No quiero ser amada – Capítulo 3: Reina

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Cuando un hombre de mediana edad llevando unas gafas de borde redondo entró en la habitación, Rihannan inmediatamente envió a Mary fuera con el pretexto de traer el carro.

El hombre se paró frente a la pequeña niña que estaba sobre esa gran silla antes de inclinarse hacia delante en una reverencia.

 —Escuché que me llamó, señorita Rihannan. ¿Qué ocurre?

—Siéntese primero.

Como ordenó, él asintió y se sentó en la silla cerca con una cara que parecía decir que tenía muchas preguntas. No entendía las razones por las que la joven señorita lo llamaría.

Tenía la fortuna de encontrarse con ella de vez en cuando, pero no podía recordar alguna conversación en particular digna de renombre, a excepción de los saludos superficiales. Siempre la había visto como una chica cuyos ojos y cabellos eran únicos en la parte norte del país, además de alguien callada, siempre cerca de su madre.

Hoy era la primera vez que escuchaba su voz apropiadamente.

De repente, se dio cuenta de que nunca le había ofrecido sus condolencias y sintió un profundo arrepentimiento.

—Lo siento mucho por su pérdida y ofrezco mis condolencias. Que descanse por siempre bajo los vientos de Elheim.

—Gracias.

Su calmada respuesta lo sorprendió. Solo un día había pasado tras el funeral… Era natural y normal para un niño de su edad llorar.

—¿Puedo preguntar por qué me ha llamado? Pero antes de eso, traje los documentos que me dijo, sin embargo…

—Me gustaría ver el contrato de matrimonio de mi madre, y además de eso, qué heredaré.

Por un instante, la boca de Ned se abrió de par en par. Dudó de sus ojos y se preguntó si la joven que tenía frente a él tenía veintidós años en lugar de doce. No, incluso si tuviera veintidós, la mayoría de los nobles no tenían conocimientos sobre el tema o se desentendían.

—¿Cómo podría…?

—¿Debo pedir permiso para verlo?

—No, pero es necesario que esté presente un guardián y que este de su consentimiento también. Su actual guardián es el conde Alessin.

Ante las palabras de Ned, Rihannan sonrió un poco para sorpresa del abogado.

—Eso significa que no podré verlo sin el permiso de mi padre.

—No es algo como…

—Ned Gowan, es mejor que me enseñes esos documentos que pedí antes de que envíe una carta al palacio real ahora mismo.

Rihannan levantó la barbilla. Sus pestañas plateadas se agitaron y una fría y seca mirada cayeron sobre su rostro.

—El destinatario de la carta es la reina. Y en ella se afirma que el conde Alessin y un abogado trabajando para él, Ned Gowan, están malversando impuestos y, por lo tanto, solicito una investigación exhaustiva y adecuada.

Ned se quedó callado, sus labios se crisparon por un momento, pero pronto recobró la compostura y volvió a tener la expresión de un abogado experimentado.

—¿Qué quiere decir? ¿Malversación de impuestos? Señorita, ¿ha tenido un mal sueño? Entiendo que esté confusa y triste después de lo ocurrido, pero esto es demasiado…

—Por supuesto, la reina estará bastante curiosa al ver los contenidos de la carta, sorprendida de que una niña de solo doce años acuse a su propio padre. ¿No estarías sorprendido? Y cuando reciba la carta, estoy segura de que enviará a alguien para confirmar que lo que fuera que estuviera escrito en ella es cierto. No es muy difícil de predecir considerando la relación que tengo con la reina. Ahora, ¿qué vas a hacer, Ned?

Su rostro se volvió gris como la ceniza. Ella estaba en lo cierto. La niña tenía una relación cercana con la reina. Su madre, que recientemente había fallecido, era una vieja amiga. Además, ambas estaban relacionadas por la sangre y pertenecían a la familia real de Crichton.

No sólo eso, sino que la reina era la madrina de Rihannan. Si escribiera lo que había dicho, en verdad enviaría de verdad a sus hombres para revisar todo porque ella era su ahijada.

Y la reina era la mujer más poderosa de todo el reino. Su hijo, que llegaría a ser rey en unos pocos años, aún era joven y todo el poder actual era controlado por sus manos.

Para terminar, ella era el producto de un matrimonio real concertado dentro de otra casa real. Tanto su esposo como su hijo eran reyes, por lo que era una mujer casada dentro de la realeza.

De hecho, originalmente iba a ser el rey soberano.

Por ese motivo. ella era una princesa y la heredera nominada como próximo monarca antes de que su padre, el difunto rey, falleciera.

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