¡No aceptaré una heroína como tú! – Capítulo 19

Traducido por Bee

Editado por Lucy


Han pasado varios meses desde el día en que Tsubaki decidió asumir el papel de villano. Al tomar constantemente una actitud superior hacia los demás, había ganado su aversión sin problemas.

Al final, había sido promovida al segundo grado. Después de la ceremonia de clausura de los primeros exámenes de la escuela, pasó junto a Toudou y sus seguidores en el momento en que ellos tenían una animada conversación acerca del lugar al que irían durante el receso escolar. 

—Chizuru, ¿a dónde vas a ir estas vacaciones de verano? —preguntó una de sus seguidoras.

—Planeo ir a Grecia junto con mi familia… Ah, Asahina. ¿Tienes algún plan para las vacaciones de verano con tu familia?

—Mi hermana pequeña acaba de nacer este año, así que no tenemos ningún plan para irnos de vacaciones —respondió.

Ah, ¿es así? Este será un descanso de verano solitario para ti, ¿no? —Luego se puso la mano alrededor de la boca y soltó una carcajada—, jo, jo, jo.

Observando a Todou, Tsubaki contó sus planes para las vacaciones con una sonrisa.

—Al contrario, tengo planes para ir a Mónaco y Francia para unas vacaciones de verano junto con Kyousuke y mi tío —respondió triunfalmente.

—¡¿Presumiendo?! ¡¿Estoy escuchando que presumes?!

—No, no es así, solo estoy jugando contigo —dijo Tsubaki, mientras seguía su camino, dejando a Todou detrás de ella.

Para el verano de este año, se decidió que Tsubaki pasaría tiempo junto con su primo y tío, en Mónaco y Francia, para unas vacaciones.

La razón de esto era que Haruki deseaba compartir más tiempo y conversaciones con Kyousuke, pero como no sabía qué debía hablar exactamente, decidió arrastrar a Tsubaki al viaje.

Desearía que parara con la mentalidad de “pregúntale a Tsubaki cuando estés en problemas”, en serio, pensó la niña.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente, después de la ceremonia de clausura, Tsubaki, Kyousuke y Haruki fueron a Mónaco.

Como era su primera experiencia en el extranjero, tomando en cuenta su vida pasada, durante el trayecto Tsubaki mantuvo los ojos clavados en la ventana del vehículo para ver el paisaje cambiante de la tierra extranjera, movido por la diferencia de la luz del sol, y asombrada con la grandiosa habitación de la suite de un hotel de clase alta. Era una sorpresa tras otra para ella.

Al día siguiente, se levantó temprano debido al desfase de horario, y se dirigió a la sala de estar para ver a su tío, quien terminando de tomar un pequeño desayuno preparado a toda prisa, para luego salir de la habitación del hotel.

Justo después de irse, Miyamura, la segunda secretaria de Haruki, entró en la habitación y Tsubaki le preguntó qué sucedió, ella respondió:

—El director gerencial se va a una inspección en una compañía asociada de Mizushima en Francia. Su regreso está programado para esta noche.

¡Oi! ¡Que alguien arrastre a ese adicto al trabajo de vuelta! ¡¿Qué piensa él que son las vacaciones?!

—El director general me ha pedido que me ocupe del resto en su ausencia. ¿Desea salir a algún lado?

Con un toque de culpa, la niña se disculpó.

—Siento molestarte, a pesar de que estás en un día libre.

—No necesita disculparse, Tsubaki. Además, planeo tomarme un día libre en septiembre, así que está bien.

—Está bien, entonces… Ah, cierto me gustaría visitar el mercado de la mañana.

Tsubaki estaba interesada y quería echar un vistazo a la comida del país extranjero. Al ver que esta era su oportunidad mientras su tío se había ido, arrastró a Kyousuke para dirigirse al mercado matutino, acompañada por Miyamura y un guardia.

Llegando al mercado de la mañana, Tsubaki quedó cautivada por diferentes tipos de colores de frutas y verduras que se alineaban en los puestos. Sus fosas nasales se encontraban saturadas por un olor dulce y apetitoso que salía de alguna parte.

Tal vez era porque Francia e Italia eran países vecinos, pero poder ver la diferencia de las distintas hierbas y condimentos fue una escena agradable para ella… El tiempo pasó con rapidez mientras Tsubaki y compañía hacían su pequeño turismo.

Sin embargo, dado que no podían permanecer demasiado tiempo solamente paseando en el mercado, la niña decidió comprar algo para comer.

Después de comprar trozos de pan duro y sándwiches que se vendían en una panadería, la cual dejaba salir una fragancia dulce, además de algunas frutas y gran cantidad de diferentes tipos de nueces, todos regresaron al hotel.

Tsubaki quería comer afuera, pero como Kyousuke dijo que quería regresar al hotel, renunció a esa idea.

Terminado con su desayuno, la niña pensó entonces en hacer turismo con él, sin embargo, el muchacho ya se había sentado en un sofá y comenzó a leer un libro.

—¿No vas a hacer turismo?

—Hay muchas personas donde quiera que vayamos, está empezando a cansarme… Además, prefiero quedarme en casa que salir.

Sonaba como un ermitaño.

Tsubaki casi quería hacer comentarios, pero luego recordó que en la escuela e incluso cuando salía, Kyousuke siempre se convertía en el centro de atención. Tal vez porque no podía encontrar un lugar para relajarse en Japón, había querido aprovechar esta oportunidad para pasar su tiempo libre.

De ahora en adelante tendré muchas oportunidades de ir al extranjero, respetaré su decisión esta vez,pensó ella mientras comenzaba a sacar la tarea que traía consigo y resolvía los problemas en silencio.

Al final, Tsubaki pasó el tiempo de Mónaco principalmente en la piscina o en la habitación del hotel.

Al notar que Kyousuke se enojaba si salía sola y, considerando los esfuerzos que tenía que hacer para calmarlo, decidió renunciar a la idea de hacer turismo.

Varios días después, Tsubaki estaba apurada buscando un vestido en una boutique, porque un día antes del día de su partida a Francia, su tío le dijo sin previo aviso que iban a ver una ópera.

¡Advierteme de antemano! No traje ningún vestido conmigo, ¿no fuiste tú quien me dijo que no necesitaba traer ninguno? Qué… ¡Qué le pasa a ese tipo!, pensó Tsubaki mientras continuaba atacando a su tío con palabras abusivas en su mente, al tiempo que se ponía el vestido que acababa de elegir. Bueno, mientras el ayudante le ponía el vestido.

Aún así, esta persona es muy hábil, pensó Tsubaki, profundamente impresionada con la habilidad del asistente de la boutique.

Después de terminar de vestirse, se sentó frente a un espejo y sorprendiéndose de lo bien arreglado que estaba su cabello, tanto que pensó que estaba bajo algún tipo de hechizo mágico.

El resultado del trabajo del asistente de boutique fue muy hermoso, tanto que la niña no podía dejar de admirarlo.

Después de eso, Kyousuke arrastró a Tsubaki del espejo con prisa.

—No nos queda mucho tiempo, más tarde te admiras en el espejo.

Ahh, quiero disfrutarlo un poco más, pensó ella suspirando.

Al llegar al teatro, Tsubaki y Miyamura estaban esperando en el vestíbulo a Haruki, junto con Kyousuke, para además saludar a algunos conocidos presentes.

Aburrida tras la espera, la niña tomó un panfleto y lo miró. De repente, escuchó que alguien le estaba hablando.

La persona estaba hablando en alemán, solo existía una que le hablara en ese idioma con la que estuviera familiarizada. “¿Por qué estás aquí en Mónaco?”, pensó Tsubaki asombrada pero, como estaba en un lugar público, no podía presionarlo para obtener una respuesta.

Asegurándose de que tenía una sonrisa natural,  se dio la vuelta.

En ese instante, vio a quien tenía en mente, León estaba parado con una postura arrogante frente a ella.

—Cuánto tiempo sin verte, León.

—En efecto, Tsubaki. Así que también estás de vacaciones en Mónaco. Qué coincidencia.

Tsubaki hablaba japonés y León respondía en alemán. Si hay alguien viese este espectáculo seguramente lo encontrarían bastante humorístico.

“Cuando estaba en Roma, haga lo que hacen los romanos”, quería decirle esto a León, pero después de recordar que se encontraba en Mónaco, tendría que hablar francés,  y lamentablemente, Tsubaki solo podía hablar inglés y japonés.

Sintiendo que perdería si comenzara a hablar inglés con él, Tsubaki continuó hablando con León en japonés.

—Ah, ¿estás solo? ¿Dónde está tu familia?

—Todavía están saludando a personas. ¿Y tú, Tsubaki? Escuché que tu hermana pequeña todavía tiene seis meses, pero, ¿tu familia vino con ella?

—Parece que para la ópera de hoy habrá un cantante famoso que subirá al escenario. Esta es la primera vez que vengo a una ópera, así que no sé quiénes son —comentó la niña, cambiando de tema.

—¿No lo sabes? Es una cantante famosa, que interpretará el papel de la princesa esta noche. Es tan famosa en Europa que todo el mundo siente curiosidad del motivo acerca del cual aceptó subir a un escenario en Mónaco, ¿sabes?

—Es difícil leer el folleto cuando todo está escrito en inglés. Sé que estoy pidiendo mucho, pero desearía que lo escribieran también en japonés, o al menos, tener un intérprete sería bueno.

—¿Ustedes siquiera intentan tener una conversación?

Sin poder aguantar un segundo más ante la conversación tan desconcertante,  Kyousuke llamó la atención de ambos.

La niña estaba estaba un poco sorprendida cuando vio que Kyousuke, quien debería estar junto con su tío, mirándola con una expresión exasperada. Tsubaki respondió a su pregunta mientras evitaba que se mostrará en su rostro.

—No puedo hablar alemán.

—Aprende.

—¿Quién es él?

León estaba mirando a Kyousuke, quien había aparecido de pronto y conversaba íntimamente con Tsubaki, con una mirada inquisitiva.

Recordando que esta fue la primera reunión de Kyousuke y León, la jovencita los presentó.

—Él es mi primo, de la familia del lado de mi madre.

—Mi nombre es Mizushima Kyousuke. —dijo él, en alemán.

—…. Leon Großkreutz.

Kyousuke y León comenzaron evaluarse con la mirada.

Mientras que, por otro lado, Tsubaki se sentía incómoda, mientras pensaba que la situación podría empeorar, debido al rechazo natural que ocurría cuando dos personas del mismo tipo se encontraban.

Aún así, hacía Kyousuke, quien todavía estaba teniendo un concurso de miradas con León, la niña estaba asombrada acerca de cómo hablaba alemán con fluidez y lo observaba con un nuevo respeto.

Realmente puedes hacer cualquier cosa, ¿eh? ¿Cómo funciona ese cerebro tuyo de todos modos? Quería decirle, sin embargo, sabiendo que este no era el momento adecuado para eso, se quedó callada.

El concurso de miradas terminó, con el primero que rompió su línea de visión siendo Kyousuke.

Miró hacia su reloj de pulsera para ver la hora.

—Ya es hora de comenzar. Parece que Otou se tomará más tiempo para saludar, vamos a tomar nuestros asientos primero —le dijo a Tsubaki.

—Supongo que las cosas son así. Está bien entonces.

Mientras decía eso, Kyousuke miró el folleto que Tsubaki sostenía, luego lo tomó de su mano y comenzó a leerlo.

—Opino que eligieron un cantante equivocado para el papel del Príncipe. A pesar de que hay mejores intérpretes para el papel, qué decepción.

—Estoy de acuerdo. Estará fuera de lugar cuando esté al lado de la cantante que actúa de princesa —escuchando las palabras de León, Kyousuke levantó la mirada y lo observó. El otro joven ya lo estaba mirando.

En ese instante, como si hubieran llegado a un cierto entendimiento, los dos se saludaron al mismo tiempo y compartieron su dirección de correo electrónico, escribiéndola en una hoja de papel.

¿Qué? ¿Qué sucedió entre ustedes cuando se miraron?, la niña solo podía mirarlos maravillada.

Por cierto, Tsubaki no tenía una computadora por lo que su única opción eran las cartas escritas a mano.

Mientras Kyousuke y León compartían una acalorada conversación sobre la ópera, ella les recordó a ambos que ya casi era hora de que comenzara la actuación. Sin embargo, después de ver que Kyousuke y León aún querían hablar más, se alejó de ellos y fue a sentarse en sus asientos.

—Kyousuke, fue bastante inusual de tu parte hablar mucho con una persona que conoces por primera vez.

—Bueno, es primo de Yakumo y también hablaste con él casualmente, así que creo que no es un mala persona. Además, tenemos gustos similares en las artes. Supongo que es por eso.

—Me alegra saber que puedes llevarte bien con él.

Tsubaki pensaba que era gracias a que el chico tenía esa idea en mente que podía confiar y hablar con León tan abiertamente.

Después de eso, Haruki llegó a su asiento en el último minuto, casi a punto de levantarse el telón.

Escuchando las quejas de la niña, el hombre solo pudo soltar una risa amarga y le dio una excusa de que fue atrapado por una persona a la que le gusta hablar demasiado. Mientras Kyousuke, que estaba sentado al lado de él, tenía sentimientos encontrados por la llegada tardía de su padre.

Varios minutos después de que comenzara la ópera, Tsubaki comenzó a lamentar haber venido.

Como ella estaba en un país extranjero, naturalmente, la canción también. Había un tablón de anuncios electrónicos que la traducía inglés, sin embargo, dado que tardaba en traducir lo que estaba escrito, no tuvo tiempo de disfrutarla.

La niña finalmente se dio por vencida en traducir lo que estaba escrito y decidió escuchar la canción, sin embargo, era demasiado tarde ya que la canción estaba casi por acabar, por lo que lamentó  haber perdido su tiempo  tratando de entender la letra.

Al día siguiente, se despidieron de Mónaco y se dirigieron a su próximo destino, Francia.

El lugar al que llegaron no era una ciudad urbana, sino un tranquilo pueblo rural con casas unifamiliares en el amplio terreno.

A pesar de que era una ciudad rural, no estaba lejos de París y solo tomaba menos de una hora de viaje, así que no hubo inconvenientes.

Parece que en el momento en que sus abuelos se casaron, se mudaron a Francia para iniciar un negocio de supermercados japoneses, restaurantes de comida, y también para hacer cocina japonesa de verduras y venderlas en varios lugares. Cada uno de estos negocios crecía en escala cada año.

Incluso si su abuelo había prometido duplicar la escala de la compañía, hizo un acto deshonroso mientras todavía tenían una sede en Japón, y por lo tanto, nadie quería hacer negocios con él. Así sus abuelos se mudaron de Francia.

Luego, cuando su sucesor, Haruki, había cumplido cuatro años, y al mismo tiempo la compañía había alcanzado el doble de su escala, tal como lo había prometido, su abuelo decidió que era hora de regresar a su país de origen, Japón.

El  destino de una mujer soltera había sido distorsionado por el egoísmo de sus abuelos, no había excusa ni lugar para justificarlo. Para peor, la consecuencia había ido mordiendo a sus hijos y nietos.

Una semana desde que llegó a Francia, Kyousuke había disfrutado su pacífica vida como ermitaño incluso aquí.

Pero como no había mucha gente en la ciudad, Tsubaki logró convencer a Kyousuke de salir a dar un paseo después del desayuno.

Y además, el tiempo que Tsubaki y Kyousuke eran llamados por tíos y tías locales, que estaban haciendo trabajos agrícolas, los paseos matutinos siguieron aumentando.

Incluso si no puedo hablar francés, aún podemos transmitir nuestro mensaje a través del cambio de nuestro estado de ánimo y lenguaje corporal, pensó Tsubaki mientras seguía recibiendo muchas frutas y verduras frescas de los agricultores hasta que tenía los brazos llenos.

—¿Cómo es que cuando tienen una conversación contigo es más animada que conmigo, que hablo francés?

Ella lo observó, el muchacho mostraba en su rostro que no entendía lo que sucedía en absoluto, mientras con un mirada de reojo tomaba un bocado de tomate fresco.

Como se mencionó anteriormente, Mizushima tenía una compañía asociada en Francia, por lo que su tío estaba ocupado socializando con personas aquí y allá.

Tsubaki también comenzó a aburrirse de quedarse siempre en casa.

Ella había tratado de invitar a Kyousuke a salir a algún lado, pero él la rechazó, por lo que decidió ir a París de compras y encontrarse con Anna mientras estaba acompañada por Miyamura.

Tomó esta decisión después de escuchar que su amiga estaba pasando sus vacaciones de verano en París.

Cuando terminó de comprar recuerdos para sus padres y su hermana pequeña, Tsubaki se dirigió hacia el hotel donde Anna se había quedado y se reunió con ella.

Entrando a una cafetería cerca del hotel, las dos comenzaron a pedir dulces y a platicar.

Allí, Tsubaki le contó cómo Kyousuke y León congeniaron tan bien en la ópera de Mónaco.

—Hmmm… que Leo y Mizushima, eh.

—Al principio pensé que no saldría bien, viendo cuán similares son esos dos. Todavía me sorprendió.

—Mizushima lo usó para manejar sus comportamientos extraños, después de todo. En cierto sentido, es algo más maduro si se lo compara con Leo.

Escuchando el comentario grosero, Tsubaki hizo un puchero.

Deseaba que Anna por lo menos pasara por alto el retozo de un miembro de la sociedad que está libre de lazos sociales.

—Por cierto Tsubaki, ¿has terminado la tarea de verano?

—Sí. Lo que me queda es Arte y Artesanía

—¿Ya has decidido lo que quieres hacer? Mi padre es alfarero, así que planeo hacer una taza de té.

—Guau, material de costo cero, qué envidia. Planeo hacer una caja de ahorro usando una botella de leche, cubrir el cuerpo con arcilla y luego pegar algunas conchas marinas a su alrededor.

—Ahh~ hacer eso huh~, así que fuiste a recogerlas~

—Por cierto, los materiales serán conchas marinas que recogí en una playa en Mónaco y cuentas que compré en París.

—De alguna manera, de repente suena como una pérdida de dinero.

Ya que su padre tenía un taller de cerámica en casa, Anna no tendría problemas para hacer una taza de té.

Acerca de las conchas marinas Tsubaki reunió en una playa de Mónaco, para ser sinceros, algunas también fueron recogidas por Kyousuke.

Sabiendo que Tsubaki iba a usarlas para Arte y Artesanía, en secreto, reunió algunas en secreto, por supuesto, seguido por un guardia.

Tsubaki lo supo cuando las estaba contando en el hotel

—Simplemente descubrí estas conchas marinas cuando paseaba por la playa. Ten, para ti.

Después de decir eso, la agarró por los brazos y puso un montón de conchas marinas sobre sus manos.

Conociendo bien su personaje, ella podía saber que Kyousuke estaba reuniendo las conchas marinas para ella. Simplemente aceptó y le dio las gracias.

Debido a que había una cantidad considerable de conchas marinas cuando se incluía las que él había traído, Tsubaki decidió hacer un marco con los restos y mostrárselo más tarde.

—¿Ya compraste algunos recuerdos?

Preguntó a Anna mientras miraba la bolsa de papel y una caja que su amiga tenía.

Mientras Tsubaki estaba pensando en el diseño del marco, volvió a sus cabales cuando su amiga le habló.

—Más o menos. De los recuerdos que compré, la mayoría son para Suu después de todo.

—Kigurumi…, ¿se lo quieres poner?

—Por supuesto. Le quedaría muy bien.

—Nee, ¿podrías parar con ese nombre de mascota? De alguna manera me recuerda a cierto amante de los peces, ¿por favor?

Al menos podrías dejarme llamarla como quiera, pensó Tsubaki con enojo, pero después de notar que la estaba mirando fríamente, dejó de inmediato de ponerle apodos a su hermana menor.

Después de eso, tuvieron una larga conversación, y luego Miyamura le informó que era hora de volver a casa.

El té que bebieron era tan delicioso que compró un montón de hojas en la tienda, y después de estar satisfecha, regresaron a casa.

En la casa, Kyousuke, harto de aburrimiento, estaba sentado en la parte superior del sofá agarrando sus las rodillas, posición que tomaba cuando estaba de mal humor.

No hay nada mejor que los dulces para que un niño de mal humor vuelva a estar de buen humor, pensó Tsubaki mientras sacaba los macarrones y los Éclairs que compró en una famosa tienda en París. Cuando Kyousuke vió lo que le trajo, el color de sus ojos cambió.

Incluso mientras se quejaba de esto y aquello a ella, sus manos no dejaron de llevar los dulces a su boca ni por un segundo.

Además, parecía satisfecho con los dulces, el muchacho inmediatamente le preguntó dónde los había comprado, por supuesto, le dijo, y él le ordenó que fueran a esa tienda juntos para comprar más.

El resto del tiempo para sus vacaciones en París lo pasó comprando dulces junto con Kyousuke, recorriendo París junto con Anna. Y a mediados de agosto, las primeras vacaciones de Tsubaki en el extranjero llegaron a su fin.

Cuando llegó a casa, la primera reacción que tuvieron sus padres fue “¡¿No tiene quemaduras solares?!”

Incluso cuando estaba en Mónaco y París, pasó la mayor parte del tiempo en el hotel y dentro de su casa en París, por lo que nunca recibió una quemadura de sol.

O tal vez, podría ser porque Miyamura siempre le ponía crema solar. Tsubaki escuchó una vez que Miyamura dijo: “No quiero ver a la señorita con quemaduras”. Parecía que tenía una imagen ideal de una joven para ella.

Sin embargo, Tsubaki también estaba en shock porque la imagen que sus padres tenían de ella era una especie de chica salvaje.

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