—Señor, vine a vender algo.