¡No quiero ser Princesa! – Extra 6: Su secreto (5)

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


Ese día, desde la mañana tuve una vaga premonición desagradable.

Como de costumbre, vine a la tienda acompañada de Thomas. Habiendo traído chocolate como regalo, observé sin preocupación el trabajo de Lars y compañía. Después de un mediodía ajetreado llegó una pequeña pausa por la tarde. La tienda se abriría por la noche, por ahora, la cerraremos. Había preparativos que hacer, así que no había tiempo para perder, incluso así, les llamé para que tuvieran un descanso. Al ver esto, Thomas preparó el té a sabiendas.

Como se esperaba de nuestro Jefe de Cocina, el té que hace es demasiado delicioso.

El curry sigue vendiéndose bien. Junto con el pan de curry la gente hace cola por ellos día tras días, el curry de chuletas también fue recibido mejor de lo que esperaba. Mientras pensaba en qué hacer a continuación, la entrada de la tienda se volvió demasiado ruidosa.

—¿Nn? ¿Qué?

Estábamos en la cocina, así que no tenía ni idea de lo que había pasado. La cocina estaba en la parte de atrás. Cuando me levanté de la silla para comprobarlo, Lars, que se levantó primero, me detuvo.

—Yo iré. Maestra, por favor, quédese aquí. ¿De acuerdo?

Asintiendo a las palabras de Lars, me acomodé de nuevo en la silla.

Por cierto, después de enseñarle la receta del curry, pasó a llamarme “Maestra”. Le pedí muchas veces que dejara de hacerlo, pero se negó a hacerlo, diciendo que era imperdonable llamar por su nombre a quien le impartió la receta original. Era lo mismo con Thomas. Los cocineros eran del tipo terco, ahora que había llegado a esto, no tenía más remedio que retroceder. Como era de esperar, los cinco novatos le siguieron. Al final, acabé siendo llamada “Maestra” por todos los presentes también.

Lars se levantó y salió de la cocina. Como no había nada que hacer, seguimos disfrutando del té. Eché una fugaz mirada de reojo al chocolate que había traído. Hice todo lo posible por prepararlo, ya que era una rara oportunidad para que Lars lo comiera, pero tal y como estaban las cosas, hoy sería imposible. Orgullosa de mi trabajo disfrutaba de la conversación con Thomas, cuando oí el sonido de dos hombres discutiendo. Uno de ellos es, por supuesto, Lars, la otra voz me resultaba desconocida. El hecho de que haya múltiples sonidos de pasos significaba que había mucha gente.

Cuando me puse de pie, con la curiosidad despertada, la voz airada de Lars y el sonido de múltiples pasos se acercaron. Todavía de pie, me quedé mirando la entrada de la cocina para ver a un corpulento calvo y a cinco hombres vestidos de caballeros que entraban como si fueran los dueños de este lugar. Actuaban como si fuera su tienda.

El hombre calvo parecía ser un noble. Su ropa estaba bien confeccionada y llevaba muchos accesorios que tintineaban. En especial los anillos en sus dedos eran de muy mal gusto. Uno de ellos en cada dedo. En algunos, dos. Con grandes joyas insertadas, los anillos que llevaba eran ostentosos. Un nuevo rico con excesiva fortuna.

Al ver a un nuevo rico así -de hecho, era correcto llamarlo vejestorio- recordé los retratos de este año. Entonces pensé, ah, este vejestorio es el barón Wire de antes.

El barón examinó la cocina y resopló.

—Esta es una cocina bastante estrecha.

—¡Cállate! ¡Fuera!

Lars se encolerizó con el barón, que se rió de manera burlona. Después de mirar a Lars con fastidió, el barón comenzó a observar sin reservas la zona.

—Hmph, es imposible que hayas desarrollado una receta original aquí. Nunca te tomé por un cocinero que tuviera una receta original. Me sorprende que tengas un truco tan oculto.

—¡No fui yo quien desarrolló el curry! ¡¡Solo me enseñaron la receta!!

—¿No hay solo cocineros a nivel aprendices y una muchacha aquí? Ah, ¿o fue el hombre junto a la muchacha? No soy una persona paciente. Si dice que no fue usted, tráigame rápido la receta original del desarrollador.

—Maestra, por favor, retroceda.

Adivinando las intenciones del barón, Thomas se puso delante de mí. Quería decir que me protegería. Pero, estaba demasiado enfadada con este hombre que entró en la cocina sin permiso y que nos exigió, sin siquiera saludar.

—Está bien. Thomas, retrocede. Yo le haré compañía.

—¿Señorita?

Empujando a Thomas, que quería protegerme, a un lado, di un paso adelante. Me incliné de manera cortés.

—Me alegro de conocerle, barón Wire. Soy la desarrolladora de recetas que está buscando. ¿Qué asunto le trae por aquí hoy? Pronto será la hora de reabrir, así que si hay algún asunto importante, me gustaría tratarlo rápido.

Lo que quería decir era que debería irse rápido. Pero, el barón no leyó el aire, y sólo se rió de manera despectiva una vez más.

—Me estás tomando el pelo, muchacha. ¿Eres tú la creadora de la receta del “arroz con curry”? Es demasiado, incluso como broma.

Mientras ponía cara de sospecha, el hombre me dirigió una mirada desagradable, que parecía que me estaba lamiendo. Prestando atención para no dejar ver mi disgusto, asentí con claridad.

—Sí, he enseñado a Lars y a los otros. Si tienes alguna duda, no dudes en preguntarles.

—Lars… ¿qué dices?

Tras sumirse en el silencio durante un momento, quizá incapaz de creerme, el barón se volvió hacia Lars. Aunque hosco, él asintió con la cabeza.

—Sí, es cierto. Me enseñó esa persona. Ella es sin duda la dueña de la receta original.

—Una muchacha así… ¿cómo puede ser?

Sorprendido, el barón me miró.

Perdón por ser una muchacha.

Sin embargo, parece que el barón Wire no se dio cuenta de mi identidad.

No parecía que tuviera intención de preguntarme por mi nombre, me veía como una simple chica de pueblo o como la hija de un noble de rango inferior. Debía ser eso. Por supuesto, tampoco tenía intención de dar mi nombre sin que me lo pidieran, pero suponiendo que él supiera quién soy, espero que el barón no tomara esa actitud. Si se enterara de que soy de un título noble mayor, se acercaría mientras se frotaba las manos. Eso también sería desagradable, así que quería evitarlo.

No tengo ni idea de lo que pensó el barón después de mirarme de pies a cabeza, pero de repente sonrió. Mientras mostraba una amplia y desaliñada sonrisa, comenzó a hablar con voz engatusadora. Mi espalda se estremeció con disgusto.

—Ya veo, eres el desarrollador original de la receta. Mirándolo bien, tienes una cara preciosa. Entonces, deberías descartar a ese hombre y venir conmigo. Te acariciaré cada noche si eres una buena niña.

—Me niego.

Respondí de inmediato. ¿Y acariciarme cada noche? ¡¡Asqueroso!! Se me puso la piel de gallina en todo el cuerpo.

Los ojos que me miraban eran obscenos. Parecía que los rumores de su lascivia eran ciertos. Sentí que su mirada se pegaba a mi pecho y a mis caderas. Me resistí con desesperación a que mi rostro se enfureciera.

—Barón Wire, recuerdo que tiene una esposa. Actuar sin su permiso… es algo impensable.

Intenté referirme a su segunda esposa, pero el barón no dio ningún paso atrás. Más bien, respondió, impresionado.

—Hou. Usted lo sabe bien. Es cierto, tengo una esposa. Pero tengo diez amantes además de ella. Creo que te añadiré a ellas.

¡¡Es una preocupación innecesaria!! Mientras me tragaba las ganas de gritar, respondí con calma. No pude evitar que mi voz temblara un poco de rabia.

—Con la excepción de la realeza, nuestro país practica la monogamia. La ley no permite tener amantes. Algo así no debería estar permitido.

Ah, mi piel de gallina no se calma. Con voz persuasiva, el viejo escupió palabras repugnantes.

—No hay compañeros que intenten reprimirme. Cuando viene una auditoría de vez en cuando, los entretengo un poco para que hagan la vista gorda. Los colmo de lujos. Hermosos vestidos y joyas. Todo lo que necesites es revelar la receta original y servirme.

No. Me. Jodas. Maldita sea, es lo peor.

Sabía que hizo uso de su dinero para tomar a una joven de segunda esposa, pero sin estar satisfecho ese viejo vejestorio parecía estar haciendo un harén. No está permitido de manera formal en este país tener una amante. Pero, aunque sea de verdad deplorable, había un gran número de nobles con amantes. Aun así, si se exponía, recibirían un castigo, así que incluso si mantienen la etiqueta que es, como mínimo, ocultarlo de su entorno. Es demasiado tonto hablar de ello sin vergüenza.

Sus amantes son, por supuesto, todas las mujeres que trajo consigo como colaterales. Servir a un hombre así por elección es impensable. Es imperdonable. Le contaré a Will nuestra charla más tarde.

—He declarado que me niego. No me convertiré en una de las amantes del Barón.

—¿Qué?

—No estoy preocupada por el dinero, todo lo que quería era difundir la receta original a mucha gente. No hay ninguna razón para que acepte la invitación del Barón.

—¡Dices que no harás lo que deseo!

—Sí.

Cuando asentí con claridad, el barón me frunció el ceño con la cara roja. Pero, acostumbrada a la ira de mi padre, no me sentí asustada en absoluto. Cuando le devolví la mirada con compostura, el barón se enfadó cada vez más.

—¡Aunque una persona intente apreciarte de manera tan generosa! ¡Eres igual que Lars! ¡¡Un tonto que es un desperdicio de favor!!

Dirigí una mirada fría al barón que pataleaba como un mocoso malcriado.

—Me molesta que me llamen tonta sólo porque no actúo como tú deseas. Este es mi sentimiento y el de Lars. No queremos servir al barón. Eso es todo.

—Sí, es así.

Lars, que había estado en silencio hasta entonces, intervino. Cuando él se acercó a mí, nos enfrentamos al barón.

—He dicho una y otra vez que no me iré. Sólo que tú no le reconoces. Es lo mismo para la maestra.

Pero, el barón no cedió. Esbozó una sonrisa escalofriante e hizo una pregunta a Lars.

—Dices eso, pero ¿no te endeudaste mucho para reconstruir esta tienda? Por muy ambicioso que seas, nada empezará sin fondos. Lo sé. Debiste quedarte sin capital en ese momento. Y en esta ciudad, no importa donde te endeudes, el pagaré terminará conmigo. Ahora, perdonaré tu deuda. Por eso, primero ven a mi casa.

—Me niego.

—No te hagas el valiente. Pasará mucho tiempo antes de que el dinero fluya en tu tienda. El plazo para pagar la deuda debería llegar antes. Así que sólo trato de ayudar.

Lars se encogió de hombros. Y me envió una mirada.

—No estoy en deuda. Todos los fondos provienen de la maestra. No he pedido dinero prestado, así que ¿qué razón tengo para acudir a ti en busca de ayuda?

—¿De esta muchacha?

Encogiéndome de hombros mientras el barón me miraba, respondí.

—Es su malentendido que soy una pobre muchacha. No hay ningún problema particular con los fondos, todavía hay un margen de maniobra. Parece que te has impacientado desde que nuestra tienda ha empezado a florecer, sin embargo, tu investigación fue insuficiente. La realidad es que no tenemos deudas.

Como decía el barón, sólo el próximo mes entrará una cantidad considerable de dinero, pero como no estamos muy preocupados por los fondos no hay problema. Como el curry es un éxito, ya hay una brillante perspectiva de recuperar los gastos iniciales, o más bien parece que pronto amasaremos una fortuna.

—Estableciste una nueva tienda frente a la de Lars y ofreciste comida barata para ganarle. De verdad, la tienda de Lars no podía mantenerse por sí misma. Lo único que faltaba era endeudarlo y podías celebrarlo. Supongo que querías demasiado a Lars, pero ya no puedes usar el mismo método, ¿es así? No importa lo barata que sea tu tienda, no funcionará. Nuestros clientes no vienen a comer comida barata y deliciosa, sino a comer “curry”, tu tienda no tiene influencia en ello. Siéntase libre de desafiarnos, aceptaremos. ¿No deberías empezar a ofrecer las cosas de manera gratuita?

Cuando le pregunté eso, su expresión se volvió espantosa.

—Pero si haces eso, no tengo duda de que te arruinarás. Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Debemos hacer un concurso hasta que uno de nosotros se endeude?

—¡Agh…! Tú, perra.

Como el viejo me frunció el ceño mientras rechinaba los dientes, hablé con prepotencia a propósito.

—No me importa si quieres descartar a uno o dos cocineros. Si nos deja en paz, creo que no haremos nada en particular. Porque no somos niños, me gustaría que dejaras de desear todo sin razón.

—¡Me estás llamando niño!

Mientras me molestaba que el anciano se pusiera de pie y gritara, continué mi charla.

—Si quieres desafiarnos, por favor, hazlo por medios legítimos. Es una cuestión de rutina para el barón Wire, ¿no es así? De un modo u otro lo has estado haciendo bien hasta ahora, por eso las autoridades tampoco pueden intervenir. Ahora bien, por favor, vuelva a casa. Ya es hora de reabrir. Como he dicho, si es un juego respetable, aceptaremos.

Cuando empujé con vigorosidad mi dedo, después de no decir nada durante un rato, el barón habló con una voz tan baja que hizo que se me erizara la piel.

—Me retiro por hoy…

El barón me miró con odio, pero de repente se fijó en la caja de bombones que había sobre la mesa. En un abrir y cerrar de ojos se acercó y la tomó.

—Hou, chocolate. Es justo, me he cansado un poco de entretenerte. Lo tomaré como recompensa.

—¡Idiota!

—Está bien, Lars. Sí, si te parece bien tal cosa, por favor, tómalo.

—Hmph, por fin diste una respuesta decente al final. Bueno, está bien. Tengo debilidad por las cosas dulces. Teniendo esto en cuenta, perdonaré los numerosos comentarios de hoy. Pero, no me rendiré. ¡Lars, muchacha! De seguro los obtendré, prepárense.

¡No vuelvas a venir aquí! Mientras le maldecía un poco más en mi mente, le saqué la lengua.

Tal vez satisfecho con su amenaza de despedida, sosteniendo con cuidado la caja de chocolate y sacudiendo su obeso cuerpo, el barón se marchó junto con sus caballeros. Cuando por fin se hizo el silencio, un suspiro salió de la boca de todos.

—Así que ese vejestorio era el barón Wire… Era más duro de lo que imaginaba.

—Cierto, la maestra nunca había conocido a ese maldito cerdo. Así es, siempre es así. Está convencido de que todo saldrá según sus deseos. Cree con firmeza que todo se puede resolver con dinero.

Asentí a las palabras de Lars.

—Entendió que no funcionaría conmigo, así que por hoy se retiró.

—Tal vez.

—Bueno, he oído que solo ataca de frente para aparentar. Estaría bien que se echara atrás ahora que entiende que tenemos el capital.

—Me lo pregunto. Una vez que quiere a un cocinero, nunca lo dejará ir. La maestra le llamó la atención, así que es mejor que tenga cuidado.

—Tienes razón. Pero es como dije antes, si me desafía, lo derrotaré por completo. Todavía tengo planes de lanzar nuevos productos, ¡así que le haré compañía durante el tiempo que sea necesario!

Mientras decía eso llena de confianza, Lars me echó un jarro de agua fría.

—Estamos bien cuando se trata de cocinar, sin embargo, ¿qué piensas hacer si él usa la fuerza?

—¿Te refieres a que utilice el poder de su cara baronal?

—Sí.

El rígido Lars era demasiado propenso a preocuparse. Después de pensar un poco, hablé.

—Entonces.

—¿Hm?

Le di una palmada a Lars mientras me miraba expectante.

—¿No será acaso el mejor momento para dar mi nombre? Si va tan lejos, también utilizaré cualquier medio necesario. Le contaré la situación a mi padre y obtendré el permiso para aplastarlo.

Ante mi decisión, la cocina se volvió ruidosa por un momento.

—Contarle al Primer Ministro… ¿Está bien? No quieres que se exponga, ¿verdad?

—No se puede evitar. Es mejor que verse obligados a cerrar sin decir nada. Si utiliza medios extraños, responderé de la misma manera.

—Maestra… es usted maravillosa.

Thomas, a mi lado, me miró embelesado. Al darse cuenta de que era una mirada de adoración, le proporcioné una continuación en un arrebato.

—¡Ah, eso es sólo el último recurso! No te lo tomes demasiado en serio. Más que eso, sacar a relucir ser su amante, el barón me está mirando con desprecio.

Al cambiar de tema a la fuerza, Lars se rió, comprendiendo mi objetivo.

—Aunque no seas consciente, no le digas esas cosas a la futura princesa heredera. Podrían encarcelarte por lesa majestad.

Mi rostro se crispó ante las terribles palabras. Sacudí la cabeza. Ah, de alguna manera sentí escalofríos.

—Basta, no lo seré en absoluto.

—¿Es así? Pero esos rumores corren por la ciudad.

—De ninguna manera soy apta para ser la Princesa de la Corona. Ahórrese algo tan limitado.

Cuando negué que no lo quería en absoluto, Lars y todos los alrededor asintieron, convencidos.

—De verdad, no es adecuado para la maestra. Cocinar así es más propio de ti.

—Sí, yo también lo creo.

—Pero, me da rabia que ese tipo se haya llevado los dulces que la maestra trajo con generosidad.

Cuando Lars cambió el tema al asunto de hace un rato, una mala sonrisa apareció en mi cara.

—No pasa nada. Más bien, está bien que los haya traído. Será una buena venganza.

—¿Venganza?

—Sí. Porque son…

Cuando todos se reunieron, les dije en secreto la verdad.

—¿Eeeh?

—¡Fu, fu, fu, por eso he dicho que estaba bien! Ahora, es el momento de reabrir. ¡Olviden a ese tipo y hagamos lo mejor posible!

Sonreí mientras todos mostraban una cara de sorpresa. Entonces motivé a todos, y también ayudé en la reapertura.

—Bueno, entonces, ¿qué debo hacer a continuación?

Había una montaña de cosas que quería hacer. No tenía tiempo libre para preocuparme por el barón Wire.

Desde ese día, por alguna razón, el barón Wire no había vuelto a la tienda, y el dueño de su tienda de enfrente también fue reemplazado antes de que me diera cuenta. Mi plan para aplastarlo a fondo terminó en un completo fracaso.

El nuevo propietario era una persona seria, después de dejar la tontería de los precios bajos reorganizó la tienda para tener precios justos, ahora estábamos trabajando juntos para animar la calle.

Y, antes de que pudiera acusar al barón Wire, había sido arrestado por tener amantes, y bajo sospecha de contrabando, malversación y fraude, antes de que me diera cuenta le embargaron sus bienes, encima le quitaron su condición de barón.

Como el tiempo era demasiado perfecto, por supuesto que sospeché, de hecho intenté cuestionar un poco mi entorno.

Pero, como el momento coincidió con que la tienda estaba en pleno apogeo, se volvió problemático al estar cada vez más ocupado, así que renuncié a seguir investigando.

Al final, aunque me pesaba, lo dejé como estaba, y así llegamos al presente… Así es.

La tienda revivió y el barón Wire no estaba. Algo desconocido para mí sucedió, pero después de todo, todos vivieron felices para siempre, ¿no es así?

Con una extraña sensación de indigestión, hoy también me dirigí con alegría a la tienda.

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